Partida Rol por web

Tras algunos pasos Makoto se dio cuenta que el reflejo había vuelto a ser normal. Se desplazo hacia el dormitorio de su instituto el cual estaba en el propio instituto Aoyama Gakuin, una institución privada bastante prestigiosa en la que podías entrar desde la escuela elemental y salir tras terminar la universidad, era un sitio agradable donde podía estar bien y tranquila, además de estar en uno de los mejores distritos de la ciudad. Una de las grandes ventajas era que las habitaciones eran individuales.

Como siempre el guardia de seguridad le saludo sin prestarle mucha atención, era un hombre de unos 45 años que no solía prestar mucha atención a las chicas que entraban y salían una vez las conocía, sin embargo, era todo un muro cuando se trataba de chicos o chicas que no conocía.

A esa hora estaba todo prácticamente desierto, a fin de cuentas era verano y las clases aun no habían empezado, aunque faltara poco y ya algunas de las chicas estuvieran acudiendo para prepararse antes de empezar las clases.

La habitación estaba como siempre, tranquila, sin embargo, al llegar Makoto nota algo, el picor que sentía ya había desaparecido por completo, incluso se empezó a sentir bastante mejor cuando entro en la habitación, “en sus dominios”

Sin demasiado apetito Kengo se decanto por un donburi de pato, sumándose así a los pedidos de los demás pintorescos comensales. Podían no llamar la atención a ojos de los extraños pero sin duda al mayor de los Kinomoto le incomodaba aquella inusual situación, si no hubiera sido por su hermana no habría seguido a un grupo de desconocidos así como así, incluso su chofer Sin’ichi no había estado muy convencido la escusa que el joven le había dado para retrasar su vuelta a casa. Lo cierto es que no era bueno mintiendo tanto como omitiendo parte de la verdad, diciendo al fiel hombre de confianza que se habían encontrado unos conocidos e iban a tomar algo con ellos. Simplemente no específico cuan recientes eran los conocidos.

Durante el trayecto al restaurante había mantenido una distancia prudencial con ellos, al menos la que su hermana le había permitido mantener pues estaba muy interesada en permanecer cerca del chico que se había presentado como Aki Goro, algo que, sin sorprenderle, no agrado del todo a Kengo. Tan solo esperaba que ese no fuera todo el interés de tu hermana para haberlo arrastrado a aquel lugar.

-estoy de acuerdo en que aquello no era una filmación oficial, los permisos para rodar en la ciudad especifican claramente los horarios en los que pueden realizarse y las medidas de seguridad que se deben de cumplir – cuando eran más pequeños los rodajes de sus padres en el país eran algo más frecuentes y alguna ocasión habían podido presenciar el rodaje de alguno de esos proyectos, explicándoles los asistentes de sus padres como funcionaban las cosas. Unas “lecciones” aburridas que aún recordaba – pero tampoco podía tratarse de una performance particular – en ese momento miro a Sayako – esa es otra como dice…emh…Kazumi-san – trato de hacer memoria repasando los nombres de los presentes antes de hablar respetuosamente hacía la joven que no tendrías muchos más años que él, quizá pasara de los veinte pero no por mucho.

Esa pausa sirvió para que la mujer rubia y claramente mayor que todos los presentes tomara la palabras, aunque en su opinión con muy poca elocuencia, pero no dijo nada y se mantuvo en silencio observándola con una ceja disimuladamente alzada, como desaprobando su conducta, la manera en que se movía y hablaba. Había algo raro en ella y no le gustaba. Seguramente porque estaba relacionada con el ambiente televisivo y odiaba todo lo que tuviera que ver con el mundo del espectáculo y las celebrities.

-una puesta en escena así requiere de material y equipo que habríamos visto de una u otra manera – negó con la cabeza con gesto frustrado – pero me es imposible explicar lo que presenciamos de ningún manera racional – y mucho menos la sensaciones que nos ha provocado, pensó sin llegar a darle forma en palabras.

Se sentía extraño desde aquel fogonazo de luz y parecía no ser el único al que se extendía esa sensación. ¿averiguarían algo junto con aquellos extraños o solo sería una comida incomoda hablando de incongruencias varias?

