Partida Rol por web

Un artefacto místico que se perdió en los albores de la humanidad, no sabéis como ha llegado a este lugar, pero, permite conectar vuestro mundo con el mundo humano

La superficie del espejo se ondula, respondiendo al mandato de una mano invisible. 

Aquellos que se acercan a vislumbrar lo que sucede bajo su superficie podrán ver lo que éste muestra. Un secreto o una oportunidad.

Lentamente, un pasillo se desdibuja. Las manos colgando desde las celdas dejan pocas opciones para la imaginación. Estás en una cárcel. La imagen sigue el paso de uno de los carceleros, con una bandeja de comida, que se acerca a una de las alas de aislamiento, bajando por unas escaleras empinadas hasta el sótano. A vuestros ojos angelicales, bajo los cuales cualquier pecado, dolor o esperanza se muestran como un libro abierto, el hombre que atraviesa los pasillos está carcomido por un conflicto interno. 

Se detiene en el puesto de guardia, donde releva a su compañero. Una mirada cómplice entre ambos, y el guarda se sienta, con la comida entre las manos, indeciso. 

Los periódicos dirían que se había tratado de una huelga de hambre que se les fue de las manos. mantenerlo en el límite entre la vida y la muerte... pero el director de la cárcel ni se había molestado en bajar allí. Desde su depacho, todos son cifras. Allí abajo, en aquella celda, agoniza lo que un día fue un hombre. Un pecador, un asesino... una mala persona. Pero una persona. 

El Director se había preocupado en dejarlo todo atado. Los tres guardas que hacían turnos para cubrir aquel área y que estaban encargados de la seguridad y la alimentación de los presos estaban unidos por el odio a aquel asesino. 

El guarda saca una foto y la coloca sobre la pantalla de la cámara de vigilancia, donde puede verse el cuerpo retorcido de aquel ser. En la foto, su hija. El dolor que le produce ver esa imagen es evidente a vuestros ojos. Odia a esa persona. La odió durante muchísimos años. Se esfuerza por no recordar la imagen de su pequeña en la morgue, apenas reconocible, cuando lo llamaron para identificarlo. Ahora la muchacha tendría 17 años, y tendría la sonrisa de su madre. Habría decidido qué estudiar y él estaría decidiendo si le gustaba o no le gustaba algún muchacho que la estaría rondando.

Pero nada de eso sucedería ya.

Y el cerdo que le arrebató la vida a su hija está en esa celda, muriendo de hambre, y la bandeja está en sus manos.

¿Qué hacer?

¿Se hará publico la decisión de cada uno? ¿Cual es la media de puntos de corrupción ganados o perdidos aprox?

"No te conviertas en alguien como él, no seas un asesino. No es tu trabajo impartir justicia. Tu hija estará llorando en el cielo si descubre que su querido padre se ha convertido en un asesino. Coge algo de pan y agua, y dáselo al pobre hombre. Al menos, tú no colaboraras en este crimen"

- ¿Quien te ha otorgado el poder entre la vida y la muerte? ¿quien te ha nombrado juez? ¿quien te ha nombrado ejecutor? No quieras cargar con un peso que no te corresponde, no quieras condenarte... -

Mis susurros eran profundos y pausados en la mente de aquel guardia. Yo no podía escoger por él, pero podía aconsejar. Ahora todo estaba en sus manos... y en las posibles palabras que mis hermanos le dedicaran... 

Me acerco al espejo, dios a veces nos pone aprueba pienso, y mirando la imagen del hombre, comienzo con mi labor.

-Mató a mi hija...17 años tendría ya...era tan inocente...tan pura...que no me perdonaría el comportarme como su asesino, por alguna razón, se que me esta observando, nadad e loq ue haga me devolvera mi hija, pero si hago algo contra él, solo sentiré mas dolor, ya ha sido juzgado,culpado, y encarcelado...me hice policia por algo... cambiar las cosas...ayudar a la gente y capturar a las personas que dañasen a los demás, si, me veo tentado a usar mi posición para dañar a esta persona pero...¿En qué lugar me deja eso? ¿Dejaré que mi hija me vea dañar a alguien?¿Ella querría que yo me comportase como su asesino? esta claro que no, ella se enorgullecería de ver como, a pesar de todo, sigo siendo un policía justo, no corrupto,yo tengo que ser el claro ejemplo apra los demas, de que pase lo que pase, hay que saber perdonar,él ya fue juzgado por sus crimenes, y a sido sentenciado a la carcel, no a la privación de alimento y demás,el odio solo genera odio, y mi hija quiere verme feliz.

