Partida Rol por web

Majestuosa como siempre,  Twilight King, la mujer más hermosa del distrito ocho, labios rojos y piel blanca, pelo negro como el regaliz, se acercó a los dos tributos. Había ganado el concurso Miss confección, pero antes de eso, había ganado los 94º juegos del hambre, y no se había recuperado nunca totalmente. Acogió con los brazo abiertos y la sonrisa en la cara,más los pobres Yocasta y Arbo, que volvían de una dura sesión de entrenamiento.

-Y? Cómo les fue hoy?

- Podría llegar a acostumbrarme a esto... ironiza Arbo mirando la majestuosa pose de la mentora de su distrito mientras se lleva a la boca una pieza de fruta, y mirando el look de la dama. Empieza a comprender todo el espectáculo y la parafernalia que acompaña a la carnicería humana que se avecina, y la manera en la que la gente se lo toma todo.

Su gesto denota el cansancio de la ajetreada jornada, y sigue dando vueltas en su cabeza a lo que le dijo Yocasta...

Una alianza entre tributos? Sería una opción muy buena, aunque la corporación es poderosa, podría tener inflitrados o comprar algún tributo para traicionar al resto... total, las posibilidades de salir de aquí con vida son bastante escasas...

- Creo que dejaremos al distrito 8 en buen lugar. Esta chica es dinamita pura, tiene mucha determinación.

Dice con una sonrisa mientras mira a Yocasta, que reposa a su lado.

Yocasta permanecía absorta en sus pensamientos, cuando las palabras del anfitrión y de Arbo la despertaron de sus pensamientos.

- Mientras estuve entrenando, pude hablar con varios de los tributos, Arbo. Al parecer, el capitolio nos tiene preparado un comité de bienvenida de lo más peculiar. Según nos informó otro de los tributos, nos las veremos con 12 jefes, a saber, enemigos, bestias, mutantes, y cosas similares. Varios llegamos a la idea de que la mejor opción para hacer frente a esos enemigos es aliarnos entre nosotros para sobrevivir  un enemigo común. Es lo más sensato, sabiendo que hay tributos muy poderosos pero que se sentirían mejor con alguna ayuda para luchar con esos "jefes". Así que permanece junto a mí e intentemos sobrevivir cuanto podamos. Voy a descansar un poco pues estoy algo agotada.

- Lo que dices tiene mucho sentido, parece ser nuestra mejor baza, la alianza común, ante el enemigo más poderoso. Aunque eso quizá haga enfadar más al jefe (le sale una sonrisa sarcástica). 

He visto chicos muy fuertes ahí fuera, sin alianza, mis posibilidades no parecen muy altas.

Yocasta se ve muy decidida, con la moral firme, y eso le inyecta algo de ánimo a Arbo, que se había ido apagando un poco tras el paso del tiempo en aquella sala de entrenamiento con todos aquellos auténticos guerreros.

Yo solo cazo ratas, por el amor de Dios.

Vuelve la mirada hacia Yocasta, y se queda fijo en sus ojos azules y su tez de tono marfil. Ella parece absorta en sus pensamientos, relajada, y así se queda él, sin apartar la vista de su rostro.

Miro a Arbo tras oír sus palabras.

- Nosotros, como compañeros de distrito, debemos permanecer más unidos que el resto. Yo cuidaré de ti todo lo que pueda. Todas tus habilidades serán bienvenidas. Incluso a uno de esos tributos tan fuertes de ahí fuera, le costaría mucho trabajo vencernos a los dos juntos en combate. Estando juntos y unidos seremos más fuertes, lo de la alianza con el resto es para sobrevivir, como te dije.
 

Las nuevas palabras de Yocasta producen una confortable sensación de relax y confianza en Arbo. Es como si de pronto tuviese una hermana mayor que nunca tuvo. El siempre ha tenido que llevar el papel de hermano mayor en casa, pero al llegar al Capitolio se sintió indefenso y débil.

Cada momento junto a su compañera le hace crecer en confianza para afrontar el vital reto que se le presenta. Tampoco se le quitan de la cabeza las imágenes de su familia abrazada llorando su partida el día de la cosecha. Trata de buscar en ellos la fuerza necesaria para el futuro inmediato, y trata de convencerse de que volverá para abrazarlos otra vez. Por momentos le vuelve a invadir el desasosiego, pero al volver a mirar los ojos de Yocasta, se ve reconfortado de nuevo.

- Yo también cuidaré de tí, corazón de León! Contesta esbozando una sonrisa.

-Si... Twilight interrumpe la animada conversa entre Arbo y Yocasta, que se llevaban bien a pesar de sus diferencias, Arbo era expresivo y gracioso, mientras que Yocasta era más sería y callada.

-Lo de las alianzas está muy bien, todos los años hay y pocos sobreviven sin ellas, pero una de todos los tributos? ¿Están seguros? Ya vieron como reaccionaron con la niña del 2, y acaso no recuerdan los 97º? ¿Las bolas de fuego y las flechas venenosas que salieron de quién sabe donde y mataron a cinco tributos? Ellos no quieren alianzas, puede ser peligroso... Si la hacen, que sea pequeña y con gente de confianza, no con profesionales, esos estarán esperando una pequeña distracción de su parte para rebanarlos...

