Partida Rol por web

BLAM!

BLAM!

Dos disparos resuenan en la noche. Son Jeremías y Wilmor que deciden echarle una mano al nuevo y desequilibrado integrante del grupo. El pizzero estaba disfrutando con lo que hacía. Carga la recortada y acierta por la espalda a uno de los zombies. Su vestimenta aparece agujereada por las decenas de perdigones que se hunden en su cadavérico cuerpo, salpicando carne y sangre coagulada. El calor quema la piel. El zombie cae hacia adelante desplomado e inerte.

Por su parte, Wilmor carga la recortada y disparapor la espalda de nuevo al zombie, que no parece demasiado afectado por el impacto que acaba de recibir.

El superviviente está ahora delante del único zombie que queda vivo. Aprovecha el impacto para lanzar un puñetazo al muerto viviente, que de manera hábil lo esquiva echándose sobre él en una especie de abarazo mortal.

Ahora sí, el superviviente está en serio aprieto. Fallar el disparo puede implicar darle al humano. La persona que puede tener información privilegiada sobre cómo sobrevivir, está en serio peligro.

El zombie entabla una lucha cuerpo a cuerpo muy peligrosa. Abre la boca dispusto a morder al superviviente si nadie hace nada para impedirlo...

AAAAARRRRGHHHHHH!!!

El gemido zombie es esta vez más emocional. Menos monótono. Va a comer...

DISPARA DESGRACIADO!!! Vuélale la cabeza a este hijo de put...

AAAARRRGGGGH!!! joder, me va a comer!!!

En retaguardia y relativamente cerca de la lucha quedan el loco, Wilmor y Jeremías. Conrad con la motosierra encendida llega al cruce. En vanguardia están Jim, veloz como nadie, Óliver y Franky con Ann Marie, que ya enfilan la cuesta de bajada. Unos cincuenta metros cuesta abajo, a la derecha está la entrada a la zona hospitalaria, la zona de urgecias del hospital a la izquierda y al fondo, el edificio de cocinas del hospital a la derecha y al fondo del todo el parking de la facultad y la entrada principal a la misma. Unos cin metros más desde la entrada a la región del fondo.

Jeremías ríe como un demente cuando el zombie se desploma como un saco empujado por sus perdigonazos.

TOMAAAAAAA!!!!!! JAJAJAJAJAJA!!!!!!

El otro zombie continúa en pie a pesar del disparo de Wilmor, y se abalanza contra el otro superviviente. El pizzero niega con la cabeza ante la nueva demostración de torpeza del recién llegado, que grita desesperado para que le quiten de encima al hambriento muerto viviente. Eleva su recortada una vez más y apunta a la cabeza sin pensar demasiado en las consecuencias de un disparo fallido. Aprieta el gatillo con satisfacción, cuando un inesperado clic le recuerda que ha olvidado recargar el arma tras los dos disparos.

- Mierda...

Echando un vistazo a su alrededor, espera que el segurata acabe con él, mientras echa mano a la pistola que aún guarda en su cintura. Acaba con ese cabrón, viejo, piensa mientras apunta esta vez con el revolver, listo para apretar el gatillo en cualquier momento...

Wilmor analiza la complicada situación. El zombie tiene al nuevo agarrado en un abrazo, así que el riesgo de darle al humano es alto. Un fallo y adiós a la información que pueda tener ese tipo. Pero no disparar es condenarlo directamente a la muerte. Peor aún, a que se convierta en uno de esos cabrones. La decisión está tomada! Wilmor vuelve a apuntar al zombie, esperando que esta vez el disparo le haga más daño.

Pero el pulso de Wilmor no es todo lo firme que debiera. ¿Habrá dado el disparo al blanco equivocado?

El Loco pretendía seguir corriendo, él ya había pasado por esa situación anteriormente y no quería repetirla. Los disparos de las armas le hacen entrar en razón a los escasos pasos. Se queda quieto y gira la cabeza, observando como poco a poco los zombis se echan encima del superviviente. Él le había salvado, ahora era su turno.

