Partida Rol por web

Una vez descansados del viaje, los magos se preparan para el banquete escogiendo sus mejores túnicas, sabiendo que después empezarán los duros enfrentamientos políticos donde la imagen es un punto esencial. Los grogs os guían hacia una de las salas de la planta inferior; en su interior podéis ver un conjunto de mesas puestas en fila para formar una que de cabida a todos los invitados, cubierta por un sencillo mantel blanco con bordes dorados. Apartada al fondo de la sala, hay otra un poco más pequeña en la que ya están sentados varios jovenzuelos, es obvio que es solo para aprendices. En ambas hay platos y copas de bronce (vacíos por el momento) y un cuchillo para pinchar y trinchar.

En un rincón Tortious escucha las palabras de un Quaesitor, asintiendo con desgana, a pesar de todo parece de mucho mejor humor que en la recepción. Terminada la conversación, declama:

-Imagino queridos sodales que estaréis hambrientos del largo viaje. En breves se servirá la comida. Pero antes Atalantios, Quasitor y Praeco de este Tribunal, insiste en que recibamos a un nuevo miembro en nuestra comunidad. Excelsius, filius de Mathieus, si sois tan amable...

-Oh, sí, sí, estupendo, gracias -dice Excelsius, un mago de aspecto muy juvenil, casi demasiado para ser mago, tanto que podría pasar por uno los aprendices más mayores de la mesa contigua. A continuación se dirige apresuradamente hacia el Quaesitor y Praeco. No es patoso, sólo despistado, así que se atusa los cabellos y se mesa el mentón, comprobando que su aspecto no es impecable pero sí decente.

-Dioses, son dos personas para dos cargos y no dos cargos para una sola persona, ¿verdad? -piensa para sí mientras procura poner buena cara, cosa que se le da moderadamente bien.

-¿Debo decir algo?(1) -susurra más que dice cuando llega junto a los veteranos magos.

Septimus estaba entre los presentes, con disimulo observaba la conversación entre Tortious y otro mago, el cuál aún no había identificado.La conversación terminó subitamente y para sorpresa un muchacho con edad para sentarse en la mesa de los aprendices dió un paso adelante

-Vaya, un joven aspirante a mago, ¿habrá superado el guantalete del aprendiz?- pensó mientras veía como el muchacho inseguro o nervioso se acicalaba el cabello, una sonrisa acudió a su rostro -parece tan ... inocente-

El que el primus Flambeau estuviese de mejor humor era más que conveniente, aún con todo, el archimago era la quintaesencia del mago Flambeau : temperamental e impredecible, motivo más que importante para tener sumo cuidado, cualquier palabra o gesto bien podría ser tomada como una ofensa.

El joven se paro cerca de él, un susurro llegó a sus oidos -ejem, ejem- aclaró la garganta para atraer la atención del joven -debes jurar el código periférico- susurró por lo bajo.

Dirigido a Septimus

Llega hasta tu nariz un olor familiar, un perfume delicado y sensual que no te trae buenos recuerdos. Antes de que puedas girarte, oyes la voz de la susodicha justo al lado de tu oreja-Veo que te sigue gustando meter las narices en todo Septimus-sus palabras suenan dulces pero su tono viene cargado de veneno-espero que no olvides que tu y yo tenemos asuntos que resolver...

Camino con Arcturus hasta el salón donde se va a celebrar el banquete, le dejo pasar primero, mera formalidad y entro tras él. Agradecido por todo cuanto ha hecho conmigo, asiento brevemente con la cabeza, en señal de agradecimiento como de despedida.

A diferencia de algunos con los que me he cruzado en algún momento, yo sigo llevando las mismas ropas con las que llegué, salvo por haberlas sacudido levemente para quitarles el polvo del camino. Busco un asiento entre los que haya libres, no tengo ningún tipo de interés en sentarme en algún sitio concreto.

Saludo amablemente a quienes estén a mi lado y me siento, observando al nuevo miembro que fue anunciado y que se uniría a nosotros durante la comida. Me atuso la barba y los bigotes, mostrando fingido interés en este tipo de ceremonias y tradiciones.

Dirigido a Alisandre

Era cuestión de tiempo que la maldita bruja apareciera, solo que esta vez lo hice temprano muy temprano, tanto que lo cogió desprevenido.Aún con todo era un Tremere, esperar lo inesperado era parte de su formación por lo que se repuso rápido.

