Sea lo que fuere aquello, debía sangrar, así que usé la táctica de siempre: abrumar al adversario, esta vez con varios ataques seguidos a distancia antes de entrar cuerpo a cuerpo. Con mis cuchillos preparados, dispúseme a lanzar el primero, y a pesar de lo fácil que lo tenía por estar el monstruo tan cerca, erré el tiro; sin embargo, mi tempranera precipitación dio paso al temple al que acostumbraba, y esta vez hinquéle el cuchillo en plena cocorota a aquel aborto andante; esperaba que fuera suficiente para mandarlo al lugar de donde había salido.
Motivo: Lanzar +20%
Tirada: 1d100
Dificultad: 82-
Resultado: 92 (Fracaso)
Motivo: Lanzar +20%
Tirada: 1d100
Dificultad: 82-
Resultado: 64 (Exito)
Motivo: Localización
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Motivo: Daño
Tirada: 2d6
Resultado: 8
8 de daño en cabeza, que son 16, y los ataques a distancia no se pueden esquivar. Con un poco de suerte, va listo.
Como buen valiente que era se limitó a dar un par de pasos hacia atrás disimuladamente mientras sostenía su terciado de forma amenazante enseñando sus amarillentos dientes a la criatura, pero de combate "nanai". No obstante, iba preparado mientras retrocedía por lo que pudiera ocurrir y no dejaba de mirar fijamente a la criatura y a todos los movimientos que hacía.
Motivo: Esquivar
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 23 (Exito)
Motivo: Esquivar
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 100 (Fracaso)
Modifico: Preparo maniobra de huida para el siguiente asalto, tiro dos veces esquivar por si acaso.
En aquellas lides Damián no se sorprendió lo más mínimo al ver la reacción de Potencio. Mucha boca suelta para hablar de mujeres y fornicaciones pero cuando de verdad había que demostrar lo que se cargaba dentro del calzón demostraba que allí no había nada más que suciedad y vileza.
El muchacho respiró fuerte un par de veces recordando todo lo que su buen señor Don Pelayo le había enseñado a lo largo de los senderos. Con la rabia golpeándole las sienes el chico lanzó una estocada ciega con la espada corta que portaba. Afortunadamente fue certera y alcanzó en un brazo a la criatura.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d100
Dificultad: 66-
Resultado: 40 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 3(+1)=4
Motivo: Mod. Daño
Tirada: 1d4
Resultado: 4
Motivo: Localización
Tirada: 1d10
Resultado: 3
Motivo: Parada
Tirada: 1d100
Dificultad: 66-
Resultado: 76 (Fracaso)
Pelayo, dale caña bro, que nos eternizamos
Pelayo cargó contra la criatura tratando de ensartarla con su espada. Aquella abominación no podía existir en la tierra del señor y no iba a dejar que se comiera ni matase a ningún otro inocente.
Motivo: Espadas
Tirada: 1d100
Dificultad: 80-
Resultado: 12 (Exito)
Motivo: Escudos
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 83 (Fracaso)
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 6(+1)=7
Motivo: Localización
Tirada: 1d10
Resultado: 8
Es que le toca a Jimeno, pero bueno voy entonces.
Aquel ser asqueroso elevó su garrote para atacar a uno de vosotros, aunque lejos estuvo de golpear a cualquiera de vosotros.
Motivo: Garrote
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 82 (Fracaso)
Motivo: Esquivar
Tirada: 1d100
Dificultad: 5-
Resultado: 65 (Fracaso)
Jimeno elevó su hacha y la dirigió directamente al tipejo, con el cual no sabía que no sabí muy bien si le acertaría o no debido a su pequeño tamaño..., pero pareció que sí.
Motivo: Hacha de Armas
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 28 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 3(+2)=5
Motivo: Bonif. Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 4
Motivo: Localización
Tirada: 1d10
Resultado: 4
Motivo: Esquiva
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 14 (Exito)
Resumen Turno 1:
El fardo lloraba, ¡si! ¡Lloraba! Un crío, un bebé se encontraba allí metido... Lo primero que sucedió fue que Tariq lanzó rápidamente desde la distancia dos cuchillos... El primero no acertó, perdiéndose en la oscuridad de la noche y "a saber dónde Dios", pero el segundo viajó tan ligero y preciso que lo calvó entre sus dos ojos...
Daño: 8 (x2 en cabeza) (sin protección): 16 puntos de daño.*
Cuando pareciera que cualquier hombre perdería la vida ante la potencia del cuchillo de Tariq, el pequeño ser se arrancó el filo de su propia cabeza, y con una gran muestra de dolor, continuó agarrando fuertemente su garrote, y permaneciendo de pie, junto al chiquillo envuelto... Tras ello, Potencio parecía cual gato que refunfuña ante un peligro y se vuelve dulcemente hostil, y en su mente tan sólo había sitio para la huida, esa que tantas veces había practicado tras un buen botín... Esto fue así hasta que Damián se aventuró, chiquillo pero valiente, contra esa cosa junto con su espada. Parecía que Pelayo le había enseñado bien...
