Partida Rol por web

Después de haber salido del Bosque de las Penúrias, Max se perdió, saliendo corriendo hacia una dirección de nuevo, presa del pánico por las voces; y no volvistéis a verlo más... solo escuchásteis ruidos y risas extrañas en dirección a dónde él se había ido... Kairi y Akira no pudieron hacer nada, tampoco Zack y Bryan, que fueron a buscarlo y volvieron sin él... negando con la cabeza y con una cara de tristeza absoluta. Pero tuvisteis que seguir con la pena en vuestros corazones.

Tras dos días de caminar sin apenas hablar, y dormir en tiendas de campaña por la noche escuchando el ruido de los nocturnos y sus gritos de dolor cuando chocaban con la barrera mágica que habían instalado Zack y Bryan.

Finalmente... y completamente cansados, llegásteis a una ciudad grande y armoniosa, aunque a vuestros ojos, que venís del Planeta Tierra dónde hay enormes ciudades de verdad, no os parecía tan grande. La ciudad estaba metida a la roca, la fazana de las casas estaba fuera de esta... pero habían perforado la piedra para construir los habitajes. Y encima de la montaña, el castillo. Por fin habíais llegado a la Ciudad de Oro.

Enseguida que entrásteis a la ciudad os invadió la sensación de calidez, la gente, todos con colas y orejas de diferentes espécies de animales, hablaban y se reían, chismorreaban y se giraban para miraros, haciendo leves reverencias de cabeza al paso de los dos Ancianos que os acompañaban, Zack y Bryan.

Las calles estaban farcidas de tiendas típicas de pueblo, pequeñas y acogedoras, invitándoos a entrar... pero algo hace que dejéis de mirar las tiendas para mirar hacia una muchedumbra de gente que exclama sorprendida palabras intendibles... una chica con unas preciosas alas de mariposa se acerca a velocidad de vértigo a vosotros, frenando a escasos centímetros de Zack, que se ha puesto delante del grupo.

La chica está sudando, y pone los pies al suelo solo unos instantes para aletear las grandes alas... haciendo que caiga un leve polvo brillante al suelo. Enseguida vuelve a elevarse, y mira al grupo con curiosidad.

¡Aquí estáis! ¡Layla ha sido enviada a buscar un grupo que recién ha llegado enviado por Yuko...! - toma aire, habla muy rápido - Se ha empeñado en transgirversar las cosas, ya sabéis que le encanta esto... y bueno, me ha ordenado que os ordene que Zack y Kairi tienen que partir con el otro grupo en busca de las Mokonas - mira al grupo de novatos - Soy Rika, por cierto. - vuelve a mirar a los que van delante - Pues eso, el grupo está a las afueras de Ciudad de Oro, a varios quilómetros de aquí, aunque vosotros lleguéis en un santiamén... ellos no. Así que tenéis que ir e instruirlos y... bueno, ya sabéis lo que tenéis que hacer, ¿no? - toma aire de nuevo, aletea un poco y el polvo de sus alas cae en sus manos... lo esparce por el cielo y como si de magia se tratase, dos bolas de cristal aparecen en el aire, que caen encima de las manos de la chica mariposa - Una para Akira, y otra para Kairi - se las da, sonríe - Sirven para que os podáis hablar y estas cosas... pero solo podéis usarlo una vez al día. Bueno, pues... ya he hecho mi misión, tengo que volver al Castillo de la Gloria, que tenemos problemas con unos rebeldes... ¡Ah! Y los Nuevos están en aquella dirección... - tras mirar todas las direcciones, señala el oeste.

Se eleva de nuevo y levanta la mano - ¡Ala! ¡Qué tengáis suerte! ¡Y encontrar a las Mokonas! ¡Chauuuuuuu!

Y se aleja, pasando por encima de vosotros y dejándoos llenos de polvos brillantes que se meten por dentro la ropa y son muy... muy molestos. Os recuerdan a la purpurina dorada.

Bola de cristal:

Zack es el primero en reaccionar. Enarca una ceja, intrigado, al ver llegar a Rika. Si han hecho que venga hasta aquí, es porque tiene que haber noticias graves... minutos después, su teoria quedaba comprobada.

¿Otro grupo? Os mira a todos con un destello de pena en la mirada. Sí, quizá sea lo mejor... ha habido más bajas de las esperadas... Mira a Kairi, Akira y Bryan. Es una decisión tomada por Yuko, eso seguro. ¿Qué pensarán los otros? Deja su mirada sobre Kairi... su reacción es la que más le preocupa. Preparado ya para ella, pone una mano sobre uno de lo hombros de la gata negra, para calmarla en cuanto le sea posible.

Siempre le ha caido mal aquella Anciana, con sus prisas y sus tonterías... y además con su polvo molesto y pegadizo... la mano de Zack no la calmó.

¡¡¡Para decir esto no hacía falta que vinieras!!! ¡¡¡Palurda!!! - levantando la vara y amenazándola... pero cuando ya la había perdido de vista.

Al bajar la vara, bajó también la mirada, y observó aquella bola de cristal con el dragón dentro... moviéndose, como una serpiente. Suspiró. Aquello no le gustaba, no le gustaba nada. Se guardó la bola dentro de su zurrón.

