Partida Rol por web

Acoso y derribo

Prologo

Cargando editor
04/03/2016, 20:10
Caelny

El dolor y el cansancio continuaba extendiéndose por mi cuerpo, pero la angustia que inundaba mi pecho resultaba mayor tortura. Lothlouin había vuelto a delirar, hablando claramente como si se encontrara aún en casa, diciendo algo sobre querer dejar de entrenar para ir al bosque, y… Sobre echar a alguien de menos. Por un momento se me pasó por la cabeza que pudiera referirse a mí, pero habían pasado muchos años, demasiados, y quizás el no haber intentado recuperar nuestra amistad se debiera a que ya había encontrado a quien llenara aquel espacio. Sí, hubiera sido bonito que hablara de mí, pero lo dudaba.

Ya sentado no mejoró mucho, aunque aun así se mantenía atento a mi estado, en la escasa medida que su situación lo permitía.

- Yo estaré bien… - le respondí cuando me preguntó por mí tras ponerle aquella manta por encima.

Me esforcé en mostrarle una sonrisa, que no estaba segura de que pudiera ver, mientras le arropaba mejor con aquella manta. Malark se acercó ofreciéndome una jarra, pero decliné el ofrecimiento con una tenue sonrisa, agradecida por su gesto.

Debería comer o beber algo, pero…

Miraba aquellos platos con diversos manjares cuando la anciana de peculiar aspecto se acercó para aparentemente tratar a Lothlouin. Escuchaba la conversación de los demás con los medianos mientras me decidía a coger una pieza de fruta, siguiendo con atención cómo la viejecita actuaba sobre la herida de mi compañero. Este incluso pronunció algunas palabras acerca del tema de la esclavitud, lo que me hizo pensar que se encontraría mejor; pero nada más lejos de la realidad.

De pronto, los ojos de Lothlouin parecía que iban a salirse de sus órbitas, con sus dientes apretados en una mueca de dolor que casi hacía que yo también pudiera sentirlo. Alarmada, me puse en pie tras mi compañero, viendo como este se quitaba la manta y comenzaba a gesticular, pareciendo querer hacer frente a esa anciana que no sabía qué le estaba haciendo; pero que tenía toda la pinta de no ser nada bueno. Llena de incredulidad y enfado, vi como aquella señora caía de espaldas ante la risa de los medianos, para casi al mismo tiempo ser Lothlouin el que caía hacia atrás a plomo.

Conseguí sostenerle a duras penas, agarrándole por debajo de los hombros y dejando que su cuerpo reposara sobre el mío en la caída. Lancé una fulminante mirada a la comatosa anciana, para después hacer lo mismo con los medianos que le reían la gracia. Mi lengua se vio obligada a contenerse, a sabiendas de que no teníamos lugar al que ir y que la ayuda de los presentes era imprescindible; pero me quedé con ganas de decir unas cuantas cosas.

Arrastré a Lothlouin hasta una pared contigua y me senté en el suelo contra esta, dejando que el elfo reposara sentado entre mis piernas, valiéndose de mi propio cuerpo para apoyarse. Pero antes, me deshice de parte de mi ropa mojada y le envolví en aquella manta, cubriendo su fría piel con ella, rodeándole después también con mis brazos para ayudarle a entrar en calor.

A nuestro alrededor, las personas que nos habíamos topado en el camino parecían haber comenzado a charlar entre ellos y con los medianos, así como a presentarse. Desde mi posición observé la escena con amargura durante unos instantes, hasta que tuve que agachar ligeramente la cabeza para poder hablar a Lothlouin al oído.

- ¿M-mejor así? – le pregunté preocupada, separando un momento uno de mis brazos de su cuerpo para apartarle el pelo del rostro y volver a tocar su frente. – Tienes que ponerte bien, alguien tiene que demostrar a los presentes la magnificencia de los elfos… - bromeé tratando de animarle y volví a rodearle con ambos brazos, apretándole ligeramente contra mí.

Cargando editor
04/03/2016, 20:17
Silver Fullbuster

Silver repara en los dos elfos y deja de comer como una lima. Ya tendra tiempo para comer mas tarde. Se levanta de donde esta y se acerca lentamente a los dos elfos.

- Deberias comer algo -digo suavemente a la elfa- y beber tambien, tu compañero se recuperará, mañana Malark volvera a poder usar su magia y entonces un veneno no será rival para él.

Luego se gira a Malark y lo llama.

- ¡Malark! ¿Te importaria echar un ojo al elfo? Quizas peque de preocuparme demasiado, pero estaria bien saber cual es su estado y que cuidados son los mas oportunos hasta que llegue el alba.