Daño: 8 (/2 por brazo) (sin protección): 4 puntos de daño.
Tras el embiste del chaval, Jimeno cargó su enorme hacha y la envió directamente al centro del ser, entre sus brazos y bajo su cabeza...:
Daño: 9 (sin protección): 9 puntos de daño.
Era el turno del caballero de Calatrava. Su espada llena entera de fe estaba, dispuesta a ser expulsada contra el mal y todos sus malditos seguidores...:
Daño: 9 (/2 por pierna) (sin protección): 9 puntos de daño
Aquel golpe fue tremendo. Tras el hachazo de Jimeno aquella cosa había terminado muy mal, pero sobre todo el ser había quedado hecho trizas por el tremendo tajazo de Pelayo, que le segó la pierna derecha, y eso que su pata era muy corta, con su ataque. Aquella cosa se desangró enseguida, y murió tan pronto como había aparecido.
Motivo: Bonus Daño Pelayo
Tirada: 1d4
Resultado: 2
*Sorprendentemente (para vosotros, creo) y con 16 puntacos de daño limpios, no puedo tirar ni por secuelas ni por desmayos... jeje.
Con conocimiento mágico o Leyendas (CUL) podéis intentar saber qué era esa cosa.
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Bien tiradme por RAC. Si no la superáis tiradme 1d10 y será lo que ganéis en RAC (y perdáis en IRR).
La joven Priscila se había quedado boquiabierta ante tal cantidad ingente de atroces hostilidades en lo alto de un paraje cuanto menos extraño. No sabía ahora a quién temía más: a aquellos que la habían llevado y retenido allá arriba (osea, vosotros) o tal vez a aquella cosa... No obstante, quizá con ese instinto materno que cualqueir mujer despierta en cierta edad, corrió hacia el fardo donde lloraba un niño en su interior, y enseguida lo cogió en brazos para intentar calmarlo. Con suma rapidez volvió hasta vuestra posición.
El tipo de la capa oscura y apartado en un lateral estaba como inmóvil, como sin saber qué hacer con vosotros allí delante.
Rápidamente, corrí hacia el ser y recogí mi cuchillo ensangrentado; no sabía qué era aquella cosa, pero estaba seguro de que no podía ser humana, ya que nadie era capaz de soportar tantos golpes, y menos un cuchillo en la frente, suficiente para mandar a cualquiera al infierno. Pero, en cualquier caso, ya estaba muerta.
Después me volví hacia el tipo que había presenciado cómo habíamos destrozado a aquella cosa, y con la otra mano cogí el cuchillo que escondía en mi bota.
-¿Quieres tú también un cuchillo entre ceja et ceja? -dije, asiendo ambos cuchillos por la punta después de lanzarlos al aire hacia arriba a una distancia mínima para que se dieran la vuelta al caer, y, listo para lanzarlos, dibujé una sonrisa sádica.
Motivo: RR
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 33 (Exito)
A unas buenas varas de distancia se dio la vuelta justo para ver cómo caía rendida la bestia infame. Entonces se detuvo tan bruscamente que a punto estuvo de resbalar y darse una buena costalá, pero para su dicha, no ocurrió tal cosa y pudo dar la vuelta a trompicones y correr en dirección contraria hacia sus compañeros y con la cara más dura que pueda imaginarse no se le ocurrió otra cosa que ponerse a aplaudir
- ¡Bien hecho mi Señores!- refiriéndose a los dos caballeros y no a la morisma ni al mocoso que no valían ni para tomar por el culo -jamás ví yo tan fieros caballeros que en la célebre Toma de Calahorra no había yo nacido.
Motivo: RR
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 64 (Exito)
El muchacho torció el gesto. Un escalofrío le había recorrido el espinazo durante el breve combate pero veía, tal y como el caballero Don Pelayo le había enseñado, que a manos de los guerreros de Dios los engendros del averno tienen pocas posibilidades.
Luego miró con furia a Potencio. Se había portado como un cobarde y ahora ya sabía que nada podría esperar de él más que traición e indignidades.
Acto seguido dirigió su atención a la figura encapuchada. El moro le tenía apuntado con sus certeros puñales pero aquel ser embozado podría ser más peligroso y mortífero que el ente derrotado por lo que el muchacho blandió de nuevo su espada de mano y se puso en guardia de nuevo.
- Descúbrete, malnacido!
