Partida Rol por web

-Si reunimos todo lo que tenemos, o lo que pensamos...- Salina paró un momento para no olvidarse nada - Sabemos que el asesino tiene algún tipo de relación con el trigo, porque había paja en ambos escenarios del crimen. También sabemos que lo James Elmore al menos lo conocía, porque le abrió la puerta de su casa. Lo malo de estas dos pistas es que en Ashville todo el mundo se conoce, y los campos de trigo no son precisamente escasos. Al menos podemos suponer que el asesino es del pueblo. Lo que nos lleva a algo más: sabemos que Lewis está enterado de todo, por lo que el asesino debe mantener contacto con él. Si es por teléfono nos podrán decir el número, y si iba en persona...No creo que en un pueblo como este haya demasiadas personas que viajen continuamente, y menos en un viaje tan largo como el de ir a la prisión, ¿no creéis? Podríamos informarnos sobre eso. Y en cuanto a cabos sueltos, tenemos la hoz del pobre anciano que compramos para poder analizar, estamos esperando la información sobre Lewis que Dwight ha solicitado, y Peter ha ido a hablar con el hijo del párroco. ¿Algo más?

Sentado en la oficina, repasaba la información en su cabeza, una y otra vez. La similitud de las muertes, excepto la del párroco, quien no había sido herido... la del párroco...

Si no fuera por la foto Polaroid, y la llamada de Lewis no se podría haber relacionado, sin embargo, si realmente fue el asesino, ¿por qué no fue atacado? Es más, sufrió un paro cardíaco. 

- El párroco no fue precisamente asesinado... creo que murió del susto.- Mencionó, casi como si pensara en voz alta.- Tendría sentido. El asesino entra a la parroquia y se encuentra con el señor Benson, el párroco, por razones que desconocemos, sufrió un paro cardíaco al verle. ¿Pero como? Eso me hace pensar que conocía al perpetuador de los crímenes, y la presencia de él, imagino con el arma, fue suficiente para asustarlo de tal forma que su corazón no resistió. Ahora, es una hipotesis un tanto simple, pero lógica a mi parecer. Si hubiésemos conectado el caso antes de que sucediera, creo que podríamos haber encontrado más paja cerca del cuerpo del párroco. En este punto, necesitaríamos una lista de todos los granjeros que trabajan con trigo en este pueblo. Puede que sea una lista extensa, pero ya será algo.

Peter mira alrededor de la sala Simpson. Aunque ha localizado a su objetivo a la primera, siempre le gusta dar un segundo vistazo al entorno, sólo por si acaso. Parecía una noche cualquiera en su pueblo, una de esas de morirse de aburrimiento, donde hay nada interesante que hacer más allá de ver el partido en la tele mientras te bebes unas cervezas con los amigos y vecinos de toda la vida.

El joven marine camina con calma, se acerca a la barra y pide una cerveza. Con la jarra en la mano se acerca a la mesa del chico del párroco.

-Te importa si me siento aquí? Beber solo es de indios cabreados...- dice socarronamente. Es algo que de donde Peter viene se dice mucho: cuando querías compañía para beber y no parecer el borracho del pueblo ni una nenaza sentimentaloide.

John escuchó pacientemente la opinión de sus compañeros, asintiendo cuando veía necesario.

-Sí, todo apunta a lo que decís vosotros, alguien que conocía a las víctimas, que tiene una granja o pasa gran parte de su tiempo en una- también cabía la posibilidad de que la dejara adrede para desviar la atención, pero de momento John quería confiar en que no era así- lo que hace ver que la víctima es de por aquí. Las últimas horas hacen ver una posible relación entre el párroco y los asesinatos. Si creemos al médico, ha sido un infarto. Por desgracia no tenemos nada que nos haga sospechar que éste mentía o que no hace su trabajo correctamente.

Eso era lo que tenían, ahora tenían que seguir.

-No es que tengamos muchas opciones- miró a su compañero Jules, que era el más puesto en los temas de analítica- nos queda analizar  la hoz y el líquido que el viejo nos dio. No sé si hallaremos algo, pero debemos hacerlo. En cuanto a lo del párroco, tenemos dos opciones, suponer que su causa de la muerte ha sido un infarto o analizar el cadáver por nosotros mismos. Ambas opciones tienen algo de malo y algo de bueno... si realmente es un infarto y no tocamos el cadáver no perderemos tiempo y no nos enemistaremos con los familiares. Pero si no ha muerto por causas naturales...

No quería pensar en esa posibilidad, aunque algo en el fondo de su instinto le decía que podía ser así.

-Y vosotros, chicos, ¿qué opináis sobre ese asunto? ¿o queréis esperar a Peter para ver qué nos cuenta y decidir todos juntos. Y mientras, podríamos analizar lo que Hill nos dio, a fin de cuentas, pagamos con creces esos objetos.

-Es un país libre... - Contestó el hombre con una nota de ebriedad en la voz.