-Por supuesto- sonrío respondiendo al primer comentario sin dejar de observar al muchacho que debía jurar el código periférico -por lo que veo sigues usando ese perfume con el que embaucas a estúpidos mundanos, tal como hacen las meretrices- susurra con tono jovial -resultas un tanto predecible para tener sangre de hadas, tal vez antes de que todo esto acabe aprendas una cosa o dos-tranquilo permaneció en su sitio observando al resto de sodales intentando identificarlos, ello sería clave para los acontecimientos futuros.

-Oh, claro, que despiste. Y mira que hasta lo he ensayado y todo. Bueno, pues empiezo –y a continuación comienza con una voz clara, llena de seguridad, sin titubeo alguno y declamando en un latín cesariano digno de envidia. Al parecer sí que lo ha ensayado, sí:

«Yo, Excelsius filius de Mathieus seguidor de Jerbiton, juro por la presente mi eterna lealtad a la Orden de Hermes y a sus miembros.

No despojaré ni intentaré despojar a ningún miembro de la Orden de su poder mágico. No mataré ni intentaré matar a ningún miembro de la Orden, excepto en una Guerra de Magos formalmente declarada y justamente ejecutada. Por la presente acepto que una Guerra de Magos es un conflicto abierto entre dos magos, cada uno de los cuales puede matar al otro sin romper este juramento y que si yo mismo fuera muerto en una Guerra de magos, ningún castigo debe caer sobre el que me mate.

Me atendré a las decisiones tomadas por honrado voto en el Tribunal. Tendré derecho a un voto en el Tribunal y lo usaré con prudencia. Respetaré los votos de todos los demás en el Tribunal.

No pondré a la Orden en peligro por culpa de mis actos. No interferiré en los asuntos de los mundanos, trayendo así la ruina a mis sodalis. No tendré tratos con demonios, ya que así pondría en peligro mi alma y las almas de mis sodalis. No molestaré a los duendes, ya que su venganza alcanzaría también a mis sodalis.

No usaré la magia para manipular a otros miembros de la Orden de Hermes, ni la usaré apara indagar en sus asuntos.

Instruiré aprendices que deberán jurar este Código y si alguno de ellos se volviese contra la Orden y contra mis sodalis, seré el primero en abatirle y llevarle ante la justicia. Ninguno de mis aprendices tendrá el derecho a llamarse mago hasta que haya jurado este Código.

Concedo a los seguidores de Bonisagus el derecho a tomar mi aprendiz si halla a mi aprendiz valioso para sus estudios.

Exijo que, si rompiera este juramento, se me expulse de la Orden de Hermes. Si fuera expulsado de la Orden de Hermes, pido a mis sodalis que me encuentren y me ejecuten, para que mi vida no continúe en la degradación y la infamia.

Los enemigos de la orden son mis enemigos. Los amigos de la Orden son mis amigos. Los aliados de la Orden son mis aliados. Trabajemos juntos como una sola persona y crezcamos sanos y fuertes.

Presto este juramento en el ¿qué día estamos hoy?, gracias...-lo añade-, en el año 1352 de la Era de Aries. ¡Ay del que quiera tentarme a romper este juramento y ay de mi si sucumbo a la tentación!»

Me dirijo a la Sala del banquete, y dejo que un sirviente me guíe al asiento que tenga asignado ( si no es así, me siento  en cualquiera lugar)

Tomo asiento, saludo con un leve inclinación a tod@s los presentes y ojeo a tod@s l@s participantes.

"Salve, mi nombre es Felismarte de Montpellier, de la Casa Tremere"-susurro como presentación a los que tenga a mi lado-"Disfrutemos de la cena y de nuestra mutua compañía"

Presto atención a lo que sucede y espero a que comience el espectáculo.

Armand ha tomado asiento y sonríe con educación y cortesía a las personas que tiene en los asientos cercanos. Se ha sentado junto a varios magos, en un puesto adecuado a su rango, pero junto a personas de distintas alianzas. No lejos de sus propios compañeros, pero sí con otras personas. Al fin y al cabo este tipo de eventos no sólo eran encuentros políticos, y hervideros de intriga: también eran una maravillosa ocasión para trabar relaciones con otros magos de otras alianzas, y de ese modo crear ese tapiz de intereses y confianza sobre la que, con apoyo de las leyes siempre imprescindibles, se asentaba la misma estructura de la Orden de Hermes.

