Partida Rol por web

Pero Hida-san, no te parece sospechoso que este territorio del que se han apoderado esos ronin sean los mismos en los que nos ataco esa despreciable Maho

-No.

 A mi si. La maho no creo que hubiese actuado sola. Bayushi-san. ¿Tu que piensas?

Jubei se medio alzó y asomó la cabeza, apoyando los codos en el lateral del carro- Lamento interrumpir vuestro animado debate, Hida-san, Shiba-san, - interrumpió - pero me temo que el asunto va a tener que esperar hasta mañana. La dama Amateratsu parte ya en busca de su descanso. Y ya que estamos en esta acogedora aldea, quizá encontremos un poco de cobijo en ella. Aunque la paz la habremos de buscar nosotros, por lo que parece.- Dijo, con un tono casual y animado, y una sonrisa en el rostro.

Tras las palabras de Jubei Hide reflexiona su conducta y se reprocha su falta de sensatez.

 -Sabiduría hay en tus palabras Mirumoto-San. Si Shintaro-san lo considera apropiado, creo que deberíamos esconder nuestras cosasy distribuir a nuestras escoltas por si acaso llegase a ocurrir algo en la noche. Creo Hida-san, que vuestra experiencia sería fundamental. Claro, si estas de acuerdo, y no hay ninguna objeción...

-Si no nos ataca nadie mas en todo el viaje, tendras razon de sospechar de la aldea. +contesta con aplomo al shiba, antes de la interrupcion del Dragon. Le escucha con su habitual frialdad... Tipico de los que viven comodamente. Sin embargo los animales necesitan descanso, en especial su montura, la cual carga un peso extra mucho mayor que las demas.

- Creo que no te expresas correctamente, Shiba +contesta finalmente+. Distribuir los efectivos solo los hace mas vulnerables a ataques aislados. Es preferible tomar una unica posicion y defenderla, si es solo por una noche, entre todos. Asi mismo puede actuar como base si ustedes desean explorar el pueblo...

Esto ultimo, con un ligero tono desdeñoso. Es evidente que a el le tiene totalmente sin cuidado las minusculas desventura de unos heimin grulla.

Escucho con calma al cangrejo y medito sus palabras. Con calma respondo

-Tú opinión y tus consejos son valiosos Hida-san, pues puede habernos salvado de cometer un error...

Nakata había permanecido silencioso tras su máscara, escuchando la conversación de sus compañeros.

- El planteamiento de Hida-san parece correcto. La dulce voz del escorpión se dejó oír como una suave brisa. - Veamos si mañana será igual de acertado.

- No hay que olvidar que su experiencia en combate es mayor que la nuestra, no hagamos oídos sordos a tan sabio consejo.

El joven Bayushi seguía montado en su corcel, dispuesto a descansar aquella noche en un lugar seguro y cálido.

         Shintaro frunció los labios ante la réplica del Hida, sin embargo, no dijo nada y se limitó a escuchar, mientras su expresión se tornaba cada vez mas sombría. Finalmente, dirigiéndose sobre todo al cangrejo, habló con un tono de voz seco.

Yakamo-san, el simple hecho de pernoctar aquí para descansar a los caballos podría servir para resolver el asunto, o en caso de cruzarnos con ellos por el camino... No comparto las sospechas de Hide-san, pero sigo pensando que consentir que unos ronin actúen de esa forma... - niegra brevemente con la cabeza - es vergonzoso. En cuanto a las sugerencias tácticas para vigilar, estoy deacuerdo.

         Tras esas palabras, se gira nuevamente hacia el aldeano y le habla con el mismo tono de voz.

Bien, ya habeis oído, no estamos aqui para causaros problemas, pero tampoco para resolverlos. Sin embargo, necesitamos un lugar donde pasar la noche y alimentar a nuestras monturas. Si durante nuestra estancia sucediera algo... - lanza nuevamente una mirada de reojo hacia el grupo - al menos yo intercederé. No podemos prometeros nada más, pero una vez sigamos camino, si se presenta la ocasión informaré de esto.

Jubei mantuvo su sonrisa mientras Shintaro hablaba. Una noche era todo el tiempo que esperaba necesitar para liberar a la aldea de los carroñeros. Después de todo, qué clase de samurái rehusaría su deber para con la casta heimin?

EL heimnin se muestar algo despagado.

Esta bien tenemos una posada ,El tigre azul en el centro de la aldea donde podran ser atendidos,auqnue les aviso que tambien alli hay guardias los ronin no quieren extramos en el pueblo...

 Bayushi-san, Shintaro-san. Creen ser capaces de convencer pacificamente a esos Ronin de rendirse.

Jubei sonrió asomado al borde del carro.- No os preocupéis buen hombre, nos encargaremos de darnos a conocer. Así nadie podrá acusarnos de ser extraños. - Un destello se asomó en sus ojos.- Aunque tengo la intuición de que a esos Ronin no les va a gustar nuestro modo de presentarnos.

      Asintiendo ante las palabras del dragón, Shintaro se dirige al campesino una vez más con tono autoritario.

Ya has oido, si esos guardias pretenden negarnos descansar aquí, el problema será suyo. Indicanos el camino, y si lo sabes, dinos cuántos son y qué tal equipados estan.

       Gracias a las advertencias del hombre Shintaro pudo evaluar la situación... La ventaja numérica en caso de darse un enfrentamiento era en principio suya, pero si actuaban con rapidez y astucia, eso no supondría ningún problema... en caso de darse un enfrentamiento. Miró a sus compañeros de reojo, estaba seguro de que podrían hacerse con esos 6 ronin sin problemas si fuera preciso, es más, resultaban un grupo intimidante, pero no se hacia ilusiones, si no habia un enfrentamiento y se quedaban a dormir en la posada, los ronin acabarian con ellos mientras dormian, esas ratas no tienen honor.

       Una vez frente a la posada, Shintaro avanzó con determinación hacia la puerta, desafiando a los ronin con la mirada a hacer o decir algo... Su pose no delataba sus intenciones, sin embargo sus manos estaban listas para saltar sobre la empuñadura de la katana al menor gesto hostil o tentativa de cortarle el paso.

 Respiro para relajar mi cuerpo. La distancia hacia la posada cada vez es menor y cierro mis ojos mientras sujeto con firmeza el mango de mi Katana, mientras murmuro mentalmente una plegaria a las fortunas para que iluminen nuestro camino.

La comitiva se detiene. Hemos llegado ala posada y al abrir mis ojos  veo a Shintaro-san dirigirse a la puerta.

No podemos ni debemos titubear, púes el destino nos ha escogido. Nuestras familias se encuentran a salvo, y todo Rokugan nos necesita.