Partida Rol por web

Dirigido a Papagena

Los aprendices se quedan mudos cuando te ven acercarse, tanto por la sorpresa de que un mago decida unirse a ellos voluntariamente y que no se trate de sus respectivos maestros y el hecho de que ese "mago" sea una mujer de despampanante belleza con una mirada y unos movimientos capaces de hechizar la mente de un hombre y hacerle cometer...actos perversos. 

Pero uno de ellos no se queda sorprendido mucho tiempo y se dirige a ti con calma y educación:

-Salve sodalis. ¿Que deseáis de nosotros? Como podéis ver solo somos humildes aprendices...y deberíais decirle a vuestro acompañante-señala a Aigor-que saliese prontamente de aquí, la fiesta de los grogs es en la sala de al lado, antes de que algún mago se enfade.

En el camino hacia el comedor, Remiel se detiene numerosas veces observando y analizando residuos mágicos, pequeñas deformaciones en la Regio o cosas pequeñas sin sentido aparente para todos salvo para él. Como consecuencia de ello, llega el ultimo (o de los últimos) al salón donde tiene lugar la reunión de magos.

Al entrar da un rápido vistazo al resto

-Salve, soy Remiel de Criamon de la alianza Adamantis Malleus- con voz fría y dura anunciandose a sí mismo. Dirige unas reverencias cortas a los individuos más destacados de la sala y a continuación se sienta en la gran mesa servida en uno de los asientos disponibles.

-Sí, sí, claro, ummm, Praeco, no me olvidaré -espero- Voy a reunirme con mis sodales -añade con una sonrisa satisfecha a la vez que se coloca su sigil con cierta muestra de orgullo- A veeeer, alguien con buen gusto y estilooooo, sí, allí, voy con los Jerbiton, a ver qué se cuentan... -y feliz como un niño con zapatos nuevos se dirige a buen paso hacia ellos.

-Salve, soy el nuevo, jejeje. ¿Hay hueco aquí para un novato?

Observo a los comensales e intento adivinar las Casas a la que pertenecen.

-"Sería grato encontrar a alguien con el que haya compartido viajes. Nunca está demás tener conocidos en un Tribunal"

Me dirijo  a los magos que están a mi vera después de haberme presentado:

-"No me habéis dicho vuestros nombre. con quién tengo el placer de compartir este banquete?"

Cuando ambos llegan hasta la mesa los aprendices se quedan como algo impresionados ante la belleza de Papagena, ella ya estaba algo acostumbrada a esa expectacion, pero no evito que se sonriera cuando uno de los mas jovencitos rubio y mono se dirigio a ella. Aigor al oir la mencion del chico se queda estupefacto.

- Hija, no me gusta este chico -dice muy seriamente.

- Jajajaja, salve, chicos, no os preocupeis por Aigor,ahora luego se ira, pero es que me gusta tenerlo cerca -dice esto y acto seguido le abraza y le da un beso en la mejilla como una hija se lo daria a su padre- es mi custos y aunque se que no va a apasar nada en Val-Negra me gusta enerlo cerca, pero no os preocupeis por que nadie se enfade. Me presento soy Papagena -dice dandole un beso en la mejilla mas cerca de la comisura de los labios que del pomulo- no hace falta que seamos tan formales ¿no? -dice picarona- solo he venido a conoceros un poco, como podeis observar soy una Mercere, mi mision es enviar noticias y misivas y que mejor noticia que la llegada de nuevos aprendices, sere yo quien cante vuestros exitos y quien hara que se os conozcoca

Con todo el descaro del mundo se sienta junto a Tristan y le hace una señal a Aigor para que se retire discretamente.

- Asi que primero os tengo que conocer yo, cuentame ¿Como te llamas? 

A Alisandre

Septimus se une a los aplausos del resto de magos, sonriendo intentando aparentar naturalidad ante la situación, una vez jurado el código se vuelve para mirar de frente a Alisandre.

Notó el tirón del cabello y un ligero picor al desprenderse del cuero cabelludo, soltó un "aich" suficientemente alto para que lo escucharán los más cercanos y comenzó a rascarse allí donde había sufrido el tirón, instintivamente miró para confirmar si alguien se había percatado de lo que había ocurrido, buscando con la mirada a Felismarte

Tranquilo volvió a mirar de frente a su rival -investigar para variar- susurro respondiendo a su ofensa -te invito a que hagas algo insensato, de verás lo estoy deseando ... ves- dice señalando al grupo de quaesitor -¿quieres que les contemos un cuento?, ¿a ver a quién creen?- enarca una ceja.

