Partida Rol por web

El trayecto se alarga bastante y os preguntais cuando honda era esta base, vuestras manos os duelen ya de tanto trepar.

Cuando llegáis arriba podríais pedirle que os haga un numerito. - Continua diciendo caramelo entre risas.

Finalmente unos 15 minutos mas tarde, llegáis a la ultima planta.

Salgo casi con alivio del hueco del ascensor y tomo posiciones con el arma en la mano, cubriendo al resto mientras sube.

Dejad los numeritos para mas tarde por favor. Ahora intentemos que nadie aparte de Sam muera.

Al llegar arriba el panorama está peor, abandonado y agreietado con paredes que amenazan con caer y techos que se derrumban. Cada paso parece que haga temblar las paredes y los pasillos se suceden hasta llegar a un lugar donde el techo se ha derrumbado del todo, pero alguien ha excavado un estrecho tunel.

Chicle se pone de cuatro patas para entrar en el agujero.

Detrás de mi. - Dice antes de entrar lentamente dentro.

Sigo a la mujer y cuando entra en el agujero la sigo a mi vez. Lo primero seria encargarse de la Gominola y luego podríamos registrar el centro.

Después, alzo la mirada y trago con rapidez, antes de seguirla con un suspiro. Lo cierto es que noto una cierta incomodidad en el Short que llevo.

Durante el ascenso, no puedo contener el ataque de risa ante lo que ha dicho Caramelo de Chicle. Consigo recuperar la compostura.

- Perdone, teniente. Estoy todavía un poco en estado de shock... y no podrá negar que tiene su gracia. Pero... como ordene, mi teniente. Procuraré estar centrado. Nada de numeritos.

Por algún motivo, la risa de Caramelo me resulta particularmente contagiosa. Intentao terminar el ascenso sin mirar hacia arriba para no desconcentrarme. Al llegar arriba, sigo examinando el entorno. Y no puedo evitar mirar a Chicle cuando se pone a cuatro patas.

La verdad es que pensabais que lo de trepar 15 minutos por un hueco de ascensor era cansado. Ahora pensáis que arrastrarse por no se cuantos metros de runa y piedra con lugares estrechos y polvo por todos lados, tampoco es que sea mucho mejor ... almenos en el ascensor podíais respirar bien.

Llegáis a las afueras, chicle tiene una especial capacidad para pasar por estos túneles y lentamente os va dejando un poco atrás, aunque siempre comprobando que nadie tenga problemas y mirando hacia atrás para que la sigáis.

Al salir estáis en una especie de garaje abandonado y corroído por todas partes, con solo piezas de chatarra doblegadas y sin utilidad por el lugar. Si había algo de valor, hace tiempo que se lo llevaron. También podéis observar marcas de blasters y balas por todas partes ... aunque son viejas, muy viejas.

Chicle está en la puerta del garaje, haciendo gestos con la mano para que alguien se acerque.

M coloco en silencio junto a ella en un angulo por el que no me puedan ver desde fuera y aguardo, con el arma preparada.

Al cabo de unos segundo escucháis el caminar de alguien hacia aquí. Por la puerta entra una resplandeciente rubia de grandes pechos apretados por su indumentaria.

Como va todo? - Dice su voz. - Habéis encontrado algo de valor?

Cuando se encuentra a todo el mundo se queda callado, aunque no hace ningún gesto ofensivo con su revolver.

¡Joder!, exclamo sin poder evitar al ver sus pechos. Luego recupero el hilo mientras le apunto. Sam a muerto. Ahora tienes nuevos...dueños, así que deja tu revolver en el suelo y no hagas tonterías.

Como? - Dice la mujer con sorpresa y exclamación mirando a las dos otras chicas.

Que ha pasado? - suelta el revolver y lo deja en el suelo lentamente y mostrando un buen escote.

Se lo han cargado. - Dice caramelo levantando los hombros con indiferencia/impotencia. - Ahora mandan ellos.

Chicle le susurra (aunque no muy bajito) a Guillome. - Esa era mas cara.

Eso es...me lo he cargado y ahora sois nuestras. La otra opción seria...una barbacoa. La miro con las cejas elevadas, para que pille lo que quiero decir con la barbacoa.

Tenéis un coche, no es así?...hay ropa de hombre en el?.

- Lo suponía, Chicle... por su nombre ni pregunto.

Recojo el revolver del suelo.

- Bueno, ya estamos todos... Chicas, dejádme ver qué habéis encontrado ahí abajo. No me gustaría repetir el trayecto... Alguien debería revisar si el coche está en condiciones y si cabemos todos dentro. Soy bastante buen conductor, pero de mecánica no entiendo nada.

Me acerco a las chicas para que me entreguen las bolsas.

Eh ... claro ... sígueme. - Dice gominola dubitativa aun sin saber muy bien como reaccionar.

El exterior parece el de una base militar abandonada, con vallas cortadas, torres de vigilancia tumbadas y edificios bombardeados o a saber. Detrás de unas paredes de una antigua nave industrial, hay un extraño vehículo que os está esperando tranquilamente.

Por fin llegamos al exterior donde nos encontramos con la tercera de las chicas.

- Bueno y ahora que hacemos… escuchar chicas ¿Podéis explicarnos cual es la situación ahí afuera? Por lo visto han cambiado unas cuantas cosas desde que… desde que… nos metieron en esas cajas… - me rasco la cabeza - ¿Tenéis algún sitio donde vivir? ¡Y por Dios! ¿De verdad no hay nada más que comer que carne humana? Sólo de pensarlo me da nauseas…

Sigo a la rubia de cerca, con la mano apoyada en su cintura y el cañón del arma muy cerca de ella.

Ahora sube y saca toda la ropa de hombre que haya...y algo para que se vista Chicle. O al final aquí acabara pasando algo...

La orden de Thadeus me hace dar un respingo.

- Teniente Radek... ¿En serio? ¿Va a obligar a Chicle a vestirse? Estas chicas visten así, ¿No se ha dado cuenta? ¿No cree que será un poco llamativo ir por ahí con una mujer vestida? Deberíamos saber dónde estamos, qué ha cambiado en el mundo. Por lo que parece, nuestra moral no tiene mucho valor por aquí. Más nos vale adaptarnos... Teniente.

Le echo un buen vistazo a Chicle, como preparándome para dejar de verla desnuda.

Así que nuestra moral no vale de nada, no Guillome?...pues entonces llévate a Chicle a un rincón oscuro y deja que te muestre lo buena contorsionista que es.

Le hago un gesto, como invitándole a que lo haga. Y luego...si te entra hambre la devoraras también?.

Miro molesto a Radek.

- Que faites-vous? Preacher chômeurs? No es el momento ni el lugar para ninguna de esas dos cosas. Lo único que digo es que deberíamos informarnos antes de tomar decisiones que puedan volverse en nuestra contra. Si le precupa mi líbido, teniente, no es ningún problema. Sé concentrarme perfectamente. Hasta el momento, usted es el militar de mayor graduación entre nosotros. Acataré sus órdenes.

Le hago un débil saludo militar y me dirijo a inspeccionar el coche.