Cargando editor
06/03/2016, 19:57
Voz en off

Las presentaciones van llegando a su fin, os acomodais en una mesa redonda, llena de comida y toda clase de bebidas. Con cada sorbo de sopa caliente, con cada bocado de pescado, carne y fruta, vais recuperando las energías perdidas en el tortuoso camino hasta la llegada a este lugar idílico, sino fuera por su localización. Sus gentes son alegres y agradables, risueños y felices a pesar de lo que os comentan, de los Luks, seres "altos" como vosotros pero esclavistas. En diversas regiones de este mundo se permite, se tolera. Son costumbres arraigadas en el Este, en las tierras de los desiertos, pero no en la Costa de la Espada.
Lothlouin se va recuperando lentamente, recupera el apetito, el ungüento maloliente va haciendo el efecto esperado.
Las mujeres medianas ayudan al cuidado del bebe, y descrubis al cambiarla de ropa que es una niña, con piel suave, blanca y una pequeña marca de nacimiento en la nalga izquierda, 3 pequeños puntos y una linea curva que parece una "C".

Al ver esa marca las medianas cambian su rostro, la sonrisa desaparece de sus caras...Esta niña, no es un bebe cualquiera, es la hija de Kara... Por ella nos preguntan los Luks, la están buscando para asesinarla...

La vieja druida parece que recobra el conocimiento-CALLAOS!!!! veo que casi todos son buena gente, dejar que hable con ellos en privado- Le ayudan a incorporarse, se sienta en una mesa alejada, pone una tapete sobre ella, enciende una pequeña pipa de tabaco mientras le acercan un candelabro, una pequeña bola de cristal azulado -Venid por aquí... De uno en uno, debo saber quienes sois...

Notas de juego

La comida y bebida os reconforta, recuperar 2D8 Pg

Cargando editor
06/03/2016, 20:53
Endozal Fik

"¿Una niña?"

Estaba claro que aquella misión tenía por detrás mucho más de lo que ellos hubieran podido averiguar. Se habían puesto en marcha muchos más elementos de los que ellos preveían, quizás hasta mágicos, y había quedado patente que este no era un simple bebe ya que estaba con unos símbolos desde su nacimiento.

Su corazón se aceleró, la niña seguía en peligro y además estaban poniendo en peligro la vida de estos acogedores medianos. Tenían que marcharse rápido y dirigirse lo antes posible al Valle Uzherh. Miro alarmado hacia Airel y comenzó a lanzar preguntas a las medianas.

- ¿Conocíais a sus madre? ¿Qué tiene de especial esta niña para que la estén buscando? No os podemos poner más en peligro, debemos dirigirnos al Valle Uzherh como os he indicado anteriormente, podríais indicarnos como ir. Se estaba acelerando al saber que estaba arriesgando aún más vidas inocentes en un juego que no acababa de entender.

Como si la anciana hubiera notado su alteración y nerviosismo unido al de las medianas pidió silencio en la sala. Aquello no le quito el nerviosismo, se levanto dispuesto a recoger sus pertrechos cuando la anciana ya en una mesa más alejada les pidió que se fueran acercando uno a uno.

- Quédate al tanto del pequeño. Yo seré el primero en ir. Mi compañera y yo necesitamos conocer que está pasando y en que nos han metido y cuales son las consecuencias de nuestra última misión. Dijo totalmente preocupado y mirando a Airel en primer lugar y luego al resto de sus compañeros. Estaba a punto de perder los nervios. Nunca antes en su vida había estado tan inseguro, ni ninguna misión anterior había acabado con inocentes muertos por su culpa.

Se acercó hasta la mesa de la anciana y tomó asiento en frente de ella. Tenía que retomar el control de lo que estaba ocurriendo lo antes posible y replantear sus próximas acciones, no podían seguir a la deriva.

- Tiradas (1)
Cargando editor
06/03/2016, 21:25
Silver Fullbuster
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
06/03/2016, 22:36
Lothlouin Greyendil

Abro los ojos, de nuevo. Mucho ruido, demasiado, y frío. Pero no tanto. No estoy sentado en una silla, estoy... ¿En el suelo? Cubierto por una manta, apoyado en un rincón cómodo y blando, rodeado por... Frunzo el ceño, dándome cuenta de mi situación, de los brazos de Caelny que me abrazan la piel desnuda del pecho, y sus piernas a ambos lados de mí. Me susurra, me pide que me recupere, habla de la magnificencia de los elfos que antes era capaz de representar.

Últimamente... tengo la impresión de que es ella quien mejor representa las virtudes de nuestra raza.

