Galería Umbriana

Subida por Ishtar

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Os seré sincera, no tengo un Black Lotus, pero en cuanto leí esta prueba, me puse a urdir un maquiavélico plan mientras frotaba mis manos, al tiempo que mi cara empezaba adoptar la expresión del sr. Burns (excelente). Solo tenia que hacer una cosa, esperar que los jugadores de magic de la zona vinieran a mi y entonces, una vez en mi territorio, y abandonados a mi merced...

Preguntarles si tenían un black Lotus, encaso de respuesta negativa, insistir con un: ¿conoces a alguien que lo tenga? Estaba completa mente segura de que no me engañarían, ¿que como lo se? (secreto profesional). Lo único que puedo rebelaros, es que tras muchisimas respuestas del estilo: Si, un amigo mio tiene un primo que conoce a un tío que una vez vio uno, pero no en foto, sino de verdad O_O

YO: Alucinante en serio, pero si el colega del primo de tu amigo no puede traerme la dichosa carta, no me vale ¿en tiendes?

ELLOS: Eh que?

YO: nada, sigue vabeando con tu planetwalker. El siguiente!!

y así fueron pasando los días (insertas en este punto, un calendario mental del que se arrancan mágicamente las hojas. ¿Os habeis fijado? en las pelis nunca hay manos arrancando esas hojas) hasta que finalmente, apareció ante mi el feliz propietario de una de estas joyas de la corona, de los juegos de cartas coleccionables. El pobre no pudo dejar pasar la ocasión de presumir, se vio obligado a responder afirmativamente la primera pregunta, punto en el que pensé, ya eres mio chaval de esta no te escapas. En ese momento las cosas se pusieron un tanto "feas", su cara de orgullosa satisfacción, se convirtió en des confianza, y quiso saber para que quería yo su Black Lotus y por que insistía tanto en que no devia preocuparse. Tras un forcejeo verbal, hacerme prometer por escrito y ante notario que su carta no sufrirá daño alguno y, que el estaría presente en todo momento, conseguí la tan deseada foto.

Os pongo otra en la que creo que se ve mejor que es la carta en cuestión, en el contrato había una clausula, que me impedía sacarla de su funda para evitar reflejos del flax o de las luces de la sala.

El recupero su carta al instante (si me descuido no me da ni tiempo a sacar la cámara, que ansia el tío), yo consegui la foto, y todos fuimos felices y comimos lo que sea que tuviéramos en la nevera.