Bueno... ¡pues nos tenemos que ir! ¡órdenes de Yuko! - evitaba mirar a Akira a toda costa, así que descargó su ira contra Bryan y su cabeza - ¡Más vale que te comportes! - se giró y cogió la vara de Zack - nos veremos a la vuelta... vámonos.

De reojo miró a Akira. Nunca se había imaginado qué pasaría si las separaban, siempre habían estado juntos, a menos de diez metros de distancia... pero Kairi no la echaría de menos, si hombre, ¿y qué más? Miró a la gata blanca de reojo... Sí, la iba a echar de menos. ¡Pero no se lo iba a decir!

Akira saluda con la mano a Rika. Siempre le habia caido bien esa chica. Con tanta energía... Y aunque rápido, se explicaba muy bien. Además... le encantaba jugar con ella a que la cazaba cuando eran pequeñas.

Pero esta vez, su visita no la había alegrado demasiado. Después de quedarse un buen rato mirando la bola y el dragón que se movía, intrigada, levantándola para mirarla desde abajo y moviendola para mirarla desde cualquier ángulo, incluso zarandeándola para ver como el dragón chocaba contra la pared de cristal, Akira cae en la cuenta de lo que significan las palabras de Rika.

Se guarda la bola en el zurrón y levanta la mirada, totalmente entristecida, con lágrimas en los ojos.

¿Separarnos? Traga saliva y se limpia las lágrimas. No va a llorar. A Kairi no le gustaba oírla llorar. Decía que sus berreos son molestos. Así que no va a llorar. Pero hay algo que no puede controlar.

Antes de que Kairi se aleje con Zack, Akira sale corriendo hacia ellos, haciendo tintinear los cascabeles de su bara, y se cuelga del cuello de Kairi, abrazándola con fuerza. Pero sin llegar a asfixiarla. Todos somos conscientes de la fuerza de la gata blanca.

Nos veremos enseguida. Avisame con la bola cuando estéis con ellos. Ten cuidado, ¿vale? No dice nada más, se da media vuelta y corre hacia Bryan, procurando que Kairi no pueda llegar a distinguir el par de lágrimas que ahora sí han logrado escapar al autocontrol de Akira.

Miró la escena con un deje de tristeza, incluso cuando recibió el golpe de vara de Kairi... no se inmutó, se puso la mano a la cabeza y esbozó una franca sonrisa, para nada chulesca - Vaya... esta vez me ha dado con más fuerzas que de costumbre...

Cuando Akira vuelve con ella, le pone una mano en la cabeza y le acaricia el pelo, levanta el brazo, y sonríe, guiñando un ojo - ¡Portaos bien, parejita! ¡E ir con cuidado! - exclama sonriendo, abrazando ahora a la gata blanca que se pone a llorar.

Antes de desaparecer entre una ráfaga de viento, Kairi levanta la mano con la bola de cristal recién adquirida y la zarandea levemente... y sonríe para despedirse de Akira levantando la mano. Solo queda polvo moviéndose allí dónde han desaparecido... parece que cada vez sois menos.

Evelyn, realmente muy desanimada por lo ocurrido hasta el momento observó con tristeza la escena.
Cuidaos mucho...Se despidió de Zack y Kairi antes de que se alejaran.
Desde que entraron en el bosque, se encontraba desanimada, y con el incidente de Max...Ya no volvía a estar risueña y las orejas en alto como antes.
Aun así hizo su mejor esfuerzo para facilitar la despedida.

Tras irse Kairi y Zack, se giró hacia Akira y Bryan. ¿Y nosotros que haremos ahora? ¿Esperarlos? Miró a ambos sin mucho ánimo. No me gustó que se fueran...¿Pasaremos mucho tiempo separados?

Enarcando na ceja por la situación, no abre la boca durante todo el tiempo hasta que Evelyn hace la pregunta al aire. Reaccionando por fín, respondo con poca convicción Lo dudo... tenemos algo muy importate que hacer y no creo que nunca estemos demasiado tiempo en el mismo lugar... ¿Más gente?... ¿de nuestro mundo?... me pregunto si vendrán del mismo tiempo que nosotros

Akira se limpia las lágrimas antes de girarse de nuevo hacia vosotros con una animada sonrisa en sus labios... aunque su mirada seguía teñida de tristeza.

Nosotros seguiremos nuestro camino. Si han traído a otro grupo es porque las cosas se han puesto realmente complicadas, así que tendremos que esforzarnos más que nunca. Pero eso ya será mañana. Hoy iremos a la posada de Ciudad de oro a dormir sobre un colchón blandito. ¿Qué os parece? Sonríe animada. No va a dejarse vencer por el hecho de estar separada de Kairi por primera vez en toda su vida. Y piensa daros ejemplo para que no lo hagáis vosotros tampoco.

Mira a Bryan. ¿Podemos permitirnos ese lujo, verdad?

Esboza una sonrisa, se orgullece de lo que ha decidido Akira y asiente con la cabeza.

