Partida Rol por web

Llegaste a la escuela temprano, tal  y como te indicó Karasuma el día anterior. Hoy tendrías que entrenar con el para perfeccionar tus movimientos. Estabas seguro de que te ayudarían a acabar con Korosensei…aunque ninguno de tus compañeros apenas habían conseguido hacerle un rasguño, excepto Karma.

Karasuma te estaba esperando en el patio detrás de la escuela, vestido con una camisa, sus pantalones de pinza y sus zapatos. No parecía sentirse incomodo vestido de esa manera.

-Buenos días.-Declaró con voz grave al verte llegar.  

El gobierno te mandó a buscar hace apenas unos días, aunque no pudiste unirte al curso hasta ahora.

-Necesitamos ayuda con un asunto algo…especial. Un ser del espacio que quiere destruir la tierra, pero además de eso quiere ser profesor de una escuela, tu eres un crio a vista de todos, no tendrás problemas para eliminarle mientras esta dando clase…además, no puede dañar a ningún alumno, esas son las normas de la escuela.-Te explicó el hombre trajeado y con gafas de sol.-Entrarás como un alumno más a Kunugigaoka y cumplirás tu objetivo

-Si todo va bien te harás con una recompensa enorme, tanto dinero que no te hará falta trabajar en toda tu vida…y te servirá para hacer lo que quieras, aunque solo hay una pega. Mata al pulpo y el dinero será tuyo.-Ordenó antes de frenar el coche y abrirte la puerta para que salieras.

Ahora te encontrabas frente a la escuela con el resto de alumnos de ella, todos serían tus nuevos compañeros de clase este curso.

Otro día más en vuestra escuela, otro día más de intentar asesinar a vuestro profesor y…de aprender.

Korosensei de seguro os estaría esperando metido en clase con algún tipo de entrenamiento especial o alguna manera extravagante de daros clase. Incluso podíais escuchar su extraña risita desde  fuera de la escuela.

-Nurufufufu…

Hoy había un nuevo chico entre vosotros, un muchacho de cabello negro azabache y con pinta de duro.

El madrugar más de lo normal no supuso un esfuerzo excesivo para Ginzo. Si algo había entrenado más que su habilidad con la espada era su voluntad, recta y dura como la espada más fuerte concebida. El chico dejó el desayuno preparado para su madre antes de salir junto con una nota explicando que acudía a clases extracurriculares. Si elimino a Korosensei podré darle a madre la vida que se merece, piensa Ginzo mientras camina paso tras paso hacia la escuela. Es el principal incentivo que tiene para intentar matar a su extraño profesor después del obvio de salvar muchas vidas, la de su progenitora incluida.

Al llegar al lugar el chico hizo una reverencia respetuosa a Karasuma.

- Mil gracias por su tiempo, Karasuma-sensei. Estoy listo para comenzar cuando me lo indique. He traído ropas adicionales por si fueran requeridas. - El chaval lleva una bolsa de deporte con ropa cómoda para sustituir su uniforme si hiciera falta, además claro está de su maleta con sus libros para las lecciones del día.

El hombre asintió con solemnidad

–Muy bien, me alegro de que hayas venido, y no te preocupes, estas clases son por el bien de los demás alumnos y del mundo, aunque hoy no hará falta ningún tipo de muda diferente, empezaremos con un entrenamiento más que básico.-Karasuma asintió ante sus propias palabras.

-Treinta vueltas al patio serán más que suficiente para calentar, vamos, correré contigo. –Exclamó mientras ladeaba la cabeza un par de veces, provocando que su cuello emitiera una serie de crujidos que parecían cuanto menos dolorosos.

Ginzo asiente - ¡Iosh, sensei! - Y sin más preámbulos hecha a correr tal y como se lo indica Karasuma.

