Partida Rol por web

-¡Por Dios!

Me acomodé en el asiento y pude comprobar que por suerte, no había nadie más conmigo. Necesitaba quitarme aquellas cosas cuanto antes, lo haría en el baño en cuanto pudiera levantarme.

-Desea algo señorita?-

La azafata, al verte despierta y alterada se acerca. La sonrisa que hay en su cara¿Es la de cortesía o es que se ha dado cuenta de algo?¿Habras gemido en sueños?

Recordé que los piercings estaban machacados, así que desistí por lo menos hasta llegar a Roma. No me importaba si azafata escuchó algo, necesito dormir y olvidarme de todo.

-Dos cosas necesito, una botella de agua y conectar mi teléfono móvil...

Miré mi reloj de pulsera para ver la hora, estaba ansiosa por partir.

Al verte mirar el relohj, te dice:

-Partiremos en breve señorita.-

Se marcha y regresa con una botella de agua y un adaptador para enchufar el movil junto al aire acondicionado de encima.

Acabas por dormirte otra vez...muchas horas después, ya es de noche, despiertas de nuevo.

¿Estabas teniendo un orgasmo en tu sueño? En la realidad...estás a punto, notas que apenas necesitarias tocarte un poco para lograrlo.

Pero...¿Por que no deja de venirsete a a cabeza un gran danés que no sabes de quién es?

Me fijé en el móvil, estaba casi por completo cargado pero no consigo con eso apartarme de la cabeza lo que he estado soñando. Estoy cubierta con las mantas, así que meto la mano bajo mi falda y me tocó suavemente, mordiéndome los labios para no gemir. Al menos hasta mi orgasmo, consigo no pensar en el perro pero apenas termina, ahí está de nuevo. No entiendo qué es lo que pasa.

Madre mía...lo que sientes al masajearte con un pirsing justo ahí...es algo que no te podias imaginar...

El avión sigue su curso, ves que en la otra fila, un hombre, negro, de mediana edad y ni guapo ni feo no te quita ojo, sin duda se ha dado cuenta de lo que acabas de hacer. Te guiña unojo con una inclinación de cabeza hacia el baño.

Me resistí un poco, no quería estar con nadie más y menos en un baño de avión, así que ignoré al tipo y me acomodé mirando hacia el otro lado, fingí dormir.

No importa lo que hagas...la calentura no se te pasa. Pero acabas por lograr dormirte de nuevo, con mucho trabajo.

Finalmente llegas al hotel, no tienes reserva, pero te dan una habitación.

No sabes si la gente lo nota, pero tu misma si, hueles a sexo, has estado soñando cosas que no recuerdas toda la noche.

Llegas a tu habitación.

Necesitaba una ducha de agua helada, el cambio de horario, de ciudad, de todo. Necesitaba hablar a casa y preguntar por Roy, de él era de quien más me dolía no haberme despedido. Mientras llenaba la bañera con agua fría, me fui desnudando, necesitaba encontrar a alguien que me quitara aquellos piercings o nunca iba a volver a estar tranquila. Me metí en la bañera, temblé hasta que me acostumbré al frío del agua pero luego me quedé más tranquila.

Decidí salir a caminar, tal vez encontrara a alguien que me quitase aquellos malditos piercings. La ciudad estaba hermosa, mi cabeza no paraba de pensar en casa, en lo que estaría sucediendo.

Luego de caminar un buen rato encontré un lugar donde hacían piercings y entré. En perfecto italiano pregunté si también los quitaban y por suerte me dijeron que si pero tendría que esperar unos minutos.

El pobre hombre no se esperaba verte salir desnuda...y tan buena como estás. Se le van los ojos y lo ves silbar para si mismo.

-Ee..tumbesé ahi, señorita.-

Una vez te tumbas, te mira los pirsings, no tiene más remedio que tocar tus pezones, Te resulta más agradable de lo que te gustaría, pero es mucho peor cuando sus dedos tocan los demás...separan tus labios vaginales para poder verlos enteros. Lo peor es el de tu clítoris...en cuanto lo toca...uf...

Inclinas la cabeza hacia atrás un poco, para que no te vea la cara...pero eso es peor aún. Allí hay un cartel, totalmente inocente, de las razas de perro.

Lo que te lleva a recordar...al perro misterioso de tus sueños...entre eso y sus dedos en tu sexo, en el cual ya hay cierta humedad...tienes que morderte el labio inferior...y notas como tus dedos se contraen levemente para tratar de aguantar.

Pero la humedad le da a entender una idea equivocada...lentamente comienza a tocarte de otra manera, disimuladamente, como si explorara los pirsings...

Pero a medida que tu excitación crece y tu silencio continua....se atreve a más.

Notas su aliento.

Me mordí el labio para no gritar, comencé a sentir que mi cuerpo no iba a controlarse y que en cualquier momento le gritaría que me poseyera pero me contuve como pude. Mi excitación iba en aumento conforme me tocaba y pedía mentalmente que terminara con ello, que me los quitara o me tocara aún más.

-Espero que no... Espero que no nos lleve mucho tiempo... Yo acabo de llegar a la ciudad y...

