Partida Rol por web

- Pues... - la voz se le entrecorta y comienza a temblarle la boca.

Gruesas lágrimas caen por sus mejillas y las manos le tiemblan. Cierra los ojos con fuerza y eso hace que las lágrimas caigan con mayor intensidad. A los pocos segundos comienza a respirar entrecortadamente, como si intentara calmarse.

- Lo siento, no sé qué me pasa... - murmura entre hipidos. - La verdad es que... les echo mucho de menos.

Naiara mira la cara de Valahir quien, seguramente, busca una aclaración.

- Mis padres. Mis padres eran caballeros jedi. Los dos. Ambos se encontraban en una misión diplomática lejos de Coruscant cuando todo ocurrió y decidieron esconderse.

La joven mira de soslayo a Valahir para evaluar su respuesta a sus palabras.

- Se querían, ¿sabes? Se querían mucho. No entiendo por qué eso tenía que ir contra el código jedi pero el caso es que se mantuvieron fieles al código... hasta que todo acabó. - Naiara se seca los ojos con el antebrazo y continua - Sólo se tenían el uno al otro y la orden ya no existía, así que... qué mas daba. Se refugiaron en un planeta del borde exterior y allí nacimos Michael y yo. Desde pequeños nos inculcaron las enseñanzas jedi. - vuelve a mirar a Valahir y se apresura a proseguir. - No para que siguiéramos sus pasos si no como algo moral. En el fondo creo que no querían que acabáramos como ellos.

-Pero.... Naiara, por qué lloras? Les pasó algo a tus padres? Pregunto tras deshacerme del pequeño nudo en la gargante que se me estaba formando al ver la reacción de la joven.

El sentimiento que tenía al escuchar la historia era descorazonador. Era una historia de amor legendaria, con un sentimiento admirable, y más pensando en como ellos se mantuvieron fieles al Código. Pero el hecho de poder encontrar, no a uno, si no a dos Caballeros Jedi, era algo que me llenaba de júbilo, que luego se enturbiaba al ver las amargas lágrimas de Naiara.

Por un momento, los ojos se me humedecieron, e intentando ser fuerte, fijé mi mirada en el horizonte intentando que mi ser fuera una roca, y no exteriorizara mis emociones.

- Él los mató - su voz surge ahora fría como el hielo. Después de todo el tiempo que ha estado llorando te sorprende aún más. - Y yo le he matado a él.

Naiara suspira débilmente a punto de romper a llorar de nuevo.

- Pero no me siento en paz conmigo misma. Creí que me sentiría bien, que por fin acabaría todo. Pero no es así.

Por fin las cosas quedaba claras entre nosotros. Los motivos que la habían llevado a matar a aquel Imperial retirado eran para ella legítimas. Pero por fin se daba cuenta de una cosa, y es que la venganza no siempre da la satisfacción que uno quiere tener.

Sin brusquedad, voy aminorando la velocidad del aerodeslizador hasta detenerlo. Una vez hecho eso, me giro todo lo que puedo hacia ella, y extiendo mis brazos para que sus lágrima encuentren consuelo. Nunca sabría lo que significaba perder a tus padres en un asesinato, pero el llanto que escuchaba era amargo y lleno de rabia y desesperación.

Por el espejo retrovisor puedes ver como el deslizador da un bandazo pero ser recupera en unos segundos. Un par de minutos después ves que va aminorando y se detiene.

Naiara se echa en tus brazos y vuelve a convulsionarse por los sollozos.

- ¿Por qué? ¿Por qué no me siento mejor? - se aferra a ti aún más fuertemente. - Se los llevó. El muy cabrón se los llevó de mi lado.

La chica va quedándose poco a poco más sosegada y su voz va bajando hasta hacerse un susurro.

- No es justo...

Con aquella criatura entre mis brazos y las circunstancias que la rodeaban, solamente pude decir una frase en susurro mientras cerraba el abrazo para que se sintiese consuelo a su congoja:

-Llora Naiara, llora. Sacalo fuera.

La chica permanece abrazada durante tres largos minutos hasta que finalmente se aparta lentamente de ti.

- Gracias Valahir, lo necesitaba. Pero debemos ponernos en marcha. A estas horas el Eclipse ya habrá aterrizado.

Recompongo la compostura, y vuelvo a ponerme a los mandos del aerodeslizador. Poco a poco vuelvo a acelerar y tomo la ruta inicial. El silencio era un poco tenso, y la verdad es que se me antojaba bastante incómodo. Mi mano derecha, cogió la suya con fuerza, y de mis labios salió una tontería para intentar relajar de nuevo el ambiente:

- Entra Darth Vader al Imperial pizza con dos tias buenas a cada lado, cogiendole el brazo. Y dice Darth: Dos pizzas por favor. Qué, familiares? responde el pizzero. No, estas son putas agrega darth

Una tenue sonrisa aparece por unos instantes en el rostro de la chica pero se borra unos segundos después. Sin decir palabra Naiara permanece ahora mirando al horizonte, con sus verdes ojos clavados en el infinito, pensando.

