Partida Rol por web

Protegido tras Amon y con este preparado para curar mis heridas, heridas que me nublan la vista y hacen que mi cuerpo se estremezca de dolor, trato de reunir energías para lanzar nuevamente un hechizo y acabar rápido este combate, dándome la oportunidad de poder curar mis heridas.

Haciendo caso omiso de las palabras de mi compañero mago, un mago despreciable por cierto, dada su actitud llena de soberbia y sin honor, asomo mi cabeza y mi bastón y lanzo mi conjuro hacia el primer arquero que veo en la colina.

Ahora debo derribar a los arqueros. El combate se estaba poniendo de nuestro lado, Ciara se relaja sólo un poco pues el combate aún no termina. Rápidamente la elfa canaliza más poder mágico en su varita y lo descarga contra uno de los arqueros.

Nunca supe si el bandido se hubiese rendido, puesto que antes de que pudiese contestar Ciara le impacto con su magia, rematándolo, por lo que lo único que salió de su boca  fue un gorjeo sanguinolento.

Maldita sea- pensé, al verlo, aunque sabía que Ciara no tenía la culpa y que no servía de nada lamentarse, así que tras un pequeño vistazo a mi alrededor para sopesar la situación, me moví hasta situarme al lado de Erackand.

¡Conteneos, dejad a alguno vivo!- les grité a mis compañeros, para luego, y sin tan siquiera preparar el ataque, intentar golpear al bandido al que me había acercado, con intención de dejarlo inconsciente, no de matarlo, así que, en lugar de atacarlo normalmente,  y aprovechando que al encontrarse rodeado su defensa no era muy buena, le di un tremendo golpe con el escudo en la cabeza, esperando que de esa forma no muriese, y luego, aprovechando la sorpresa, rodeé a  Erackand hasta situarme entre él y Cassandra, y ataqué al bandido que quedaba, esta vez, si, con mi espada.

En una secuencia letal de ataques los legionarios  habían conseguido lo que momentos atrás parecía no tan probable,  una victoria contundente. En un trabajo coordinado Erackand, Gareth, Cassandra y Maganyos habían dado cuenta de forma brutal de los dos enemigos restantes que combatían contra ellos. Mientras mas al norte los magos habían logrado abatir en conjunto a dos de los arqueros.
Tras la secuencia letal de ataques era claro que la victoria estaba ganada, ya solo un enemigo quedaba en pie y sin duda alguna este no era mas un amenaza, sobre todo por que en su rostro se dibujaba un miedo intenso. Y presa de este aquel bandido tiro su arquero para que no le restará velocidad y se hecho a correr perdiéndose en el bosque en busca de refugio y quizá, de su guarida.
El grupo de legionarios había sangrado para poder ganar aquel combate pero lo habían hecho juntos y de forma adecuada. Quizá esta había sido su primera prueba real y sin duda había sido exitosa.

¡Oh sí!

Erackand muestra una expresión de alivio y júbilo. Casi le falta ponerse a bailar. Viendo que el resto de sus compañeros están al lado se serena visiblemente pero no puede evitar tener una sonrisa colgada durante un buen par de minutos. Es tan extraño verle sonreir que parece una mueca.

Bueno, nos hemos salvado mozos. Pero no podemos confiarnos. ¿Todos bien?

Y mira las heridas de los demás. El enano ha sufrido alguna herida en este combate y lleva daño acumulado del ataque de los lobos pero no pide que le curen. A fin de cuentas es un enano y las cicatrices las tapa la barba y la mala leche.

Se da cuenta de que una vez más sin que nadie se lo pida está tomando atribuciones e iniciativas de un jefe así que se para y pregunta a Gareth.

Bueno, ¿qué hacemos? ¿Seguimos? ¿Rastreamos al perro que se ha escapado?

Da una patada a un cadáver.

Es una pena no haber cogido ninguno vivo, ahora me gustaría hacerles alguna pregunta.

Tras lanzar mi magia contra uno de los arqueros y verlo caer siento como la energía, tanto mágica como vital, salen de mi cuerpo a toda velocidad.