Su mano acaricia la mejilla de la maga -tranquila,tranquila ... ssshhh- consuela como si de una infante se tratase -ea,ea,si tantas ganas tienes y tan capaz te crees, tendremos un duelo de magos antes de finalizar el tribunal- dice con tono conciliador, elevando un poco más el tono de voz para que le escuchen los más cercanos -cuando todo este hecho y dicho,¿sí?- sonríe inocente -bien-continuo sin dejarla hablar -me alegro de haber aclarado-.

-Mis canas me pertenecen, me las he ganado ... - sentencia tendiendo la mano con la palma hacia arriba -vamos no tengo todo el día-  flexiona los dedos sobre su mano extendida. 

Dirigido a Armand

Sin darte cuenta te has sentado junto a un grupo poco hablador, pero uno de ellos responde a tu saludo. Al instante recuerdas que estaba en el grupito que mantenía la discusión con los Flambeau.

-Sin duda, es un momento que debemos festejar. Soy Neomides, filius de Sedimoen, de la Alianza Windgraven, es un placer conoceros. Lamento que antes fuera tan descortés, pero me hallaba indignado y sin ganas de mantener conversación, esos malditos Flambeau...-lanza un bufido de indignación hacia la cabecera de la mesa-seguro que ni siquiera han puesto un pie fuera de aquí y se atreven a seguir esparciendo esos rumores, sin molestarse en saber de su veracidad.-al servirse la bebida y la comida levanta su copa para brindar contigo, con una leve sonrisa que se puede discernir a duras penas entre su espesa barba.

Recibo a los grogs con una sonrisa en la boca, pero más que a ellos, a las bandejas que traen consigo. El hambre era algo que no debía esperar demasiado. Viendo que a mi alrededor había conversaciones que no llamaban demasiado mi atención y que el nuevo ya se había hecho un hueco -y más rápido de lo que yo lo hubiera hecho-, decidí a llenar mi barriga con todo lo que pusieran delante de mis narices.

-¿La cerveza está tibia? -le pregunto a uno de los grogs que pasa cerca con una vasija, acercándole la copa para que me sirva-.

No era tan refinado como cualquier vino, pero prefería su sabor, por no decir que su olor me traía recuerdos de mi pasado. Por otro lado, probé todo lo que tenía al alcance, carne, pescado... sin importar como estuviera cocinado. Siempre cosas consistentes, las cremas y demás alimentos que no tuviera que masticar, no merecían la pena. Puede que más adelante me decantara por algo de fruta.

Armand asiente a las palabras de Neomides

- No debéis preocuparos, Neomides, filius de Sedimoen, de la Alianza Windgraven. En realidad debo reconocer que al presentarme como lo hice, mi intención era impedir la discusión. Sin duda carezco de la inteligencia de muchos de nuestros hermanos, pero se lo suficiente de magos, y de como nos comportamos, para tener claro que una conversación dura... como la que ibais a tener, suele terminar malamente. Sobre todo cuando unos son muy pasionales y los otros se sienten insultados. ¿No os parece? - el quaesitor se muestra cercano, empático y realmente tiene una forma de comportarse que parece facilitar hablar con él, o sincerarse- De todos modos lo cierto es que esos rumores resultan preocupantes. Es evidente que alguien ha tenido que venir a contárselos a los flambeau. ¿Sabéis quién puede estar detrás de tales cosas?  

Me fijo en los primeros corrillos que se forman en la mesa, tanto mis acompañantes como yo parecemos los menos habladores. Vaya suerte, Michel, tú siempre en la mejor compañía... Bueno, supongo que los Ex-Miscellanea siempre seremos los menos queridos.

Salve, digo dirigiendome al mago sentado a mi diestra, mi nombre es Michel duGeneve, mago Ex-Miscellanea de la alianza Semper Fidelis. Parece que aquí nos sobrará la diversión y la hospitalidad, de hecho, no me esperaba tal despliegue en ésta última. Sin duda, en esta Domus, saben como tratar a los invitados. Doy un trago a mi copa. Incluso el vino supera en exquisited a estas viandas...