Da la vuelta con la moto y se detiene al lado del vehículo. Mira dentro para comprobar cómo están Naiara y Valahir y se agacha para cubrirse al lado de ellos mientras saca su pistola bláster.

-¿Qué a pasado?- pregunta en un susurro -¿estáis bien?

La verdad es que la joven era en extremo educada. Prefería no seguir con mi empeño de querer continuar la conversación,y decidí seguir en silencio el resto del camino tras mi poco afotunada actuación humorística. Ahora comprendía muchasde las sensaciones que había percibido en mi persecución.Ella estaba "versada" en la Fuerza. Sentía lástima por ella, ya que no terminaba de comprender, o no coprendía ciertas formas de actuar de la Fuerza, ya que estaba claro, aunque era partidaria de ella, no entendía ciertas actitudes y omportamientos que se debían de tener para ser unJedi. Su resentimiento hacia el Imperial retirado era del todo lícito, pero también albergaba algún sentimiento de frustración para con los Jedi y su código de conducta. Quizás más a delante sería el momento de hablar más sobre ello. Pero ahora, había que dejar de hablar.

Así, inmerson en mis pensamientos y en mis deducciones sobre Naiara sigo conduciendo hasta llegar a nuestro destino.

- ¿Qué ha pasado? - pregunta por el comunicador - ¿estáis bien?

-Si, por qué lo preguntas? Respondo mientras hago que el comentario, sea obvio.

- ¿Por qué os habéis parado de pronto? - susurra por el comunicador.

-Aaaahhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!! nada, la graciosa de Naiara que me ha hecho una pequeña bloma y he perdido momentaneamente el control del aerodeslizador.

Respondo mientras con una leve sonrisa, guiño el ojo a mi copiloto.

-Está todo en orden, llegamos en breves. Termino de decir mientras sigo mirando a la joven. Sabía que era una persona de coraje extraordinario. Sus actos hablaban por ella. Pero ahora mismo, una sensación de protección invadía mi cuerpo, mientras miraba esa roja naricilla que se le había quedado después de sus llantos.

00:00 - La noche comienza a caer en Dorin mientras las sombras de las montañas se alargan cada vez más hasta fundirse poco a poco entre sí. Mientras, tu mirada permanece fija en el horizonte.

00:13 - Las estrellas van apareciendo una a una, como si fuera un desfile cósmico. Apenas unos puntos de luz en la inmensidad del cielo mientras la oscuridad se va haciendo la dueña del paisaje. Reina un silencio sepulcral, roto sólo por el suave murmullo del vehículo deslizándose sobre las dunas.

00:37 - Tus manos aferran los mandos del vehículo con firmeza mientras tu mente comienza a divagar sobre lo que has vivido en estas últimas veinticuatro horas.

00:46 – Comienzas recordando tu llegada al planeta con esa sensación de pérdida y abandono, aferrándote a la búsqueda de tu destino. Recorres el Centro de Visitantes sin ningún destino aparente. Quieres pensar que fue la Fuerza la que guiaba tus pasos en aquella ocasión.

00:56 – Te ves esperando en la tienda mientras el vendedor prepara tus compras. Distraido, miras hacia atrás...

01:04 – Y la ves por primera vez, justo detrás de ti. Naiara da un pequeño respingo cuando te diriges a ella y clava sus hermosos ojos verdes en ti. Unos ojos en los que comienzas a perderte irremediablemente. Os presentáis y comenzáis una breve charla.

01:23 – Con rostro compundido ella se despide. Pero la forma de hacerlo llama tu atención cuando sientes que no habías escuchado la palabra Fuerza con tanta claridad como cuando es ella la que la pronuncia.

01:32 – Una vez solo caes en la cuenta y recapacitas acerca de lo que verdaderamente ha ocurrido. Y te das cuenta de que no debes dejarla escapar...

01:40 – Y echas a correr tras ella. No sabes por qué pero tienes que volver a verla. Y te dejas llevar por tu instinto, abriéndote camino entre la gente a empujones.

01:53 - Con dificultad llegas hasta la cámara estanca, pero tus gritos no consiguen evitar que se monte en el aerodeslizador.

