Partida Rol por web

Lugar: Cafeteria de la 2da avenida

Fecha: 16 de octubre de 2015

Hora: 20:00 de la tarde

Kaori esta esperando en la cafeteria donde trabaja, ha quedado con una chica francesa que le va a vender una novela que lleva tiempo descatalogada, al parecer a la muchacha le venia muy bien el lugar acordado pues daba clases de baile en la academia que habia frente a la cafeteria.

Amy y Anya se dirigen a la cafeteria para tomar un cafe pues ultimamente han estado quedando mucho despues de las clases de baile, parece ser que es ya una tradicion para ellas.

Aparte de con Anya y Kaori, Amy a quedado con Rebekka. La rubia necesita unos apuntes de historia del teatro pues dentro de unos dias tiene un examen para saber si tiene que dar esa asignatura o no.

Parece que las cuatro chicas se encuentran por primera vez en la cafeteria, un buen lugar para un primer encuentro ¿no?

Lugar: Cafeteria de la 2da avenida
Fecha: 16 de octubre de 2015
Hora: 20:00 de la tarde

Su turno en la cafetería donde trabajaba estaba apunto de terminar. Era una cafetería normal tirando a grande, y a pesar de que a esa hora no hay tantos clientes como a primeras horas de la mañana y de la tarde, aún había comensales a los que atender.

Iba vestida con ropa sencilla, vaqueros, camiseta negra remangada y el pelo suelto mas su delantal característico, la cafetería no tenía uniforme más allá de zapatos cómodos y ese trozo de tela rodeando la cintura de los trabajadores que atendían en sala. 
Se encontraba limpiando las mesas, con calma, miraba distraídamente la ventana, pensando en la chica con la que tenía que encontrarse. No podía evitar sentir nervios, siempre que conoce a alguien nuevo le pasa, y por lo menos es una chica, si fuera un chico estaría histérica. Sin duda tenía que relacionarse más para moderar esos nervios.

Desde que llegó a la gran manzana ha tenido relación básica con los ciudadanos de Nueva York, sumado a algunas citas que no fueron exitosas, necesitaba amigos con los que relacionarse.

Había sido una tarde movida, haciendo compras y buscando un lugar más permanente para vivir, así que estoy cansada y con ganas de tomar algo caliente, y más teniendo en cuenta que había quedado con Amy en aquel lugar. Entro en la cafetería, que parece tranquila y tiene buen aspecto. Allí, entre unos pocos clientes, veo una chica de rasgos orientales, cuyo delantal me dice que es empleada del lugar.

Me siento en una de las mesitas libres con dos sillas junto al ventanal, para ver la calle y que cuando llegue Amy pueda sentarse conmigo. Pongo las bolsas de foma que no molesten al paso, y espero pacientemente a que la chica pueda atenderme.

Lugar: Cafeteria de la 2da avenida
Fecha: 16 de octubre de 2015
Hora: 20:00 de la tarde

Observa como entra una chica a la cafetería y la observa brevemente, luego termina de limpiar la mesa de la que se estaba ocupando, y se dirige a la barra. Allí suelta el trapo y se pasa las manos por el delantal para quitar la humedad.

Camina hasta la mesa de la ventana donde se encuentra la recién llegada y se detiene junto a ella.

- Buenas tardes, le tomo nota? - Dice con una expresión serena, quizá quiera esperar a alguien antes de pedir nada.

Había quedado con Rebekka en la cafetería, le iba a presentar a Anya, a quien había conocido en las clases de baile de “refuerzo” que daban justo en la academia de enfrente de la cafetería donde habíamos quedado.

También daba la casualidad de que una chica había respondido a mi anuncio sobre una novela que quería vender pues ya la tenia y me la habían vuelto a regalar con tapa dura por lo que había decidido que el libro pasara a otras manos y así ganar algo de dinero por mi propia cuenta.

La novela se titulaba “Un dolor imperial” era un drama que para mi gusto reflejaba claramente lo que sentía la protagonista adolescente que tenia leucemia.

Por suerte no me iba a resultar difícil localizar a la muchacha que me había respondido al anuncio pues, según me había dicho ya, trabajaba en el establecimiento. Preguntaría al primer empleado que viera para que la llamase. No sabia si esta muchacha se había leído ya el libro o no pero sí me gustaría comentarlo con ella cuando lo hubiese terminado en el caso de que fuera a leerlo al comprármelo.

Saludé a Rebekka que estaba situada en una mesa pegada a la ventana, aun estaba esperando a que Anya saliera de la academia para entrar al lugar.