Sí, venga, vayamos a la Posada a tomarnos un buen festín y a dormir sobre blando... mientras los otros dos pringados a saber dónde estarán... ¡jajaja! - exclama, para animar el ambiente - Vamos chicos, moveos.

Se coloca las manos detrás de la nuca y empieza a andar hacia la taberna, esperando que los demás le sigan.

Tras la escena algo dramatica , con la llegada de los demas , la despedida , aquello que ami entender era un hada y la idea de dormir mas mi mente sufre algo parecido a una esguince mental , no se si sentirme triste o feliz....

Vamos a la posada....un dia es un dia...

En mi cara se muestra una mueca sonrisa..

Echando a caminar con lentitud y parsimonia tras Akira y Bryan, miro a mis compañeros e intento 'arengarlos' Vengan chicos, que está noche no tendremos que dormir de forma incómoda y podremos comer con tranquilidad... Miro de reojo a los 'guías' Puff, espero que este par de tarambanas no nos metan en ningún embrollo...

Evelyn asintió y siguió a la pareja de ancianos.
Cada vez somos menos...
Todo lo ocurrido recientemente la había dejado visiblemente apagada y triste.
En su cabeza aún tenía miles de ideas sin ordenar y ens u corazón heridas abiertas...

En un tono extremadamente bajo, a la chica-puma, con un dejo en la voz que denota mucha preocupación por ella y poco cuidado por disimularla Dime, cielo... ¿que te ocurre? Pareces muy serena y desanimada...

Con un gesto calculado, me pongo las gafas de sol pues, aunque sea temprano y no moleste todavía el astro rey, prefiero llevarlas puestas.

Andando cerca de Evelyn, con un gesto calculado, me pongo las gafas de sol pues, aunque sea temprano y no moleste todavía el astro rey, prefiero llevarlas puestas.

No tardáis en llegar a la taberna, está bastante llena de gente charlando y gritando, y sobretodo riendo... podéis ver gran cantidad de orejas y colas, incluso cuernos, y alguno con alas... pero estos se mantienen apartados para no incordiar. Beben líquidos de diferentes colores y chocan las jarras entre sí derramando dicho líquido... hay algunos niños que se meten por entre las piernas de la gente, incordiando y molestando, pero nadie les dice nada. Es más, parece que nadie tenga problemas ni preocupaciones... una extraña sensación que os alivia por completo.

En la barra está el tabernero, en un inicio parece un humano total... hasta que sale unos instantes de la barra para mostrar cuatro patas y una larga cola... de caballo. Esto, en vuestro mundo sería un centauro, pero os imagináis que aquí es considerado caballo en su totalidad. Bryan se acerca a hablar con él, le explica algo y os señala... y el tabernero adopta una postura de tranquilidad mientras asiente.

Cuando Bryan vuelve, Akira ya está charlando con un grupo de gente y riéndose.

¡Tiene dos habitaciones libres! - exclama el chico león, para que lo escucháis, después de coger a Akira de la falda y arrastrarla hasta dónde estáis todos - ¡Pero ahora iremos a dar una vuelta por las tiendas y a comprar lo que nos haga falta para el viaje!

Evelyn iba a responder incómoda al lobo pero escuchó a Bryan y asintió.
Vayamos... respondió deviando la mirada hacia todo el tipo de 'gente' diferente.

Algo cortado inicialmente, aunque parezca mentira, rápidamente recobro el 'estado natural' para evitar dar impresiones negativas sobr un servidor. Tras echar una mirada en derredor al local, observando la 'fauna' me acerco a mis compañeros y 'mentores'. En tono neutro, incluso ligeramente algo bajo, pregunto ¿Ir de compras?... Una duda que me ha roído la cabeza desde que supimos a los que veníamos... ¿Cuanto tiempo, de primeras, creéis que vamos a estar de viaje? Para saber, más o menos, lo que podríamos necesitar...

Tras dejar caer la pregunta al grupo, murmuro divertido y de forma algo pícara No se me ha olvidado que te debo un regalo, cielo... el ovillo de lana prometido...

Akira, que saludaba y sonreía a un grupo de chicos zorro, es arrastrada por Bryan de nuevo hacia vosotros mientras se despide de sus interlocutores moviendo la mano.

¡Sí! ¡Compras! Da un par de palmaditas, ilusionada. Se lleva un dedo a la barbilla... Pues... el viajecito no sabemos cuánto durará, pues no estamos seguros del lugar en el que tienen secuestradas a las Mokonas, pero... La siguiente ciudad donde podremos volver a comprar es... Ciudad Argenta, que está a unas 2 semanas a pie. Comenta distraida. Luego vuelve a miraros a vosotros. Pero por el camino tenemos diferentes paradas entre casas de ancianos y pequeños pueblos donde seguro que nos ayudarán, no os preocupéis... Sonríe con dulzura, pues sabe que el camino será largo y pesado todavía.

Os da un repaso a todos y luego, levantando un puño, exclama.

¡Vamos a comprar! Y dicho esto sale por la puerta, entre dando saltos, balanceando los brazos, pero... con la cola completamente baja y quieta tras de sí.