02:02 – No llegas a tiempo y el transporte se aleja rápidamente dejándote solo en el anden. Comienzas a reflexionar sobre lo ilógico de tu plan. No te lo puedes explicar pero sientes que no has estado más seguro de lo que estás haciendo en toda tu vida.

02:27 - Una vez en el pueblo la buscas por todas partes pero no hayas ningún rastro. El vendedor te señala la dirección de la granja.

02:37 - Surcas la interminable llanura todo lo rápido que puede llevarte la vieja moto en la que viajas. La tormenta, en el horizonte, no te amilana ni merma tu determinación.

02:57 - Entras en la casa con el único objetivo de comprobar que esté bien. Subes rápidamente al segundo piso extrañado de tanta calma.

03:08 – Y la ves, tirada en el suelo. Inmóvil. Sangrando. Te quedas quieto unos segundos, parpadeando, como si eso pudiera hacer que cambiara lo que estás viendo.

03:17 – Te arrodillas junto a ella con el pulso acelerado. Pero sigue viva, respirando con dificultad.

03:25 – La alzas sin apenas esfuerzo, acostándola en la cama. Examinas sus heridas con gesto preocupado y aprietas los puños, indeciso ante lo que vas a hacer.

03:43 – En tus manos aparece un difuso halo luminoso cuando las pones sobre las heridas de la joven.

03:53 - Tus ojos brillan con fuerza mientras sientes como la Fuerza recorrer todo tu ser y luego te abandona, pasando al cuerpo de Naiara.

04:02 – Vuelves a tomar conciencia de la realidad y sopesas qué vas a hacer ahora que la has conocido.

04:14 – Visualizas la charla que habéis tenido hace poco y le das vueltas a toda la información que has recibido en tan poco tiempo.

04:26 – Tienes un último recuerdo de ella, anegada en lágrimas, contándote la muerte de sus padres y sientes su dolor como tuyo por la pérdida de dos compañeros.

04:38 – Ahora Naiara duerme tranquila recostada contra tu hombro. Sus párpados, enrojecidos e hinchados, permanecen cerrados mientras su pecho se mueve al ritmo de su respiración. Parece realmente joven ahora mismo con un rostro que choca completamente con el atuendo y las armas que lleva encima.

05:08 - Fundido en negro.

Volví la cabeza para mirar esa carita de niña buena que descansaba sobre mi hombro, y la vi descansando en paz. Volvía a recordar los pocos momentos de conversación que habíamos tenido. En especial los mantenidos en el aerodeslizador. Me encantaba esa expontaneidad y esa efusividad. No tenía miedo a expresar lo que sentía y demostrarlo. Y eso era algo que me gustaba. Recordaba como sin conocerme aún en la tienda expresaba su pena por no poder estar un rato conmigo charlando, pero sobre todo, recordaba esa carita dulce que ahora mismo estaba a escasos centímetros mía. Esa boca pequeñita de labios carnosos, y esas franja de pequeñas pequitas que cruzaban su nariz, y le daban un aire divertido y desenfadado, y esos ojos verdes,en los que me estaría perdiendo eternamente, que expresaban en todo momento lo queella sentía. Rabia, pesar, dulzura, podía decirse que su cara era el espejo del alma. Me encantaba esa parte decidida que tiene, ya que hay que serlo para venir aquí amatar al asesino de tus padres después de tanto tiempo.

De pronto, sin saber por qué, mis labios rozaron su frente. Tuve la necesidad deaprovechar la situación y aunque a traición, un suave y casto beso salió de mis labios, que en realidad ansiaban más. Algo me decía que ella era muy especial, y ahora estaba aquí, a mi lado, sin miedos ni barreras, y yo solo quería que el momento durara para siempre. Y aunque no podía ocurrir eso, suavemente, aminoré la velocidad del aerodeslizador, y lancé un suspiro en el silencio de la noche mientras seguía absortoen aquel angelical rostro que descansaba al lado mía.
 

Finalmente el grupo llega de vuelta al pueblo a altas horas de la madrugada. Las tiendas están cerradas y en la estación del aerodeslizador una pantalla muestra que el próximo viaje será dentro de 52 minutos. Al acudir a la tienda de alquiler de repulsores ésta también está cerrada. Naiara duerme plácidamente en el asiento del copiloto y Ar-Gour y Valahir abandonan sus respectivos vehículos para decidir qué hacer a continuación.

-naght lak, grt ulok nean dafara. Digo mientras la miro desde el exterior del aerodeslizador. Nagt u lakr dendea ara, ukr bistricha neo grokl de nara? Pregunto a Ar-Gour indeciso. Mientras espero respuesta, la mirada traidoramente se me va a la figura de Naiara. No podía dejar de mirar esa dulce carita de niña que tenía mientras dormía.