Partida Rol por web

Mientras avanzamos persiguiendo sus sombras que aparecen unos segundos en los sensores para desaparecer. Al final me da la sensación que están evitando que nos perdamos.

Al llegar a la vista de la ciudad rodeada de torres de defensa es evidente que hemos llegado donde deseaban. No creo que abandonen su ciudad sin luchar, por lo menos hasta que lleguemos a sus calles.

Observo las distintas posiciones de artillería y bunkers que se interponen entre nosotros y la ciudad.

El ver una posición hacía la que están trasladando una pieza ahora la marco en los sensores de nuestra unidad. – Será un objetivo mas fácil, teniente Ring. Tampoco tenemos artillería para atacar sus bunkers o las torres defensivas.

Al no recibir una contraorden avanzo en esa dirección en busca de una buena linea de disparo. Cunado creo encontrar la mejor opción me detengo a apuntar apoyando el rifle de energía en la misma colina para intentar compensar la excesiva distancia antes abrir fuego. Lanzo una ráfaga corta y veo satisfactoriamente desplomarse ladera abajo dos de aquellos felinos.

Mi moral se incrementa notablemente al lograr causar alguna baja desde nuestra llegada a este planeta.

La situación con la que se encontraron al llegar por fin a su destino fue peor de lo que se había imaginado: una fortificación de importancia, con búnkeres y artillería que protegían un acceso empinado y difícil. Entre la lluvia y las descargas, apenas si se podía fijar un objetivo, y Akira tuvo que confiar en la mira de su rifle y los sistemas de la armadura para localizar a los gatos a tanta distancia. 

Vio que Pedraforca se dirigía a atacar una posición a lo lejos, y Akira le siguió pocos pasos por detrás, pues bien sabía que tenían que recortar distancias o les masacrarían. En distancia corta tenían más posibilidades, y ya se había demostrado que el fuerte de aquellos malditos aliens estaba en la larga distancia. Apuntó a lo que su visor indicaba que era un enemigo, y calibró el disparo con cuidado para acertar tan lejos. Cuando pulsó el gatillo, vio cómo el félido caía, y su señal desaparecía del visor. Avanzó, cubierta por la lluvia, cuanto pudo. 

El teniente se parapetó tras una roca, comenzó a hablar dentro de su casco, probablemente indicando la posición del flanco y buscando órdenes. Fue el comentario de Pedraforca el que le volvió a la realidad: Bien cabo, le sigo - con esto avanzó buscando coberturas.

Sheriff agarró su cañón de energía y empezó a trepar para acercarse a los búnkers de los felinos. Pero como en otras ocasiones, eligió un mal día para dejar de esnifar pegamento. Lo abrupto del terreno, la incesante lluvia y el vapor condensado en su visor hicieron que diera un mal paso, y otra vez dió con su ya maltrecha anatomía contra el pedregoso suelo, quedándose rezagado. 

Miré a través de mis gafas la posición de cada uno de los cañones en esa prominente ladera.- Me cago en la puta, de aquí no saldremos con vida.- Dije, mientras el arma se me disparaba sola, haciendo que cayera al suelo para poco después reincorporarme. Me sacudí la arena de la espalda y negué con la cabeza.- Y más con este mierda equipo.- No sabía a quién le estaba hablando, aunque Sheriff se encontraba cerca.

La ronda de disparos inicial de los félidos parece más orientada a dificultar el avance del ejército invasor que a producir bajas...y tiene cierto éxito. Los derrumbes y agujeros producidos por las deflagraciones mantienen a raya a los soldados y evitan que a su vez causen bajas a los félidos. 

La lluvia vuelve el terreno resbaladizo y comienza a formar ríos que descienden sinuosos por la ladera como si buscaran las zonas de impacto de los proyectiles defensores.

Sheriff logró ponerse de pie, y entre maldiciones, se abrió paso entre el accidentado entorno . Ahora estaba más cerca de su objetivo. "Dentro de poco no va a quedar sitio libre en el cielo de los gatos" murmuraba conforme ganaba terreno