Partida Rol por web

Veo que te recuperas rápido. Te dice mientras lentamente deja de hacer circulitos en tu ombligo y baja lentamente su mano, pasando por debajo de tu falda y tu ropa interior.

Su otra mano coge las tuyas por la muñeca. Tiene una mano lo suficientemente grande para cogerte por ambas muñecas y levantarlas por encima de tu cabeza, evitando que puedas tocarle, evitando que puedas moverte más de lo debido.

Su mano alcanza tu sexo rápidamente, y empieza a juguetear alrededor de el con suavidad. Lentamente siente como la humedad lubrica sus dedos y con mucha suavidad y dulzura, comienza a introducirlos dentro de ti. Primero uno, luego otro.

Sus dedos se mueven dentro de ti al mismo tiempo que su boca te besa con ganas. Sus dedos salen y entran dentro de tu cuerpo, moviéndolos lentamente al principio, y después un poco más rapido, en movimientos circulares. La palma de su mano presiona tu clítoris muy despacio, rozandose con el mientras sus dedos continúan moviéndose en tu interior.

Jadeos y gemidos. Es lo único que escapa de sus labios cuando no son presos de los de Roran. En algunos momentos el placer es tal, que gira el rostro para arquear la espalda, levantando sus caderas al ritmo de los ágiles dedos de Roran.

Así, sin poderse escapar de la presa del joven guerrero, se mueve, inquieta, no para intentar liberarse, sino porque no puede estarse quieta... y todavía quiere mucho más.

Nota como su sexo se humedece cada vez más, sin poder ni querer evitarlo.

Flexiona las piernas y las abre, para tener más libertad de movimiento y facilitarle las cosas a Roran, a quien sigue besando cada vez que el aire en sus pulmones se lo permite, cada vez que consigue ahogar un gemido... Muerde de vez en cuando el labio inferior del rubio, deseando que disfrute tanto como ella está haciendo... sin dejar de mover su pelvis rítmicamente arriba y abajo o en círculos.

Me recuesto a un lado de ella, dejando libres sus muñecas, ya que mi mano ahora pasa por debajo de su espalda para girarla lentamente y pegar su espalda a mi pecho.

Así, pegándome a su espalda, mi mano sigue jugueteando con su sexo, humedeciéndolo cada vez más, preparándolo para recibir el mío. La mano que tengo en su espalda sigue su camino hacia su pecho, el cual coge con fuerza mientras que con mi otra mano, empujo sus caderas hacia las mías, apretandola contra mi sexo completamente en erección.

Mi boca comienza a besar su cuello, mientras que mi mano juega con su pezón, haciendo circulos con mi dedo alrededor de el.

La pelirroja sigue gimiendo sin parar, disfrutando ahora de los besos de Roran en su cuello y del roce de su pantalón... además de las carícias de sus dedos en su interior.

Lleva un brazo a la cabeza de Roran, atrayéndolo hacia ella y acariciando su cabello. La otra, se desliza hacia el trasero del chico, atrayéndolo también hacia el suyo.

Empezaba a notar esa ansiedad de ser ella la que pusiera las normas, como hasta ahora había hecho siempre. Pero se sentía aún demasiado débil para forcejear con él... y tampoco creía tener la suficiente fuerza de voluntad para separar sus dedos de su sexo. En lo único en lo que podía pensar a estas alturas, era en notar como Roran la penetraba una y otra vez... sólo de pensar que cada vez estaba más cercano ese momento, su sexo se humedecía aún más.

La mano que juguetea con su pezón se desliza lentamente hacia mis pantalones, bajándolos poco a poco, dejando libre mi sexo para poder penetrarla desde esta misma posición. Una vez hecho eso, mi mano vuelve a juguetear con sus pechos, sin dejar de besarla mientras que con la mano que tengo en su sexo, empujo sus caderas hacia atrás, dejando que mi mienbro se acomode entre sus piernas.

Muy despacio, saco mis dedos de su sexo y con la ayuda de mi mano, me introduzco dentro de ella con suavidad, ayudado de la humedad que la excitación le ha provocado.

La penetro lentamente, empujando con mi mano su pubis hacia atrás, jugueteando con mis dedos sobre su clítoris, mientras me meto dentro de ella, bañándome de su humedad y del calor del interior de su cuerpo.

Mi mano juguetea, mientras que mis caderas se mueven solo un poco, llegando más adentro...

