Partida Rol por web

Por la mañana temprano, Amanda sale a correr pues la despeja bastante hacer deporte.
Darren, enfadado tras otro momento de locura decide salir a echar unas canastas al campo que hay cerca de su casa, mientras juega, una chica pelirroja, algo deteriorada pues anda como un zombie tras haber pasado toda la noche borracha y siendo sinceros, sin tomar ni hacer nada cristiano, (xD) camina cerca de la cancha.

La parte buena del madrugón al que le habían sometido es que tenía la cancha para él solo. Aunque la mitad de la diversión era ver jugar a otros, no con la vista en el balón precisamente. Así que, tras lograr encestar un triple al sexto intento, se pregunta qué hacer ahora. Entonces detecta a una chica que camina automáticamente, bastante perjudicada.

Laza el balón contra la valla para hacer ruido cerca de ella y lo coge al rebote, acercándose a ella.

-Oye “caminante”* ¿Estás bien? ¿Necesitas que te ayude a llegar a una fuente con agua? ¿O que llame a alguien? ¿Te traigo un cerebro para comer?

Tras despertarse temprano en el salón de una casa que no conocía, con gente de la que no recordaba nada y con la ropa interior solamente puesta, buscó el resto de ropa, intentando no despertar al resto de gente que dormía allí; tras encontrarla, bastante sucia, se vistió y salió sin despedirse de nadie, no recordaba nada, a nadie, simplemente se sentía cansada, y para no variar, perdida.

Caminando intentando llegar a su casa, metió su mano en el bolsillo del pantalón y no tenía dinero, rebuscó en su bolso y tampoco tenía nada, ni tabaco, -Genial, me han robado- Pensó mientras caminaba hacia una cancha de baloncesto. Tras llegar a ella, escuchó a uno de los chicos que jugaba allí decirle algo, se paró y le miró con media sonrisa en la boca, pues por su estado no sabía si discutir o aprovechar que le ofrecían algo de beber.

-Un cerebro no me vendría mal, pero el tuyo no me vale, demasiado pobre. - Soltó una pequeña risa echándose el pelo hacia atrás y se encogió de hombros. -Aunque no rechazaré una botella de agua.

Darren no era una persona especialmente altruista, pero conocía perfectamente el estado en el que se encontraba la chica. De hecho era raro que él no estuviera en el mismo, siendo ayer día de salir. Así que se decide a hacer una mini-buena acción.

-Tienes razón, pasarías mucha hambre. Espera un momento. Mejor no dejes que el sol te dé en la cabeza.- Se macha hacia la tienda de la esquina. Él odiaba el sol, después de una noche de fiesta abrir la puerta y descubrir que ya había amanecido era lo puto peor.

Regresó junto a la chica, con un botellín de una bebida isotónica y una bolsa de plástico con unas chucherías en forma de cerebro. –¿Mereció la pena? ¿O no recuerdas nada?

Se sienta en el suelo mientras el jugador de la cancha camina hacia una tienda cercana. Estando sola se mira y ve que lleva unas pintas horribles, por lo que empieza a sentir verguenza si alguien que conoce aparece por ahí.

Rebuscando en su bolso encuentra el móvil, bastante lógico, pues el zapato que tiene a nadie le interesa robarlo; en él ve varias llamadas de su madre. -Que la jodan- Piensa apagando después el aparato.

Cuando el chico llega con una bolsa de chucherías y bebida le sonríe.

-Eh, gracias, de veras, además, me encantan estas golosinas. -Coge una y come mientras piensa qué contestarle a su última pregunta.

-Recuerdo cosas, pero no sé quien era la gente con la que estuve, ni por qué me he despertado así. -Da un trago  a la bebida y extiende el brazo ofreciéndole también a él.
 

Siempre me había gustado hacer deporte. Antes era algo obsesivo, prácticamente enfermizo. Aunque claro, eso era debido a todo por lo que paso... Aunque ahora era algo que, simplemente, la liberaba. Salir de casa por las mañanas, cuando el sol todavía no ha alcanzado su punto álgido y las calles siguen dormidas. 

Seguí la misma rutina de siempre. Me levanté, me puse un chándal y bebí un vaso de leche. Antes de salir de casa cogí las llaves, el móvil y unos auriculares, y salí intentando no hacer mucho ruido para no despertar a mi madre, que anoche volvió tarde tras su turno en el hospital.

Una vez fuera conecté los auriculares al móvil y entré en la biblioteca de música. Seleccioné una canción de Bastille, Things We Lost In The Fire y puse la reproducción en modo aleatorio. 

Dejé que mis pasos me llevaran allá donde quisiera y, mientras tanto, pensé en la noche anterior y la gente a la que había conocido. Cuando recordaba la hostilidad de Jules hacia mí, no podía si no sentirme algo incómoda. Me pregunté qué fue de Ashley. Y visualice los ojos de Scott; tan azules...

Entonces llegué a una cancha de baloncesto en la que habían dos personas. Un chico y una chica pelirroja que me sonaba de algo se encontraban a un lado, junto a la valla. Reflexioné e intenté ubicar a la pelirroja.

—¡Ah, joder! —susurré para mí misma—. Si esa es la otra pelirroja que estaba en el bar.