La comida no tardo en llegar, pudieron comprobar cómo era bastante buena, más de lo que podrían esperar en un primer momento, el cocinero sin duda era bastante habilidoso. Algunas personas más fueron entrando y tomando asiento, el lugar era agradable y la gente parecía disfrutar de las comidas del lugar, todos parecían bastante normales hasta que entran dos chica que por su aspecto destacaban, eran bastante monas y una de ellas (la del pelo más claro) no paraba de hacerse fotos y pedirle a su amiga que le hiciera fotos en toda clase de poses.

Las chicas se sentaron en una mesa cercana y seguían a lo suyo, en especial la del pelo más claro con el móvil y aparentemente atendiendo a sus redes, parecía que sobre todo era Instagram, la morena hablaba con un tono bastante animado:

¿Komi que te parece el sitio? Parece bastante bonito ¿verdad?

Si, es agradable y creo que voy a poder hacer unas buenas fotos – Respondia Komi la chica del pelo claro

Si… Mayuyu sempai venia aquí antes a veces… - Responde con cierta pena la chica de pelo oscuro

¿Sí? ¿Tienes contacto con ella? Vaya, desde que se fue yo apenas he hablado con ella… la verdad que no éramos muy cercanas… es una pena que se tuviera marchar por aquello… - Parece sorprenderse al principio y luego apenarse Komi

Si, es una pena, pero es verdad… Sakura es súper artificial… - Responde en un tono más bajo la chica del pelo oscuro

Shiii no digas eso… que el otro día Myao sempai comento algo y le riñeron – Responde en el mismo tono Komi

Mientras tanto, mi super-prodigiosa mente de mujer ultra-inteligente (Nada que ver con las neuronas sueltas de estas tontacas millenials) cae en la cuenta de una cosa

La Cosplayer Exhibiscionista de Blanco de antes dijo lo siguiente

"Bueno Myao*… yo hago lo que me ha dicho Mayuyu"

Y ahora estas pijas millenials, estas crias, acaban de mencionar a una tal Mayuyu, y a un tal Myao

"Chicas y niños" digo dirigiendome a los que estan sentados conmigo a mi mesa "No se si las cosas han cambiado mucho en los escasísimos años desde que yo dejé el colegio, pero ¿Los nombres de Myao y de Mayuyu son comunes?"
"La chica que se cree Jotaro mencionó esos nombres, y ahora estas Gals los dicen tambien"

Levanto la vista hacia las chicas a las que se refiere la rubia, parecía que era buena observadora y tenía buen oído, interesante.

- Quizás alguno de nosotros debería acercarse y preguntarles por ese nombre ¿no? Quizás puedan explicar que ha sucedido.

Con suerte alguien se proclamaría voluntario y sabríamos que había pasado en la plaza, con suerte.

Aki pensó en lo que los demás habían contado, y estaba de acuerdo con sus conclusiones. “Sí, es cierto, no hace falta preguntar en la administración municipal, porque si de verdad se hubiera tratado de una filmación oficial habríamos visto una cinta que aparte el área de la filmación, cámaras, un grupo de rodaje… Y si, al contrario, no se trató de una filmación oficial, sino de una especie de broma, no es comprensible por qué nos escogieron a nosotros, y tampoco por qué gastaron tanto dinero en nosotros. Desde luego, ambas posibilidades son poco probables.”

Pero en cuanto a los nombres de  Myao y de Mayuyu, no supo decir nada.

Cuando llegó mi amiga, mágicamente mi reflejo volvió a ser... el mio, en vez de la versión mía vestida de Miko algo más seria. Estaba confundida, pero intenté dejar de prestarle atención a eso y centrarme en mi amiga, que con ella me lo pasaría mejor que mirando mis reflejos -Muchas gracias Eun Bi, tiene pinta de estar muy bueno- le dije sonriendo a mi amiga coreana, agradecida por lo que me había traído.

Me preguntó por como me había ido mi día... aunque viviéramos An, ella y yo juntas, era verdad que entre nuestros estudios y mi trabajo no nos veíamos tanto como podríamos; sobre todo a mi... al menos a la noche siempre la podíamos pasar en compañía -Pues nada, lo de siempre. Las clases me fueron bastante bien; aunque como era sobretodo gestión al final era algo pesada. Volví a casa, dejé las cosas y me dirigí a quedar contigo... tu primera entrevista, desde luego merece la pena haber tomado el dia libre- le expliqué contenta y con tranquilidad -Ah, y al llegar me crucé con una chica haciendo un cosplay que no había visto nunca, parecía de una performance... Aunque creo que no hay eventos o salones ahora mismo, me dio curiosidad- le terminé diciendo. Preferí decirle la medio verdad, antes de tomarme el primer sorbo de la bebida.

