Partida Rol por web

A falta de ordenes y después de mi problema de confundir el arbusto con un dinosaurio me situó detrás del sargento, con el hacha preparada, antes de que lo haga Benito.

Así si me desvió me vera y me avisara él, que si fuera el último no se darían cuenta.

Las instrucciones dadas habían sido claras y concisas. El pelotón se adentró en el área designada, formando parte de una gran línea de búsqueda que peinaría todo el sector. Tequila daba indicaciones al Cabo Sherif y a Filofrío sobre la ruta a seguir mientras estos apaciguaban el tupido follaje que poco a poco iba quedando debajo de sus pesadas botas y armaduras. Diversos y esporádicos sonidos rompían de pronto el silencio del bosque, seguramente de la fauna local, pensaba el joven sargento.

-Un poco más hacia el noreste, Cabo.- Indicó Tequila mientras con su rifle de postas alejaba una rama en medio del paso.

Mientras caminaban en el bosque, el joven sargento podía sentir como poco a poco su armadura iba regenerando sus heridas más superficiales. Una pequeña sensación de cosquilleo irrumpió en su tórax donde varias placas de su armadura le habían perforada con el gran golpe del alienígena. Su respiración mejoraba por momentos también, si llegara a suceder otra emboscada, estaría mejor preparado en esta ocasión.

El grupo se adentró en la floresta con la idea de peinar la mayor zona posible y localizar con rapidez al pelotón Alfa desaparecido. Con el paso de los minutos los sensores de la armadura comenzaron a mostrar temperaturas elevadas y sobre todo un grado de humedad rozando las peores zonas de Terra, probablemente si su armadura estarían ahora mismo totalmente sudorosos y exhaustos por el clima.

La flora era abundante y alta llegando a tapar el cielo completamente en algunas zonas. El tipo de plantas y árboles podían parecer iguales a lo visto antes pero un ojo entrenado no sería de reconocer ninguna de las especies que iban dejando atrás: había arbustos con hojas que se afilaban como agujas formando una especie de cortina, un grupo de árboles muy altos mostraban sus raíces hasta un par de metros por encima del suelo formando pequeños laberintos, otros parecidos a palmeras tenías hojas en distintas tonalidades de verde llegando casi al marrón.

La fauna también era diversa en pájaros de variados colores, insectos voladores del tamaño de un puño, una especie de arañas rojas tan grandes como un perro que desencajaban las mandíbulas para tragar pequeños seres peludos y chillones.

En ese momento llegaron a una zona pantanosa y del agua estancada empezaron a surgir criaturas serpentinas que se lanzaron sobre ellos mordiendo con fuerza sus piernas y arrancando trozos de armadura.

Ataco con el hacha pero no les acierto.

Mientras caminaba por la espesura, Sheriff se da cuenta de que una especie de serpientes se abalanzan sobre el pelotón. Apenas puede comprobar por el rabillo del ojo que sus camaradas andan distraídos y no podrán reaccionar a tiempo, así que hace lo que mejor sabe hacer, tirar de gatillo, mientras grita

"¡¡¡¡¡¡NO EN MI GUARDIA, HIJOS DE PUTA!!!!!!"

Se desata un infierno de rayos de energía, provocando una tormenta de ramas, hojas, astillas, todo ello aliñado con tropezones y vísceras de fauna autóctona.

Las serpientes aliens se detienen abruptamente a causa del caos provocado, y el Cabo Sheriff se siente aliviado al comprobar que su acción ha salvado al pelotón de una emboscada.