Partida Rol por web

Vasariah mira con extrañeza la reacción de Chariel ante un ángel de mayor rango que él, pero aún así no dice nada puesto que Chariel es de más alto rango que Vasariah y rompería la escala jerárquica que los separa...

Solo se dedica a asentir las palabras a Imamiah, puesto que dentro de todos es quien le debía mayor fidelidad.

- Creo que debemos dejar de lado la tristeza de la pérdida por ahora, solucionar la situación que nos encontramos, verificar si tenemos traidores entre nosotros, mentes corrompidas por las palabras venenosas de Lucifer, y si es así el caso erradicarlo por completo. Se mantiene callado unos segundos para luego decir. - Podremos llorar después la partida de nuestra hermana.

Su rostro calmado y tranquilo se rompió ante el horror que contemplaron sus ojos. La silueta suspendida entre ramas y los surcos rojizos que manaban de sus heridas anunciaron la compañía de la Muerte. Yuriel, quien había jurado su lealtad y servicio a Imamiah en aquél limbo en que nos encontrábamos mientras nuestro hogar seguía luchando por rechazar las sombras del averno.
Embrazó su escudo a modo defensivo mirando por doquier. Los cuervos que levantaban vuelo sobre las ramas se alejaban y su graznido se sentía como una burla ante el asesinato del ser celestial.

-¿Cómo pudo ocurrir que Yuriel fuera asaetada por sus propias flechas? -exhaló un suspiró expectante observando alrededor- ¿¡qué broma cruel es ésta!? ¿ACASO NO ESTÁBAMOS ATRAPADOS EN AQUÉL LUGAR? -frunció el ceño mirando entonces a Imamiah.-Y vos teníais razón ...y de mal nos rodeamos ahora, sin saber por dónde seguir, ni contra quién luchar. ¿Fue acaso una emboscada de Lucero? ¿Caídos en su red de sombras y mentiras? Apartados del combate, de nuestro lugar y el de Yahveh...

Cerró los ojos tratando de calmarse. Su mandíbula se tensó y exhaló un largo suspiro cuando finalmente tomó una determinación.

-No...no seremos nosotros los que se aparten del lado del Creador, ni que traicionen a sus hermanos, sino quienes combatan aquellos que así una vez hicieron!
-Vuestra voluntad....mi cosecha...-musitó recordando donde el ángel de la muerte se había aparecido, y posando su mano sobre la empuñadura de su espada, quedó embelesado perdido en sus pensamientos.

Sitael se sentía desbordado, se mantenía en silencio agarrándose los hombros, en duda, ¿Primero su hermana muerta por sus propias flechas y ahora la misma muerte, avisando del abandono de padre y la amenaza reinante?

De que le servían las heridas y las victorias en sus guerras si ahora podía morir sin ni siquiera defenderse. Estaba confuso. Por suerte él estaba aun con ellos. Imamiah demostraba la razón de estar en lo mas alto. Eso le dio el valor suficiente para dejar de temblar y atender. Pero antes de opinar debía estar seguro que decir, asimilar la situación caótica reinante.

"Por dios padre... ¿qué ha pasado aquí?", fue lo primero que pensó Gisiel en cuanto tuvo algo de conciencia. "¿Y qué son esas voces... ? ¿Es que acaso seguimos en la batalla?".

Poco a poco empezó a abrir los ojos, aunque su visión era borrosa y para nada esclarecedora acerca de las dudas que tenía. Ladeó un poco la cabeza, notando el frescor del suelo en sus mejillas... Y algo más. Algo que le hacía dudar si realmente seguían en el campo de batalla.
"Huele como... a sangre... ¿dónde diablos estoy?".