Entonces, la televisión sonó a toda pastilla anunciando la gira de Baby Metal... ¡jo, podrían pasarse por aquí! -Como molaría ir a uno de los conciertos... pero nos pilla demasiado lejos- dije sonriendo, asintiendo a lo que decía Eun Bi -¿Estas nerviosa con el trabajo?- la pregunté tomándola de la mano y acariciándola, en un gesto de apoyo, sonriéndola tambien... era un paso muy grande, y ella sabía que podía contar conmigo.

La guitarrista se quedó mirando sorprendida al ver que su reflejo había regresado a ser normal. No había duda de que había algo muy raro en todo aquello, si bien no había mucho que la joven pudiera hacer en esa situación. ¿Estaba alucinando? ¿La chica de blanco había libertado alguna especie de alucinógeno? No lo sabía, si bien estaba segura de que algo estaba ocurriendo. Sea lo que fuera, parecía que su propia mente había vuelto a la normalidad. Era posible que estuviera enloqueciendo. Tendría que tener cuidado. No quería que pensaran que estaba loca o algo parecido. No sería bueno que la vieran de esa forma cuando regresara a clases. Sus tíos habían hecho un gran esfuerzo para cambiarla de institución donde poder continuar sus estudios. Habían gastado mucho dinero para poder asegurarle un buen sitio donde estudiar. Realmente no deseaba decepcionarles de nuevo, no cuando ellos eran tan amables con ella. No sería justo para ellos, no sería apropiado que desperdiciara sus esfuerzos por culpa de su propia mente. Si estaba loca... tendría que actuar normal. Tendría que forzarse a actuar con normalidad. Si bien, aquello resultaba un poco difícil con el maldito picor en su cabeza y en sus manos. La sensación era bastante molesta, e incluso provocaba que se rascara de vez en cuando para calmar un poco el picor en sí.

Sea lo que fuera, no tardó mucho en regresar a su dormitorio, al que el instituto le proveía a los estudiantes. Era un buen sitio que contaba incluso con un guardia de seguridad que controlaba quienes entraban o salían del dormitorio. Por otro lado, Aoyama Gakuin era una excelente institución de aprendizaje, o al menos eso era lo que sus tíos habían mencionado cuando le habían propuesto su idea de cambiar de colegios para evitar los abusos de aquellas chicas. Al ver algunos folletos de la institución, la joven había considerado que no era un mal sitio, por lo que había terminado aceptando los deseos de sus tíos. Lamentablemente, ahora que se encontraba en Tokyo, no podía evitar sentirse un poco arrepentida de haber aceptado. Quería regresar con Aori, con la banda, y tocar su guitarra con ellos. No obstante, no podía decepcionar a su familia, a quienes se habían preocupado tanto por ella. Por esa razón, no se demoró mucho en ingresar al dormitorio tras saludar al guardia con una inclinación de su cabeza. Sabía que el hombre no era de muchas palabras, por lo que no deseaba molestarle. Sin embargo, al ingresar a su habitación, los ojos de Makoto se abrieron de par en par, sorprendida ante el hecho de que el picor había desaparecido por completo de su cuerpo. - Que extraño... - Murmuró confundida, aunque ciertamente aliviada por ello. Había sido algo realmente molesto.