M-mucho mejor, ca... Caelny... -Respondo, con voz carente de fuerzas, aunque logro mantener los ojos abiertos, lleno de pudor. Yo era el gran guerrero, el señor arcano, el jefe de los ejércitos de mi padre. Era alguien poderoso, de alta alcurnia. Y aquí estoy, postrado en el suelo, agradecido de contar con la fortuna de que una amiga del pasado cuida de mí como de un niño pequeño. Y en tan lamentable estado, tan vergonzosa situación, casi me siento culpable de sentirme tan bien con el calor de sus brazos rodeándome, escuchando el latir de su corazón a mi espalda. Si no fuera por un pequeño detalle- T-tu c-costado... ¿C-cómo... estás...? -Pregunto con preocupación, justo cuando aparece a nuestro lado ese humano semidesnudo, Silver, aconsejando a mi compañera y protectora que se alimente. probablemente, en mi actual estado, no debe creer ni que esté consciente- L-lleva razón... -Digo girando mi rostro hacia el de Caelny, situado por encima de mí, contemplando las cinceladas formas de su rostro. Llevamos mucho tiempo sin apenas comer nada, bebiendo lo justo en los escasos descansos que nos ha dejado la continua persecución. Perdimos las raciones de viaje, los odres, y solamente hemos podido abastecernos de lo que ella encontraba en la naturaleza. Nuevamente, sin ella, habría muerto hace ya mucho. De hecho, sin ella, habría muerto nada más abandonar las tierras de los Greyendil- D-debes... d-debemos... -Me corrijo, conocedor ya de la testarudez de mi amiga, que a buen seguro se negaría a preocuparse solamente por sí misma. A veces creo que tiene sangre enana, alguna gota residual de un antepasado muy, muy lejano. Suficiente para hacerla tan tozuda como bondadosa.

El humano tiene a bien acercarnos algo de comida. No puedo por menos que agradecer su gesto con solemnidad. Es humano, un bárbaro indecoroso que camina por el mundo casi desnudo, y sin embargo muestra mucho mejor corazón que algunos de los más nobles de mi pueblo. Quizás, sólo quizás, todas esas cosas que me han inculcado no sean tan exactas como me las vendieron. Quizás. Caelny insiste en que coma, que beba para recuperar el líquido que pueda perder por las fiebres. Puede que también yo cuente con alguna impureza enana entre tanta sangre azul, pues a pesar de mi estado me niego a tomar nada si ella no lo hace. Así, la noche va avanzando lentamente, trago a trago, bocado a bocado, exigiendo cada cuan que sea el otro el siguiente en dejar que algo de alimento entre en su cuerpo para ofrecerle fuerzas renovadas. La pierna me duele menos, quizás por efecto de ese anestésico ungüento, y con cada bocado siento que el apetito regresa a mi estómago, que de cuando en cuando ruge exigiendo que coma más rápido. Trato de cargar mi peso en el lado del cuerpo de Caelny contrario a donde se que le duele, e intento que la manta también la cubra lo suficiente como para ofrecerle el calor que necesita. Y, cada vez que mis manos quedan libres, aferro con ellas uno de sus brazos, apretado contra mi pecho. Y en esos breves instantes, cubierto parte de mi rostro con la manta, me permito suspirar.

De repente, un grito llama mi atención entre la algarabía general. La vieja druida exige a los suyos preparar una mesa, donde solicita entrevistarse con todos nosotros, en privado, uno por uno. Miro a Caelny, esperando que ella entienda ese gesto, que quizás forme parte de las costumbres de los pueblos exteriores. Sin embargo, no hay prisa por hacerlo. Parece que uno de los humanos se acerca ya para ser el primero. Aún podemos permitirnos un poco más de descanso...

- Tiradas (1)

Notas de juego

+10 pg

Cargando editor
07/03/2016, 08:03
Ojo / Airel

Sigo a la druida para ver de que se trata todo esto, si la niña es reconocible por una marca tan distintiva es posible que esto sea mas profundo, parecia alegrarle a los medianos el saber esto de la bebe pero aun me preguntaba si era por que preferian entregarla y salvar el cuello o preferian que la bebe siga con vida

- Tiradas (1)
Cargando editor
07/03/2016, 11:27
Malark Bersk

Me he mantenido en silencio, pensativo. No puedo evitar darle vueltas a todo lo que nos ha pasado en los últimos días: la persecución, la traición y cómo en las últimas horas hemos formado una especie de gran familia que el destino parece insistir en mantener unida por razones que aún desconocemos.

He ido pasando jarras de cerveza a todos mis compañeros mientras yo mismo iba recuperando fuerzas a base de comer algo del banquete que se presentaba ante nuestros ojos. Algunos han aceptado la jarra entre agradecimientos, otros la han declinado atentamente y otros ni siquiera estaban en condiciones de recogerla, pero en ningún caso me he fijado exactamente en lo que decían, inmerso en mis pensamientos. Cualquiera hubiese pensado que soy algo seco, y probablemente así sea. No puedo evitar enfrascarme en mis pensamientos, encerrarme en mi mismo cuando algo me preocupa.

