Partida Rol por web

La postura de la mujer facilita una fácil exploración, aun así esta claro que su ano es mas prieto aunque su vagina esta mas lubricada. Ella casi está temblando con anticipación los movimientos de los dedos ... manteniéndose en esa postura y agarrándose las nalgas y abriendolas mas aun si cabe para que no quede lugar a dudas de sus ganas.

Por supuesto tanto énfasis hace que los agujeritos se abran un poco mas.

Finalmente dice un - Maaaas .. mete maaaas ... - Aunque con voz muy baja y tímidamente.

Gominola no sabe que decir, a lo mejor te lo tomas a mal. Con cada golpe da un respingo, con sus carnes ajetreándose.

Finalmente dice - No, no me gusta.

Le quito la escasa ropa que lleva y comienzo a manosear su sexo, experimentando, viendo hasta dónde siente placer. Luego meto los dedos en su boca y la obligo a arrodillarse. Le obligo a practicarme una felación. Durante todo el proceso, tarareo la marsellesa a ritmo lento.

Oh vaya...entonces tendré que cambiar a otra cosa, porque no quiero disgustarte. Dejo caer a un lado la regla y acaricio un instante su trasero magullado y lo beso con delicadeza.

Luego aparto sus nalgas ,dejando el ano a la vista y le introduzco hasta el fondo y a la primera el indice en su interior.

Mejor esto entonces?.

Me gustó oir lo que decía y así se lo expresé para que lo supiera, para que supiese que me gustaba escuchar sus expresiones de placer, me arrodillé, en esa postura se podían hacer mil maravillas, la sujeté por las caderas para que no perdiese el equilibrio y acerqué mis labios a su sexo, quería probar el elixir de su interior, su humedad, así que introduje mi lengua lo máximo que pude en su vagina, explorando, abriéndose paso entre aquellas dulces paredes, la moví con fruición intentando también proporcionarle placer.

La mujer se pone bien para que la manosees a gusto mientras ella hace lo mismo con tu miembro.

Cuando la arrodillas empieza a realizar la felacion con gran habilidad, se nota que lo suyo son las lenguas, puedes notar que domina el arte y que es capaz de meterse todo el miembro hasta la garganta sin toser en absoluto. Toda una profesional.

Incluso tiene tiempo de masajearte los testículos al son de la música.

La mujer arquea el culo un poco y susurra, aun con miedo - Si, mejor esto.

Con una mano se separa un poco una nalga para que el ano se le abra un poco mas y sea mas fácil.

La chica suelta un placentero gemido. Parece que le gusta mucho.

Luego con una mano, concretamente los dedos, le agarra la suya y la mueve hacia el ano y aun con voz tímida. - Masss ... 

Al estar de rodillas tiene tu cadera cerca, con lo que con la otra mano empieza a acariciar tu miembro y testículos.

Caramelo continua con su función, con una malo levanta el pene y con la lengua se dedica a lamer los testículos un rato y a realizarle chupetones, luego vuelve a recorrer todo el pene y se introduce de nuevo toda la longitud del miembro en la boca, lentamente.

Mientras con una mano sujeta bien fuerte la base del miembro (como si fuera a escaparse), con la otra se desliza la desliza entre los muslos llevando sus dedos hacia tu trasero ... concretamente el ano, donde con un dedo acaricia la entrada.

Introduje de nuevo el dedo en su ano como creí interpretar que quería mientras con las lengua seguía estimulando su sexo, yo cerré los ojos al sentir su mano en mi miembro y testículos con lo que no perdió ni pizca de su vigor, así estuve unos segundos más antes de levantarme y acercar mi miembro palpitante a su entrada, lo froté unos segundos por su exterior y lo introduje en su vagina a la vez que soltaba un suspiro - ¿Te gusta? – le pregunté

Debido a su postura, tu pene frota con fuerza las paredes vaginales a la par que ella suelta un suspiro de placer. - Si, me gusta.

Me encanta que me llenen por todos los lugares. Como mas mejor! - Dice intentando impresionar con sus habilidades. - Por eso yo me encargaba de los espectáculos.

Asentí a sus palabras aunque casi prefería no pensar el ello en aquellos momentos – Bueno, por el momento espero poder estar a la altura de las circunstancias – la sujeté por las caderas y comencé a mover yo las mías haciendo que mi pene se deslizara en su interior, suave, húmedo y calido interior, tenía una increíble visión de mi miembro entrando y saliendo, como parecía gustarle introduje de nuevo mi dedo en su ano y comencé a moverlo también, entrando y saliendo.

- Mmmm.... Pero, ¿Dónde vas, mon petit Caramel?

Tras un breve instante de alarma, la dejo seguir... Placeres sofisticados... creí que no encontraría de esto... este nuevo mundo me gusta cada vez más.

Pasados unos minutos, doy la vuelta a Caramelo y la penetro con todas mis ganas, teniendo mucho cuidado de no eyacular dentro.

Le doy una palmada en la mano que trata de abrir sus nalgas.

No preciosa, déjala tal y como esta. Prefiero que cueste un poco, porque doy por sentado que no eres virgen ni mucho menos...

Luego tomo una de las nalgas con la mano libre y la estrujo, disfrutando del color purpura que toma la piel perfecta de la mujer. Después, comienzo a mover poco a poco el dedo en su interior, y paso a introducir un segundo y casi sin pausa un tercero.

En cuanto se dilata lo mínimo para que entre, se la clavo hasta el fondo en una sola embestida, llena de violencia.

La chica continua con sus ligeros gemidos de placer, aumentando el volumen cuando nota que le metes el dedo por el ano. 

Se dedica a acariciar tus muslos y nalgas mientras disfruta de tus movimientos. Con tu dedo puedes notar el entrar y salir de tu miembro al otro lado de sus paredes interiores.

Mmmm, si, me gusta.

De repente te das cuenta que se queda en silencio .... y de que alguien te está lamiendo los testículos.

La mujer se apoya con las manos en la pared, alzando un poco el culo para que puedas penetrar bien sus bajos. Jadea con cada impulso disfrutando de la atención del muchacho.

Entre gemidos suelta un - Oye que no tienes manos o que?

Con el indice se señala el culo.

El momento era muy agradable, dosificaba mi placer porque aún me quería disfrutar haciendo más cosas con chicle, la sensación de notar mi miembros al otro lado del fino tejido de su interior era placentero y extraño a la vez, cuando noté a alguien lamiendo mis testículos doy un respingo, - Pero quien demonios... - digo bajito y me giro para ver de quien se trata.

Empiezo a azotarla a ritmo. Cada tanto se me escapa una carcajada o un fragmento de la marsellesa, con la letra cambiada para hacerla obscena. Me aplico con gusto durante un largo rato. Luego la apoyo contra la pared y sigo follándomela, metiéndole los dedos en la boca y tirándole del pelo alternativamente, hasta que empiezo a meterle el pelo en la boca. No paro de reírme o de tararear.

Te das cuenta que no hay nadie detrás por supuesto. 

Es chicle, doblegada entre sus piernas que ha llegado a meter su cabeza entre las tuyas para lamer. Cuando nota tu sorpresa suelta una risita de chiquilla divertida.

Con una mano se pone un dedo por el ano, primero lentamente y luego jugeteando con tu dedo como si compitiera por el escaso lugar del agujero.