De cualquier modo, no tardó en dejar a Neri sobre el suelo de su habitación, dedicándole una sonrisa gentil al pequeño gato, antes de acariciar su cabeza de manera delicada. - Este es tu nuevo hogar, Neri. Espero que te guste. - Le dijo al animal a medida que caminaba hacia el refrigerador con la intención de buscar la botella de leche medio llena que tenía guardada. Mientras llenaba un pequeño tazón con leche para su nueva mascota, la guitarrista recorrió su habitación con su mirada. No era gran cosa pero... no dejaba de ser su pequeño refugio... "sus dominios". Aquel pensamiento había surgido en su mente, algo que la había complacido en demasía. Contaba con un pequeño baño con una pequeña bañera, y una cocina bastante equipada para preparar la mayoría de los alimentos que pudiera desear comer durante el día y la noche. No era una mala habitación. Además, su cuarto se encontraba decorado con varios carteles de bandas de rock de su gusto como "New York Dolls", "Scandal", "BAND MAID", entre otras. Apoyada al lado de su cama, se encontraba su guitarra eléctrica, una Yamaha Revstar a la cual llamaba Revy. Una de sus mejores compañeras. - Será mejor que me relaje un poco en la bañera... - Murmuró para sí misma luego de haber dejado el tazón con leche en el suelo para que el pequeño gato pudiera consumir algo que pudiera saciar su apetito. - Disfruta la leche, Neri. - Le dijo a la adorable criatura a medida que se dirigía al baño. Tras preparar el agua en la bañera, no tardó mucho en desvestirse, revelando su delicado cuerpo, para luego proceder a limpiarse antes de relajarse en el agua caliente. La calidez del agua la ayudaría a relajarse mientras le enviaba un mensaje con su móvil, tras secarse un poco las manos, a quien consideraba que era su mejor amiga.

¿Cómo está la banda, Ao-san? Los extraño a todos... Quiero volver a tocar contigo y el resto (╥_╥)

¿Tienen una academia?, Alomejor hacen magia. Pensaba mientras oía hablar, Myao y Mayuyu no eran nombres artísticos que conociera, pero los tiempos cambian y los jovenes cada vez dicen cosas más extrañas. 

Después de escuchar lo que mis compañeros decían, yo aún intentaba gestionar la opción lógica, la academia de magia estaba bien, aunque no lo estaba el dineral que habría costado todo aquello para ni siquiera presentarse. 

Yo no conozco esos nombres, pero creo que ahora la gente se pone motes cada vez que puede. Alomejor es algo de eso. 

Después escuché la opción de acercarse a las dos chicas, pero no me parecía el lugar, aunque sí lo que había que hacer. Creo que es mejor cuando se vayan, quizá corran pero creo que puede ser más razonable que abordar a dos niñas en medio del bar. Dije con una cara entre broma y en serio. Si acabamos antes incluso podemos esperarlas en la puerta. Espera Miaka, ¿no quieres abordarlas en medio de un bar pero si en la puerta?, no era lo más inteligente que había dicho, pero ya estaba dicho. Cogí una bola de pulpo y me quedé pensando en la situación, la clave estaba en encontrar a Mayuyu y Myao.

Eun Bi mira a su amiga mientras le hablaba, al escuchar sobre la chica niega con la cabeza y dice:

No he visto a nadie disfrazado la verdad… bueno, ya sabes las típicas chicas que reparten publicidad por la calle… a lo mejor era una de ellas. Seguro que era guapa, ya sabes que suelen usar a chicas que son bastante guapas para esas cosas.

La coreana también se queda unos momentos mirando el anuncio y al escuchar a Shimako coge su móvil y teclea algo para decir:

No espera… creo que también tienen gira aquí… antes vi un camión con publicidad… un momento

No tarda mucho y muestra la pantalla del móvil:

En una semana van a dar un concierto en el Tokyo Dome, y al parecer quedan entradas tanto en las gradas como en la parte de abajo… no sabía que te gustaban… a mi la verdad me parecen curiosas, aunque no son de mi estilo… me gusta más el Kpop

Decía mientras sacaba la lengua de medio lado y se la mordía, Shimako sabía que Eun Bi era bastante fan del grupo coreano Blackpink y (G)I-DLE en especial de la rapera de este ultimo grupo

El baño era agradable y refrescante, esa sensación de estar tranquila y de estar “a salvo” en su territorio era tan agradable que Makoto se relajo bastante en la bañera, el mensaje de su amiga no llegaba aun, seguramente estaría ensayando o en algo que no había visto el mensaje, asi fue como poco a poco fue quedándose dormida casi sin darse cuenta.