Oigo la voz de Silver que me pide que mire la situación del elfo envenenado, casi colándose como un ladrón entre los huecos de mis pensamientos. Me espabilo y le miro, asimilando la información para asentir y acercarme a Lothlouin que permanece en el suelo junto a Caelny. Es entonces cuando veo que comienza a comer, decido retirarme un poco y darle espacio. Es importante que se alimente como pueda, pues aún cuando voy a poder ayudarle, no podré hacer gran cosa hasta que no recupere mis conjuros con la salida del sol. Y aún queda un rato para ello.

Una orden directa me vuelve a sacar de mis pensamientos. La druida que allí se encuentra parece salir de su propia borrachera que la ha tumbado poco después de sanar parcialmente al elfo. Exige vernos a todos por separado, para descubrir quiénes somos en el fondo de nuestro corazón. Endozal es el primero en presentarse voluntario. Decido aprovechar ese tiempo para mirar la herida de Lotholuin ahora que parece tener mejor cara tras comer.

Me acerco a él. Caelny y él levantan la cabeza para mirarme cuando estoy junto a ellos. Intento esbozar una sonrisa que suavice mi eternamente serio y duro rostro. Disculpadme, sé que no he sido de mucha ayuda, pero me gustaría ver la herida de nuevo. Temo que no podré ser de mucha ayuda hasta que los poderes de mi señor Pelor me sean devueltos, pero no me cabe duda de que mañana al alba podré curaros de vuestra terrible herida y extraer el veneno que os daña. Me arrodillo cuando se me da permiso y comienzo a examinar la herida. Tiene mal aspecto, pero parece que las hierbas masticadas por la druida han comenzado a sanar parcialmente el feo corte. Pero el veneno aún supura de la misma. No ha sido más que una solución temporal. Maldigo para mis adentros pues me siento inútil sin mis poderes. Ojalá pudiese cumplir con mi papel de sanador como debiera.

Poco después se descubre el sexo del bebé. Una niña hija de una tal Kara. Todo parece embrollarse y algo me dice que el destino de esa niña está unido al nuestro.

Pronto entraré a visitar a la druida, pero tampoco tengo prisa. Todo llegará y la noche aún es larga.

- Tiradas (1)
Cargando editor
07/03/2016, 19:45
Caelny

La frente de Lothlouin continuaba caliente, pero su temperatura parecía haber bajado ligeramente, lo que me reconfortó un poco. También lo hicieron sus palabras, que aunque débiles, manifestaban que se encontraba mejor de aquel modo; con mi cuerpo y mis brazos proporcionándole algo más de calor. En mi estado, no era mucho lo que podía ofrecer ya a mi compañero, pero permanecer junto a él y cuidarle en la medida de lo posible, era algo que podía y quería hacer.

Justo en el momento en que Lothlouin me preguntaba por mi estado, Silver se personó ante nosotros, aconsejándome que comiera y bebiera algo; tratando también de tranquilizarme respecto al estado de mi compañero, poniendo toda su confianza en el suyo.

Antes de poder responder al hombre, noté como Lothlouin alzaba su rostro, diciéndome que el dueño de aquella blanca melena tenía razón. Una tenue sonrisa se dibujó en mi rostro al mirar a mi amigo, dirigiendo entonces la vista a Silver; aunque sólo por unos pocos segundos, pues el rubor atacó mi rostro, y me sentí impulsada a desviar la mirada ante el cuerpo semi desnudo del hombre.

- Gracias por preocuparte, puede que lo haga dentro de un rato… Y gracias por pedir a tu compañero que eche un vistazo a Lothlouin. – respondí al hombre, levantando entonces mi rostro para dedicarle una amable sonrisa.

Mi amigo volvió a pronunciarse, débil pero testarudo, recalcaba que debía seguir el consejo; aunque no tardó en añadir que él también debía, lo que terminó de animarme a hacerlo.

El hombre tuvo a bien traernos algo de comer y beber, y tras agradecérselo nos dispusimos a ello. Mi apetito no era excesivo para lo poco que habíamos comido últimamente, no así mi sed, que tardé más de una jarra en terminar de calmarla. Como si de un pacto no escrito ni hablado se tratara, mi compañero y yo fuimos nutriéndonos con los alimentos que tan gentilmente nos habían proporcionado mientras el otro también lo hacía; y vi con agrado como el apetito de Lothlouin iba incrementando junto a su bienestar. No así el mío, viéndome obligada a comer casi por obligación, y con aquel dolor en mi costado perenne; cosa que tardaría en sanar si no era tratada, pero así lo había decidido anteponiendo las heridas de mi amigo a las mías.

También nos permitíamos simplemente descansar en algunos momentos, en los cuales yo reposaba en la pared, sirviéndome de apoyo parte de aquella manta; mientras Lothlouin descansaba sobre mi cuerpo, a veces sujeto a mi brazo, beneficiándonos ambos de nuestro mutuo calor. En uno de estos instantes, me vi sobresaltada por la voz de aquella anciana, al parecer ya recuperada, que ante algunos murmullos intervenía pidiendo silencio.