¡Acercaos pistoleros! ¡Rebentadle la cabeza y así no fallaréis! -grita empezando a correr hacia el zombi que todavía forcejea con el superviviente.

Antes de ocupar la trayectoria de disparo, Jack espera a que vuelvan a realizar un nuevo disparo. En caso de que el zombi todavía siga vivo se abalanzará sobre él para darle una patada y así quitárselo de encima.

Lo escuchó todo...escuchó los disparos, los gritos de sus compañeros, los alaridos de esos monstruos pero no miró atras. Se prohibió mirar atras. Sabía lo que estaba pasando y no quería verlo, prefería mirar hacía delante, prefería mirar el camino que conducía al parking, prefería ver ante él la camioneta de Conrad que según había dicho estaría aparcada al final, prefería escapar y ponerse a salvo.
No eres un cobarde! Se decía una y otra vez, no lo eres!Estas luchando! Por tí, por Anne Marie...por ellos! Tu no puedes ayudarles de esa forma, debes correr y evitar que te tengan que esperar a ti. Cuando consigais el coche podreis volver sobre vuestros pasos y rescatarlos!!!

Esa voz tenía razón. Más valía que la tuviese y que no estuviera equivocada pues eso era lo que iba a hacer. No se detendría. Es más, cuantos más gritos escuchaba, cuanta más desesperación parecía haber entre los que se habían quedado atras, Franky mas corría, más amplia era su zancada, más rápida su cadencia...más lejos estaba de poder ayudarles...

Mientras corre son muchos los pensamientos que se agolpan en la mente del encargado de mantenimiento.

Debería volver atrás y ayudar a Wilmor y al pizzero. No no debería, no hay nadie armado aquí a delante, si algún puñetero zombie está cerca de mi camioneta Franky y Oliver no tendrán nada que hacer. Tengo que seguir corriendo y pillar la Doge para salir pitando, pero...

JOOOODERR!! ¿pero a donde coño vamos? somos un a panda de canelos, no sabemos a donde ir ahora...¡Mierda!

Conrad acaba de caer en la cuenta de que el grupo no ha acordado ningún punto de encuentro, no han decidido a dónde ir cuando estén en los coches.

¿Tal vez al ejército, la policía...?

Mañana tenia un examen. Recuerdo abstraido. Creo que será la mejor excusa que nunca he presentado para no ir. No puedo evitar recordar el maldito momento en el que decidí entrar en este puñetero edificio, pero eso ya ha quedado atras, me digo. Ahora solo queda mantener la cabeza fria y salir de ahi. Céntrate le decía siempre su padre, también los profesores y mucha otra gente que no le conocía de nada.
Resulta irónico que en un momento como este me vayan a salvar mis piernas y la experiencia que me ha dado mi afición a meterme en lios más que todos los consejos que me han dado esos carcas o todo lo que se han empeñado que aprenda de los libros. Bah!

Obcecado en mi carrera observo atentamente, buscando la más cercana, y más fácil, forma de huida.

Las razones son diversas; el egoismo de Óliver, el individuadlismo de Jim, la solidaridad de Franky o los motivos de apoyo de Conrad, pero el caso es que de una manera o de otra, el grupo se divide. Atrás quedan, ya lejos, Wilmor, Jeremías, el loco y el superviviente.

Los demás corren en desbandada calle abajo, a punto de llegar a la zona hospitalaria, a la derecha. Una vez ahí, todo recto hasta la facultad y su parking...

BLAM! Wilmor dispara de nuevo su recortada. La situación es extrema y a pesar de que no conocen de nada al humano atrapado, lo necesitan, o pueden necesitarlo. Los perdigones fallan el blanco, pasando peligrosamente cerca del superviviente. El plomo silba en sus oídos por la cercanía a la que pasan. Este hecho le despista la décima de segundo suficiente como para no poder esquivar el ataque zombie. Éste se lanza sobre la clavícula del humano, con la boca en extremo abierta y los ojos blanquecinos extasiados. El muerto viviente muerde violentamente al superviviente.