Fue cuando se encontró en medio de la nada, en su mente sabía que era un sueño, estaba segura de ello, sin embargo, se sentía real. Se encontraba totalmente desnuda en medio de un espacio oscuro y vacio, frente a ella una figura, su propia figura totalmente desnuda igual que ella le empieza a hablar con su misma voz, pero en un tono mucho más seguro que el que ella usaba normalmente para hablar:

Yo soy tú y tu eres yo… yo estoy muy dentro de ti… pero hoy he despertado… me han despertado…

La imagen va cambiando lentamente y se transforma en aquella chica gótica que vio antes en su reflejo, la chica transmitía una mezcla de sensaciones diferente, sin embargo, había una que destacaba sobre todas ellas, la sensación de control, Makoto se sentía totalmente controlada por ella, como si con una sola orden de aquella chica ella inmediatamente reaccionaria tratando de cumplirla:

Soy lo que puedes llegar a ser y no eres… soy aquella que puede controlar a los demás… dime, ¿quieres ser fuerte y poderosa, quieres de ser una chica desnuda e indefensa ante los demás? ¿Me aceptara? ¿Te aceptaras?

Asentí cuando escuché la teoría de Eun Bi, que tal vez la chica que me encontré era publicidad... sinceramente yo no lo creía, era algo muy raro, sobretodo porque no le dije lo de la plaza vacía y las manos brillantes... pero vamos, le di la razón -Si, tendrá que ser algo de eso. Y si... era mona, pero tenía el ceño muy fruncido, así que eso la enfeaba un poco- le respondí a mi amiga.

Cuando Eun dijo lo de que el grupo, esperé a que me lo enseñara -¿A si? ¡Mola!- exclamé sonriendo cuando me lo enseñó... ¡como molaría organizar algo entre las tres para ir a verlas! -¿A ti te gustaría que fuéramos las tres? ¿Tu, yo y An? Se que no son Gl-ide, pero lo podríamos pasar bien- le terminé preguntando alegre, antes de empezar a montarme todo un planazo en mi cabeza para que al final no quiera -Si, es el único grupo de ese género musical que me gusta... Sus temas y verlas bailar la verdad es que llenan de energía, me las pongo cuando estoy medio dormida yendo para clase, jiji- le dije a Eun Bi contenta. Normal que ella no supiera mis gustos musicales... ni yo lo se, ¡me gustan demasiadas cosas! Por un lado los openings de muchos animes, por otro lado mis cantantes favoritas son Eir Aoi y Hanako Oku, dos artistas que no podrían ser más diferentes la una de la otra... y además también me gustaban tanto K-pop como el grupo BTS o Girls Generations... y hasta C-pop como Rocket Girls... en resumen... mi lista de música es un batiburrillo.

Hana se mantuvo cerca de su hermano en todo momento, algo callada e intentando no llamar mucho la atención temiendo haberle molestado en su entusiasmo por rodearse de gente.

Sentía algo que la llevaba a querer tener esas chicas cerca incluso cuando algunas no eran del estilo de amigas con las que se hubiese imaginado. Y luego estaba ese chico...

Regó el suelo con un suspiro para quitarse ideas de la cabeza y ajustó sus brazos alrededor del de su mellizo apretando un poco más de lo querido al escuchar ese nombre "mayuyu".

Asintió cuando se propuso acercarse a preguntar e incluso hizo ademán de levantarse para ir ella.

— Está bien. Yo también soy una niña—. Se encogió de hombros dejando libre a su hermano—. Iré a ver y si no es nada, me disculparé por confundirles con otra persona .

Hana hablaba en singular, pero en cada palabra deseaba seguir cerca de Kengo.

Mientras comían las chicas seguían hablando:

Megu... ¿quieres que nos hagamos una foto juntas? Así yo te nombro en mi story también y tú en la tuya ¿vale? – Komi

Si… si, venga venga – Megu

Las dos chicas se colocan y se hacen algunos selfies, con tranquilidad seguían comiendo y charlando:

¿Te has enterado que están pensando en hacer la sexta temporada de Majikusa? - Komi

¿Sí? No me había enterado de nada… oh, pero ¿no terminaba todo con la quinta? – Megu

Bueno, por lo que he escuchado quieren hacer como si la quinta no hubiera existido… - Komi

Aah, pues eso estaría bien… puede ser muy divertido – Megu

Mientras tanto pueden ver como la niña pequeña, hija de los dueños parecía mirar a las dos chicas, como examinándolas, parecía que la cara de las chicas le resultaban familiar, aunque no terminaba de estar totalmente segura.