¿Hablar en privado para saber quiénes somos?

Enarqué una ceja ante tal petición, bajando mi miraba al notar como Lothlouin se movía. Este me miraba, seguramente preguntándose a qué se debía aquello, pero no tenía respuesta que ofrecerle.

- Supongo que no queda otro remedio… – comenté a mi amigo con cierta desgana, dando cuenta de que la idea no era de mi agrado.

Al acercarse alguien alzamos nuestros rostros, dándonos cuenta de que se trataba de Malark, el compañero clérigo de Silver. Este esbozó una tenue sonrisa que devolví, respondiendo en seguida a sus amables palabras.

- Por supuesto, es más, te lo agradecemos. – le dije realmente agradecida, tomándome la libertad de incluir a Lothlouin. – Estamos seguros de que mañana estaremos en deuda contigo. – añadí, dedicándole una cálida sonrisa y queriendo demostrarle mi confianza en él.

El hombre se arrodilló, comprobando el estado de la herida, sin dejarme adivinar en su rostro si iba bien o mal; aunque por la visible mejoría de Lothlouin podía intuir que cuanto menos no había ido a peor.

- De uno en uno… - murmuré, pensativa, dirigiéndome entonces a mi amigo, que reposaba aún entre mis brazos. - ¿Estás mejor? ¿Quieres pasar tu antes a hablar con esa especie de druida? Te acompañaré hasta la mesa si es preciso. – apunté con firmeza aquella última frase, tragándome el dolor que insistía en continuar molestándome.

- Tiradas (1)

Notas de juego

+5 PG

Cargando editor
08/03/2016, 10:09
Tarkas Widokowy

Comida, bebida y un lugar caliente donde descansar, eso era lo único que quería desde hacia horas y pensaba disfrutarlo lo mejor posible.

El bendecido por Pelor se acerco con una jarra de cerveza que rechace gentilmente -No gracias, mi señor, siempre he preferido el vino-, ademas, la cerveza era para los bárbaros sin papilas gustativas

Me senté con el resto de los viajeros ha degustar los manjares medianos y escuchando a los comensales, cuando Fik hablo de su historia me vi obligado a interrumpirle. -No me debéis nada, caballero, no lo hice por vos, el señor Ulman insultó mi honor faltandome el respeto y eso no lo podía tolerar, ademas, solo me interesaba vuestra historia- digo mirando a Fiz y a Ariel -y ya la habéis contado por lo que puedes considerar la deuda saldada- acabo exclamando mientras alzo la copa de vino en su dirección, lo huelo y bebo un trago saboreando el dulce néctar de los medianos

Pero no era la única historia que me intrigaba, también quería saber la del resto de contertulios que habían surgido del camino aquella tarde, sobre todo quería saber por lo elfos, era raro verlos fuera de sus bosques ¿serian exiliados o estarán sirviendo en alguna misión?

Sea como fuere no era momento de comenzar un interrogatorio, estaban heridos y cansados y siendo atendidos por los hombres de cabellos plateados, mañana podremos hablar todos.

Empezaba a dejar embaucarse por el sueño producido por el cansancio y el vino cuando la anciana habló, -No tengo nada que ocultar, buena mujer, pregunteme cuanto guste- alegue sin levantarme al ver a Fik acercarse a ella

Cargando editor
08/03/2016, 12:39
Lothlouin Greyendil

Desganada, con evidentes escasas ganas de pasar por ese trámite que nos están imponiendo, Caelny acepta a regañadientes que tengamos que entrevistarnos con la vieja druida. Habré de fiarme de su criterio, más avezada que yo en todo lo referente al mundo exterior de todo aquello que conozco, el modo de comportarse de las demás gentes que pueblan en mundo. Asiento en silencio, preguntándome qué significa eso de saber quienes somos. Preguntándome quién soy en realidad, a estas alturas. Un hombre caído en desgracia, que ha hundido consigo a la única persona que siempre ha creído en él...

El clérigo de cabellos plateados se acerca a nosotros, solicitando permiso para examinar mi herida. Caelny le ofrece nuestro agradecimiento, incluyéndome, lo cual hace que la mire, sorprendido. No molesto, al contrario, si alguien se ha ganado el derecho de hablar en mi nombre, es ella. En silencio, tiro de la manta lo suficiente para dejar la pierna al descubierto, momento en que Malark, que así se llama si no me falla la memoria, inspecciona con mirada experta.