Consiguió abrir los ojos ya del todo, y poco a poco se fueron adaptando a la oscuridad que allí reinaba; y lo que vió la perturbó más que cien guerras juntas.
A lo lejos podía ver a sus hermanos, algo decaídos... No, decaído no era la palabra. Estaban desolados.
Desenvainó su espada y la clavó en el suelo, haciendo de soporte para Gisiel, quien apenas podía dar un paso sin perder el equilibrio.
Poco a poco consiguió mantener la compostura, y lentamente se acercó hasta el grupo.

- ¿Qué es... ? No puede ser... ¿Yuriel... ?- musitó mientras intentaba entender lo que estaba viendo. Y sin apartar los ojos de su hermana fallecida, dijo a nadie en particular:
- ¿Por qué ella está... muerta?.

Tras las palabras de mis compañeros, me tapo con mis 6 alas, un brillo intenso empieza a salir por los pequeños resquicios, tras unos instantes, libero mi luz, iluminando por unos instantes toda la estancia, llenándola de pequeñas bolitas de luz, tras esto, me acerco a Vasariah, le miro a los ojos y pongo mi mano en su frente.

-Vasariah,ángel que me ha jurado lealtad y fue el primero en poner su espada a mi servicio,tu me has entregado tu confianza, yo te doy la mia.- Digo esto con la palma d emi mano a pocos centímetros de su frente, haciendo que de mi palma brote luz.-confío en ti, mi ángel guardián.

Me voy hacia Chariel, quien no parece comprender la situación...

-No solo es tu hermana Chariel, pero me importa también la vida de los demás, cosa que pareces no comprender, del suelo sale algo morado, que dudo que sea agua, y de serlo, estará envenenada, no pienso permitir que entierres a mi hermana en otro lugar que no sea el panteón divino, o en su defecto, un lugar que no rezume maldad, y creeme Chariel,lo ultimo que querría Yuriel, sería ser enterrada en este lugar, conociéndola, preferiría un bosque verde, a uno negro como la noche, con toques rojo como la sangre y morado,no te permitiré hacerlo,salvo que por votación, se decida así,pero, mientras solo seas tú el que lo decida, no dejaré que corrompas el cuerpo de Yuriel, enterrándolo en un lugar como este.

Miro a Ylaliah, y le grito esperando que escuche mis palabras.

-HERMANO YLAHYAH,NO TE VAYAS MUY LEJOS, O NO VAYAS SOLO, YA TENEMOS SUFICIENTE SUFRIMIENTO COMO PARA PERDER A UN HERMANO MÁS.-Tras esto, me dirijo hacia sheldenpon.

-Hermana, comprendo tu dolor,pues yo también tengo corazón, y siento la perdida de una hermana,pero no te dejes llevar por el odio, piensa antes de actuar,en cuanto al espejo, no diré lo que debéis decirle, pues eso sería influenciar en vuestro papel de guías espirituales de los humanos.

Me acerco a Gisiel y le digo.-Hermana...Yuriel a sido asesinada por el padre del mal lucifer...estamos encerrados con el, creemos que entre nosotros se esconde,tomando la apariencia de un ángel.-Tras unos instantes, continuo hablando.-Entiendo como te sientes hermana, pero no desesperes...conseguiremos salir de aquí,por ahora, pídele al hermano Andariel que cure tus heridas.

Tras esto, me acerco a Uriel, y trato de calmarlo.

-Yuriel a muerto cuando todos estábamos con la guardia baja,dormidos,ahora no hay peligro mientras todos estemos despiertos, se que es duro perder a tu hermana Uriel,pero no podems derrumbarnos,como bien dice Vasariah, ya habrá tiempo de llorar su muerte, o regocijarnos con su vuelta, cuando salgamos de aquí, a finvde cuentas, nuestro gran señor padre Dios es todopoderoso, y no le importará resucitar a nuestra hemana,muerta por semejante injusticia.-Abrazo a Uriel tratando de calmarle,pues sé que de aquí, es uno de los mas jóvenes, y no quisiera verle perderse en el odio.-Vengaremos su muerte...pero con justicia, no con odio,que la justicia divina sea tu guía en tus acciones.