Hizo bailar el vaso en su mano para que se movieran los hielos entre el whisky mientras clavaba en ellos sus ojos y su mirada perdida, era como si tratara de encontrar en ellos las respuestas que no lograba encontrar en su vida. Ni siquiera se había percatado del aspecto del desconocido que le pedía permiso para sentarse a su lado, no le importaba mucho quien fuera. Seguramente otro que venía a ahogar sus penas y que se iría más tarde o más temprano mientras él seguía allí buscando respuestas en el fondo de esa copa.

Mira a John, un tanto cansado. Quiso cuidar bien sus palabras puesto que probablemente sonarían peor de lo que realmente quería decir.

- La verdad, creo que no hay motivos para creer que el párroco haya muerto de causa "natural". Identificar una muerte por paro cardíaco es sencillo, ¿por qué habría de mentir el médico local? Ya le sacamos todo, y además de ser un gallina, dudo que oculte algo más. Creo que encontrar la causa de muerte no es necesario, lo importante es saber que le causó el susto al párroco.- Dijo esto ultimo, casi convencido de alguien había aterrorizado al hombre, era la única explicación lógica que encontraba.- Además, conseguir una orden para exhumar el cadáver puede llevarnos más tiempo del que disponemos. Si no nos damos prisa, puede que el asesino cometa otro crimen para burlarse de nosotros.- Negó con la cabeza, aún analizando las pistas que tenían no conseguía nada. Algo se les escapa, algo gordo.

- Iré a hablar con el médico para revisar las notas del registro de deceso. 

Peter aposenta su culo en la silla que hay enfrente del chico y deja la jarra sobre la mesa sin mediar más palabra. Le mira con calma y detenimiento aunque bajo una postura de informalidad para disimular, no quería que se pensara que era algún tipo de pervertido sexual.

-Oye, tú eres el chico Benson no?- dice de repente, de forma casi casual, tras dar un par de tragos de cerveza.

-Sí. -Dijo alargando la palabra más allá de su pronunciación como si le costara pronunciarla.

Que le llamara por su nombre había conseguido provocar que el muchacho levantara la vista del vaso y se girara lentamente hacía Peter, entornando los ojos con dificultad para tratar de enfocarle mejor.

-Terence. -Añadió después. -¿Le conozco?.

-No, soy Peter. Eres el hijo del párroco verdad?- continua preguntándole. El muchacho Benson parece muy borracho pero su reacción al llamarle por su nombre le deja claro a Peter que no lo está suficiente como para que aquella conversación sea inútil del todo. Si el chico bebía estaba claro que era porque sentía algún tipo de culpabilidad o remordimiento, nadie se maltrata de ese modo si no es por algo así.

-Acabo de ver a tu madre, está muy tocada... - continua con la conversación, a veces hay que dar muchos rodeos para llegar al punto que se quiere -Entiendo por lo que estais pasando, yo también estuve ahí. Le encontraste tú?

Terence agachó la cabeza con remordimientos y sentimientos de culpabilidad cuando Peter nombró a su madre. Dejó vaso en la barra y soltó el aire con un largo suspiro.

-Joder... Le ha dicho ella que venga a hablar conmigo, ¿verdad?. - Negó con la cabeza y volvió a suspirar. -No... yo no.. lo encontró ella. -Los ojos se le pusieron vidriosos y empezó a sollozar.

-No es justa... La puta vida no es justa. ¿Por qué a mi?. -Alzó la cabeza al cielo como si se dirigiera a alguien allá arriba, tal vez al Dios mezquino del que dicen que depende nuestro sino. -¿Por qué a mi, eh?. Yo nunca hice nada malo, joder. -La gente en el bar empezaba a mirarles y Peter se dio cuenta de que Terence estaba muy borracho. -Joder, yo la quería...

Peter inclina afirmativamente la cabeza ante su pregunta de quien le manda.

-Es una buena mujer, se preocupa, las madres son así, sufridoras -se encoge de hombros -Porque crees que Dios te está castigando? Tu padre era un hombre de fe que murió de un infarto, poco podía hacerse...- responde Peter en tono despreocupado. Entonces cae. "Yo la quería? No recuerdo que ninguna víctima fuera mujer...", se queda pensando por unos segundos mientras da un par de tragos más a su jarra de cerveza.

-A quien querías? Si no es mucho preguntar...

La mirada desesperada del hijo del párroco se junta con la del agente del FBI como si el primero hubiera encontrado un confidente en el segundo. Parecía que Peter le había caído bien, y respondió a su pregunta y se dispuso a contarle su trágica historia de amor, aunque Peter no se la hubiera pedido.

-A Joanne Baker. -dice entre lágrimas. -Aún recuerdo cuando llegó desde Joshua Tree con tanta decisión... Me enamoré de ella en cuanto vi a esa chica extraña que no se dejaba intimidad por nadie. Yo... bueno, yo no era tan valiente como ella. Mi padre era un hombre duro y recto, siempre tenía que medir mis palabras para no pecar y cuando Joanne llegó no pude resistirme a su carácter tan fuerte y a esa manera suya de ser, nunca se lo pensaba dos veces si tenía que decir una verdad a la cara.

