Partida Rol por web

En el momento en el que Kepesh asintió, Ross le contestó"Bueno, en parte es porque me has caido bien" y seguidamente se levantó de su asiento y esbozando su ya habitual sonrisa, le dijo: "Pero también quiero resolver el misterio que nos rodea ahora mismo, aunque por ahora nos centraremos en lo tuyo, ya que por ahora veo mas fácil devolverte a la normalidad que encontrar a esa misteriosa fuerza que nos transportó a la playa" en ese momento, y sin dejar de sonreir, le tendió la mano a Kepesh y le preguntó: "¿Te embarcarás en esta aventura conmigo?"

Escucho con curiosidad la respuesta de Ross. ¿En verdad le caí bien? Bueno, eso no era muy usual, pero me alegraba de saberlo. En cualquier caso, asentí varias veces cuando hablaba sobre descubrir los dos misterios. Al final, lo premio con una linda sonrisa.

- Muy bien. Muchas gracias, Ross. -digo con un asentimiento, tomando su mano.

Una vez me levanto junto a él, le lanzo una mirada derecha a los ojos, de apenas un segundo, antes de desviar los ojos hacia los caminos.

- Entonces al campo, ¿no? -digo con ánimo.

Ross no sabía cómo se tomaría Kepesh sus motivos, aunque se alegró cuando vió que los aceptaba. Vió como la joven se levantaba y le miraba directamente a los ojos, mirada que Ross le sostuvo hasta que Kepesh miró el camino, y le preguntó si se ponían en marcha. Ya habían descansado y comido lo suficiente, por lo que era hora de volver al camino.

"Efectivamente" le contestó Ross, mientras daba los primeros pasos para dirigirse a Campos de la Misericordia.

(Los campos eran curiosos, lo que en un espacio era tierra completamente estéril, sinembargo todo era distinto a escasos metros en la siguiente parcela, una especie de tierra gris donde parecía brotar mazorcas de maíz, un grupo de unos 4 jóvenes, con cañas de bambús y cuchillas en ambos extremos recolectaba las mazorcas, su tarea parecía, dado el número de plantas ya cortadas y las que quedaban por cortar que esta había durado horas y que pese a eso aún duraría varias horas más).

Acompañé a Ross dando prueba fehaciente de que estaba acostumbrada a andar, pues a pesar de mi constitución menuda y de no tener una gran musculatura, no daba apenas muestras de cansancio. Aunque en realidad, sumado al hecho de que tenía cierta costumbre de andar, era demasiado cabezona como para dar muestra de debilidad. Cada cuál tenía sus cosas.

Una vez llegados, analizo la escena con tranquilidad, dándome también un instante para reposar minimamente, tras lo que expreso a mi compañero:

- Deberíamos buscar posada, si la hay, o al "cabecilla". Son los mejores lugares para buscar información. -comento con tranquilidad, tratando de localizar dónde estén las construcciones al extremo del campo.

Si era una casa aislada y no un pueblo... bueno, pues igualmente sería recomendable preguntar al cabeza de familia, para mostrar respeto.

Mientras caminaban, Ross estaba dudando de cuanto aguantaría Kepesh, antes de rendirse al cansancio que les iba a causar el resto del camino. En el caso de Ross no era un problema, pues en sus años con los mercenarios siempre caminaban para ir de un lado a otro, por lo que esto no era nada nuevo. A medida de que seguían caminando, encontraron un cultivo, y a cuatro jóvenes trabajando en él, recolectando mazorcas.

Después de escuchar la sugerencia de Kepesh, Ross asisntió y dijo:"Muy bien, empecemos nuestras pesquisas preguntando a estos trabajadores" y empezó a caminar hacia ellos.

Una vez llegó al cultivo, exclamó para que le oyeran los jóvenes:"¡Disculpad! ¡¿Hay alguna posada por aquí cerca, o en su defecto, la persona que mande por aquí?!

