Partida Rol por web

La doctora se levanta, con el brazo ensangrentado - Yo no entiendo de electricidad, pero la alarma del laboratorio creo que puedo pararla, así que os acompaño - Miró al doctor Arnab que apretó los labios en un gesto muy serio, como si se estuvieran comunicando por telepatía. Se giró entonces a los dos informáticos - Estamos haciendo una vacuna, pero el virus se ha escapado, un par de pacientes han mutado y el personal se ha infectado.

Pero para eso hemos seguido el protocolo. Solo que, si nos quedamos aquí, acabaremos todos infectados antes de que llegue el equipo de descontaminación.

Echó un vistazo a Stan y Johny, decidida y valiente, dió un empujoncito a su hija hacia atrás y espetó - ¿Nos vamos?

El tipo de pelo rizado cogió a la doctora y le empezó a susurrar, parecía que quería disuadirla pero la doctora negó cuantas veces fué necesario hasta que el tipo le cogió prestada la porra a Stan, y yendo hasta las escaleras reventó el armarito y cogió el hacha anti-incendios. CRAAASSSH  - La alarma seguía sonando

Devolvió la porra a Stan y sujetó el hacha frente a su pecho - Pues también voy, aumentaremos las posibilidades de éxito si vamos más, además que yo sí sé como reiniciar el sistema eléctrico - Confesó.

Stan, alias "soy demasiado bueno para aceptar un donut con pelusas"... la Doctora Capunta, con ene... Gerard Hauffnosequé, el leñador teutón... ¿Cuántas personas hacían falta para pulsar un botón? Ya en el cacheo aeroportuario que le hicieron al llegar a los Estados Unidos, Johnny conoció los engranajes burocráticos de la administración americana. ¡Hasta para hacerte un exámen de próstata gratuito tenía que movilizarse a la mitad de la plantilla de aduanas! Increíble. Pero no iba a ser Johnny el que se quejase. Malo sería que ninguno de sus tres acompañantes supiese guiarle hasta la alarma para pulsar el botón o, ¿cómo lo llamaron? ¿Cable? ¿Clavija? ¿Cablija?

¡Estupiendo! Ahoria tioca andiar todios juntios con músiquia de Rieservior Diogs. Na. Nana. Nana. Nana. Nananaaaa...-dejó de cantar cuando llegó a los escalones y empezó a bajar con cuidado, agarrándose al pasamanos-Quiuidadio con sangrie. No resbaliar.

Elsa levantó sus brazos abriendo las palmas.

-¡UN MOMENTO!.- pidió.- Dejad que cure el brazo a mi madre,¡ Se va a desangrar si sigue así!

Se interpuso entre la puerta y su madre por si la cabezonería de ella no la dejaba curarla y pidió a los de ahí que fueran a buscar un botiquín que seguro que había en la cabina. Le quitó la bata ensangrentada y comenzó a intentar curarla con manos temblorosas, qué asco, cuánta sangre...

-Mama, dime si no lo hago bien...- su madre era médico, debía saber curarse mejor que los pocos conocimientos deportivos que tenía la alumna de instituto, pero ya lo decían; en casa del herrero cuchillo de palo.

Se acercó a su madre y le susurró al oído y después la miró fijamente a los ojos con el ceño fruncido. Miró a los demás. Se planteó si decirle la situación de su marido pero encontraba que era un muy mal momento, la cordura de su madre estaba pendiente de un hilo y no necesitaba más estrés, además... no había nada que hacer ¿O si?

Después de intentar curarla, con o sin su ayuda o de los que se ofrecieran, se incorporó guardando lo que quedaba del botiquín en su mochila y se plantó para acompañarles. 

Nadie le iba a impedir que no bajara con ellos, no iba a quedarse con los frikis de la cabina mientras su madre y Gerard iban por ahí  sin saber si iban a volver. Elsa no quería ser una princesa Disney.

-Voy a bajar, digas lo que digas. Si no es contigo, me escaparé e iré sola. No quiero que me dejes abandonada aquí...- dijo decidida pero usando toda su monosidad posible. - Yo lo que quiero es estar contigo, mamá.

Susurros.

-Mamá... ¿La vacuna no se tiene que poner antes? ¿No estarás infectada no? ¿Cómo se infecta uno?.- Elsa se rascó levemente el brazo, quizás por la paranoia de haber sido infecta por el aire.-

A: Si se ha de poner antes... : ¿No es mejor que tú y Gerard os la pongáis ya que vais a bajar?

B: Si se puede poner después de infectado...: ¿Hasta cuándo te la puedes poner? 

Que Braum no contestara no era buena señal. Y que hubiera presos fortachones y algún que otro médico infectados menos aún. Andrew tendió su mano para coger el walkie que le pasabaa Stan.