Cuando hubo registrado todo lo que había sucedido hasta ese momento, se puso a meditar en las palabras que La Muerte les había dicho. Suspiro, antes de girar su vista hacia la hermana Gisiel, a quién respondió con su profundo tono de voz.

- Durante el ataque fuimos engullidos por una fuerza extraña hacía un espacio fuera de la Creación. Los demonios se esconden entre nosotros, y ahora... tendremos que buscarlos. La Muerte nos dijo que antes del ocaso, deberíamos de someternos a votación para encontrar a los demonios que se ocultan entre nosotros... Y La Muerte reclamaría su vida. No sé si tengamos garantías de que hemos acertado en nuestra elección... - 

Miro hacía un lado. Volviendo a suspirar antes de retomar sus escrituras.

Andariel termina de decir sus palabras y se une a sus hermanos, no dice nada mas, solo escucha y analiza todo, presiente que hay algo mas de lo que los demas presuponen, siente que algo simplemente no anda bien.

Despierto algo tardía y confusa del suelo. Cuando lo hago el paisaje no se me parece a nada de lo que hubiese visto antes. Me doy cuenta de lo pasado con Yuriel. Apenada sólo puedo abrir la boca para soltar dos frases mal dichas.

- Dios nos salve de no acabar así.

Después me acerco hacia el espejo, un espejo negro como el carbón sobre en el que parece que se deja ver algo.

- Es una imagen horrorosa, ¡quitadme eso de mi vista! – giro repentinamente la cabeza para no ver ni una imagen más allí, ¿qué querrá decir todo esto? Dejando de lado esto me giro hacia los demás y hablo - Como dijeron algunos, debemos de ser fuertes y dejar de lado la tristeza de estos momentos. Si no lo solucionamos esto se seguirá repitiendo, y creo que no querréis dar ese placer a los demonios, ¿no? Y una forma es el sometimiento a votación antes del ocaso, aunque no creo que sea la mejor opción.

Tenía mi rostro hundido en mis manos evitando exponer mi sufrimiento cuando Azrael se acercó a mí. Sequé mis lágrimas con el dorso de la mano pegando algunos mechones rojos contra mi cara, evité que viera mi cara pues no era la mejor en aquel momento. Demostrar aquel tipo de debilidad no era bueno en aquel lugar pero tras las palabras de Imamiah no pude evitar derrumbarme ¿que no tema a Lucifer? ¿Acaso no ha visto lo que le ha hecho a nuestra hermana? Sin reparo alguno hundí mi cara en el pecho de Azrael y deahogué todo mi miedo, mi desesperación en forma de lágrimas que mojaban poco a poco sus ropas. ¿Qué oscuridad tan terrible nos deparaba el destino a cada uno de nosotros? pensé mientras lloraba.

Vasariah se siente honrado con las palabras de Imamiah y recibe con honor la bendición. - Mi lealtad no solo va con los de más alto rango, sino que también con los de menor... De eso trata el buen liderazgo. Pueden confiar en que los defenderé de lo que sea hermanos... Por lo mismo si hay alguno de ustedes que no nos esté contando algo será mejor que hable ahora porque más tarde... será muy tarde. Se mantiene mirando a su alrededor a quienes lograban escuchar sus palabras y los rostros de los ángeles que se encontraban en el lugar. - Espero equivocarme, pero tengo la extraña sensación de que estamos rodeados de ángeles caidos, ángeles que le han dado vuelta la espalda a su creador. La amenaza no está solo alrededor de nosotros, sino que en nosotros...