Motivo: RRA
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 79 (Fracaso)
Motivo: Ganancia
Tirada: 1d10
Resultado: 5
Pelayo volvió a envainar la espada pues no parecía que hubiese una amenaza cercana. No podía apartar la vista de la criatura y la miraba con repugnancia. Aquella cosa violenta sin duda era una criatura del mismisimo demonio y por fin habían puesto fin a su mísera existencia. Alzó la vista y reprimiendo el deseo de detener a Tariq esperó que el interpelado hablase.
Motivo: RAC
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 11 (Exito)
Motivo: Bonus
Tirada: 1d10
Resultado: 7
Mientra Tariq amenazaba con un nuevo cuchillo sacado de su cuerpo, Jimeno se acercó al tipo enmascarado mientras se colgaaba el hacha (muy osadamente) y le arreó un soplamoco en la nuca con su mano abierta que casi lo esnuca... El tipo de la máscara cayó hacia delante, y el de Arguilla lo agarró de sus ropas, lo incorporó y lo llevó junto al grupo. Entonces el tipejo se descubrió. Era un hombre con barba un poco rala y descuidada, y calvo. Parecía muy mayor.
¡Oh! ¡Es él! -dijo Priscila con el niño en brazos nada más ver su cara- ¡es el médico!
¡No me maten... ! ¡Noo! -decía el tipo desesperado-. Desde luego que estaba en una situación donde tenía todas las de perder. ¡El lo ve todo! Yo lo llamé, ¡y me habló! ¡Me dio su sabiduría! -decía ahora elevando las manos y como clamando al cielo- Si me matáis, Él lo verá... ¡lo verá!
¿Cómo que el médico? ¿el de la aldea? -Jimeno preguntaba como si el autor de cuantas cruentas desapariciones y muertes de aquellos infantes no fueran sino obra de un cruento malnacido- ¿Es que conoces a este tipo, muchacha?
Cuando Priscila oyó la voz de ese tal médico como decía, se sorprendió y reconoció su voz.
¡Fue él! Es la misma voz... -dijo la chica-. Él me mandó recoger las plantas. El Tancredo, el médico del señor de Vencemoza... va y viene por estas tierras, y tiene una pequeña consulta a extramuro del castillo donde también... también atiende a los campesinos... ¡y pensar qué fui a veces a verle!
Jimeno se quedó pensando. "El Médico". Se acordaba de los soldados cuando leyeron la nota minutos antes. Quizá la razón de que echaran a correr aldea arriba hacia el castillo fue porque al leer la nota de la muchacha descubrieran que era él y fueron a registrar su consulta ¿quién sino tendría papel, tinta y sabría de plantas? ¿cualquier villano? El de Arguilla parecía aclarar ahora sus ideas...
¡¡BOOOM!! -Jimeno le propició un puñetazo en el estómago haciendo doblar al médico y arrodillándole de dolor mientras éste se llevaba las manos al abdomen.
¡Cogedlo! -os ordenó-. Lo llevaremos a los soldados de la aldea, ellos sabrán que hacer. No podría yo darle ahora castigo, pues con todo lo que ha hecho mi reprimendia sería tal que Dios no me dejaría llegar a los cielos el día de mi hora... No tienes nada que temer muchacha...
Acto seguido, cogísteis al tal Tancredo y os dispusísteis a entregarlo. Sin duda que no habría más niños robados esa noche, y nunca en Vencemoza.
Modificad vuestra Racionalidad si no habéis superado la tirada.
Pelayo, no entiendo esa tirada de "Bonus" que hiciste (si es para algo concreto, explícamela).
Tariq, uno de tus dos cuchillos de la batalla (antes de sacarte ahora el de la bota) se perdió al lanzarlo y no acertar. Sólo lo podrás recuperar con una tirada de Descubrir (PER).
Haced todos un último post, que en breves reparto experiencia y pasamos de capítulo.
- Ya lo decía el bueno de Rafael " el Lápidas" , no os fiéis nunca de los médicos. Se ganan la vida empeorando las enfermedades de los desdichados que van a verles y luego encima se llevan un buen pellizco de los costes del entierro cuando mandan al muerto a su sepulturero de confianza, y el lápidas lo sabía de buena tinta jajaja -a menudo Potencio hacía una de éstas, de recordar viejas historias que no sabíais si eran inventadas o alguien era tan miserable de tener contacto con gentuza de tal calaña, el caso es que a nadie importaban pero Potencio parecía pensar en voz alta más que interactuar con un posible interlocutor.
Ahora sí sacó su terciado y como buen cobarde que era, se dedicó a hacer movimientos con él acompañados de gestos obscenos relacionados con su entrepierna dirigidos al médico.
- Te van a dar una buena tunda, eso te pasa por hechicero y da gracias si no acabas torturado y quemado vivo- por raro que pareciese, ahora Potencio no parecía intimidado por un personaje capaz de hacer magia, era como si ya hubiese estado en contacto con el mundo de lo herético.