Partida Rol por web

 Hércules va intentando darle una soberana patada en los testículos a Ileon pero él toma la pierna del héroe y le dá una vuelta en el aire arrojándolo al suelo. El otro hombre se acerca a Gabriel y con un golpe de su espada, destruye la armadura que la joven tenía formada recién.

Calisto está a salvo y comienza a trotar con el niño alejándose de los dos malditos guerreros.

- Vale..., -comentó Hercules de manera casual, sin dar a entender el daño que había recibido, mientras se levantaba del suelo- Reconozco que sabes defenderte. Pero evidentemente lo que importa no es como empieza un asunto, si no como acaba... -y diciendo esto, trató de alcanzar a su rival con una fuerte patada frontal que le lanzara volando contra su compañero.
Si la maniobra le salía bien igual hacía que ambos se embarullaran en el suelo, lo que daría opciones a Gabriel a rematarlos o huir. Los tipos toscos y forzudos tendían a ser a veces torpes.
Había visto de refilón como el otro bruto había dascargado un golpe sobre la muchacha que había hecho trizas lo que le quedaba de armadura. Ya solo tenía su piel para interponerse entre el filo y la carne.
Y Hércules no tenía intención de permitirlo...

Gabrielle se siente completamente desprotegida. Chasquea la lengua al ver lo inútil que volvía a ser de nuevo en batalla. Pensaba que eso ya lo había superado, pero por lo visto no era así.

Sin embargo, observa la maestría de su compañero y asombrada ve como intenta inutilizarles. Lejos de aprovechar la oportunidad, le grita que ambos huyan, pues ella no dejaba atrás a un compañero jamás.

El crio esta a salvo,y me dispongo a cubrir a mis compañeros,que no lo estan pasando muy bien..Mientras me acerco,veo que pretenden huir,Gabrielle no esta en su mejor momento.

- ¡Llegan los refuerzos! Os cubro la retirada- ,les digo a Hercules y Gabrielle,yendo hacia los guerreros..- ¿¿Me echabais de menos??- ,les digo,mientras hago un par de vueltas de muñeca con la espada..

La potente patada del hijo de Zeus impactó en su adversario. Hércules sabía que podía dejarse llevar en combate sin miedo a ensuciarse con la muerte de esos dos hombres. Tenía una forma de calibrar la pontencia de su fuerza para que no matara a menos que fuera extrictamente necesario.
- Más os vale quedaros donde estais -dijo con tono intimidador y aun en pose de combate- No teneis porque vivir así y encontrar una muerte temprana... Ese camino que habeis elegido solo lleva al desastre...

- ¡Allá voy!

 La patada de Hércules golpeó con fuerza sobrecogedora a Ileon, lanzándolo por el aire como si lo hubiera golpeado un toro. El tipo golpea el suelo y se queda allí, quieto por un momento. Un borbotón de sangre sale de sus narices, es más: cuando se yergue nuevamente, donde estaba su nariz, queda solamente el hueco nasal.

Sin embargo, el tipo vuelve a coger su espada y corre hacia Hércules gritando.

El otro sujeto esquiva a Gabrielle en busca de Calisto, a quién intenta tirar del caballo y lo logra, el niño por fortuna se ha quedado agarrado a la montura que lo lleva lejos.

Aquel tipo no parecía humano, pues tendría que haber acusado más el golpe que Hércules le había propinado. Ni aturdido había quedado. Y por su fuera poco, el hombre había perdido la nariz del golpe y actuaba como si nada. Solo cuando se acercó al héroe para atacarle, Hércules pudo comprobar que donde antes estaba la nariz, ahora había un hueco; la naríz simplemente se había desintegrado tras una explosión de sangre que hubiera dejado gritando de dolor al más pintado de los guerreros.
Parecía que la cosa se estaba poniendo más que tensa, peligrosa. Y para más problemas, Calisto habia sido alcanzada en combate, Gabriel estaba en una condición precaria si alguien decidía atacarla, y el niño había quedado enganchado al caballo que seguía corriendo camino arriba. El animal no iria mucho más lejos, pues los caballos de batalla estaban entrenados para no salir en desvandada en este tipo de situaciones. Aun así, a Hércules no le gustaba la dirección que estaba tomando el combate. Decidió que era momento de cortar por lo sano.
Tras evitar el golpe de su atacante, Hércules intentó llevar a cabo una maniobra difícil; más complicada de ejecutar, pero también mucho más contundente en el resultado. Dejando que el golpe de su rival se perdiera por la inercia, aprovechó una apertura en la misma para provocar un desequilibrio en su rival. Girando el cuerpo, agarró a su rival por el brazo que esgrimía el arma y, continuando con la inercia del giro, lo levanto por encima de su cabeza en un balanceo sobrenatural y lo estampó contra el tronco de un roble cercano. Parecía un hombre sacudiendo una manta mojada contra un poste para secarla, con la diferencia de que el sacudidor era más que un humano, y que el sacudido parecía ser algo menos que un humano.

-¡¡Bastardo!!-grito con rabia,mientras le propino una patada en plena cara,que le hace trastabillar..Aprovecho para darle otra,que ya le hace más mella.

Se inclina,atontado,escupiendo un hilo de lo que parece sangre y ya dudo de que lo sea,visto el material maldito con que están hechos estos érgidos.

Me preparo para un nuevo ataque,mientras veo cómo Hercules se encarga de su guerrero.

No se le da mal,demuestra gran destreza.Gracias a los dioses por poder contar con él ahora que Gabrielle está fuera de combate

 El Ergido qjue Hércules tomó con fuerza, se partió en dos ni bien el musculoso hombre empezó a usarlo de bate. El torso, con un ruido sordo, cayó hacia adelante y dió contra la tierra. 

Calisto no tuvo mucha suerte, la patada pasó liviana, y aunque hizo sangrar un poco al Ergido contra el cual combatía, el hombre la empujó y la tiró al suelo.

-Vamos muñequita... igual tenemos órdenes de no matar a las mujeres... pero nadie nos prohíbe algo de diversión...

Y tironeó de las piernas de la chica, causándole un par de moretones de camino.

El Ergido quebrado, comenzó a gatear, para sorpresa de Hércules. Sus piernas se seguía moviendo y el torso, apoyado en sus brazos comenzó a gatear alejándose de él.

Gabrielle contemplaba todo atónita.

Gabrielle no puede quedarse quieta viendo a ese enjendro ponerle las manos encima a Callisto y aún estando desprotegida se acerca a asestarle un buen golpe con su bastón.