Lo cierto es que el muchacho se emociona un poco más de la cuenta al principio. Es el comienzo del día y está lleno de energía y emoción por el entrenamiento, lo que le lleva a apretar el ritmo algo más de la cuenta. Sus piernas se mueven con velocidad y agilidad, ya que Ginzo es s fin de cuentas un deportista, y recorre las primeras vueltas a un ritmo elevado. Esto le pasa factura, claro está, haciendo que pierda el aliento y se agote un poco, enlenteciendo su ritmo posterior. Idiota, piensa para si mismo boqueando un poco para mantener el aliento de manera precaria. Tras un tiempo consigue elevar un poco el ritmo de nuevo, pero solo ligeramente, y tiene la sensación de que no es suficiente en absoluto.

Asentí a las palabras del hombre trajeado y salí del coche. No me interesaba el dinero pero no estaría mal ponerme a prueba intentando matar a un ser del espacio. Me fijé que había unos cuantos alumnos además de mí en la entrada. Los observé unos segundos, mirándoles uno a uno. Suspire, no tenía esperanza de contar con un equipo especial, después de todo son críos, pero parece que no podrán ayudar en nada.

-Hola a todos, soy Arion. No os ofendáis, pero parecéis débiles.- fue todo cuanto dije antes de dirigirme al interior del aula, ya era hora de visitar a mi presa. Aquello no lo dije con mala intención, pero no se podía esperar que unos niños sin entrenamiento pudiesen hacer mucho. Coloqué la mano sobre la katana que estaba depositada en mi cintura y aceleré mi paso por los pasillos hacia el aula.

Empezaba otra mañana, bostezaba un poco mientras me acercaba lentamente andando con la muleta a clases, me había quedado dormido leyendo un libro hasta tarde con lo que estaba algo somnoliento nada más empezar la mañana. Iba sin duda a un ritmo lento pero no podía ir más rápido solo para llegar a clase, salía con tiempo así que no tenía porqué correr, cerca se podía escuchar a koro-sensei reírse -¿que tan fuerte le gusta reírse de esa extraña?- . Había un chico nuevo en el lugar, la verdad es que tras su prepotente frase no esperaba demasiado de él, aún así no me importó demasiado por mucha mala primera impresión además tampoco estaba errado conmigo y eso me molestaba ligeramente. En cualquier caso le saludé levemente con la mano para seguir hasta la clase

Saludé con la mano y un -Bueeeee(bostezo)nos días- para llegar y sentarme en mi asiento, hice un sonido de "placer" por poder sentarme como si hubiese hecho una maratón aunque solo fue el comino de la escuela -debería dejar los libros e intentar hacer algo más de deporte- dejé la muleta apoyada en la mesa. 

Hikari entró a la escuela comiendo una manzana. El día anterior se había llevado un notable en la clase de cocina siendo el hazmerreír de sus hermanos, ¡Pero ese día estaba decidida a dañar a Korosensei!

Hikari dio los buenos días cuando llegó, fijándose en el chico nuevo. ¡Otro con aires de superioridad como el Kermit! ¡Pues no lo iba a consentir!

-Sigue soñando que cuanto más dormido estés más me adelantaré yo -Dijo con indiferencia, tirando lo que quedaba de manzana

Karasuma te miró fijamente al ver que te empezaste a agotar y a quedarte sin aliento, teniendo que detenerte un par de veces…aunque luego conseguiste recuperar levemente el ritmo, aunque sabías que eso no sería suficiente.

A la sexta vuelta tu sensei se detuvo.-No corras más, te enseñaré un sistema para respirar bien y no quedarte sin aliento como ha ocurrido antes.-Lentamente separó las piernas, abrió los brazos y los flexiono. Pudiste ver como respiraba con fuerza por la nariz y echaba por la boca con suavidad.-Lo importante es que entre oxígeno en el cuerpo, independientemente de por donde, es cuestión de eficiencia. Puedes respirar por la boca o por la nariz. El cuerpo necesita aire, al correr intenta respirar de manera moderada, tampoco demasiado porque te marearas o te entrará dolor de cabeza. ¿vale?.-Preguntó mientras volvía a respirar calmadamente.