N-no... no os he dado las gracias, como es debido. -Le digo al hombre, agachando la mirada, avergonzado de mí mismo, de mis modales- Por vuestras atenciones y preocupación. Debería haberlo hecho antes, me disculpo por ello. Habéis sido muy amable y considerado. -Con un gesto de cansancio, me incorporo, dejando de apoyarme en el cuerpo de Caelny para inclinarme hacia delante, dejando que la manta se deslice por mi pecho dejando al descubierto mi torso desnudo. Agacho mi cabeza ante ese hombre como una reverencia- Os estoy inmensamente agradecido. -Vuelvo a levantar mi cabeza, mirándole a los ojos con gesto somnoliento, resultándome cada vez más difícil mantener los ojos completamente abiertos- Quizás... mañana, cuando os encontréis mejor, más descansado, podáis emplear vuestras dotes curativas... -Una triste sonrisa se dibuja en mis finos labios, sin apartar la mirada del clérigo- ...sobre mi compañera. -Digo posando una mano en el costado de Caelny, con gesto preocupado- L-le duele. N-no soporto que sufra así... p-por mi culpa. -Admito con la voz rota.

Una vez veo que el clérigo ha terminado de inspeccionar mi pierna, la herida, el ungüento, apoyo las manos en el suelo, girándome. El muslo me da una sacudida de dolor al hacerlo, aunque mucho más tenue que antes. A cuatro patas, aunque una de ellas estirada y sin poder apoyarla, cojo la manta y cubro con ella cuidadosamente el cuerpo de Caelny, evitando mirarla aún a los ojos. Apoyo entonces una mano en la pared tras ella, mirándola a los ojos mientras me esfuerzo en sonreír, demostrar que estoy mejor, que no tiene que preocuparse tanto por mí.

Que tiene que preocupare más por sí misma. Como estoy haciendo yo. Preocuparme por ella.

E-estoy mejor, tranquila... -Digo con voz suave, aunque no demasiado convincente ahora que la pierna vuelve a dolerme tras haberla apoyado. Tengo la esperanza de que el ungüento continúe adormeciéndola- Iré a hablar con esa mujer, ahora que aún tengo fuerzas. No te levantes, descansa, te hace falta. Luego puedes ir tú y, cuando regreses, cambiamos de puesto. -Propongo, prefiriendo situarme yo de espalda a la pared, y que sea ella quien se apoye en mí- No eres muy cómoda, ¿sabes? -Bromeo, provocándola, antes de esforzarme en ponerme en pie, con las manos apoyadas en la pared. Me tomo un momento de descanso tras lograrlo, y me aparto tambaleante, respirando con dificultad, y encaminándome a esa mesa donde se encuentra la vieja, cojeando ostensiblemente.

¿Quién soy yo, realmente?

El responsable de esto...

Cargando editor
08/03/2016, 14:03
Malark Bersk

Las palabras de agradecimiento de los dos elfos son respondidas con un gesto de asentimiento por mi parte, dejando claro que todo está bien. Después de todo, es mi obligación como sanador preocuparme por los heridos. Cosa que hago con gusto.

Parece que poco a poco todos se han ido presentando, aunque yo no he dicho gran cosa de mi. Saben mi nombre y saben mi profesión. El resto poco importa. Ahora parece que, de alguna manera, somos una familia. Algo en mi interior me dice que al día siguiente no nos iremos cada uno por su lado tras haberles curado. No. Creo que los dioses quieren algo de nosotros, pero no sé qué.

Miro a mi alrededor y veo un grupo de lo más variopinto. Humanos y elfos. Bueno, y Silver y yo. Que somos otra cosa. Aunque en cierto modo, la diferencia tampoco es tan grande entre nosotros. Pese a todo. Sonrío tímidamente por lo irónico de la situación.

Uno a uno, todos van entrando a la habitación donde la druida mediana nos ha pedido que entremos para "saber quiénes somos". Sea cual sea la razón que le lleva a hacerlo, no me opongo. No tengo nada que ocultar, después de todo, pero tampoco tengo prisa. Así que voy dejando a mis compañeros ir entrando hasta entrar yo mismo. No puedo evitar sentir cierta curiosidad por lo que me dirá la druida. ¿Verá algo que yo desconozco?

Cargando editor
08/03/2016, 15:41
Silver Fullbuster

Silver toma un buen trago de cerveza, estirandose, se siente mucho mejor, esa sensación de fuerza le invade de nuevo, vuelve a ser él.

- Hay que ver los milagros que hacen una buena comida y una fiesta -comenta en voz alta.

Luego sonrie amablemente y mira a Caelny.

- No son necesarias las gracias, si no nos preocuparamos de nuestros semejantes ¿De que valdriamos? La verdadera amabilidad y gentileza se mide por la amabilidad y gentileza que muestras con completos desconocidos.

Durante estos últimos 10 años, Silver habia visto como supuestas personas de virtud dejaban morir a otras que consideraban por debajo de ellas. Sus pensamientos son interrumpidos por la druida, que quiere verlos uno a uno, el no tiene nada de lo que avergonzarse, pero tampoco tiene prisa.