El esta entre rejas, le han castigado algo que tu llamas justicia,pero sabes que es un castigo ridiculo,por eso haces esto, nadie lo sabrá, ella te necesitaba y tu la necesitabas a ella y el te la arrebato a tu querida niña.

A aquella que arropabas y mirabas desde que nació, esa niña que dio a tu vida una vuelta increible que lleno de una luz especial tus días y el te la robo,el que en 15 años estara fuera por buena conducta y si o la tiene como mucho cumplirá 30 años y quedara libre y volvera a cometer otro delito, pero no lo pillaran y tu lo sabes.

Tiene que pagar y es justo vida con vida se paga,todos pensaran que fue huelga de hambre y te vengaras,ella era la luz en tus noches y ahora estas son oscuras y el culpable ante tus ojos riendose de ti, jactandose de su asesinato y quien sabe lo que le haria antes de morir y después, el no se merece vivir mato a una niña a tu niña ahora ella estaria contigo en casa riendose con su cara angelical y con sus ojos llenos de vida y contandote sus problemas con chicos, con los estudios y riendose contigo viendo un programa de ria en la tele ella era tu niña.

Sin ella tu vida no tiene sentido, esta llena de asesinos y violadores tu vida apesta, no tiene sentido,quieres estar junto a ella mas que junto a nadie por eso piensas que tu vida no vale la pena y tienes toda la razón por eso as llegado aquí, cuando ese hijo de puta muera tu cojeras tu arma te iras a la clda de el le miraras a los ojos y te volaras la cabeza es lo mejor así podrás volver a verla.

Miro apenada al sujeto que tiene que tomar una difícil decisión. Cuando un ser humano pasa por un evento doloroso es difícil perdonar o ser perdonado, es difícil volver al camino y se sienten perdidos... Por eso, llevándome una mano al pecho, intento transmitirle sentimientos de apoyo y un mensaje:
Todas las personas merecen vivir y ser perdonadas. No te dejes llevar por la corrupción y te vuelvas como él... Perdona sus pecados y deja ver a tu hija que, a pesar de que no está en cuerpo contigo, sigues llevándola en tu corazón y puedes vivir por ella, que se sienta orgullosa al ver que eres capaz de tomar una difícil decisión e ir por el buen camino, joven hombre...

- Escuchadme buen hombre, tu conciencia no necesita una muerte por otra muerte, simplemente verifica y hace que el arrepentimiento del hombre que arrebató a tu hija crezca cada día más... Permítete que tu tristeza y tu ausencia de la persona que amas sea recompensado con la vida de un hombre que tu mismo renovaste. Tu hija agradecerá verte feliz y tranquilo.

-Debe aprender con el castigo. Si la gente a optado por encerrarlo y no matarlo, por sus atroces actos. Es momento de hacer penitencia y acatar todo lo que los guardias deseen hacerle. Poner la otra mejilla, que le quito a esa niña. Aprender con el dolor que el mismo causo. El suicidio es pecado, por lo que ni siquiera tiene opción ello. Ahora su vida esta en las que provoco tanto dolor. Solo tiene que tener fe en que sera misericordioso y reparador para su alma.

- No lo alimentes. Come tu frente a él... Disfruta su agonía... tu venganza... -

-Oh, humano. ¿Acaso te crees el gran Hacedor, digno de decidir quién ha de vivir o de morir? ¿Acaso quien te ha mandado cumplir con tal designio lo es? No, no necesitas una respuesta. Es algo que sabes. Si lo fuese, podrías devolver la vida a tu pequeña, podrías ver cómo un desgraciado ronda por su cuerpo, pero no. No es así. Lo escrito, escrito está, y nada de lo que hagas podrá cambiarlo. ¿Pero acaso alimentar a ese bastardo te hará sentir mejor? Probablemente no. ¿Acaso dejarlo morir te convertirá en mejor persona? Lo dudo.

-¿Pero qué hacer entonces? No cambiarás nada, te desterrarán y pondrán a otro carcelero en tu lugar. Él morirá. Al menos tú puedes cargar con esa culpa... ¿No? ¡Mentira! Lo sabes. No eres quién para decidir entre la vida y la muerte. No eres un mártir. Y sí puedes hacer algo. Todo ser humano tiene esa chispa, ese aliento. Y tú no eres distinto. ¿Pero qué...? El alcaide es quien lo ha ordenado, entonces... ¿No hay salida?