Miré a los perros con atención, no entendía por qué me sentía así al respecto de los gran danés pero estaba mucho más concentrada en los dedos de aquel hombre, por un momento estuve tentada a detenerlo pero era inútil, no podía contra la voluntad de mi cuerpo.

Al notar que no te resistes, su boca se pega y...MADRE MIA lo que es sentir que lame sobre los pirsings...que tira de ellos levemente con sus dientes....Además de sus dedos, que ya son tres y no paran un instante.

Cuando un tiempo después, ya con las uás clavadas en el sillón para no gritar, se baja el pantalón y muestra un aparato enorme...se coloca sobre ti y te empieza a dar una follada salvaje.

Los ves disfrutar como un cabron, abre la boca, jadeante, y ves un momento como se lame el labio.

Ver su lengua, en esa postura, más el cartel del gran danes.....un recuerdo se dispara.

Una verga aún más grande, taladrándote sin piedad, llenándote entera por dentro, los jadeos broncos, el olor a bestia....todo mezclado con el recuerdo de un placer extreno....tanto que el mismo placer que sientes ahora se dispara hasta el punto del orgasmo mas brutal de tu vida, aún estando el sobre ti, arqueas la espalda y tensas las piernas sin poder reprimir un grito.

Pero él no ha acabado aún, sigue dándote caña aunque estás medio desmayada por la intensidad....

Y te das cuenta de que eso es solo mental, que así es como deberias sentirte...pero que en realidad tienes ganas de más.

En ese momento abren la puerta de la habitación dónde estáis y entra otro hombre.

-¡Primo! Echame un cable a descargar el cami....ón- se queda flipado al veros.

Es tan guapo como su primo, con perilla y el pelo más largo. Ves como se le va poniendo dura de veros.

Apenas puedo concentrarme, cuando pienso que todo ha terminado, Milo sigue pegado a mí, dándome y yo noto que a pesar del orgasmo, la excitación vuelve a estar como al principio y entonces, descubro aquel recuerdo pero no tengo tiempo para sentir asco. Me sujeto de las espaldas de Milo, enterrándole mis uñas en los hombros, en la espalda. Busco su boca, jadeo, grito, gimo y de pronto entra otro hombre pero no me importa nada.

-¡Oh si, así, así!

Mi cabeza da vueltas y noto como sus dientes se ensañan con mis pezones que están tan duros como una roca. Mis piernas envuelven a Milo, no quiero que se aparte de mí y se lo hago saber metiendo mi lengua en su oreja. He olvidado casi todo, sólo siento placer y quiero más y más.

Milo no para, parece estar haciendo esfuerzos por no correrse, y lo consigue, con lo que sigue taladrándote sin parar, y a un ritmo endiablado.

-Dios...dios que bien...joder como aprietas dios....-

Notas una mano en tus tetas, que no es de Milo, y sientes una nueva "presencia" cerca de tu cara.

El ahora libre miembro del otro tio, aunque bastante mas pequeño que el de Milo, está a centimetros de tu boca, y en cuanto te giras a mirar, aprovecha tus jadeos para metertela hasta el fondo de un golpe. Su otra mano sujeta tu pelo, aunque no te fuerza a nada por ahora.

Sin siquiera pensarlo, comencé a chupar aquel sexo que se me había puesto en el camino, lo hacía conforme los golpes de Milo dentro de mí se hacían más rápidos. No podía parar y no quería parar, había ido por una cosa y había terminado con otra pero finalmente ahí estaba, siendo penetrada por un lado y succionando con maestría por el otro. Sin embargo, en lo que más me concentraba era en Milo.

El  primo, que te tenia sujeta por el pelo, imprime un ritmo brutal a la mamada, hasta el punto de que literalmente te esta follando la boca.

Acaba corriendose en tu cara y pelo sin ninguna consideración.

Milo aún aguanta, pero notas que queda poco cuando se tensa y...el sonido que profiere es casi un mugido más que otra cosa. Se corre dentro de ti, parece una manguera por la cantidad que suelta.

Aún estás muy caliente cuando se separa de ti, con todo, se te ocurre:

¿Te habran dado tus pastillas anticopcestivas este fin de semana?

Notas el esperma deslizarse fuera de ti.

Aún cuando estoy muy excitada me pregunto y me preocupo por lo de las pastillas. Lentamente apartó al hombre que aún está cerca de mi cara y miro a Milo.

-Tienes que quitármelos, no puedo vivir así...

Alcanzo mi bolso y saco pañuelos para limpiarme el rostro pero mientras veo a Milo, me cercioro de lo bueno que está.

-¿Lo harás? ¿Sin volverme loca? Por favor...

-Pero...yo creo que son geniales...y además- coje el pirsing de tu clítoris y tira con algo de fuerza -Yo diria que te gustan por como reaccionas....-

Coje un pañuelo y se limpia un poco el tambien.

-¿Seguro que quieres que te los quite?-

Mientras tanto, su primo se arroja sobre tus pezones, no te es facil pensar, pero no es para nada lo mismo que cuando Milo te taladraba.-