Terminó su copa y pidió una cerveza, tenía dibujada una etílica sonrisa en la cara mientras recordaba todo aquello lo que demostraba que todavía estaba enamorado de ella.

-La ayude a integrarse en Ashville, sabe. Y poco a poco pasamos de pequeñas citas esporádicas a algo más importante. Estuvimos juntos casi dos años. Dos maravillosos años... Pero hace cinco meses todo terminó. Maldita sea. Las mujeres son tan... -no encontraba la palabra adecuada y pensó un segundo -¡raras!. Ella quería ir a un concierto a un pueblo cercano, era su noche libre, pero le insistí en ir a cenar a casa con mis padres, como hacíamos cada tercer domingo de cada mes. Discutimos... y... ella decidió que lo mejor sería seguir como amigos antes que herirse de verdad... -Soltó un bufido. -¿Seguir como amigos?, cómo podía volver a ser su amigo después de todo lo que había pasado, ¡yo la quiero!. -Agachó la cabeza y dio un trago a su nueva bebida recién servida, después clavó su mirada perdida en el brebaje. -Pero no tuve valor para oponerme.

-Sé que tengo que madurar y buscar mi propio camino, siempre me han dominado los demás: mis padres, Joanne... Pero me aterroriza hacerlo. Sé que no podré rehacer mi vida sentimental... Y... y... cuando... mi padre... -Las lágrimas volvieron a su rostro. -Lo de mi padre es un mazazo que no puedo aguantar.

La Sheriff, esta mujer tiene una vida muy activa... piensa para sus adentros Peter. Escucha con paciencia la historia personal de amor del muchacho, le recuerda a la suya propia. Al menos tenían algo en común, no haber superado su última relación sentimental por culpa de un asesino.

-Te entiendo, yo también pasé por algo similar... cuesta seguir adelante pero no queda otra- responde el joven, en el fondo le da un poco de pena el hijo del párroco.

-Yo salgo a correr todas las noches, me ayuda a no pensar- añade éste -Lo de tu padre fue muy repentino, supongo, siempre lo es...

Terence no dijo más pero asintió con lágrimas en los ojos a las últimas palabras de Peter. Alzó su copa hacía él para brindar y chocó el vaso con el suyo. Parecía que el agente del FBI le había caído bien, y lo único que había hecho era comprenderle y escuchar su triste historia de amor.

-Por los que ya no están. -Dijo como brindis, y dio un largo trago a la cerveza.

Peter levanta su jarra y responde al brindis ofertado por el chico del párroco.

-Por los que ya no están- recita del mismo modo. Bebe otro trago. No parece mal tipo, sólo un poco flojeras, la religión es muy mala para según que cosas.

-Oye no sabrás por un casual si tu padre era muy amigo de Elmore y Bale, no?- lanza el joven el sedal por si algo pica.

-Los ahorros de mis padres están en el Banco Agrario Benk y solía tratar con el señor Bale. Además ambos solían venir a la Iglesia y bueno... Ashville es pequeño. Aquí todos te conocen... Por desgracia. -Añadió como valoración personal.

-Sí, sé que es vivir en un pueblo pequeño, yo también vengo de un sitio parecido. No hay intimidad y todo el mundo cree que tiene derecho a meterse en tu vida y en tus relaciones, me equivoco?- contesta Peter, riendo un poco por lo bajo al acordarse de como era su vida en casa, hasta el último de sus vecinos se creía capaz de opinar sobre su vida. En parte fue uno de los motivos por los cuales se alistó, para perder de vista todo aquello.

-Tu padre había tenido algún intento de ataque al corazón antes? No parecía muy mayor...

Al mencionar a su padre el joven volvió a hundir la mirada en el vaso y con tristeza en la voz contestó tratando de superar el dolor del recuerdo del párroco.

-Sí... había tenido problemas de corazón con anterioridad. La última crisis la tuvo cuando... bueno... cuando Joane y yo cortamos y me vio... borracho. -Suspiró.

Jules aprovechó para ir a compartir impresiones con el doctor Stevenson a cerca de la muerte del párroco. El doctor había sido quien acudió a la llamada de Mary Benson cuando ésta encontró muerto a su marido. Cuando el doctor Stevenson llegó a la iglesia pudo confirmar su muerte, y en el posterior análisis de las causas pudo dictaminar que el párroco falleció de un infarto.

-Sin embargo... había algo que no encajaba. - Le confesó a Jules. - La expresión en el rostro del Padre Arthur era muy extraña... Los músculos faciales aparecían tensos y las pupilas ampliamente dilatadas. No se lo he dicho a nadie... pero entre nosotros, yo creo que el párroco murió por una fuerte impresión emocional. Tal vez miedo...