Partida Rol por web

Cuando Jiménez levanta la cabeza buscando al siguiente objetivo se da cuenta que los alienígenas han sido eliminados. Casi todos los soldados han recibido cortes, mordiscos, rasgaduras, ... pero solo ha habido 1 baja. Entre disparos, granadas y combates cuerpo a cuerpo, se ha despejado una zona de terreno de casi un kilómetro de diámetro.

Al ver que la diversión ha terminado casi sin apenas haber hecho nada, Jiménez no puiede evitar espetar un «HIJOS DE PUTA, YO TAMBIÉN ME QUERÍA DIVERTIR», tras lo que continúa la marcha a su bola, sumido en sus pensamientos y dando pisotones de cabreo.

*BZZzz* — un chispazo le da un calambre, haciendo que Jiménez maldijera a la armadura. — ¡PUTA! — se queda un momento callado, concentrado, como si estuviera pensando algo — ...bah. Zorra, quiero que la ametralladora recupere su energía — tras lo que su arma se suelta del enganche que la mantenía sujeta a la armadura y la sobrecarga de energía en sus brazos se desvanece; Benito vuelve a tener la ametralladora como arma principal.

Por suerte, para cuando Akira vuelve a estar espalda con espalda con Pedraforca, ya no quedan aliens, y lo único que queda son los desquiciados alaridos de Jiménez mientras aplasta la cabeza del último como si fuese una nuez.

Echa un vistazo por el campo de batalla, destruido como si un tornado hubiera pasado por él: se ven los agujeros humeantes de los disparos en los árboles derribados, y los pequeños cráteres de las granadas salpican el suelo ennegrecido. Casi todos los soldados parecen heridos, pero Akira solo ve a uno muerto. En cambio, ve una gran cantidad de dinosaurios muertos por toda la zona, con las más diversas heridas. 

Parece que al final nos ha salido bastante bien, constata para su sorpresa. Sus compañeros parecen estar bien, aunque es difícil distinguir qué sangre es suya y cuál la de los aliens, sobre todo en el caso de Jiménez, bañado de pies a cabeza. 

Akira limpia la espada lo mejor que puede y la enfunda. Acto seguido se sienta en uno de los escombros de la cápsula destruida y saca un medipack de la mochila. Puede que no lo parezca gracias a los estimulantes y los supresores de dolor de la armadura, pero la herida recibida por el primer alien es grave. Retira un par de placas de la armadura y se aplica el gel cicatrizante mientras el microgenerador reconstruye el músculo y la piel sobre él con impulsores de ADN. 

Una vez curada, ordena a la armadura desactivar la supresión de dolor y aprieta los dientes un momento mientras se termina de curar la herida. Después se levanta, comprobando la movilidad, y repara como puede las abolladuras de la armadura mientras vuelve a colocar las placas en su sitio.  

El cabo Sheriff se levanta otra vez tras una actuación en la batalla digna de Mr Bean. Comienza a quejarse sobre las malditas armaduras modernas y que antes las hacían más fiables y comprueba que todos en el pelotón están bien.

"Bueno, pues si estamos todos más o menos enteros, habrá que ver a dónde se han ido esos malditos lagartos, ¿no? Lo mismo han dejado algunas huellas que podamos seguir....aunque lo mismo quieren precisamente eso, que los sigamos para tendernos una trampa. Recuerdo haber visto a los malditos pieles rojas comportarse así en una película antigua del oeste"

Rayos, llevo toda la escena pensando que eran el mismo canal de comunicación. Siendo que este es un canal especifico para los suboficiales, comunicaría la misma información. Un poco menos formal tal vez, aunque en esta ocasión lo dejaré así, que ya no puedo editar ^^

El cabo Sheriff se pone en cuclillas, se quita un guante y toca el terreno con la mano desnuda. A continuación la tierra, olfatea el aire y mira al cielo.

"Ni puta idea de por dónde se han ido estos bichos, la verdad. Soy un cowboy de ciudad"

A veces Akira no entendía ni la mitad de lo que Sheriff decía. ¿Quién diablos son los pieles rojas? 

El nombre le sonaba de algo, pero no lograba ubicarlo. En todo caso, fuesen quienes fuesen, parecía que estaba intentando buscar huellas, aunque no con mucho éxito. Akira no era ni mucho menos experta en rastrear, pero decidió ir con él e intentarlo de todos modos. Cuatro ojos siempre ven más que dos.

Gracias precisamente a que Sheriff había descartado ya las pistas falsas y los rastros que no llevaban a ninguna parte, Akira fue capaz de distinguir entre el caos dejado por la batalla una línea clara de huellas que solo podían haber sido dejadas por los pies de estas criaturas. 

-Cabo Sheriff, creo que lo que anda buscando está por aquí- dijo señalando el rastro, agachada sobre las huellas. 

Y en una abrir y cerrar de ojos el pelotón pudo despachar a todas las criaturas hostiles a su alrededor. Tequila intentó llevarse alguno durante todo el combate, pero sus disparos fallaron una y otra vez; puede que producto del cruento combate cuerpo a cuerpo que sus subordinados mantenían con los alienígenas, o por lo menos eso pensaba él.  -Maldición.- Musitó para sus muy adentros debido al permanente dolor que sentía en su caja torácica mientras intentaba acomodar su maltrecha armadura.

-Cabo Sherif, mantenga al pelotón en alerta.- Exigió al cabo todavía con la adrenalina de la batalla en su sangre.

-Aquí Tequila. Sufrimos algunas heridas, pero nada grave. ¿Cómo les fue al resto? ¿Alguna pista sobre la Compañía perdida?- Se comunicó por el canal de suboficiales a la vez que con su mano desocupada seguía intentando aligerar las hundidas placas de su armadura.