Cargando editor
11/03/2016, 00:42
Caelny

Al preguntarle a mi amigo si se encontraba mejor, y si prefería pasar él antes a ver a la druida, asintió en silencio, visiblemente pensativo. No supe muy bien como interpretar aquello, pero preferí dejarlo estar de momento, concentrándome en cómo Malark estudiaba la pierna de Lothlouin. El silencio de mi compañero se rompió al comenzar a darle las gracias al clérigo, incorporándose incluso para dedicarle una reverencia con la cabeza, cosa ante la cual no pude evitar esbozar una leve sonrisa.

Genio y figura… Como dirían los humanos.

Tras su agradecimiento, Lothlouin comenzó a formular lo que parecía una petición. En un principio pensé que hablaba de él mismo al pedir curación, pero no, posando su mano en mi costado, comenzó a decirle a Malark que me dolía, que no soportaba que yo sufriera por su culpa. Me sobresalté con sólo sentir su mano en mi cuerpo, pero sus palabras también me dejaron sorprendida. Su tono de voz no era nada halagüeño, demostrando culpa, preocupación, o puede que ambas cosas.

- ¡N-no ha sido culpa suya! – me apresuré a decir, nerviosa, objetando ante Malark las palabras de mi compañero. – Me duele, pero estaré bien… - añadí, mirando a Lothlouin.

Cuando el clérigo hubo terminado, mi amigo comenzó a levantarse con dificultad, viendo como a gatas empleaba la manta para cubrirme.

No creas que por no mirarme a los ojos te vas a librar…

Comencé a cavilar, dispuesta a reprender su comportamiento en cuanto su mirada se posara en la mía; pero al apoyar su mano junto a mi cabeza, en la pared que había tras de mí, y encontrármelo mirándome a los ojos con una sonrisa, me quedé muda. Fue él quien empezó a hablar, diciéndome que se encontraba mejor y que iría él en primer lugar a hablar con aquella mujer, aunque el tono de su voz aún era reflejo de su mal estado. Volvió a insistir en que descansara, añadiendo que después podía ir yo a ver a la druida y que a mi vuelta cambiaríamos de puesto. No me dio tiempo a responder, cuando comenzó a explicar que su deseo de relevarnos se debía a que no era muy cómoda.

- ¿Qué no soy…? – comencé a replicar molesta, con el ceño fruncido, deteniéndome al darme cuenta de que estaba bromeando. – Ten cuidado. – le dije seria, viendo cómo se ponía en pie ayudándose de la pared, teniendo que descansar tras erguirse. – Y si necesitas ayuda llámame. Trágate ese orgullo si es necesario. - ¿De acuerdo? – añadí, antes de que comenzara a alejarse renqueante.

Me quedé mirando como avanzaba, no pudiendo dejar de mirarle hasta que por fin le vi sentado en esa silla. Entonces desvié mi rostro preocupado hacia otro lado, sintiendo que de alguna manera estaba invadiendo su intimidad de no hacerlo. Mi mirada se paseó por el lugar, viendo como las personas que nos habíamos encontrado en el camino parecían encontrarse también algo mejor, todo gracias a la hospitalidad de los medianos. Recordé entonces las palabras del hombre de la melena plateada acerca de la amabilidad y la gentileza.

- Tienes razón… - comencé a decirle a Silver, llevándome la mano al costado mientras me acomodaba contra la pared. – No hay mayor amabilidad y gentileza que la mostrada a quien no conocemos absolutamente de nada, y esta gente nos está dando buena muestra de ello. Pero en cuanto a dar las gracias… Creo que es una buena costumbre. – sonreí. – Y me gustaría poder agradecérselo a estas personas… ¿Alguna idea? – le pregunté, manteniendo la sonrisa a pesar del dolor, pero no tardando en desviar mi mirada, al sentirme algo incómoda ante su desnudez.

Cargando editor
11/03/2016, 12:25
Silver Fullbuster

Silver se apoya sobre la pared junto a Caelny. El ya se siente mucho mejor, una buena comida ha hecho maravillas.

- No hay mejores gracias, que las que se demuestran mediante hechos... esta gente, los medianos, parece estar asustada por esos luks, luego esta esa niña, todo parece estar conectado, creo que no habra mayor agradecimiento que seguir el camino que nos esta marcando ahora mismo el destino.

Dime,si no es mucho preguntar ¿Como habeis terminado así?

Cargando editor
11/03/2016, 14:24
Malark Bersk

Vuelvo al salón después de hablar con la druida que parece negarse a seguir contestándome. O quizás, simplemente no pueda. A veces, los caminos divinos son, sin duda, inescrutables y uno no puede más que dejarse llevar. La fiesta continúa, con los medianos vociferando y celebrando como si fuese la última noche de su vida. Criaturas ruidosas. Pero en cierto modo somos sus invitados, por lo que me mantengo al margen y me acerco a Silver que habla con la elfa herida mientras su compañero ocupa mi lugar con la druida.

