Partida Rol por web

En lo más profundo del Bosque de Ellesmera, el castillo de Tamurello se alza por sobre los árboles...

Es allí donde el mago vive sus días...

Desde allí es donde el mago convoca a sus seres...

Y conspira contra Alagaësia... y contra Mürgen...

Desde que has dejado Ellesmera no has dejado de pensar si la responsabilidad que tienes ahora te queda demasiado grande.

¿Una misión en solitario sin tener conocimientos?

¿Una misión en solitario que tienes que cumplir antes de una semana?

¿Es qué los elfos están todos locos?

En los lomos de Nessa, su unicornio, Eärwen empezó a poner rumbo hacia el mercado, allí donde había conocido a Shimrod... donde lo había visto por primera vez en aquella apariencia de viejo... habían pasado tantas cosas hasta entonces. Parecía que no podía ser. Acarició a Nessa.

¿Qué opinaríais si me hiciera pasar por una elfa mala para derrotar a Tamurello...? - preguntó a su unicornio y a las pequeñas ninfas.

Pues de todas las formas que le iban a la cabeza, aquella era una de las pocas que le permitirían acercarse al maldado mago... debería infiltrarse en su castillo...

¿Una elfa mala con Tamurello? Dice una de ellas.

Eso tengo que verlo. Dice la otra.

Pequeña, yo te apoyo en lo que decidas.

Una gota cae por la cabeza de Eärwen, y se echa las manos a la cabeza.

¡¡¡Teníais que darme una idea mejor!!! Voy a morir... ToT

A Tamurello le encantan las jovenes indefensas... Dice una.

¡Oh sí! Le encantan las jóvenes vírgenes e indefensas. Responde la otra.

''¬¬ Pero yo no soy virgen ni indefensa...

Respondió, mientras apartaba unas ramas que estaban en medio.

Entonces deberías pensar en otra cosa. ¿Por qué no pruebas hablar con la gentecilla del bosque? Ellos siempre tienen respuesta para todo... pero bueno... sabes que siempre piden algo a cambio. Los gnomos y las hadas son... como diría... especiales...

Hmmm...

Se queda pensando...

Sí... tienes razón Nessa... - sonríe y suspira - Vayamos a buscar hadas y gnomos... ¿dónde podríamos encontrarlos? Les gusta salir de noche, quizás deberíamos esperar en un claro que anocheciera.

Aunque no le hacía ninguna gracia lo que pudieran pedirle... eran bichitos del bosque y a Eärwen siempre le caían simpáticos.

Te acercas a lo que parece ser un túmulo en el medio del bosque... extraño... no puedes ver nada a tu alrededor, solo bosque y una especie de montículo de tierra solitario...

Las ninfas de tu pelo parecen contentas... muy contentas. Hablan entre ellas como nunca, contentas, divertidas. Parece que les gusta este lugar...

Sonríe a las ninfas del pelo, divertida.

¿Por qué no salís a dar una vuelta? - les dice, invitándolas a ir a jugar en su espacio natural.

Se baja del lomo de Eärwen y se dirige a aquel montículo... se lo queda observando largamente, sin pestañear. Esperando... quizás... cualquier movimiento.

¿Que interesante estar otra vez por aquí, no? Dice una de ellas.

Sí, hace mucho que no regresabamos a Autuum Bree, ¿no es así, amiga? Dice la otra.

Se las queda mirando.

¿No es la primera vez que estáis aquí? - preguntó con una sonrisa... volvió a mirar el montículo y lo señaló. - ¿Sabéis lo qué es eso?

Pues claro. Dice una.

Es Autuum Bree. Dice la otra.

Es una Ciudad de las Hadas... sólo tienes que llamarlas... a su manera... Continúa la otra.

¡Claro! Mira, hermosa elfa... repite tres veces, "Quiero ver a las hermosas hadas" mientras te pones un dedo en la cabeza y el otro en la nariz, al mismo tiempo que das tres vueltas sobre ti misma.

Se queda pensando un momento... pero finalmente sonríe divertida. Le encantaban aquellos juegos y aquellas tonterías.

Se pone un dedo en la frente y el otro en la nariz, dando saltitos y girando sobre sí misma como si de un baile se tratara dice:

¡Quiero ver a las hermosas hadas!

¡Quiero ver a las hermosas hadas!

¡¡¡Quiero ver a las hermosas hadas!!!

Y se queda quieta esperando que ocurra... algo.

Lentamente unos hilos brillantes comienzan a aparecer en el aire, dando forma a un castillo de cristal que lentamente aparece frente a ti.

Sientes como algo te pellizca la oreja, y después, otra mano te pellizca el muslo, al mismo tiempo que unas risillas comienzan a sonar en todo el bosque.

El castillo se torna visible y es realmente hermoso...

Su boca se abre en forma de :O al ver aparecer el castillo... pero al notar los pellizcos no puede evitar soltar un par de - ¡Ay! ¡Ay! - intenta mirar quién la pellizca, pero...

Es precioso...

Dice mirando aquel magnífico castillo.

Bienvenida, dulce elfa. Dice una voz melodiosa que se escucha en todo el claro. ¿Qué vienes a buscar a Autuum Bree? Espero que no sean fresas... por que ya no tenemos. Se las han llevado todas los de otro túmulo.