Tras saludar educadamente, y con una peculiar mezcla de cortesía y don de gentes a los magos cercanos, se queda observando y escuchando como un nuevo mago es recibido y jura el código periférico. Armand asiente cuando este termina y eleva su copa en dirección al nuevo mago, y luego la enseña a los magos cercanos

- Cuando nuestras copas se llenen, habrá que brindar por nuestro nuevo hermano, y por la orden de Hermes, ¿no les parece? Por cierto, no me he presentado - saluda con una ligera inclinación de cabeza- Armand de Bouvines, Quaesitor, de la casa Guernicus, de la alianza Quid pro quo

La moza, tras arreglarse un poco el pelo y las ropas llego al salon acompañada unicamente de Aigor, no era bueno que espantara posibles nuevas presas, con su gorro rojo de rigor con la pluma colgante y unas ropas forestales, arregladas, pero informales, hace acto de presencia.

Mira tratando de buscar alguna cara conocida, pero al no verla decide sentarse cerca de los aprendices, suelen ser los que tienen la lengua mas suelta y los que mas hablan, Aigor la acompaña y se queda algo atras. Seguramente le cayera algo cuando repartieran la cena.

Qué algarabía! Pienso mientras me dirijo a mi asiento. Saludo, con un gesto de mi cabeza a mis acompañantes más cercanos mientras degusto el vino. Sigo atentamente la presentación y el juramento del joven mago. Vaya, un despistado. Espero que sea mejor con los hechizos que con los discursos.

Observo la mesa con atención, estudiando a todos y cada uno de los allí reunidos. No me gusta tropezarme con gente que ya conozco, o mejor dicho, con gente que ya me conoce. Vaya con la maga del Huargo... Y cómo no, su lenguaraz acompañante con ella, pululando de un lado para otro... ¿Pero cuántos somos aquí? Vaya una reunión... Desde luego la discrección no es el punto fuerte de los Flambeau.

Yo, Atalantios, filius  de Caecus, como quaesitor con plenas facultades, te reconozco, Excelsius filius de Mathieus, seguidor de Jerbiton, como mago de la Orden de Hermes-Atalantios completa así el antiquísimo ritual que la Orden lleva haciendo desde el día que se fundó.

Prorrumpen en aplausos todos los Jerbiton que se encuentran en el salón, muchos otros magos lo secundan ya sea por obligación o motivación propia. Los mas atentos pueden ver como Tortious agarra al muchacho dándole su sigil y diciéndole algo, pero el ruido y con Atalantios cruzándose por en medio de la escena impiden ver u oír nada más.

Con una mano que parece una garra, te toma del hombro y de la otra aparece misteriosamente tu sigil, que puedes reconocer fácilmente por los símbolos grabados en él y ademas tiene una longitud superior a la habitual, casi 30 centímetros. Aprovechando el ruido de los aplausos, te susurra:

-Dile a tu pater que con esto le agradezco lo que hizo por mí... y que nunca más se le ocurra volverme a pedir un favor como este.-inconscientemente se lleva las manos al trasero, como si le doliera, antes de dirigirse a su sitio en la mesa.

Terminado el rito y sin mas preámbulos, los grogs entran al trote cargados de bandejas con comida como si hubiesen sido llamados por una campana invisible. Hay gran variedad de platos, incluyendo algunos que por la temporada es imposible que estén disponibles, como el puré de castañas y abunda sobre todo la carne, de hecho hay un plato con pequeños trozos de carne cruda con pinchos clavados que los Flambeau reciben con gran ilusión. Corre el vino, el hipocrás, la cerveza, el hidromiel...en definitiva cualquier bebida que los comensales puedan desear.

Ahora sentados ya es mas fácil hacerse una idea del numero y porcentaje de magos reunidos; mayoritariamente se encuentran los Flambeau con 54 miembros, seguidos de 22 Jerbiton incluyendo al recién llegado y 9 Quaesitor contando a Atalantios. Del resto de Casas hay muchos menos miembros, apenas 6 Mercere, 5 Tytalus, 4 Verditius, 3 Bonisagus, 3 Criamon, 3 Tremere, 2 Merinitas, 1 Bjornaer y 1 Ex-Miscellanea.

Dirigido a Septimus

Parece que has hablado mas fuerte de lo pretendido y muchas miradas se clavan en vosotros, pero pierden interés rápidamente al ver que no es una disputa muy importante, y Alisandre continua hablando con una sonrisa:

-Y ahora te pones a gritar a los cuatro vientos, que poca educación. Veo que recuerdas mi perfume, pero temo que te falla la memoria con respecto a su uso-se ríe sin darle importancia a tu insulto-Aunque claro, es normal que se te queme la cabeza, ¿cuando fue la ultima vez que dejaste tu laboratorio y saliste al exterior? Pálido como la leche...¡si hasta tienes canas!-sin dudar, tira de una de ellas arrancándola y enrroscándola alrededor de su dedo-Vaya, ¿que podría hacer con esta Conexión Arcana?