Partida Rol por web

El grupo se reune justo cuando comienza la depresión del peñon y la bajada, parte del grupo de campesinos se ha ido marchando, cada uno a su casa, pese a las advertencias de Osorio. Incluso los Buffalà han partido dejando su agradecimiento y su promesa de que si pasan por su masia les llenaran de viandas.

-Los Buffalà ya están a salvo, pronto llegarán a su casa...- comento una vez pisamos el exterior y nos reencontramos con Osorio -Podemos ir junto a ellos para protegerles si no habéis conseguido encontrar a Maçueles... ¿pero seguirle?, ¿por qué deberíamos hacer tal cosa?- observo a los dos guerreros alternativamente, no demasiado convencida de que sus motivos puedan ser lógicos o sensatos después de la ira que les he visto derrochar a raudales, casi como bestias.

Una vez fuera del torreón, ya en suelo firme otra vez, cuando todos parecen a salvo, Alonso se lleva a parte a sus tres compañeros, despachando rápidamente a los pueblerinos que queden junto a ellos.

- Venga, venga, ya pueden irse a sus casas, buenas gentes. Vamos. Habrá mucha gente esperando que regresen.

Un poco apartados ya, no puede creer las palabras de Patricia.

- ¿Qué para qué? – no sabe si enfadarse, reírse o mandar literalmente al mundo al carajo – Quizás el cansancio me juegue una mala pasada, Patricia, mas mi memoria alcanza a recordar que ustedes fueron quienes me explicaron muy explícitamente que si Maçueles no era detenido, traería a este mundo a un Demonio que acabaría con todo y no habría lugar donde esconderse… Así, que creo, que detenerle debería ser importante para nosotros y como no podemos detenerle sin estar con él, habrá que ir a seguirle…

Se nota que el cansancio está haciendo mella en sus maneras, hablando cada vez un poco más irascible. Al darse cuenta de ello, guarda silencio llevándose una mano a la boca como para limpiársela y luego restregársela un poco por la cara. Parece que eso le tranquiliza un poco, hablando otra vez un poco más calmado.

- Está bien, está bien. He tenido una idea para acelerar nuestra búsqueda, ya que vamos a contra reloj, mas necesito saber… - los mira uno a uno a los ojos con una sonrisa un poco pícara - ¿Creen todos ustedes en el poder de los ángeles? – el brillo en sus ojos revela que habla muy en serio, a pesar de la sonrisa de autosatisfacción.

Frunzo el ceño cuando Alonso se dirige a mí, pero nuevamente Osorio y Kamal hacen gala de ese silencio distante que les caracteriza cuando les interesa. Supongo que no tienen opinión al respecto o sencillamente les da igual. ¡Menudo par!
-Pero ahora que hemos liberado a los Buffalà no puede llevar a cabo su ritual... ¡o lo que sea! No es necsario derramar más sangre todavía- explico mi razonamiento, el cuál creo que es bastante lógico aunque quizá para hombres de armas no tanto.

-Aunque suongo que podría volver a intentarlo dentro de un tiempo y eso no le gustaría a nadie- admito luego cruzándome de brazos con una actitud algo defensiva y retraída, algo cansada de que los combates y las muertes no cesen a mi alrededor por mucho que me pese. Empieza a suponerme una carga.

Se produce entonces un silencio que no dura demasiado, pues pronto es roto por Alonso y una pregunta algo extraña. Le miro y asiento, titubeante. Mi opinión está más que clara pero no tengo la menor idea de lo que pretende...

Observo atentamente la conversación entre Patrícia y Alonso. Ante la queja de Patrícia, voy a dar un paso al frente, pero ella misma da la contestación que yo quería darle.

Así es, Patrícia. No podemos confiar en que Maçueles se ha aburrido de sus intenciones. Además, temo que los Buffalà no fueran más que un señuelo para distraernos. Si no, ¿por qué dejarlos sólo bajo la custodia de los cobardes con los que hemos peleado?

Chasqueo la lengua y resoplo, algo fastidiado y con miedo de que mis temores sean más que una simple idea. Doy un par de pasos sin moverme mucho de mi sitio, mirando al suelo y pensando, pero sin dejar de escuchar.

¿Ángeles? -repito, sorprendido ante la pregunta de Alonso-. Sí, por supuesto. El mismísmo Yibril fue quien se apareció al Profeta Muhammad, bendígale Dios y le dé su paz.

La verdad es que la pregunta, por un momento, se me antojó incluso ofensiva, pero en el momento pensé que no debía dejarme llevar por las pasiones. Tal parece que soy de cólera fácil, y no es una buena virtud.

Alonson mira sorprendido a Patricia. ¿Qué por qué perseguirlo? Entonces cae en la cuenta, ella no estaba presente. Se atiza con la mano en la frente. Maldita sea, maldita sea, la fatiga me está afectando. Inspira hondo mientras Kamal contesta. Parece que la fatiga también hace mella en él, pues no se acuerda del interrogatorio en las escaleras. Inspira otra vez, calmando sus nervios. Los aldeanos ya están lejos, ya puede hablar con franqueza.