Dirigido a Papagena

El muchacho, tan serio y tranquilo, retrocede un poco y se pone rojo cuando le das el beso-Estoo....me llamo Tristan y vengo de la alianza Alma mater. A mi no me molesta que él este aquí-dice señalando a Aigor, que ya se va-pero mis padres me han enseñado que al resto de los magos les gusta mantener una separación firme entre los mundanos y ellos-parpadea un momento, ligeramente asombrado-¿Le acaba de cambiar la joroba de sitio o me lo he imaginado?

Dirigido a Septimus

Tras una mirada asesina, a la mujer no le queda mas remedio que tenderte el pelo robado-Es patético que necesites de los Quaesitores para resolver tus problemas...esta bien, te habría perdonado si fueras un poco menos orgulloso y admitieses tu culpa, pero te empeñas en mantener tu postura. Cuando termine el banquete, hablaré con Atalantios, puede que los Tremere nunca hayáis sido vencidos en combate pero ni dudes que esta será la primera vez-habla de tal manera que te hace pensar en que pueda tener un as en la manga, se muestra muy segura de poder ganarte.

Enfurruñada, empieza a dar cuenta del banquete dejando de prestarte atención.

Dirigido a Excelsius

Todos los Jerbiton te reciben con gran ilusión, algunos bromean acerca de tu indecisión al jurar el Código y otros se muestran interesados por saber que te ha dicho Tortious, pero los rumores quedan acallados al llegar la comida, se nota que todos están hambrientos y se disponen a dar cuenta de ella. El olor es tan delicioso que pareces tener mas hambre de la que jamas imaginaste.

-No quisiera estropearte la comida, pero querría saber por que tu maestro no ha estado presente en tu nombramiento. Conozco bien a Mathieus y este no es un comportamiento habitual en él. Soy Augusto, de Alma mater. Es posible que tu parens te haya hablado de mí.

Dirigido a Armand

Por desgracia tengo una idea bastante aproximada de quien puede tratarse.-suspira-Veréis, como imagino que sabréis hasta hace poco había una dura lucha por ocupar el puesto de Primus en nuestra Casa y había un par de magos, Litigias y Clemente, que parecían los más probables a ocupar el cargo-se detiene un instante para tomar un trago y confirmar que le sigues-lo malo era que ambos son magos conocidos en nuestra Casa, pero con poco don de gentes y poco hábiles en política.

Y entonces llego Storitus. Sinceramente nadie le esperaba, de hecho creíamos que había muerto en un naufragio en las costas de Britania, pero de alguna manera nos equivocamos. Cuando se enteró de que el puesto estaba en juego, no dudo en presentarse como candidato, cuando era pequeño tenía una increíble empatía y sabia exactamente que decir a los demás para conseguir lo que quería...y parece ser que aun lo conserva, aun mas diría yo. No lo malinterpretéis,-se apresura a aclarar-ese hombre no busca fines egoístas, nunca lo ha hecho, solo desea servir a la nuestra Casa y la Orden de la mejor manera posible.

Así que se alzo como elegido por una gran mayoría de nuestros sodales, pero Litigias y Clemente se muestran como firmes oponentes a su mandato y tienen bastantes seguidores para apoyarles. No me extrañaría nada que hubiesen extendido el rumor para desestabilizar su posición y su prestigio.

Tras llevar un rato en silencio escuchando comentarios de otros magos, Remiel empieza a pensar que, quizás, no haya sido la mejor de las ideas acudir al Tribunal. Ya había olvidado lo tediosos que podían ser, aunque que podía esperar de un grupo hombres de poder aparte de politiqueos y cotilleos. 

"Parecen nobles mundanos, todo el día hablando afrentas del pasado y felicitándose por logros vacíos"

Casi agradeció cuando llegó la comida, así podría tener algo con lo que distraerse mas allá de los cuchicheos. ¡Hasta ver la distribución de un plato de guisantes podía ser mas entretenido que aguantar los chismes!.

La comida estaba exquisita, por supuesto, como correspondía a un huésped del nivel del Domus Flambeau. Tras dar unos cuantos bocados a su muslo de pavo a la brasa especiado con hierbas provenzales y acompañado con una guarnición de cebollas asadas y ensalada de hortalizas, Remiel decidió iniciar algo de conversación con el mago sentado a su diestra. Con un poco de suerte sería un intelectual de verdad y podrían hablar de algo con sentido.

-Hola, soy Remiel de Criamon de la alianza Adamtium Malleus. No tengo el placer de conoceros ¿como os llamáis?- dijo con un tono prudente