La mañana había sido horrible, llena de contratos nuevos, algunos modelo requerían cláusulas que tenía que redactar minuciosamente, otros exigían algunos objetos de lujo ene camerinos, total para una tarde de sesión fotográfica. Vale, adoro mi trabajo, nadie se imagina la cantidad de modelos que he conocido en mi vida, algo increíbles, otros muy estúpidos, pero desde luego no podía quejarme, incluso mi jefe parece sacado de una de las portadas. Pero hoy no había sido un día de esos de “adoro mi trabajo”, sino más bien un día de esos de “quiero pegarme un puto tiro en la sien”.

Eso sí, después de las clases de baile, en las que me muevo como pato sin cabeza, como puedo,  después de reírme un rato de mí misma, sudar, sentirme sensual en aquellos movimientos imposibles que empezaban a surcar entre mis curvas, ducharme, y suspirar…. La migraña ya parecía haber desaparecido.

Como era ya tradición, Amy, más rauda y veloz, salió del vestuario atestado de chicas, lista ya para el café, me había quedado con las ganas de que me hablara de ese tipo… Yo soy algo más lenta, y tardo un poco pero termino llegan. Estoy saliendo, le sonrío a Amy, cuando mi teléfono suena.

- Sí… ¿Qué quieres ahora? Estaba en clase…

Murmuro al teléfono, con el ceño fruncido, indicándole a Amy que puede entrar, gesticulo un “gracias por esperarme” mientras escucho el teléfono y sigo a Amy hasta una mesa pequeña al lado de la ventana, con otra chica ya sentada que parece conocer a Amy.

- ¿Qué? ¡No! No pienso meter esa cláusula en el contrato, sólo serán unas horas… eso es muy caro, luego los de contabilidad vienen a tocarme los ovarios al despacho y… que no… bueno… yo hablaré con él. Sí, mañana. – Sonrío, con la mirada perdida en la mesa, mientras hablo – antes de irme, sí, sí, sí. – Pongo los ojos en blanco un momento – no seas capullo.

Y cuelo, luego miro a Amy y a…

- Perdonadme, trabajo – suspiro, metiendo el móvil en el bolso de nuevo.

Miro a la camarera y le sonrío con dulzura y simpatía.

- Un capuccino, por favor.

Justo en ese momento veo a Amy a través del cristal y saludo con la mano y una gran sonrisa. Veo que se queda fuera esperando, ya me había avisado de que otra chica vendría. Dicha chica aparece poco después: bastante guapa y de rasgos agradables, pero parece estresada. Al final, Amy termina entrando sola.

- Hola guapa. ¿Qué tal en clase?

Poco después la chica entra, disculpándose por la espera. Le sonrío y le tiendo la mano.

- Hola, soy Rebekka, o Bekky, si te gusta más.

Lugar: Cafeteria de la 2da avenida
Fecha: 16 de octubre de 2015
Hora: 20:00 de la tarde

Asiente sin tomar nota, no era un pedido difícil de recordar. Da un paso hacia atrás para ir a la barra y observa como entran las demás chicas, así que espera a que se sienten.

Odia interrumpir aunque en su trabajo ya se ha acostumbrado. Espera a que se saluden mas o menos y alza un poco la voz para que la oigan, pero en un tono amable.

- Vale, capuccino por aquí... Buenas tardes chicas, les tomo nota? o vengo mas tarde?

Ni siquiera piensa que una de ellas es con la que había quedado para el tema del libro.

Correspondo su mano apretándola ligeramente, le devuelvo la sonrisa suspirando por fin.

- Hola… Bekky – me encojo de hombros ligeramente, optando por el primer nombre que me viene de los dos – yo soy Anya - miro a la muchacha que nos atiende – hola, buenas tardes, qué rápida, yo otro de lo mismo, gracias – le sonrío también y miro a Amy antes de ponerme a preguntar curiosa.

Entro al establecimiento junto con Anya y me dirijo a la mesa junto a la ventana en la que esta sentada Bekky, miro a mi alrededor buscando algún empleado y me tomo con la mirada de una camarera que ya esta tomando nota a la rubia, mientras tanto la pelirroja ya se a presentado y pide lo mismo que Bekky.

-para mi otro, por favor. Disculpa, ¿conoces a Kaori Yoshida? Me a dicho que trabaja en esta cafetería-digo a la muchacha de rasgos asiáticos.

Mientras se giraba para ir a por el café, se detiene y mira a la chica que pregunta por alguien con su nombre; lo cual la hace reaccionar con una leve sonrisa. Se recoloca sobre sus pies y asiente cordialmente con la cabeza, llevándose una mano al pecho.

- Yo soy Kaori, tu debes de ser... Amy? - Pregunta dudosa, no se esperaba que aquella chica fuera la que le hablara de aquel libro, siendo tan joven y guapa, y rodeada de buenas amigas (o eso parece)

Miro a Bekky con curiosidad, acodándome en la mesa. En mi mente se acumula el trabajo que el jefe me acaba de pasar, y lo cierto es que quiero despejar un poco mi cabeza, así que me centro en la rubia, que está muy callada (xP).