Parecía que por fin Jay se daba cuenta de la gravedad de la situación - ¿Que qué ha pasado? - resopló – No sé qué decirte exactamente, pero vamos, que un tío que estaba muerto se ha despertado y ha comenzado a atacar de forma bestial a Fredd hasta matarlo. Sé que suena más rocambolesco que el argumento de una peli de serie B, pero si tuviera que darle explicación a lo ocurrido diría que el virus ese te convierte en zombie.

La explicación de la doctora Capunta no lo tranquilizó nada - Pero entonces ¿la vacuna está hecha? – No podía dejar de pensar en lo sucedido allí abajo, si había más personas infectadas lo llevaban claro - Ehh esperad, ¿Cómo se contagia? Por qué si es por el aire deberíais protegeros todos, dice señalándose la boca tapada con la improvisada mascarilla.

Miró a Gerard desanclar el hacha del armario que acababa de petar y asintió. En el tiempo que llevaba allí no se había percatado de muchas de las cosas que le rodeaban porque no las había necesitado y ahora mismo se alegraba de ello.

Antes de que Stan desapareciera escaleras abajo siguiendo a Johnny y con el resto de valientes detrás acordó con él un par de cosas – No dejes de retransmitir nada de lo que veáis, cualquier cosa. Cuando lleguéis abajo intentad poneos por la zona de cámaras para que os podamos ver desde aquí y avisar si vemos algo raro – Los miró una vez más – Tened cuidado.

Mientras Elsa cura a su madre la doctora Capunta asiente a Andrew - El virus es hematológico, es decir, solo puede vivir en la sangre. Se contagia por inyección directa. Supongo que por mordedura se puede contagiar.... - Se mira a sí misma el brazo. -

Éste es el prototipo de vacuna que estábamos probando en los presos, se puede administrar tanto antes como después, supongo que no tengo tiempo para comprobar si me han infectado o no - Con una mano levanta una jeringa y la arma sacando la capucha con los dientes, pinchándose a ella misma en el brazo no-herido y administrándose la vacuna.

El virus no se contagia en el 100% de los casos en que se inyecta, y debíamos ver en este experimento cuan efectiva era la vacuna. Pero algo ha salido mal y uno de los presos mutó y infectó a varios de la sala -4, entonces la directora mandó evacuar la planta -4 activando la alarma.

Un breve silencio en que la alarma parece constatar la historia de la científico que termina de ayudar a Elsa a hacerse el nudo y prepararse para bajar

La doctora agarra fuerte la mano de su hija, no quería obligarla a bajar, pero tampoco quiere dejarla sola. Gerard al ver el gesto se reafirma sujetando el hacha y asiente a Stan quien se despide de su hermano Dennis con un apretón en el brazo antes de bajar las escaleras con el walkie en una mano y la porra en la otra.

Detrás baja Johnny, decidido, seguro por el enorme cuchillo que lleva frente a él con el mango lleno de grasa reseca y pegajosa (cosa que le ayuda más a sujetarlo) y por detrás, el trío de la doctora y su hija, con el tipo del hacha cerrando el grupo.

Arriba, en la cabina de cámaras y kebabs mordidos quedan los tres informáticos y el tipo de mantenimiento, que parece extrañamente abatido y mareado

Estar junto a tu madre te hace recuperar 1 punto de estrés.

El grupo de aspirantes a héroe bajan por las escaleras. Suceden unos momentos de tensión en el que os mirais entre vosotros. No hay mucho que decir. Sabeis que ahí abajo hay muertos, sabeis que alguna clase de virus o bacteria se ha fugado del laboratorio y que un monstruo pulula por el centro, estando vosotros aislados y encerrados. Al menos aún os teneis los unos a los otros, y esa doctora del brazo chungo se ha ido.

¿El protocolo? - Pregunta el doctor Arnab- Yo no sé. Yo solo tenía que analizar unas muestras. Yo en teoría trabajo en el hospital de San Cristobal como médico genetista... mi mujer trabaja allí también.

¿Y vosotros? ¿Trabajais aquí? ¿Sois... de seguridad o algo así? ¿Nos recogerán pronto?

Pues vaya…otro que también había tenido la mala suerte de encontrarse en el sitio equivocado el día equivocado. Estaban apañados.

¿Genetista? ¿Estaría trabajando haciendo pruebas con ADN recombinante? ¿Quizás con el mono? Mejor no elucubrar nada y preguntar directamente – Mmm… ¿en qué consiste tu trabajo exactamente? ¿Vacuna contra qué? Creo que tienes algo de tiempo para explicarnos un poco. Así podremos entender algo - No era un experto en biología, pero desde que su hermana vivía con él, había aprendido alguna que otra cosilla.