La joven frunció levemente el ceño al notar que su amiga no parecía haberle respondido. ¿Acaso se encontraba ocupada tocando con la banda o ensayando para algún evento? No pudo evitar suspirar un poco decepcionada, principalmente porque habría deseado conversar un poco con Aori. Era su mejor amiga, e incluso había sido algo por ella en su momento, si bien nunca se había atrevido a decir nada al respecto. Además, había escuchado que a Aori le gustaba el baterista de la banda, Kenichi Niyao, algo que ciertamente había entristecido un poco a la guitarrista aquella vez. No obstante, incluso si su pequeño enamoramiento no sería correspondido por la chica que ella veía como su mejor amiga, eso no quería decir que no pudiera continuar manteniendo aquella amistad con ella. Después de todo, siempre había sido uno de los mayores pilares de apoyo emocional en su vida, junto con sus tíos. Por esa razón, tras haber dejado su móvil a un costado de la bañera, continuó observándolo en silencio, esperando a recibir un mensaje de la vocalista con la cual siempre había disfrutado tocar. Si bien, aquel mensaje no llegó, y pronto el cansancio comenzó a apoderarse de ella, provocando que cerrara sus ojos lentamente antes de sumergirse en un sueño reconfortante, guiada por la calidez del agua que envolvía su cuerpo en ese instante.

No obstante, al abrir los ojos nuevamente, se mostró realmente sorprendida al notar que se encontraba en medio de la nada, como si estuviera en un espacio vacío carente de nada excepto por su propio cuerpo desnudo, a lo que no tardó mucho en intentar cubrirse con sus manos, realmente avergonzada, a medida que intentaba comprender lo que había sucedido. Su mente no tardó mucho en llegar a una conclusión. Debía de estar en un sueño. No podía ser otra cosa. Tenía que ser eso. Si bien, lo que más sorprendió a Makoto, fue el hecho de ver a alguien frente a ella... a una réplica perfecta de ella... igual de desnuda. - De-deberías cubrirte... e-estás... - Intentó explicarse, no gustándole mucho la idea de que alguien parecida a ella estuviera revelando su cuerpo de esa manera sin pudor alguno. No parecía ser el reflejo de un espejo. Realmente parecía ser como una especie de gemela. ¿Tenía una hermana gemela? Estaba segura que no, no recordaba haberla conocido jamás, si bien la realidad era innegable. Aunque era verdad que se suponía que era un sueño... ¿no? ¿Por qué estaba soñando con ella misma desnuda? ¿Acaso era narcisista? No creía que eso fuera verdad, no cuando nunca había tenido mucha confianza en ella misma. Tenía que ser otra cosa.

Lo que dijo su "gemela" a continuación, hizo que la guitarrista se quedara con la boca abierta. ¿Había despertado? ¿A qué se refería con eso? No comprendía lo que quería decirle. ¿Se encontraba dentro de ella? ¿Como un parasito? ¿O era algo puramente filosófico? Todo aquello la confundía en demasía. - ¿Q-qué quieres decir con e-eso? - Preguntó aún confundida antes de ver cómo su "gemela" cambiaba lentamente de apariencia. ¡La chica del reflejo! ¡Era ella! - Tú... - Se expresó incrédula mientras observaba a la chica en cuestión. No lo había imaginado... o tal vez sí y ahora también estaba jugando en sus sueños. La joven gótica transmitía un "aura" que parecía atraer, tal vez incluso embelesar, a Makoto. Irradiaba confianza, entre otras cosas que a la guitarrista le faltaba, además de que parecía transmitir la idea de que todo en su vida estaba bajo control, como que nada podría salirle mal ya que todo se encontraba como ella lo quería. Era una sensación extraña, si bien eso era lo que la joven había llegado a pensar tras observarla durante un breve instante. Si bien, aquel nivel de control, también parecía transmitirse a Makoto. Como si ella misma pudiera ser controlada por la chica que se encontraba frente a ella. Tanto... poder. Era algo ciertamente embriagante.