Mmmmmmmmh... Un nuevo gemido al notar como entra en ella. Abre las piernas, levantando la de arriba y flexionándola para mayor comodidad de ambos, mientras arquea la espalda para que sus caderas queden más pegadas... para que la penetración sea más profunda.

Mientras su respiración se acelera, la mano que enredaba sus dedos entre los rubios cabellos de Roran, sigue allí, mientras que la otra viaja hasta la mano de Roran que juega con su clítoris, pasando por su vientre... quedándose sobre la mano de Roran para instarle a seguir.

No tardará en llegar el primer orgasmo, con su grito correspondiente. Se muerde los labios para aliviar la necesidad de buscar los de Roran, mientras no deja de moverse, pegandose a él lo máximo posible... Aprovecha el pequeño lapso de relajación que deja el primer clímax para susurrar algo...

¿Tienes... que ser tan... condenadamente bueno en todo? Susurra con una sonrisa mientras no deja de moverse.

Shhhhhhhh Le susurra él mientras que con su codo empuja una de sus piernas para que se suba a las suyas, y deja que la mano de ella le indique el ritmo de sus caricias. ¿Quién mejor que ella para decirle como debe acariciarla?

Ahora sus caderas estan mucho más pegadas, y el tiene mucho más espacio para moverse. Aún así, sus movimientos son lentos y pausados, ayudado con el masaje que su mano hace sobre su clítoris. No es nada brusco, Roran la posee lentamente, con suavidad, buscando la máxima penetración con cada movimiento, y el mayor placer con cada movimiento de su mano.

Su otra mano sube lentamente hasta su cuello, y sus dedos se introducen en su boca, mientras empuja suavemente su cabeza para que gire y quede mirándo a sus ojos, los cuales brillan con pasión.

La boca de Roran busca la suya, y la besa, la chupa, la muerde, mientras sus dedos continúan también dentro de su boca, jugueteando con su lengua.

A pesar de haber llegado al clímax ya, Roran la está excitando todavía más... sus dedos en su boca, sus carícias en su clítoris y su tranquila y pausada penetración... Todo ello hace que no tarde demasiado en volver a correrse.

Sus gemidos se acallan mientras su lengua juega con los dedos de Roran, mientras sus labios disfrutan de los de él, en ese beso húmedo y tan excitante.

No deja de lamer los dedos de Roran, ni de mover su mano sobre la de él, acariciándola, ni de empujar sus glúteos contra él para sentirse más cerca todavía... intentando acelerar el ritmo... no iba a permitir que fuera el primero en agotarla antes de que él acabara.

Siento como se vuelve a correr, siento como tiembla, como se estremece cada vez que la penetro. Una y otra vez, mi sexo entra en el suyo, para salir solo un poco y después volver a entrar, suavemente, pero empujando al máximo mi pubis contra su cuerpo cada vez que entro. Me detengo unos segundos así, haciendo fuerza, haciendo que sienta toda la extensión de mi sexo dentro del suyo. Después, aflojo un poco la presión.

Siento como mi cabeza comienza a dar vueltas debido a la tremenda excitación, pero aún así, no dejo de acariciarla, de besarla, de penetrarla. Mi dedos dejan por un segundo su clítoris, para introducirse junto con mi miembro dentro de ella. La palma de mi mano vuelve a quedar sobre el, y lo presiono al mismo tiempo que empujo con fuerza.

No es necesario que me mueva demasiado para que un torrente de placer comience a hacerme temblar. Aguanto un poco más, lo más que puedo para seguir dándole placer. Si tanto le gusta, si es lo que realmente quiere, haré todo lo posible por satisfacer sus deseos.

Se sorprende al notar como sus dedos acompañan a su sexo en su interior... ¿no iba a terminar nunca de darle placer?

Sonríe satisfecha al notar como él llega al límite... y se concentra de nuevo en aumentar el ritmo, en seguir lamiendo sus dedos con su lengua, saboreándolos con los labios... y en saborear su saliva mezclada con la de él alrededor de sus dedos.

Poco a poco, nota como va llegando una nueva oleada de placer, mientras la mano que tenía sobre la de él, empuja un poco más hacia su interior.

Retiene esa oleada, esperando un poco más... sabe que él no va a terminar hasta que ella vuelva a hacerlo, y le gusta esa dulce tortura, hacerlo esperar.

Mis dedos salen rapidamente de su interior para presionar con un poco de fuerza su clítoris mientras empujo con todas mis fuerzas mi miembro en su interior. Mi respiración se torna completamente entrecortada mientras continúo besándola con pasión.