Guardo mi hacha sin recordar limpiarla preocupado por lo que me esta ocurriendo. Estaba convencido de estar cortando a uno de los dinosaurios y me limitaba a podar uno de los arbustos.

Me apoyo desorientado en uno de los árboles. Afortunadamente aguanta mi peso sin desplomarse como me pasa por la cabeza nada mas hacerlo.

Cuando se me despeja un poco la mente veo que el resto del pelotón están aplicándose los medipacks por lo que hago que la armadura examine mi estado indicándome que me tengo que administrar.

Con el tiempo perdido casi me quedo atrás ya que Akira mientras tanto ha logrado encontrar las huellas. 

Tequila abrió el canal de suboficiales y escuchó cómo los otros sargentos iban dando parte de sus efectivos para hacer recuento de bajas. Solo habían perdido un soldado, la gran mayoría solo había recibido rasguños. Cuando todos finalizaron, el sargento Foley expuso el plan a seguir:

- Parece que el pelotón Alfa consiguió desplegarse y abandonar la zona de aterrizaje sin percances por lo que nuestro número debe de haber atraído a los dinosaurios por el ruido - se tomó unos segundos antes de continuar. Les he mandado un despliegue por escuadras con separaciones de un kilómetro para avanzar formando una línea que pueda cubrir la mayor cantidad de terreno posible. Cualquiera que encuentre pistas del paradero de nuestros soldados o se encuentre alta resistencia que informe. Corto.

La ingente cantidad de raíces, hojas y ramas que cubren el suelo hace difícil poder identificar huellas y mucho menos rastros pero Filofrío quizás gracias al paso algo alocado del cabo Sheriff consigue distinguir lo que parece un sendero que se aleja del claro que han creado y por el que han llegado los dinosaurios.

Bueno, creo que está claro por dónde tenemos que ir. Ahora a ver qué opina el sargento. 

Akira se levantó y se volvió hacia Tequila, que parecía intentar arreglar las combadas placas de un armadura. 

-Sargento, hemos encontrado un rastro, parece que por aquí se fueron los bichos. ¿Lo seguimos?

Al volverse, sin embargo, ve a Pedraforca apoyándose en el árbol como ido, y, abriendo el visor de su casco para observarle mejor, pregunta:

-¿Está bien, Pedraforca?

Tardo un poco en ser consciente que Akira esta preguntándome como me encuentro.

– Si, gracias Filofrio. Según indican los sistemas de diagnostico pero, ¿como puede ser que creyera que estaba destrozando a uno de los dinosaurios y fuera ese arbusto lo que he atacado con mi hacha?

Negando, con la cabeza. – Creo que es culpa de mi poco entrenamiento con la bebida y lo que bebimos anoche, ¿podrías entrenarme para llegar a tu nivel de resistencia? Ya pagaría yo las copas a cambio.

Akira sonríe de medio lado, aunque es una sonrisa un poco triste, con resignación. 

-No puedo decir que te lo recomiende. A veces es horrible querer emborracharse y no poder, por mucho que bebas.- su sonrisa se hizo un poco más cálida- aunque no voy a rechazar copas gratis, por supuesto. Si salimos de esta de una pieza, acepto tu oferta.

El tono de voz de Akira volvió al neutro habitual, sin rastro de emoción. 

-Lo del arbusto si que es un poco preocupante. Creo que deberías pedir al ordenador de la armadura que te escaneara el cráneo. A lo mejor te han atizado durante la pelea.- dijo, volviendo a cerrar el visor del casco. 

Tequila escuchó atento las nuevas instrucciones. -Hasta que por fin nos podremos separar de estos ancianos...- Suspiró para acercarse a su pelotón nuevamente.

-A ver gente, sé que todos quedamos con ganas de seguir el baile con nuestros exóticos anfitriones, pero debemos poner marcha. ¡Reúnanse todos!- Esperó a que estuvieran todos juntos para ofrecerles la información sobre el sector por el cual deberían avanzar.

-Cada pelotón avanzará por una zona designada. Esta es el área que nos tocó. Esta vez deberemos bailar solos.- Sonrió de forma evidente al compartir que dejarían de estar bajo la mirada del grupo. -Cabo Sherif.- Asintió con la cabeza hacia el cabo.

Benito para ante la llamada del sargento, dando media vuelta y volviendo a donde estaba el resto de su grupo dando sus característicos pisotones de última hora.

Escucha, callado pero bufando levemente. No dice nada, pero por su expresión se puede deducir que se caga en tó lo que se menea.

—Bueno, pues vamos ya o qué — dice con un tono molesto y una vena marcada en la frente. Apréciese su esfuerzo por no decir ningún «puta» ni «hostias» ni «joder» ni otros improperios en su respuesta.

El Cabo Sheriff se dirigió el grupo:

"Señores, ya han escuchado al Sargento. Lleven sus armas preparadas e iniciemos la marcha a nuestra zona.

Si hacemos nuestro trabajo, ¡¡¡los dinosaurios no se extinguirán aquí por ningún meteorito!!!!"

Encabezo la marcha y le digo a Filofrío "Filofrío, conmigo que cuatro ojos ven más que dos"

A pesar de que Akira está convencida de que su identificación del rastro antes ha sido más producto de la suerte que de la verdadera habilidad, hace caso al cabo y se sitúa junto a él a la cabeza de la marcha, con el rifle en las manos y fijándose bien en la maleza y los árboles para no perder el sendero que había encontrado y por si algún otro bicho apareciese por ahí.

A ver a dónde nos lleva, sólo espero que no sea una trampa.