Galería Umbriana

Subida por Diluvi el corb

Nº3.: "En lo alto del campanario de una iglesia junto a la campana". Anécdota by Diluvi

Montblanc hace mucho mucho (aunque sin pasarse tampoco) tiempo.

Por lo largo de la vieja Europa
fue por todos bien sabido
que la región estaba siendo azotada
por un dragón…
                        feroz, voraz y temido.

La gran serpiente rugía volando
se comía sin piedad el ganado,
hasta que incluso el más rico villano
se quedó irresolublemente sin bocado.

Para evitar su mísera suerte
se reunieron aterrados los asediados
eligieron alimentarle con cualquier habitante
que saliera de los sorteos diarios.

La hija del rey que largos vestidos lucía
añadió su nombre entre los desafortunados
pues también buen corazón disponía
y unió su suerte a la de los puteados.

Pero dicen y aseguran mucho la gente
que el destino suele ser caprichoso
destripa tan a gusto el más inocente
y a veces ni le apetece el más roñoso.

Así fue amigos tal y como yo os cuento
que en aquel primerísimo sorteo
salió el nombre de la bella princesa
para ser del dragón…
                                tan deliciosa presa.

Abandonaron a la hija de rey atada en el portal
para que el reptil hambriento la pudiera devorar
mientras entre las murallas espiaba el personal
cuando los chillidos de la histérica empezaron a sonar.

Abrió sus fauces el terrible animal
las esperanzas ¡a la mierda! se habían ido a pasear
cuando de pronto de los más excelsos cielos
descendió, brillante, un caballero de lo más formal.

El valiente luchó con lanza, escudo y dientes
la serpiente atacó a su vez con su aliento maloliente
y es que ni Barney Stinson os diría cuanto fue de legendario
cuando St. Jordi al dragón aplastó con su metálico zapato.

De la sangre púrpura que manaba del moribundo depredador
brotó un gran rosal largo y espeso como del rey sus barbas
del mismo arrancó el caballero la más bella, la más roja, la más fresca flor
y a la princesa se la entregó quién (de la excitación) humedecía sus labios… y mojaba sus bragas.

Montblanc hace escasos escasos (aunque sin pasarse tampoco) dias.

Entre montañas, después de mucha carretera se alzaba
Montblanc, legendaria e histórica ciudad enmurallada
llegó aquel día en qué con toda su majestuosidad el sol brillaba
mientras a un par de pájaros, como nosotros, el lugar reclamaba.

Por dos veces nos alcanzó tal llamada
la primera llegamos por capricho del destino
la segunda que por otro punto elegimos el camino
para poder avanzar (otro punto) en la Umbrionada.

Y termino ya con mi poesía barata
antes que Mancuspia llore
o que Morapio me lapide
con esta cutrísima cantata.

Que harto estoy de la lírica maldita
Que no me sale, ni os gusta, ni rima.

Eso que nada, no me da tiempo a componer todo el poema… oooooohhhh, que pena… Así que ala vieja usanza, graznándoos ¡jua,jua,jua,jua!

Llegamos en el mítico pueblo de Montblanc y directos a la iglesia que escasos días antes, Moon y yo, habíamos visitado, solo que esta vez con claras intenciones de subirnos al campanario, debidamente provistos de cámaras, logo y tiempo.

El hombre que nos atendió era algo…hummmm… prehistórico y poco tenía que envidiar a Quasimodo por la forma de andar, y echarse para delante, eso si, era muy amable y simpático, al menos hasta el momento.

 Pasamos por un cristal que dejaba ver unas ruinas de la anterior iglesia, y luego nos abrió una puerta chiquitita que dejaba paso a unas infinitas (bueno, quizás exagero) escaleras de caracol. Una vez cruzada la puerta se cerró detrás de nosotros O.O y el hombre no estaba por parte alguna.

-¡Uy que miedito! Eso da miedo.- Dijo Mooneyes.

Miedo o no, subimos, sacamos las fotos, disfrutamos del paisaje, me despeiné (este año aún no había soltado el chiste :P ) y, como buen par de pájaros, recuperamos nuestras aladas formas (búho y cuervo) y emprendimos el vuelo lejos de lo que tuviera preparado para nosotros “el hombre prehistórico que no tenía nada que envidiar a Quasimodo y que era CASI amable y simpático”.

¡Foto para enseñar que Ahí arriba estábamos!

paisaje que había allí arriba ^____^

 Esperamos como no a qué sonaran las campanas. así somos de suicidas. XDDDDDDDD Moon se escondió cuando iba a enfocarla y parezco un loco filmando el vacío. XDDDDD Maaaaaaaaalvaaaada!