Presiono mi pubis contra su sexo, introduciendo mi miembro lo más profundamente que puedo mientras que con el brazo libre la abrazo con fuerza, atrayendo su cuerpo al mío, haciendo que nos fundamos en uno solo.

Como una cascada, inundo su sexo con un torrente cálido mientras mi cuerpo comienza a temblar. No puedo contener mi respiración, exhalo con fuerza junto a su oído mientras el mejor orgasmo de mi vida llega a mí.

Mi brazo presiona mas su cuerpo, mis dedos presionan más su clítoris. Mi boca muerde su hombro…

Sonríe satisfecha al notar como su fluído se mezcla con el mío, al notar como mi sexo se inunda no sólo de mi humedad... y ya sin tener porqué retenerlo más, dejo que venga a mí el último orgasmo... al menos por ahora.

Su respiración vuelve a cortarse una vez más, mordiendo los labios de Roran con quizá más fuerza de la que debería, pero la fuerza de esa oleada de placer merecía no ser contenida.

Aprieta su mano con la de Roran, entrelazando sus dedos con los de él, aún con la palma de la mano del chico contra su sexo. Aún notándolo dentro de ella...

Tira la cabeza hacia atrás, rompiendo el beso y disfrutando del posterior mordisco de Roran en su hombro...

Empieza a respirar de nuevo, muy agitada todavía y sin poder hablar... sólo puede aspirar aire para no olvidarse de la necesidad de Oxígeno... pues hace unos instantes, ni siquiera eso era más necesario que el sentir a Roran en su interior.

Sonríe aliviada después, mordiendo sus propios labios y poniendo el otro brazo sobre el que Roran tiene en su cintura, descansando y recuperando el aliento poco a poco.

¿Estás bien? Ahora necesitas descansar para recuperarte al 100% del gasto de Esencia y energías. Lo he pasado muy bien, Freya. Te dice mientras te besa un hombro.

Duerme un poco, que yo me quedaré aquí, cuidándote.

Freya asiente, aún sonriendo satisfecha, complacida y tranquila. Acaricia con suavidad el brazo que Roran tiene alrededor de su cintura, haciendo circulos con la yema de sus dedos, mientras que pasa el otro bajo su cabeza, acomodándose para descansar.

Estoy estupendamente. Justo en estos momentos es cuando más control sobre mí misma tengo. Susurra, aún con los ojos cerrados, con voz melosa y esa sonrisa en sus labios.

¿Vigilaréis al bicho también? Vuelve a susurrar, ya casi adormilada por completo...

Tranquila, que el "bicho" se cuida solo. Ahora duerme. Te dice mientras comienza a acariciarte el pelo suavemente.

No quería dormirse. No quería perder esos instantes de completa calma que le ofrecía siempre el "post". Pero vuelve a estar agotada, así que asiente, relajándose ahora sí por completo y respirando cada vez más profundamente... más despacio a cada instante, hasta que la mano que dibujaba círculos en el brazo de Roran, termina por caer sin fuerzas. Se ha dormido por completo... y una cálida sonrisa se dibuja en su rostro en ese instante.

Roran se acomoda junto a ella, abrazándola con fuerza, pegando su cuerpo al suyo. Después, lentamente, ambos caen en un sueño profundo y reparador.

Su dragón se mete en su mente, acariciando su conciencia, dejando que duerma tranquila y sin preocupaciones.

Empieza a despertar primero su mente, recordando algunos de los últimos momentos vividos... Sonríe. Su cuerpo también se despierta después. Empezando por sus labios, que esbozan esa sonrisa, y terminando por sus brazos, que se estiran al igual que el resto de su cuerpo.

Después de sentir como todos sus músculos se ponen en marcha, abre los ojos, rascándose la melena despeinada y bostezando tapándose la boca con la otra mano.

Buenos días. Te dice Roran mientras te da un cuenco con agua. Tu dragón ha estado trabajando toda la mañana, cielo y ha cazado un par de conejos para que comamos.

Roran te sonrie mientras te ayuda a que te sientes para que bebas del cuenco.

Freya sonríe, mientras bebe se sienta y bebe algo de agua. Después mira a Roran, aún con el cuenco en sus manos.

Gracias...

Mete una de las manos en el cuenco y empieza a lavarse la cara, humedeciendo su piel por el cuello y los brazos también. Mientras va acariciando su cuerpo con la mano llena de agua, sigue hablando.

¿Pero no se supone que tenía que cuidar yo de él, y no él de mí?