Mientras descansa tomando aire Ginzo escucha con atención las palabras de su maestro. Claro, ¡la respiración! El aire debe correr por el cuerpo con la misma naturalidad que la brisa por el bosque, piensa el chico recordando los preceptos samuráis del FuuRinKaZan. Ginzo asiente con estoicismo a las palabras de su maestro y se concentra en respirar tal y como le está indicando. Mientras lo hace mantiene los ojos abiertos para no perderse ningún detalle y absorber tanto como pueda de la enseñanza de Karasuma.

- Hai, sensei - confirma para que sepa que ha entendido lo que le quiere decir y la importancia de la lección, que atesorará con cuidado en su mente. No es un conocimiento directamente relacionado con la lucha o el asesinato, no ed una técnica especial o un movimiento secreto, pero es un pilar desde el que construir y mejorarse a si mismo. La montaña no teme al viento no por la altura de las piedras en su cumbre, si no por la solidez de las que forman su base.

Ante el sonido de sus compañeros llegando a clase Ginzo se levanta. Parece que estaba meditando sentado en seiza tras una esquina ¿cuanto tiempo llevará aquí? Nadie le ha visto llegar, así que lo que es seguro es que ha llegado el primero. Tras sacudirse un poco las rodillas se acerca a sus compañeros.

- Ohaiou gozaimasu, Masamune-san, Kuroyami-san - saluda amable pero muy formal, como de costumbre, con una expresión seria y tranquila en el rostro. Tras esto se adelanta y antes de que entre a la clase le pone una mano en el hombro con firmeza a Airon, deteniéndole. El nuevo tiene complexión de deportista y una mirada algo presuntuosa que no agrada mucho a Ginzo. Y la katana por descontado no le pasa inadvertida.

- Ohaio. Bienvenido. Lamento señalarte que las armas tradicionales no están permitidas en el aula. Por favor, depositala fuera. De todos modos no te serviría contra Korosensei. Aparte de eso, ten un buen día. - Y sin más comentarios el chico le suelta y se dispone a dejarle pasar a la clase si deja las armas fuera.

Caminaba el trayecto de caminoa la escuela con calma, se notaba a kilómetrosque veníadormida, pues prácticamente mis ojos estaban casi cerrados. Bostezaba de vez en cuando e intentaba despejarme pero era imposible.

Una vez llegado a la escuela escuchéde fondo a Korosensei, ¿estaría tramando algo para hoy? Ya se verá... Con mi sueño de siempre fui a entrar a la clase pero mi cuerpo se chocó con algo o alguien.

-Perdón...- susurré. Al mirar con qué me había chocado resultaba ser un chico que jamás había visto. "¿Será un alumno nuevo?"

Me eché a un lado para poder pasar y de nuevo me choqué contra algo. Al levantar la cabeza se trataba de Ginzo.

-Lo siento Ginzo...- le dije con mi peculiar voz.-Ah sí, buenos días.- dicho eso pasé por su lado y esta vez me aseguré de no chocar con nada ni nadie.

Caminé hasta mi asiento del final y me senté, miré a los lados y había algunos alumnos. Parecía que había llegado temprano, algo raro, pero eso significaba que tenía más tiempo para dormir.

-Buenos días...-bostecé.-a todos.- dicho eso me coloqué los auriculares y me recosté sobre la mesa.

Llegaba un poco más tarde de lo normal por haberme quedado dormido y por no tener muchas ganas a la mañana de ir a clase. Aun así sería mejor llegar a tiempo si no quería que el pulpo viniese a mi casa a levantarme todos los dias o algun disparate similar que se le ocurriese.

Al llegar a clase saludé a todos los que había dentro, pude ver como había un nuevo alumno, seguramente otro que había sido mandado aquí por algun motivo extraño de los profesores. Vi como Ginzo se le acercaba para decirle que no se podían portar armas, y fue entonces cuando me di cuenta de que no podía ser alguien del colegio, seguramente sería algun tipo que había entrenado en "el noble arte de la espada" y ahora se creería invencible por el exceso de testosterona. No pude evitarme reirme un poco cuando empecé a imaginarmelo intentando darle a korosensei con la katana.