Já – ríe con sorna Andrew  cuando escucha la palabra rescate y pronto juntas - ¿Habéis llamado a la policía o a algún médico externo o algo? – El chico supuso que la alarma estaría conectada con algún teléfono directo al que se llamaba y enviaban a alguien especializado a ver qué pasaba. O eso era lo que había visto en las pelis.

Verás eh.. Arnab - dice leyendo la inscripción que hay encima del borde del bolsillo de la no tan impoluta habitual bata blanca que llevaría un médico - El de seguridad era el tío del bigote con el walkie. Nosotros tres tenemos que ayudarles a él y a Braum - al ver la cara de incomprensión del médico, aclara - el otro de seguridad que debería estar en la -4 con los presos, mediante el soporte informático, que básicamente es a lo que nos dedicamos profesionalmente.

Yo solo venía a analizar unas muestras nada más, de hecho las muestras ni siquiera se llegaron a tomar cuando... ese preso empezó a atacarnos, pero no era él... bueno... Ya lo habeis visto, ¿no?

Se transformó en un monstruo

El doctor se abrochó y desabrochó la bata nervioso para mantener los dedos ocupados mientras hablaba

Yo no he llamado a nadie, ¿No sois vosotros los que estais en la puerta joder?

No vi más que al funcionario de prisiones en el laboratorio, como ése... - La cámara del párquing enfocaba aún el carrito de Johnny Kebab al que un despreocupado funcionario de prisiones se acercaba para tomar un refrigerio, el autobús aguardaba aún a que los presos salieran... pero claro, la teoría de ésto era que no tenían porqué salir hasta pasadas las 12h.

El médico se cubrió el rostro con las manos - Pero murió, el preso lo mató.

Ahora está muerto ¡TODOS ESTÁN MUERTOS! - El nivel de miedo del DrArnab empieza a subir de nivel.

Andrew mira preocupado al doctor, se está volviendo igual de loco que la cheerleader, aunque la otra tenía algún que otro motivo de peso. No soportaba que la gente chillara, así que intentó calmarlo – ¡Eeeh, tranquilo joder! En cuanto desactiven la alarma las puertas se abrirán y si no es así seguro que alguien vendrá a sacarnos. La  alarma de fuga les habrá alertado y querrán sacarnos de aquí antes de que el número de posibles contagios aumente. Siéntate aquí de momento – dice acercándole su silla giratoria y empujando sus hombros hacia abajo para que se acabe sentando. Además, nosotros vamos a seguir intentando deshacer el código de bloqueo temporal de puertas - Afirmó mirando a sus compañeros que seguían enfrascados con el teclado y solo levantaban la vista para mirar de vez en cuando los monitores de vigilancia - Si quiere puede ir miando las pantallas y avisarnos si ve algo raro o al grupo que acaba de bajar para desactivar la alarma.

Andrew pensó en las palabras del Dr. Arnab y relacionó los hechos que conocía, haciendo suposiciones infundadas quizás. Si un paciente fue el primero en ser infectado y el médico también lo fue, solo se le ocurría que mientras el preso estaba atado el médico le pinchara algo, éste se contagiara y atacara al médico instantáneamente. Aunque era raro, pues el Dr. Capunta no parecía tener ninguna mordedura ni nada extraño en su bata antes de la transformación – ¿Conoce al Dr. Capunta? ¿Trabajó con él?

Mientras esperaba la respuesta del algo más calmado hindú, Andrew agarró su walkie y se acercó al teléfono que había en la esquina. Había dado por supuesto que alguien habría llamado ya, pero por si acaso valía la pena intentarlo. Descolgó el teléfono y marcó al 911.

Planta menos tres, bajamos

El doctor Arnab acepta estar sentado en la silla, respira hondo y observa las pantallas, pero pronto le empiezan a preguntar y vuelve a dirigir la mirada a Andrew - ¿Al... señor Capunta? - Recuerda con horror la imagen de la escalera abriendo mucho los ojos - NO NO NO ÉL NO ESTÁ, AHORA YA NO ESTÁ MIERDA

Ahora mismo no parece que esté preparado para responder a nada

No obtiene respuesta a su llamada. Vuelve a probar esta vez escuchando antes de marcar de nuevo el número de emergencias pero parece que no hay línea. Andrew suspiró de nuevo, tenía que mantener la calma.

Cuelga el teléfono y con cara de resignación vuelve al lado del doctor. Parecía que no va a sacar mucho de él ¿Cómo iba a saber que estaban haciendo los demás, si ni siquiera sabía lo que estaba haciendo él mismo? No parece que esté en condiciones de pensar o actuar correctamente, así que lo deja por imposible. Quizás cuando se calme un poco les dé alguna respuesta.