Cautivada por las sensaciones que la joven de apariencia gótica le transmitía, optó por continuar escuchándola en silencio, no pudiendo creer en su totalidad lo que escuchaba, a pesar de que habría deseado hacerlo. ¿Lo que podía llegar a ser y no era? Aquello era todo muy raro pero... no podía negar que no fuera una idea interesante. Había muchas cosas que Makoto deseaba cambiar, tanto en su propia vida como en la sociedad en sí. Lamentablemente, nunca había considerado ser capaz de lograr algo así. Después de todo... no era más que una chica antisocial que carecía de confianza en sí misma, que tan sólo sabía tocar muy bien su guitarra... y nada más. ¿Qué podía hacer alguien así? ¿Alguien que tan sólo tenía algunos amigos que podía contar con una sola mano? Incluso estaba segura de que la única amiga, al final, era Aori. - Yo... - Se interrumpió, considerando lo que había escuchado. Realmente quería dejar de ser una chica indefensa, desnuda frente al resto. Quería ser poderosa como la joven frente a ella. Tanto poder... tanta confianza en ella misma. Parecía alguien proveniente de la realeza. Por un instante, tan sólo tragó con cierta dificultad, antes de asentir lentamente para luego mirar a la chica a los ojos. A aquella que decía ser ella. - Yo... qu-quiero ser fuerte y poderosa... Te a-acepto. - Se expresó, aún con cierto temor en su voz. No. Aquello no estaba bien. Tenía que demostrar su determinación. No hacerlo sería un insulto para ella misma. Su mirada adquirió cierta seriedad. - No quiero ser una chica débil e indefensa... ¡Me acepto a mí misma! - Aseguró en un tono que denotaba su determinación, su deseo de cambiar, o más bien aceptar aquello que yacía en su interior.

El resto del día pasó con bastante tranquilidad, las dos chicas fueron de compras y fue un día normal y divertido para ambas hasta la hora de llegar a casa. La casa que compartían estaba como siempre tranquila y recogida, cada una de las habitaciones mostraba el carácter de cada una de las tres chicas, pero las zonas comunes en general estaban bien limpias y ordenadas.

La chica parece sonreír y con tranquilidad dice:

Bien… entonces cuando despiertes mírate al espejo y repite esas palabras… si realmente lo deseas serás como yo cada vez que digas esas palabras

Decía la chica la cual se acerca a ella hasta ponerse muy cerca, toma las manos de Makoto y las aparta mientras dice:

Y recuerda… lo que hagas depende exclusivamente de ti… y solo de ti…

La chica se acerca y besa en los labios a Makato la cual en ese instante se despierta, la chica puede ver que está en la bañera recostada, el agua está ya fría, a su lado su móvil tiene un mensaje

Perdona, estaba ocupada, ¿Cómo te ha ido el día? A mi muy bien, mucho lio preparando cosas

Algo desorientada se da cuenta entonces que es de noche, ¿Cuántas horas habían pasado? No lo sabía, pero ya era de noche y el baño estaba normal, como lo había dejado, solo por el detalle de su nueva pequeña mascota que estaba en la puerta durmiendo plácidamente.

¿Iba a acercarse alguien a las niñas pijas o qué?

Por fin, una chica parece que toma la iniciativa y se acerca a ellas. No le quito los ojos de encima e intento que no se me escape nada de lo que hablen, aunque suponía, que luego regresaría y nos contaría lo que había sucedido, pero por si acaso prefería intentar averiguarlo por mí misma. Aún tenía que evaluar a todos los que estaban allí reunidos, después de todo, acababa de conocerles.

La más joven de los Kinomoto se acercó a la mesa de las chicas con una amable sonrisa en la que ya avanzaba una disculpa por molestarlas.

— Disculpad chicas, soy Hana Kinomoto. No quería entrometerme en vuestra conversación pero he escuchado el nombre de mayuyu-chan, fuimos juntas a clase pero un día dejó de venir... ¿Vosotras sabéis qué pasó? La extraño —finalizó poniendo pucheros en los ojos, esos mismos que le recordaban la reciente traición de sus padres.

Al escuchar a Hana Megu la mira con una amplia sonrisa, se lleva las manos a la cara y dice bastante ilusionada:

¿Qué? ¿Eras compañera de clase de Mayuyu-san? No lo sabía… pero

Parecía un poco sorprendida y desorientada ante lo dicho por Hana y mira algo extrañada como calculando a Komi