Como el profesor no había aparecido me senté en mi sitio y puse los brazos sobre el pupitre para luego apoyar la cabeza en ellos y aprovechar un poco mas el tiempo de la mañana y descansar.

Karasuma asintió con firmeza.-Muy bien, en ese caso mejor que continuemos mañana con las clases. Ahora aprovecha para descansar e ir a clase, no te entretengas, piensa en lo que te he enseñado y mañana volveremos a entrenar. ¿Vale?.-Preguntó cruzándose de brazos y mirándote fijamente a los ojos.

Parecía que la clase aún tardaría un poco en empezar ya que faltaba alguna gente por entrar a la clase así que saqué uno de mis libros que me gustaba leer, continuaba por donde dejé un pequeño marca-páginas para escuchar la voz de Ginzo dando los buenos días, -Buenas- dije mientras le saludaba con la mano, más tarde entraba algo más de gente dentro de la clase la cual era recibida de la misma manera.

Leyendo el libro encontré algunas buenas ideas para hacer alguna trampa para korosensei, la verdad es que desde charle sobre ello con Nakamura más veces buscaba sobre ellos en libros o pensaba en diferentes cosas, no estaba del todo seguro el motivo pero tenía ganas de continuar teniendo oportunidades de atrapar a korosensei pero quizás pensaba en algo ¿más divertido?

En cualquier caso espere a que llegare Nakamura para enseñarle la idea que estaba en el libro, quizás a ella no le pareciese tan buena idea o quizás si.

Como ya estabais todos reunidos y los alumnos iban llegando poco a poco, era hora de entrar en el aula. Las risitas de Korosensei aun podían escucharse desde afuera, pero a medida que entrabais en el edificio se hacían más notorias y fuertes. Así fue hasta que entrasteis en el aula.

Os encontrasteis con una extraña escena. Estaba Korosensei de un color rosado, y a su lado había una mujer rubia, alta y despampanante.

¿No representaba que Korosensei no podía sr descubierto por nadie que fuera

de la clase  E?

-Nurufufufu…-Alcanzasteis a escuchar a vuestro profesor.  La mayoría de la clase estaba extrañada, ¿Quién era esa mujer?, ¿y porque estaba junto a Korosensei?. Cuando tomasteis asiento, Korosensei comenzó a hablar volviendo a su color original, el amarillo.

-Estimados alumnos, me  enorgullece dar la bienvenida a un nuevo alumno a nuestra fantástica clase, se llama Arion-Kun y seguro que será un fantástico asesino.-Comentó mientras movía sus tentáculos. Fue entonces cuando la mujer la abrazó.

-¡Ains!, tus tentáculos me encantan…lo pegajosos que son y como se mueven jiji~.-Ante eso Korosensei se quedó un rato en silencio mirando a algo en concreto…¡Los pechos de la mujer!. Su piel volvió a volverse rosa y miraba embobado esas dos bolsas de carne.

-¿Es posible?...¿A ese pulpo le gustan también las mujeres?.-Preguntó Karma mientras chasqueaba la lengua.

En cambio Kayano-San se encontraba hecha una furia.-¡¿C…como puede tener unos melones tan grandes?!, ¡ES ANTINATURAL!

En la clase comenzó a haber un revuelo, hablando de lo pervertido que era el profesor, de lo extraña que era esa mujer y de lo antinatural que eran esos pechos. En breve parecía que iba a estallar una revuelta, pero fue entonces cuando la mujer se giró hacia vosotros y comenzó a hablar.

-Hola chicos, me llamo Irina Jelavić ¡aunque podéis llamarme Irina-Neesan~!-La mujer os guiñó un ojo.-Voy a ser vuestra nueva profesora de ingles, así que espero que todos nos llevemos bien y lo pasemos genial, ¿vale?.-Parecía una mujer bastante maja.