(Uno de ellos se acerco a la pareja)-Bueno...por aqui no posada, aunque sitio en que quizás puedan dormir, más adelante, casón grande pintada de rojo, ¿si?...allí pueden ofrecer hospedaje a ustedes, sino molesta ciertos ruídos...gente muy trabajadora, si...y hacen todo si, si...ella señora Agenes o algo asi llamarse...(el jóven no parecía conocer vuestro mismo idioma, pero se entendía las referencias que decía, por lo que no parecía que el hospedaje que indicaba se hallase lejos, sino cercano al lugar).

Ross miró en la dirección que señaló el trabajador, que conducía a la mansión roja, como mínimo podrían conseguir algo de información acerca de la zona. "No sé por qué, pero algo me da mala espina" pensó Ross para sí mismo, por lo que decidió estar alerta en todo momento. Miró a Kepesh: "Bueno, ya que estamos aquí podríamos pedirle información a esa tal señora Agenes, igual puede darnos información sobre el reino de Svenz, o incluso sobre qué hay en la selva del señor pudribunda, aunque en este último no creo que sea nada bueno."

Kepesh había cogido una rama del camino que usaba como bastón para caminar, aunque no parecía apoyar más peso de lo normal en él. Tenía en mente omitir preguntar a esos tipos, pero ya que Ross parecía tan lanzado al respecto, simplemente me encogí de hombros y lo acompañé. La explicación del tipo me hace enarcar una ceja.

- Sí... sospecho que bastantes viajeros pasan por allí. -respondo con un sonrojo muy suave, lanzándole una mirada a los ojos para ver si notaba lo que estaba pensando sobre la casa- Tengo ciertas sospechas sobre la casa de Agnes, me cuadra más ese nombre, y el tipo de casa que es... ya me entiendes. -le digo con cierta diversión.

(Tras un intenso camino llegarón al pequeño pueblo, las calles eran estechas y los comercios escasos, y dedicados claramente a la alimentacion, la casa de la señora Agnes, en comparación era inmensa, aunque adaptada al resto de la ciudad, por lo que Agnes debia tener una gran cantidad de dinero, pero no era del grupo privilegiado, la sospechas de Kepesh no parecían infundadas, las ventanas se hallaban cerradas a cal y canto, se oían gemidos masculinos de su interior bastante fuertes y repetidos, la puerta era hermosa, en maderas nobles y con laminados dorados en los marcos).

Después del comentario de Kepesh, Ross iba cada vez mas inseguro, hasta que llegaron delante de la mansión roja. La mansión en sí era espléndida, pero si algo había hecho a Ross cambiar de opinion, había sido lo que pensaba que habría en su interior, lo de las ventanascerradas no lo iba a juzgar, era su casa, por lo que si queria tenerlas cerradas, estaba en su total derecho, pero los gemidos de hombre que se oían desde dentro llevaron a Ross a una conclusión, que igual era algo precipitada, pero con la información que tenía era lo único que se le venía a la mente. "¿Cómo es que no se oyen mujeres? espera... es mejor que evitemos este sitio".

Se acercó a Kepesh, y, con no muy buena cara, y pensando en lo que podría depararle el destino si se quedaban mucho tiempo ahí,le sugirió a la joven:"Deberíamos evitar este sitio a toda costa, demos una vuelta por el pueblo, a ver si conseguimos algo de información"

La pelirroja suelta una pequeña risita, que con mezclado con su carita inocente sonaba a niña traviesa.

- ¿Te da miedo un sitio como éste? Yo creo que entraré a preguntar... No creo que suceda nada malo. Sería genial tener un sitio donde darse un baño y descansar. Y no nos costaría pasar por una pareja, para ver las reacciones. -comento, realmente pensando los detalles.

¿Sería un sitio para hombres de "esa" inclinación? Realmente, lo de pasar como pareja le resolvería la vida en ese aspecto, aunque también tenía varios otros supuestos en mente en los que era conveniente.

"Yo no lo definiría como "miedo" precisamente, solo que ese sitio no me da muy buenas vibraciones" le contestó Ross, en un tono un poco mas bajo del habitual. Mientras decía esto, también estaba pensando en lo que le había sugerido la joven, después de tanto tiempo en el camino, le costaba recordar la última vez que durmió en una cama.