-Ah, al fin comprendes por dónde voy. ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que pierdas tu trabajo? ¿Que ese hijo de puta salga vivo? ¿Que no te conviertas en algo peor que lo que quieres exterminar? ¿Que pierdas a tu mujer... para siempre? Pero al menos, por una vez, habrás sido lo que has de ser. Habrás sido... Un dios. Sólo tienes que comprenderlo: hay algo más allá de la jerarquía. Algo más allá de la insurrección. Incluso el alcaide tiene sus jefes. ¿Y cómo les sentaría saberlo? ¿Y saber que los medios tienen las pruebas? No, no se lo pueden permitir.

-Pero es tarde. El tiempo juega en tu contra. Y él muere lentamente. Tienes el camino, mortal. Tienes la voluntad. ¿Y tienes el coraje para avanzar, para cambiar... o no?

Le sugiero que le de la comida y la foto de su hija, y que le diga quien es el, y quien fue ella, quien seria. Que le hable de como era, que le gustaba y que soñaba. Le recordare lo que es la piedad, la expiación, el perdón y la redención. ¿Que hubiera querido su hija?

La imagen reflejada en la superficie del espejo fluctúa. 

La presión a la que parece el hombre sometido sigue siendo muy real. 

Piensa en las consecuencias que podrían tener sus actos. Sus decisiones, tanto en el extremo de dejarse llevar por el mandato de su jefe como en la posibilidad de contradecirlas, tienen desventajas. Pero los susurros que llegan a acariciarle el alma con gentileza o dureza, le aportan resolución. Ajeno a la intervención que han hecho varios de los ángeles que observan desde el otro lado del espejo, el hombre se levanta, y dejando parte de la comida en la bandeja para disimular, coge un segundo plato y se la acerca al condenado. 

Es tanto el tiempo que lleva sin comer que le cuesta adaptarse, pero poco a poco recupera algo de vigor. En su mirada hay incomprensión. ¿Cómo demuestra piedad un hombre que tanto lo odió?

La ansiedad desciende en el corazón del guarda, pero no desaparece. Quizás porque ya sabía que era cuestión de tiempo, y una insubordinación como aquella era imposible que quedase en secreto. Sus compañeros se dan cuenta de lo que está haciendo, y alguno de ellos se lo cuenta al jefe. Ni siquiera alcanza a saber cual de ellos ha sido.

La imagen en el espejo fluctúa una vez más, mostrando su futuro cercano, haciendo cola en la lista del paro, teniendo que pedirle a su hijo mayor que abandone sus estudios porque ya no podrá seguir pagándoselos, buscando en la basura para completar lo que los comedores sociales ofrecen, por falta de recursos...

El antiguo carcelero podrá sentirse desgraciado por la poca previsión que ha tenido su decisión final, pero en el fondo, sabe que la decisión que tomó fue la correcta, y esa secreta satisfacción nadie podrá arrebatársela ni en esta vida ni en la siguiente.

El espejo se ondula por segunda vez ante la mirada de todos. El puente hacia la humanidad mostraba en esta ocasión a una mujer de rasgos caucásicos, sentada junto a un teléfono y un papel con un número de teléfono en las manos. En sus emociones, que tan hábilmente como ángeles pueden leer, están enfrentados el orgullo, la verguenza y una sincera preocupación por un ser querido. 

Armándose de determinación, finalmente deja que sea eso último lo que la impulse, y coge el teléfono. Un corto intercambio con una recepcionista, y al otro lado de la línea de escucha la voz de un hombre.