- Aún sin quitarle valor a vuestras palabras y vuestro razonamiento, hay otro motivo más. Cuando interrogamos a los esbirros de Maçueles, estos revelaron que este ha de cometer un último asesinato, que la víctima se le presentó a Maçueles en sueños influido por su señor demoniaco y que este demonio le está concediendo cada vez mayores poderes, por ejemplo, ahora parece ser capaz de controlar las llamas. – hace una pausa para que Patricia lo asimile – Lo siento, Patricia. Pensaba que ya lo sabías. No me acordé que no estabas presente en esos… instantes.

Para un poco para tomar resuello. Mira a Kamal al contestar.

- Por favor, Kamal, no os ofendáis. Ved. Patricia y yo conocemos la magia de la Vida, Luis y yo la magia de Fuerzas, y vos la magia del Destino y de la Tierra. Por lo que he podido ver hasta ahora. Por separado, podemos hacer cosas útiles, mas juntas… ¡juntas todas esas magias podríamos utilizarlas para llegar a Maçueles en cuestión de minutos y de sanar la fatiga de nuestros cuerpos en el proceso! – hace una pausa dramática para que cale su mensaje – Mas para poder hacer funcionar nuestras magias a la vez, necesitamos una creencia común. Los ángeles fue lo único que se me ocurrió como creencia común entre judíos – mirando a Osorio -, cristianos – mirando a Patricia -, musulmanes – mirando a Kamal – y yo mismo. Normalmente no pensaría en esta opción, mas el tiempo… el tiempo se agota rápidamente y esa es una magia que aún no aprendí...

De repente mientras baja la ladera, un viento frío se alza repentino, es más fuerte que nada que habéis visto y hace que incluso suene un trueno que parece partir el cielo en dos. Las negras nubes comienzan a arremolinarse como si fuera una manada de lobos esperando el momento para atacar. Casi parecen esperar una señal para lanzarse sobre la tierra y aniquilar a todos sus habitantes.

Presto atención a Alonso, aunque creo ser más diestra en el uso de Fuerzas que algunos de los presentes, pero aún así no le interrumpo y espero a que termine para aclararlo. Al menos esa es mi intención, pero no llega a tener lugar porque no comprendo en absoluto lo que nos propone y eso consigue dejarme bastante confusa.

-¿Unir nuestros poderes bajo la creencia de los ángeles? Lo lamento, creo que no tengo la menor idea de por dónde empezar...- según parece debe de ser el más experimentado de nosotros, pues yo apenas llevo un par de años moviéndome en el mundo de la magia, los milagros y las bendiciones, todavía no las comprendo del todo y mucho menos las domino.

Es entonces cuando, repentinamente, un endemoniado viento sacude nuestros ropajes, los cuáles debo esforzarme en contener antes de elevar la mirada al cielo, preocupada. No creo que sea obra de Dios, está claro.
-¡Si sabes cómo hay que hacerlo ahora! No tengo suficientes conocimientos para detener una tormenta así pero quizá entre todos...- ya lo intenté durante el naufragio del barco y no pude con ello, pero con la ayuda de dos o tres compañeros más creo que tendríamos verdaderas posibilidades de ser escuchados.

Un terrible estremecimiento recorre a Alonso cuando el trueno suena. Sabe que aquello no era un augurio de nada bueno. Mira a Patricia nervioso.

- Trataré de ser rápido. Cuando oramos a nuestros dioses ellos escuchan nuestras plegarias e intervienen, ¿correcto? Esto es indiferente de nuestra religión. El problema, es que si cada uno oramos a un dios diferente, nuestra plegaria será escuchada por cada dios y atendida por separado – mira a Patricia – Necesito que confíes en mi cuando te digo que hay más de un dios… o más de una faceta… no sé, el caso es que si Osorio reza a su dios judío su plegaria es respondida y si tu oras al dios cristiano, también. Bueno, que para que nuestras plegarias sean escuchadas a la vez y atendidas a la vez tienen que ser elevadas por todos al mismo Poder* pero no tendrán efecto si no creemos de verdad todos y cada uno en ese Poder. – toma aire después de la pedorata, en la que ha estado acelerándose poco a poco, poniéndose un tanto nervioso, algo que hasta ahora no habáis visto que le pasara – Por eso preguntaba por los ángeles. Tanto judíos, como cristianos, como musulmanes comparten la creencia del poder de los ángeles como servidores de sus respectivos dioses y como intermediarios entre ese dios y los hombres. Por eso, se pueden elevar oraciones a los ángeles pidiéndoles su ayuda. Por ejemplo, podríamos ahora mismo elevar una oración los cuatro a la vez a los ángeles pidiéndoles que nos transporten por los aires con seguridad hasta donde está Maçueles y que curen nuestra fatiga y heridas mientras nos transportan. – mira a todos nervioso – No lo he hecho nunca. Tan sólo sé que se puede. Así, que – mira al cielo – Yo estoy dispuesto a correr el riesgo. ¿Y vosotros?

La explicación me coge por sorpresa. No estoy del todo seguro de cómo podríamos hacerlo, y sobre todo no sé si tengo los conocimientos necesarios. De hecho, titubeo un poco en mi respuesta.

S- supongo que... podríamos intentarlo, pero no sé si tengo el conocimiento suficiente. Pero sea como sea, estoy dispuesto a seguir tus instrucciones -miro hacia el cielo que se ha vuelto negro tan rápida y extrañamente-. Tenemos que parar esto...