Al despertar en un nuevo lugar me veo impactado por el drama de la situación. Una de nuestras hermanas yacía muerta con flechas clavadas en su cuerpo.
La misma muerte presentandose ante nosotros.
Alli en un costado se encontraba el espejo de la obsidiana.
Tomo mi espada,agito mis alas con fuerza. Lentamente pero con firmeza camino hasta donde nuestra hermana, rozando las ramas.
Aprieto el mango de mi espada aun más fuerte,(notablemente enfurecido) luego la clavo a los pies de nuestra hermana,me arrodillo y ofrezco una plegaria en silencio, una lagrima moja mi mejilla.
Al terminar me yergo mas calmado luego de la plegaria. Me dirijo Imamiah: sin duda ella no querría ser enterrada aqui, pero,¿podriamos al menos quitar de su cuerpo estas flechas?
puedo hacer una pregunta pero esta vez me dijo todo el grupo - en cuanto a lo del espejo creo que deberíamos Escuchar la opinion de cada uno y tomar una decicion conjunta para no volver loco a esta persona.

Se pone de píe, dejando la silla y el libro en su lugar. Mirando a todos pensativo, antes de pronunciarse respecto al espejo.

- El Creador doto a la humanidad de libre albedrío, por ello no voy a dar consejo al mortal. Puede obrar de acuerdo a su conciencia, y cuando muera su alma será juzgada en base a sus actos. - Miró a todos, con cierto reproche en sus ojos. ¿Desde cuando tenían ellos derecho a intrometerse en los asuntos humanos? 

Por un instante me perdí en la imagen del espejo. No soy tonto y sé que la usé para evadirme de la situación por unos instantes.

-Como bien dices, Metatrón, nosotros no podemos intervenir en los actos humanos... al menos no de manera directa. Nosotros, los ángeles, somos guías de luz y como ellos, debemos mostrar el camino correcto; pero no obligarlos a tomarlo. Eso es lo que hacen los demonios...

La última palabra resonó en mi cabeza... Demonios... Alguien había matado a una hermana, y los demonios parecían ser la causa...

-¿Y qué espera la Muerte, qué nos matemos entre nosotros hasta que sólo quede uno? - Negué con la cabeza - Eso suena más a deseos de Lucifer. Sea como fuere,y si es cierto que estamos aquí encerrados con demonios - miré a cada uno de mis hermanos y hermanas -, ellos también lo están con nosotros. - Extendí mis alas y éstas comenzaron a brillar. Me puse la mano en el pecho y cerré los ojos- Nada ocurre sin una razón - Abrí los ojos-, y creo que lo primero que debemos hacer es descubrir el por qué.

-imamiah y si luego no podemos y si luego morimos todos, ¿quien la enterrara?, olvida mi pregunta-suelto la pala en el suelo y camino cerca de yuriel ayudando a quitarle las flechas.

Mebael observa apenada el comportamiento de Jofiel y Chariel. El dolor los ha cegado o confundido, pues no están pensando con claridad.

_Chariel, Jofiel, dejen de preocuparse por el cuerpo de Yuriel. Ya hace rato he quitado las flechas de su cuerpo e incluso he curado sus heridas, pues no podía soportar verlas. Y Chariel, en esta guerra eterna más de uno ha perdido la vida. Yuriel era de las más queridas entre nosotros, pero su muerte no puede hacerte perder la fe. Sin ella realmente estaremos perdidos, en este momento es nuestro mayor capital.

Luego se gira hacia Vasariah.

_Es como tú dices y como la muerte ya dijo antes que tú: entre nosotros hay siervos del Maligno y sospecho que en cuanto los descubramos podremos salir de aquí, y en esto te estoy respondiendo a ti, Jeliel. Algo me dice que de lo que aquí ocurra dependerá hacia qué lado se incline la balanza. Si vencemos, habremos frustrado los planes de Lucifer una vez más.

Mis ojos se abren, sorprendido, cuando Somiel hunde su rostro en mi pecho y, tras ese primer momento de asombro, es mi rostro el que se torna más suave, más tierno, aunque la capucha impedía que tal cosa pudiese ser vista. Mi mano siniestra acaricia su nuca con suavidad, despacio, y casi temerosa de dañarla. Para los ángeles el contacto físico era extraño, para mí, exiliado del contacto con las esferas era aún más inverosímil. Mi mano diestra aprieta su espalda contra mí firme y suave a la vez con el fin de que sienta mi apoyo pero nada más.