Junto al fuego me siento a gusto. No soy un friolero, pero no puedo negar que el calor que emanan las llamas me resulta agradable, pese a que mi cuerpo ya está suficientemente caliente.

Silver pregunta a la elfa que no se ha separado ni un segundo del otro elfo hasta ahora por la situación que les ha llevado hasta allí. Mi amigo siempre ha sido demasiado curioso. A veces incluso me da la impresión de ser algo entrometido, pero supongo que por su edad y raza es algo normal. Tampoco sé demasiado de su estirpe, pese a saber más que el normal de los mortales. Escucho en silencio desde mi posición, con las manos extendidas hacia el fuego, absorbiendo su calor como si nos fuesen a devolver a la calle donde la lluvia y el frío continúan inclementes.

Cargando editor
12/03/2016, 15:03
Caelny

Silver se apoyó en la pared junto a mí y escuché con atención lo que tenía que decir sobre la forma de dar las gracias a aquella gente. A pesar de su aspecto desvergonzado, el hombre parecía ser muy recto y tener las ideas muy claras.

- Seguir el camino que nos marca el destino… - repetí en un murmullo, viendo como Malark también se aproximaba. – Sí, deberíamos averiguar más sobre ese asunto. – asentí a las palabras del hombre de melena plateada, mientras apartaba la manta un momento de mi cuerpo.

Me senté sobre mis rodillas junto a una pequeña hoguera que se encontraba próxima, apretando los dientes por el dolor mientras me acomodaba. Me había desprendido de aquellos ropajes que se encontraban completamente empapados, pero incluso en estas últimas capas de ropa podía notar algo de humedad.

En ese momento, Silver me preguntó sobre cómo habíamos terminado así, lo cual me pilló completamente desprevenida. Aquel no era una tema del que pudiera hablar abiertamente así como así, por lo general, era una cuestión que siempre había quedado entre Lothlouin y yo; salvo en contadas ocasiones. Principalmente se debía a que podía suponer un peligro airear quiénes éramos, al ser perseguidos de manera constante, pero en este caso no veía peligro en confiar a aquellas personas cómo los avatares del destino nos habían llevado hasta allí. Sin embargo, existía otra cuestión importante.

No me importaba contar lo que había sucedido, no me suponía ninguna vergüenza, todo lo contrario; pero mi compañero… Aquello era mucho más delicado para él que para mí, aunándose al dolor emocional el que le proporcionaba su herido orgullo.

- Me temo que no me corresponde a mí ahondar en ese asunto. – le respondí con tono algo triste, mirando el fuego. – Pero podría decirse que es la lealtad lo que me ha llevado hasta aquí. La lealtad… Y ser demasiado tozuda. – bromeé riendo mientras miraba a Silver, queriendo rebajar la tensión. - ¿Y vosotros? ¿Queréis compartir cómo llegasteis hasta ese camino? –  pregunte a los hombres de cabello blanco.

Cargando editor
12/03/2016, 18:04
Voz en off

Poco a poco vais hablando con la Druida, alguna conversación más larga que otra, ella no es muy clara en sus explicaciones, cuando Airel habla con ella, la Druida señala a uno de vosotros, con su dedo índice. Miráis a izquierda y derecha, buscando a quien señala... No hay duda es Tarkas... Poco dura su conversación y os encontráis todos reunidos en la mesa, a la espera de reponer fuerzas con la comida y bebida servida...

Cargando editor
12/03/2016, 18:08
Endozal Fik

Confundido se alejo de la mesa de la anciana en dirección a la pequeña hoguera donde estaban conversando Caelny, Silver y Malark. De camino cogió una fruta de una de las mesas y se sento al abrigo del fuego junto a ellos.

- Más dudas me asaltan tras mi conversación con la anciana. Podeis ir pasando y espero que os pueda ser de ayuda. -les dijo al sentarse a su lado y se los quedó escuchando su conversación con su mente perdida en un mar de dudas.

Constatemente miraba en dirección a la pequeña, las medianas sabian atenderla en condiciones. Sabía que la pequeña se encontraría bien con ellas pero no sería por mucho tiempo.

Quedó a la espera de que su compañera acabará de hablar con la anciana para preguntar por sus próximos movimientos e intentando no parecer preocupado ante sus nuevos compañeros. Pero eso sería complicado.

Cargando editor
12/03/2016, 18:09
Endozal Fik
Sólo para el director

Notas de juego

A partir de ahora Endozal está muy atento a las conversaciones que mantengan tanto tarkas como airel ya que es de los que más sospecha tras ver como señala la anciana a tarkas y de Airel ya que sus problemas comenzaron con ella. Cuando tenga que tirar averiguar intenciones me dices o si es más comodo las tiras directamente y me comentas.