Andrew se medio sentó recostando su culo sobre su escritorio. Su pierna derecha repetía un ritmo contra el suelo, y con su mano repqueteaba otro en la mesa. En sus pensamientos se entremezclaba la melodía que estaba siguiendo con los oscuros pensamientos sobre lo que estaba pasando. Lo único que lo ayudaba a relajarse de saber que no habían recibido noticias del grupo de valientes, era la música en su cabeza.

Planta menos tres, bajamos

Casi se le cae de la mano el walkie cuando oyó la tan esperada transmisión - Recibido - Respondió rápida y escuetamente. Sonrió y miró a Dennis - Parece que va bien la cosa, al menos han pasado la cafetería - Se acercó a su mochila y sacó su walkman, necesitaba un poco de música para relajarse. Puso uno de los auriculares en su oreja y dejó el otro colgando. No puso su cinta, puso la radio y dejó lo primero que pilló de fondo, no le importaba lo que sonara. Se cogió una de las sillas auxiliares, un poco (bastante mejor dicho) más incómoda que la suya, y siguió probando suerte con la apertura de las puertas exteriores.

Oye Jay ¿habéis visto algo raro en las cámaras del laboratorio?
 

Radio

No recibes más mensajes por el walkie, pero sí ves por las cámaras como el grupo entra en el laboratorio, un montón de gente, pre-supones que infectados mutantes se levantan y tratan de alcanzarles, pero se mantienen en la puerta echándoles atrás. La alarma sigue sonando y si se quedan en la puerta y les vienen por el pasillo no podrán oírlos ni tú verlos.

No oyes nada, solo la música en tus oídos pero algo te salpica, quizá solo unas gotitas, mueves la cabeza mirando a un lado, Dennis se echa hacia atrás en la silla mientras puedes ver un gigantesco y carnoso apéndice entrando por la boca de Mark, sacudiéndolo en el aire frente a vosotros.

Dennis se levanta y sale corriendo de la cabina, pero tú aún te mantienes absorto en la canción, sigues el apéndice monstruoso que se eleva por el techo hasta una salida del aire acondicionado cuya puerta ha reventado y de la que asoma un monstruo descarnado por completo que abre unas fauces de dientes negros y ensangrentados, la mitad de su cuerpo cuelga prácticamente del conducto de ventilación y mueve la cabeza suavemente, la lengua se retrae atrayendo a Mark, que va a parar directamente a sus fauces, sujeta el cuerpo del hombre de mantenimiento, que es más grande que él y sin que veas más que la espalda de Mark, ves como sus entrañas se desparraman directamente sobre los monitores mientras el monstruo se da un festín.

  Ya nos habíamos separado en dos grupos, Andrew, Mark el de mantenimieno, un doctor que parecía indio y yo, nos habíamos quedado en la sala de control mientras los demás bajaban a apagar las alarmas.

  El médico que estaba con nosotros trató de decirnos lo que había pasado, pero estaba muy nervioso para conseguir entenderle con claridad, lo poco que llegué a comprender era que un preso había matado a alguien y había sufrido algún tipo de transformación. No quise preguntar nada más al respecto, preferí escuchar lo que tenía que decir, pedir mas detalles no iba a traer nada bueno, ya me encontraba bastante inquieto con aquella situación como para escuchar más.

  Todo parecía estar en orden, nos avisaron por walkie que estaban bajando a la planta -3, eso era bueno.

  "Oye Jay ¿habéis visto algo raro en las cámaras del laboratorio?" Había olvidado que Andrew no estaba aquí cuando todo esto pasó. - No, no pudimos ver nada, por más que lo intentamos, fue todo muy extraño.

  No conseguí hablar mucho mas cuando me dio por mirar hacia un lado y vi con Dennis, aquel gordo que vagamente podía moverse de la silla, salía corriendo de la sala espantado por algo, miré a mi alrededor y pude ver como Mark estaba inerte con algo dentro de su boca, una especie de manguera que lo levantó en el aire y empezó a sacudirlo.

  En ese momento comprendí por qué el gordo había salido corriendo, miré hacia el conducto de ventilación, de donde provenía aquella extraña manguera, y pude ver a un monstruo enorme, no sabía como describirlo, simplemente como un monstruo, sabía que no podía seguir allí, tenía que salir de allí, si me quedaba acabaría como Mark, cuyo cuerpo acababa de reventar y había manchado todos los monitores.

  No pude pronunciar palabra, ni siquiera hacer el más mínimo ruido, lo único que mi capaz de hacer fue salir corriendo de allí como fuese, no importaba si tenía que tirar algo o saltar sobre lo que fuese, por una vez, aquel gordo había hecho algo sensato, salir corriendo, y yo no iba a hacer menos.