- Buenos días. ¿Es usted la mujer de Fernández?
- Si, así es.
-Mucho gusto en conocerla.
- Mm... mi marido ya se lo comentó ¿no?
- Si, me lo contó un poco. Me dijo que usted está preocupada por su hijo...
- ¿Le parece bien si se lo comento?
- Tengo aproximadamente una hora libre, así que, si lo desea, me lo puede contar ahora.
- Está bien... estoy preocupada porque a mi hijo lo están maltratando en el colegio. Me duele que cada vez que le pregunta, me responde de malos nodos, diciendo "Que no le pasa nada" y que "Deje de molestarle". Él antes no era así.  Hace unos meses que sus compañeros de clase no le hablan, se pasa los descansos solo en un rincón del patio, y ayer por primera vez lo han agredido directamente, lanzándole un balón y burlándose de él. No está bien... y yo me siento impotente porque ya no se me ocurre qué puedo hacer por ayudarle.
- Esto es bastante difícil. Para  una madre no hay nada peor ¿cierto? - Al oír aquello, a la mujer de la imagen se le llenan los ojos de lágrimas, cosa que su interlocutor parece percibir, por lo que guarda unos segundos de respetuoso silencio, antes de proseguir - Si realmente desea solucionarlo, entonces sí que es posible encontrar una salida que lleve a la solución.
- Estoy dispuesta a hacerlo que sea para solucionarlo. Estoy decidida. ¿Qué tengo que nacer?
- Bueno, esto es lo que buscaremos. Primero, lo que está claro es que usted siente rencor hacia alguien que le es próximo.
- ¿Cómo? ¿Qué quiere decir? - Con expresión de asombro ¿Qué podía tener que ver aquello con el problema de su hijo?
- Quizá esté yendo demasiado deprisa. Sería mejor que le explicara la teoría, pero en ese caso necesito tiempo y ahora no lo tengo. Así que empezaré a explicárselo desde la conclusión. Lo que voy a decirle ahora tiene fundamentos teóricos; después ya le pasaré algunos libros que puede consultar. Pues bien, la conclusión es que el hecho de que usted esté preocupada porque su amado hijo está siendo culpado por otros se debe a que usted no le agradece a alguien lo que debería agradecerle, y que además continúa culpándole.
- ¿Qué relación tienen los maltratos de mi hijo en el colegio con mi situación personal? A mí todo esto me suena un poco... - le cuesta encontrar una palabra adecuada - a religión.
- No es raro que piense así. Al fin y al cabo, lo que nos enseñan en el colegio siempre se centra en la ciencia física, en lo que puede verse con los ojos. Yo le estoy hablando de una ley descubierta en psicología hace ya bastantes años. Quizá le sea más fácil entenderlo si piensa que es lo mismo que se dice en algunas religiones. Aunque yo no creo en ninguna religión.
Tras esto, hablan unos minutos, en los que el hombre al otro lado comprende un poco mejor la situación.
- Entiendo. Creo que hay otra causa que es la fundamental. Antes de solucionar el problema, será necesario solucionarla.
- ¿Una causa fundamental?
- Si. Permita que le pregunte: ¿Usted está agradecida a su padre?
- ¿A mi padre? Pues claro que le estoy agradecida....
- Pero, en el fondo, siente que no lo puede perdonar.
- No estoy segura de poder hacer algo así, además, quien me preocupa es mi hijo.
- Ya veo. No parece que pueda llegar a perdonarle. Aún así, ¿Quiere por lo menos intentarlo?
- ¿Pero como puede ser que la causa de mis preocupaciones esté relacionada con mi padre?
- Esto creo que lo verá cuando lo intente.
- De acuerdo. Dígame lo que tengo que hacer. - En su expresión hay escepticismo.
- Muy bien. Haga primero lo que le voy a decir. Escriba en un papel todo aquello sobre su padre que le hace sentir que no lo puede perdonar. Escriba todo lo que desee, aunque sea un texto lleno de enfado. Si recuerda algún incidente en concreto, escríbalo y añada "en ese momento me sentía de tal modo". Escriba todo lo que la hería. Escriba hasta que se sienta satisfecha, y cuando sienta que es suficiente, escribirá una segunda carta en la que pondrá "Todo aquello por lo que le estoy agradecida" En ese punto deberá preguntarse a sí misma si está preparada para perdonar a su padre, y si no lo está, trataremos de hacer una simulación, y le pediré que llame a su padre. Pero tranquila, avanzaremos paso a paso...

El espejo se ondula, perdiéndose en el instante en el que la mujer de la imagen debe tomar una decisión. Seguir adelante con el consejo del hombre del teléfono, o encontrar su propio camino para ayudar a su hijo.

"Las cosas del pasado jamás arreglan el presente. Sólo tú y tu propia fuerza pueden cambiar las cosas. Habla con los profesores sobre el incidente. Y si la cosa no cambia, cambiad vosotros. Intercambialo de colegio. Que empiece desde cero, y que esta vez sepa que cuenta con todo tu cariño y apoyo. Son años difíciles para los niños, y deben saber que su madre está allí para ellos"

Respiro calmadamente intentando transmitir calma y tranquilidad a la mujer que esta al lado del espejo. Tienes que tomar una difícil decisión, la cual quizás te resulta más difícil de tomar por tu orgullo y por pensar en todo lo malo que ha ocurrido... Intenta olvidar lo negativo, piensa en lo bueno que has pasado, en perdonar... Puede que resulte difícil, pero es mejor estar bien con las personas que te rodean, con las personas que te quieren aunque a veces no lo demuestren del todo... Aparte de en tu hijo, piensa en ti. Si vives sabiendo que no has perdonado a alguien y de pronto ese alguien se va de tu vida porque ha muerto... entonces no te podrás perdonar a ti misma. Toma la decisión que creas correcta... Dicho esto corto el mensaje a la espera de saber la decisión que ha tomado.

Me gustaria acosejarle que haga lo que el hombre al otro lado del telefono le esta diciendo que haga