Y así aguardo unos largos segundos. Mi voz es tranquila y pausada, calmada.

-Hermana Somiel, tranquila... Recuerda lo que dije: si no hay una salida: la crearemos.

Y desde mi posición mi rostro se gira hacia Imahiah sólo para asentir lentamente y luego tornarse hacia Metatron y le hablo con el mismo tono suave sólo a fin de no asustar más a Somiel.

-El Espejo es sólo una posibilidad. Un hombre que necesita guía. Un reflejo de nuestros propios actos. Nos recuerda cuál es nuestra misión y nos otorga otra razón de ser. Al menos así es para aquellos que siguen las esferas de nuestro Creador.

Entonces mi mirada vuelve a descender hasta el ángel de los cabellos ígneos y no hago nada más, no me inmuto, aguardo hasta que ella se sienta mejor, dejando de un lado la sensación tan peculiar que su calor y cercanía me provocan. Aunque las palabras de Vasariah no pasan desapercibidas.

-Cuento con tu custodia, hermano Vasariah.

Todos estamos algo tristes y nerviosos por la caída de Yuriel. No recuerdo mucho de ella pero seguro que era un ángel ejemplar que quería a nuestro señor y su causa. Mientras todos van acercándose al cuerpo decido acercarme al espejo.

-No sé si es conveniente que vayamos todos a ayudar al humano. Al fin y al cabo estamos aquí por obra del demonio, quizá sea una trampa y por ir todos ocurra algo malo.- digo esto al resto de mis compañeros ángeles pero... ¿mi corazón lo siente igual? ¿debería ir a ayudarle? mi corazón dice que vaya pero... la misión que me encomendó dios no es esa...

Miro a imamiah y luego al resto de compañeros y digo:

-imamiah no pretendo faltarte el respeto pero es mi decisión querer dar santa sepultura a mi hermana, igual que curar sus heridas es decisión de mabael-convoco otra pala y vuelvo a empezar a cavar.

mientras digo:

-Señor nuestro cuida del alma de yuriel igual que cuidaste de ella en vida.

Miro a Vasariah, asiento levemente con la cabeza y le digo.-es más que obvio que tienes toda la razón Vasariah...y créeme, los actos de lucifer no quedaran impunes...-Tras mis palabras, me acerco a Jofiel y le digo.-La hermana Mebael y el hermano Andariel se ocuparon ya de eso.

-Hermano Chariel, todos aquí han respetado mis decisiones y conjeturaras,y aunque aveces discreparan de mis suposiciones, no las dejaban totalmente de lado, y mis decisiones, pese a no compartirlas, no osaban ni de lejos a actuar como tu lo has hecho, me he preocupado por tu bien estar al decirte que no continuaras cavando, y tu, no solo has obviado mi petición de que dejaras de cavar,si no que además te ríes de el cuerpo de Yuriel al decir "Santa sepultura" en un lugar que rezuma maldad, y faltas al respeto a padre al decir "cuida de su alma como cuidaste de ella en vida" dios padre todopoderoso no puede evitar la muerte de Yuriel, ni la de ninguno, por que sería mostrar favoritismo por alguien, y, a todos nos quiere por igual,Chariel, soy el ángel del perdón, pero no del perdón eterno, si tu intención no era ofenderme a mi, no solo me faltaste a mi, si no a la memoria de Yuriel,puedo perdonarte una falta de respeto a mí, como se la puedo perdonar a cualquiera de mis hermanos, pero no pienso perdonarte la falta de respeto ni a padre ni a Yuriel, sin esperar ni a que su cuerpo se enfríe,has querido enterrarla sin darle los santos sacramentos ni hacerle el velatorio,Chariel, si bien puedo perdonarte todo lo mencionado,te aconsejo no hablarme en un rato...no quiero que mi enfado me nuble el buen juicio que tengo, pero tus acciones hablan por si solas...