- Lo que yo decía... El jefe se cabrea si los nenes se juntan. Ahora me enfado, y no respiro... o mejor aún, ahora me enfado, y os dejo sin respirar. Je Je. 

"Estamos jodidos por donde lo miremos"

Las palabras de Twilight confirmaban los malos augurios que Arbo tiene con respecto a que les dejen pactar. 

"Quizá si pudiésemos hacer algún pacto secreto, sin que se enteren los señores del Capitolio..." "Complicado". 

- Nos lo están poniendo todo de color de rosa, eh Yocasta. Creo que tendremos que cuidar nosotros mismos nuestros traseros. Por mi parte, prometo no quitar el ojo de encima al tuyo... Según lo está diciendo, se pone rojo como un tomate al ver lo mal que ha sonado eso, y lo fácil de mal interpretar que es "vaya una frasecita afortunada, por Dios, que vergënza" 

- Quería decir... que... que... cuidaré de lo que te pueda pasar. Que no digo que tu trasero... Que es muy... que me... que vamos... que puedes confiar en mi.Trata de reponerse con una sonrisa tonta y la mirada baja sin atreverse a mirar a su compañera a los ojos... 

Al captar la cara sonrojada de Arbo, trato de calmarlo desviando su atención, hablándole sobre otros temas más importantes de cara a los juegos.

- Y bien, Arbo ¿Qué habilidades tienes? Yo soy relativamente fuerte en combate o al menos dejaría bastante tocado a mi adversario pero, ¿Qué puedes aportar tu?

Le miro interesandome por su respuesta ya que cualquier habilidad es bien recibida.

Todavía algo sonrojado levanta poco a poco la mirada mientras responde, y la situación se normaliza. "De verdad parece una hermana mayor, pero con esos ojos..."

- Mi papa siempre me dice que soy un niño muy espabilado para mi edad. La verdad es que no soy muy fuerte en combate, así que digamos que mi fuerte es evitar que se produzca el combate. Se me da bien cazar animales escurridizos, por lo tanto, creo que puedo ser bueno a la hora de sorprender al enemigo, con sigilo y astucia, supongo. Manejo bien los cuchillos...  ...de despellejar bichos, ya sabes.

Pone cara de resignación y abre los brazos palmas arriba encogiendo los hombros, como lamentándose de no poder aportar más a su compañera. A después añade.

- También corro, jeje. Mucho y rápido. Así que si lo veo chungo tocará salir pitando.

- Muy bien. No sabemos quién estará de nuestro lado una vez en la arena. Aquí todo puede ser un truco para después tricionarnos a la primera de cambio. En cuanto lleguemos a la arena deberemos estar atentos a la cornucopia y a la salida. Lo ideal sería hacernos con algún arma y todo lo que podamos llevar sin aminorar la marcha. Lo siguiente podría ser huir y vaernos por nosotros mismos, o unirnos a algunos. Tendré que pensar en ello.

- Me parece una táctica muy válida para nosotros. Los tributos de otros distritos puede que estén más preparados para un enfrentamiento directo, así que será mejor refugiarse y tratar de jugar a las guerrillas y la sorpresa.

Unas jornadas de entrenamiento después, los tributos del distrito 8 tienen mejor condición física, y se han metalizado de donde están y lo que les espera. Arboh tiene mayor confianza en sí mismo y en Yocasta, de cuyos ojos sigue prendado cada vez más. No deja de comer mientras puede, entrenar, y mirarla, a la espera de que los acontecimientos se disparen.

Sentada en la mesa, tomo algo para saciar mi hambre, mientras me doy cuenta de como mi compañero me observa con gesto raro. Al cruzar nuestras miradas trato de romper el hielo.

- Pronto empezarán los juegos Arboh. ¿Cómo llevas los entrenamientos?

Acompañando a Yocasata en la mesa, Arboh se encuentra reconfortado, aunque las jornadas de entrenamiento lo están dejando molido.

Me encuentro bien, algo cansado, pero bien. Muchas de las cosas que estoy haciendo aquí no las había hecho nunca, por lo que es toda una "experiencia" si me entiendes. Tengo muchas sensaciones contrapuestas. Mientras podamos, debemos pensar que estamos en un campamento para ricachones... y disfrutar lo que podamos. Después... después será otra cosa.

Al decir estas últimas palabras, baja la cabeza, y su mirada se apaga.

Si te digo la verdad... tengo mucho miedo.

Miro a Arboh y detecto su gesto de preocupación al dirigirme esas palabras. Cualquiera diría por su comportamiento que no tenía miedo, pero nada más lejos de la realidad, aquí todos eramos de carne y hueso, personas con senitimientos.

- No te preocupes Arboh, aún queda mucho tiempo¹ para que empiecen los juegos. Nos han concedido varios días de entrenamiento, al parecer...

Tengo ganas ya de que todo esto empiece. Cada minuto de espera estoy empezando a sentirme más asustado. 

Al menos tu cara me da confianza, esos ojos... pareces una hermana mayor... me reconforta tu compañía. Espero no equivocarme confiando en tí

- No te preocupes. Nos defenderemos. Solo habrá que no fiarse de los profesionales. Su único objetivo es ganar y no dudarán en matarnos. No pienso estar cerca de esos...