AAAARRRRRHHHHHHH!!!! JODER, ME ESTÁ COMIENDO!!!

Es como un perro de presa. La mordida es contínua, brutal. La sangre empieza a manchar la camisa de la víctima, lo que parece excitar aún más al zombie.

El

AAAARRRRRHHHHHHH!!!! JODER, ME ESTÁ COMIENDO!!!

El grito resuena en la oscuridad a través de la lluvia y de los resoplidos de vuestras respiraciones. Es la voz del superviviente. Pero la decisión ya había tomada, y era seguir corriendo.

Unos segundos más tardes llegais a la zona hospitalaria, a la derecha por la calle que bajais. Frenais la carrera para explorar el terreno. A la izquierda y al fondo, el letrero URGENCIAS del hospital. Hay algunas ambulancias aparcadas cerca. A la derecha el edificio anexo al hospital. EDIFICIO DE SERVICIOS. Sabeis que hay una comunocación subterránea nueva entre éste dificio y el hospital. En él están los talleres de mantenimiento y las cocinas. Gran parte de él aún está deshabilitado.

Al fondo y a la derecha, la Facultad, con el parking al lado.

Parecía fácil, pero no lo va a ser tanto. Más de una decena de zombies caminan erráticos por la zona, sin rumboa aparente, pero invadiendo el terreno. Muchos de ellos llevan batas de hospital, y otros el uniforme tipico sanitario. Unos pocos van vestidos de calle y otros llevan el uniforme de personal de ambulancias...

Esto es una plaga!

¡Mierda!- Wilmor había fallado el disparo, y eso le había dado una oportunidad al zombie para morder sin piedad al superviviente. Joder, mal asunto. Aunque consiguiese salvarlo, estaría infectado. Aún así Wilmor acude raudo a ayudarlo. Recorre el par de pasos que le separan del macabro abrazo, y levantando la escopeta golpea al zombie por la espalda, esperando que afloje su presa.

Antes de apretar el gatillo de la pistola, Wilmor se coloca en su linea de tiro, por lo que baja el arma y echa a correr en la misma direccion. Mierda Es consciente de que ya es demasiado tarde, y han mordido al superviviente torpon.

Cuando logra llegar hasta el, ayuda como puede al loco y al segurata.

- ¿Pero de donde ha salido este tio? Joder, es mas torpe que yo...

La sangre del ex-policía rezuma en Wilmor por los cuatro costado, siendo incapaz de dejar a un completo desconocido de comportamiento extraño a su suerte. Sin pensárselo dos veces se lanza contra el zombie por la espalda golpeando de manera brutal al agresor justo debajo de la nuca. El segurata puede notar perfectamente como se rompe el cuello del muerto viviente, que suelta su presa cayendo a los pies del superviviente.

Joder, el muy cerdo quería comerme...

La mirada del tipo es extraña, sabe perfectamente lo que va a ocurrir.

No me mireis así joder! Ya lo se. Tengo unos quince o veinte minutos creo, antes de que me convierta en una de esas bestias... Pero no sucederá! La herida es superficial. Casi no me duele... Además, la misión que Dios tiene para mi en este mundo no ha concluído. Él evitará que me convierta y muera. Venga, dadme un arma. VAMOS!

El superviviente, con la camisa ensangrentada a la altura de la clavícula izquierda, se dispone a salir corriendo en pos del resto del grupo.

- Eh, espera un momento, no te vengas tan arriba

Jeremias llega a trote gorrinero hasta el lugar en el que se encuentran los demas.

- Ese cabron te ha mordido, y yo no pienso arriesgarme a que te conviertas en otra de esas cosas. Que te den por el culo. Buscate la vida como has hecho hasta ahora, pero lejos de mi...

Mira al loco y a Wilmor buscando su aprobacion. Sin duda seria una estupidez permitir que les acompañase.