-Tras decir esto, voy hacia raciel y le digo.-tras que acabes con el cuerpo, déjaselo a andariel, para que le dé los santos sacramentos...-miro a Andariel, no se me ocurre mejor custodio para Yuriel, así que convoco nubes de luz,y oro un par de palabras para transmitir el perdón de dios por todos sus pecados de Yuriel, y tras esperar unos instantes miro a Andariel.-Hermano, dale los santos sacramentos,no disponemos ni de pan ni de vino,pero dios entenderá que no podamos hacerlo de otra forma.-Tras esto, inclino mi cabeza en señal de respeto a Andariel, y voy hacia Metatron y Jeliel.-Hermanos, solo aconsejarle y hacedle de conciencia al humano, no le obliguéis a tomar una decisión.-Tras esto, miro a todos y digo.
-Hermanos, cualquiera de nosotros puede ser el siguiente, pero, si uno de vosotros es Lucifer, desde este momento le desafío a que ponga fin a mi vida en primer lugar, sé que me tiene mas ganas que a cualquiera pues, quien porta actualmente el puesto de portador de la luz, su anterior puesto, soy yo, así que,mata primero a quien te desafía lucifer,cobrate esta noche mi vida,en vez de la de cualquier otro de mis hermanos.-tras esto, miro a Chariel,desafiante.-Y, de morir hoy,como voluntad pido no ser enterrado, y que nadie derrame una sola lagrima por mi, que mi cuerpo este iluminado por el regalo de dios que es la luz, y que sea Andariel quien me dé los santos sacramentos,y Vasariah quien custodie mi cuerpo.-Tras mis palabras, miro a Andariel y Vasariah, mostrando le a cada cual mi respeto, inclinando la cabeza.

De pronto escucho el llanto de Somiel, por lo que me acerco a el y Azrael, y tras acariciar su pelo le susurro.
-Somiel...llora la muerte de tu hermana,mas no llores por estar aquí encerrada, que tu corazón no de cobijo a la desesperación que este lugar trata de plantar en nuestros corazones, saldremos de aquí antes o después, pero por favor...no muestres flaqueza, pues se bien que tu corazón esta sufriendo,pero también sé que es fuerte,sobre ponte a la pena de la perdida de nuestra hermana,si bien es cierto que llorar alivia el alma, también es cierto que hacerlo en demasía la debilita, más no quiero que mis palabras priven de lagrimas tus ojos, solo quiero que, cuando creas que has llorado suficiente la muerte de tu hermana, mires hacia arriba, y sepas que siempre hay cielo sobre nuestras cabezas,pese a estar tapado por techos, muros, nubes o ramas lúgubres, el cielo esta sobre nuestras cabezas,y siempre que pasemos por los obstáculos, podremos expandir nuestras alas, y dejar que el sol acaricie nuestra piel, y que nuestro corazón sea libre.-Hago miles de bolitas de luz, para que,pese a la oscuridad que trata de reinar, la luz prevalezca,tras esto, abrazo fuertemente a Somiel, tratando de reconfortarla en la medida de lo posible.

Me veo sorprendido, miro nuevamente el cuerpo de nuestra hermana para descubrir que en verdad no tenia ya las flechas.
Pido disculpa hermanos , entre lagrimas y el dolor que me aqueja me han nublado por un momento.
De la punta de los dedos saco pequeñas boñitas de luz que vuelan lentamente hasta el cuerpo de nuestra hermana y me pronunció - Descansa en paz hermana...
Me acerco a somiel y le digo - te agradezco por haber curado las heridas de nuestra hermana caida, fue una imagen demasiado fuerte para mi.