Tras pensármelo un momento, me acerqué a ellos. 

—¡Hola! ¿Tú estuviste ayer en el bar, verdad? —dije, refiriéndome a la chica—. Me suena haberte visto por ahí cuando vino la policía.

Mientras hablaba con el chico y comía sus chucherías favoritas, escuchó la voz de una chica; tras ello se giró y vio a una de las jóvenes a las que les dio un cigarro la noche anterior, en ese momento, le vinieron unos recuerdos a la mente, pero los ubicaba demasiado lejanos al resto de la noche.

-Hola... Sí, creo que te vi ayer por la noche en un bar, y bueno... No recuerdo si me presenté o no, y la verdad que no me hace mucha gracia presentarme con estas pintas que llevo ahora- Pensó avergonzándose -Soy Dafne, Defi si os gusta más, y bueno, así aprovecho y me presento a los dos. - Encogió los hombros y sonrió tímidamente.

y extiende el brazo ofreciéndole también a él.

Darren toma un trago también. Sonriendo ante la historia o más bien no-historia de lo ocurrido anoche.

-Si no recuerdas nada es que estuvo divertido y salvaje- Sonríe, imaginándose toda clase de fiesta fuera de control -Y si, además, te levantas con la ropa interior de otra persona puesta es que fue ya fuera de escala- Bromea.

Una deportista se une a ellos, parece ser que estuvo en el comienzo de la no-historia. -Yo me llamo Darren- Se presenta. -¿En qué bar estuvisteis? Parece que hay una historia divertida sobre lo ocurrido. Tendré que pasarme por allí la próxima vez que salga.

Sonreí tanto a Darren como a Defi y me agaché a atarme los cordones de las deportivas. Mientras tanto, escuché a Darren preguntarnos dónde estuvimos ayer. Volví a ponerme en pie y le expliqué dónde estuvimos.

—Estuvimos en un bar cerca del puerto. Vino la policía y desalojó el garito un rato. Algunos coincidimos fuera y, cuando nos dejaron volver a entrar, algunos nos juntamos y otros se desperdigaron por ahí —. Mirando a Defi, le pregunto—: ¿Qué hiciste cuando volvimos a entrar?

Asintió tras las palabras de Amanda.

-Así es, yo me fui a fumar con una chica, luego nos quedamos ahí, se unió más gente... ¡Un coche! -Se sorprendió tras haber recordado una parte de la historia.

-Recuerdo que un chico nos dijo de subir a su coche, y ya ahí vuelvo a tener lagunas. -Se encoge de hombros mirando a sus acompañantes. -¿Y vosotros qué hicísteis?

No le avergüenza confesar que su plan fue bastante más aburrido que el de ellas. -Yo anoche me quede en casa, jugando a la consola y fumando hierva hasta quedarme dormido.

Alcé las cejas, divertida.

—Bueno, ¿te acuerdas de la del pelo rosa? Estuvimos ella, su hermano, otro chico y yo tomando algo en el bar, aunque luego nos fuimos a una discoteca. Pero ahí perdimos a la pelirrosa, así que estuvimos su hermano, el otro chico y yo en la barra —dije antes de mirar la pantalla del móvil, que se acababa de iluminar; mi madre me había mandado un mensaje diciéndome que hoy volvía al hospital a hacer horas extra. Suspiré y seguí explicando—. Luego el otro chico me llevo en coche a mi casa y ahí se acabó la noche. 

Escuché el resumen de la noche de Darren y solté una carcajada.

—Buen plan, sí señor.

Ríe tras escuchar el comentario de Darren. -Pues no creas que yo soy muy de salir hasta perder el conocimiento eh, todo lo contrario... De hecho creo que estoy en esta situación justamente por no saber beber. Se encoge de hombros y da otro trago a la bebida isotónica.

-Pues salir y beber es de las pocas cosas entretenidas que hay en esta ciudad. ¿Qué haces de normal para entretenerte?

Bueno, en realidad soy una rata de biblioteca, me suelo quedar en casa leyendo y demás, aunque si salgo bebo con moderación, no como esta noche en la que seguramente haya hecho el imbécil más que otra cosa.
 

-Bueno perder la cabeza de vez en cuando está bien, sobre todo en verano. ¿Qué sueles leer?- Pregunta con curiosidad, deseando que la respuesta no sean novelas románticas o alguna patochada similar.
 

-Pues... - Alza la mirada hacia arriba pensando en la mayoría de libros que se ha leído.

-Los de aventura y fantasía me fascinan, aunque he de admitir que si tienen una buena historia de amor... Ahí sí que me hacen perder la cabeza.
 

Sacudí la cabeza, algo atolondrada pensando en la noche anterior. Intenté estar atenta al desarrollo de la conversación y comenté:

—Bueno, yo tampoco suelo salir mucho de fiesta. Esto es algo más bien nuevo para mí, a decir verdad... Y yo también disfruto con un buen libro entre manos —asentí ante el comentario de Defi.

Entonces se me ocurrió una idea. Una posible gran idea. 

—¿Qué os parece si venís a mi casa? Mi madre ha salido a trabajar. Y tengo aspirinas e ibuprofenos y cualquier tipo de pastillas que necesites para la resaca, Defi —dije riendo.