- ¿Y de qué os conocéis Amy y tú? – pregunto por curiosidad, no interrumpiendo a Amy y Kaori, sino más bien buscando algo de conversación animada.

Así que Amy también ha quedado aquí con la camarera. Qué chica tan organizada.

Mientras ellas dos hablan, veo la intención de Anya de comenzar una conversación, y la sigo, pues la chica me resulta agradable y me gustaría conocerla mejor.

- Pues coincido con ella en algunas clases de la NYADA. Fue muy amable conmigo cuando se dió cuenta de que era nueva y estaba algo perdida. ¿Y tú? ¿Vosotras sois amigas hace tiempo?

Sonrió a la camarera cuando me contesta que ella es la persona que ando buscando, le tiendo el libro y digo:

-exacto, Amy Laurent- contesto y después añado- ¿ya lo has leído o te lo han recomendado?-

escucho como Bekky y Anya se ponen hablar de forma animada para romper el hielo, nunca me ha gustado ser yo la que empiece conversación cuando dos amigas mías se conocen, prefiero que ellas mismas creen un vinculo amistoso sin meterme de por medio.

Voy mirando a Kaori y a Amy, pero presto más atención a Bekky, que me hace sonreír cuando dice que estaba perdida en Nueva York.

- Así que también eres multifacética… Perderse en esta ciudad es muy fácil ¿Hace mucho que llegaste?

La observo con curiosidad, lo cierto es que parecen dos chicas muy prometedoras, son preciosas, jóvenes y se esfuerzan por hacerse un hueco en esta titánica ciudad.

- Nos hemos conocido hace muy poco en clases, hace nada, unos meses que me apunté, la oficina es un poco estresante últimamente, el jefe está muy capullo y aunque bailo como un pato mareado, siempre es divertido hacer un poco el ridículo – me río.

Niega con la cabeza lentamente - No, sólo me lo habían recomendado.

Luego se da cuenta de que ellas habían pedido café y se apura, de hecho, se sonroja sólo con pensar que se ha "entretenido" - Ais... disculpa Amy, voy a por los cafés, aunque mi turno termina ya, pero primero voy a por ellos - Señala la barra y mira de reojo si el jefe la está viendo "holgazanear"

Niego con la cabeza mientras sonrío a Anya.

- Llegué a Nueva York hace poco más de quince días, tras concederme la beca para entrar en la escuela. Aún no tengo un lugar estable donde quedarme. Es frustrante tener dinero para elegir y no encontrar nada que te guste...

Me encojo de hombros inocentemente. Tras descartar la idea de alquilar una habitación había comenzado a buscar un lugar para mí sola. Pero todo lo que encontraba o estaba lejos de la escuela, o el precio era desorbitado, o estaba en muy malas condiciones.

Al menos el hotel estaba bastante bien, pero era muy impersonal.

En ese momento había oído a Bekky hablar de un lugar donde vivir. Ella vivía en un estudio para ella sola, algo frío y sin habitaciones, sólo la del baño.
Sentía el impulso de ofrecerle un lugar a Bekky pero su educación y el hecho de que no la conocía de nada le impedía dar el paso. Además lamentablemente no tendría habitación para ella, ya que toda su casa era su habitación, pero era un lugar espacioso.

Va hacia la barra a preparar los capuccinos y se nota el pulso acelerado. Tiene en la cabeza tomar la decisión de acercarse a aquellas chicas un poco más y sólo de pensar en poder decir "yo podría ofrecerte algo temporal" se siente nerviosa.
Suspira para mantener la calma, y regresa a la mesa, colocando los cafés sobre la mesa, frente a las chicas que lo pudieron. Se limita a hacer su trabajo, por ahora.

- Aquí tenéis...

- Sólo quince días ¿Y qué tal te trata la ciudad? – Sonrío, con un deje de nostalgia, recordando cuando llegué - ¿Qué buscas exactamente? – pregunto curiosa.

Parece una buena chica, y yo en mi casa tengo la habitación de invitados que no uso, no es un palacio pero está en el centro de Manhattan, igual puedo echarle una mano.

Veo como Kaori vuelve a la barra a por los cafés, me ha dicho que termina ahora su turno y pienso para mi: menos mal...me siento como un flan con estas dos conociéndose por lo menos se nos une alguien mas.

-gracias, Kaori. ¿a que hora terminas? ¿cuanto tiempo llevas en la ciudad?-pregunte con mi remarcado acento mientras miraba de reojo a Anya y Bekky, parecía que se llevarían a las mil maravillas y esperaba que Kaori se nos uniera.