"Veamos, si hacemos lo que ella sugiere, el único peligro sería "eso", y a cambio de ese riesgo, podríamos conseguir cobijo, comida e información. Los pros superan a los contras con creces" pensó, resignandose.

Y, sin previo aviso, enlazó su brazo con el de Kepesh:"Por mucho que no me guste, no veo ninguna pega en lo que has dicho, así que vamos a darle una oportunidad, pero si pasa algo, espero que no me dejes tirado" se acercaba, junto a Kepesh, a las puertas de la mansión, alerta de lo que podría pasar a su alerdedor.

Sonrío ante la defensa de Ross. En verdad, no pensaba que fuese a tener miedo, pero o le había picado la frase o en verdad se estaba planteando algo más serio que yo. Aguzaría mi atención.

Me llama un poco la atención que enlace su brazo con el mío, aunque pensó que no sonaría tan raro que lo hiciéramos poco antes de entrar al sitio, si bien una pareja en el camino no se la pasaría con los brazos enlazados, claro.

- No te dejaré en la estacada, tranquilo.

Paso al interior, al mismo tiempo que el guerrero, empleando mis bien preparados sentidos para detectar todo lo posible del lugar.

(Al entrar a la casa, sólo veis un gran salón adornado al estilo árabe, en ese momento veis una mujer de unos 50 años más o menos la cual al veros se acerca a vosotros)-Buenos días, ¿querían algo?, ¿son pareja?, extraño muy extraño sin duda, pero diganme...(la señora vestía con traje negro hasta los tobillos con una pequeña diadema de color azul oscuro y no maquillada)...ustedes dirán si quieren beber té esta recién hecho.

"Buenos días" le respondió Ross a la señora devolviendole la sonrisa con otra sonrisa rápida. "Somos una pareja de viajeros, pero no conocemos esta zona, ya que, entre unas cosas y otras, no sabemos muy bien donde estamos, hablando a nivel de continente, claro, por lo que le agradeceríamos muchísimio si pudiese darnos informacion sobre los alrededores" Declinó el té cuando le preguntaron. "También nos dijeron que aquí a lo mejor podíamos conseguir hospedaje, por lo que si hay sitio y si podemos permitirnoslo, nos gustaría pasar la noche"

-Vereis hijos yo tengo ciertos problemas para orientarme, apenas recuerdo el nombre del pueblo, he sufrido mucho problemas en ese aspecto, de la zona solo recuerdo que es una zona de trabajadores del campo, y yo soy la más rica por mi negocio creado con muchos esfuerzos...(la mujer miro a la jóven y el jóven de arriba a abajo)...si tengo hospedaje para ustedes si lo desean, son sólo 3 monedas la noche por los dos, precio para la feliz pareja, y cuando alguno de mis chicos acabe su trabajo el puede ayudarles con su problema de orientación.

"¿Sólo 3 monedas? Que sospechoso..." pensó Ross, aunque dijo "Muchas gracias por el precio" mientras le daba las tres monedas. "¿Donde está nuestra habítación?" preguntó mientras miraba a su alrededor. Y aunque no lo parecía, el joven aún estaba alerta, ya que si el exterior de aqueñ sitio le parecía sospechoso, la actitud de la señora que habia dentro se lo parecía aún mas, pues a pesar de ser desconocidos, amablemente les había ofrecido una habitación a precio especial y, a lo mejor, también algo de información.

(La pareja subió por las escaleras hasta la habitación 4, que indico la mujer, al entrar veis que era una habitación muy señorial, con papel pintado purpura en las paredes, unos muebles en madera de nogal y barnizado, la cama era de tonos escarlatas y recubierta de ante y seda con colchon de plumas, en la pared había colgados unos cuadros pintados a manos en uno se veía un paisaje nevado y en el otro una posición sexual entre una mujer y un hombre ambos bucando con sus labios el sexo de su compañero, mientras en la habitación de al lado se oían unos golpecitos acompañados de unos gemidos de mujer).