Por los gritos de júbilo de mis compañeros entiendo que la batalla ha acabado, que hemos ganado. Con la vista nublada y las piernas temblando me dejo caer de rodillas en el suelo, rendido brevemente por la pérdida de sangre y por el dolor.

Debemos continuar lo antes posible -susurro con esfuerzo -al hacer uso de nuestra magia hemos revelado nuestra posición a todos los bandidos que estén por la zona.

Comienzo a poner vendas sobre Vargad pero me es imposible atarlas pues se mueve mucho. Las vendas no cubren las zonas heridas y se caerán al menor movimiento. No me ayuda mucho tampoco tener que hacerlo sobre un caballo a otra persona montada, por lo que nada del proceso parece ir viento en popa.

"¿Como mierda quiere que lo sane si se mueve tanto?"

Después de un par de segundos de ver que no voy por buen camino le saco las vendas y, un poco enfadado, tomo su hombro con mi mano derecha y lo aprieto un poco antes de que un brillo blanco comience a salir desde mi interior y comunicarse a mi cuerpo, sanando sus heridas. Una vez ha terminado el proceso, me alejo hacía el enano, a quien pienso vendar un poco.

Todo había terminado, habíamos salido victoriosos. No parecía que ninguno de mis compañeros se encontrara mal herido, por lo que antes de reunirme con ellos volví sobre mis pasos a buscar a mi caballo. Por fortuna no había ido muy lejos y se encontraba pastando a unos metros de donde lo deje -Vamos todo a terminado. Le susurre mientras lo acariciaba y tiraba de las riendas con suavidad.

Al llegar donde se encontraban los demás me detuve junto a uno de los bandidos para registralo. -Ha sido un buen ejercicio para paliar el frió. Les dije a todos sonriendo mientras mis manos hurgaban ya entre las pertenencias del bandido.

Ciara se siente aliviada que ya no correrá más sangre por el día de hoy - Casi no la contamos, debo coordinar más con mis compañeros - ¿Alguno necesita sanación? - Me queda muy poca reserva mágica, pero es mejor que mis compañeros se encuentren lo mejor posible para enfrentar al enemigo si vuelve a aparecer.

¿Qué creen que debemos hacer? Si planean un contraataque estamos muy expuestos ya ¿Debemos continuar o intentar encontrar un refugio más profundo en el bosque?

Ciara se encuentra aunque aliviada, algo tensa aún por el combate, quizá escuchar las propuestas algo más racionales de sus compañeros le ayuden a aclarar su idea sobre qué debemos hacer.

Por desgracia, a pesar de que mi golpe atonto al bandido, Erackand, que ya había iniciado su golpe no pudo detenerse a tiempo y lo remató, por lo que al final acabamos matando a todos los bandidos excepto a uno, que corrió para escapar.

Maldita sea- pensé al verlo alejarse, pues aunque si conseguía escapar nos perjudicaría bastante, sabía que no estábamos en condiciones para perseguirlo, por lo que me giré para observar a mis compañeros -Bueno, al menos estamos todos vivos, heridos, pero vivos- me dije, quitándome un peso de encima al ver que todos habíamos sobrevivido.

Dejadlo ir, no estamos en condiciones de seguirlo- les dije, refiriéndose al bandido que escapaba -Buena idea Sondra, tal vez haya algo que nos de alguna pista sobre donde tienen el campamento, o algo- le dije al verla registrar a uno de los bandidos -Cassandra ayúdala- añadí, mientras iba a por mí caballo, que se había separado un poco cuando ambos fuimos derribados -Ciara y Vargad tienen razón, aquí estamos expuestos, debemos continuar hasta el campamento, allí al menos estaremos algo más protegidos- les dije.

Eso he dicho, pero a pesar de eso, también es cierto que algunos van a necesitar tratar sus heridas antes de eso- me dije, mientras dirigía una mirada a Vargad, a quien Amon ya había empezado a curar.

Aprovechad ahora y curad vuestras heridas mientras nos recuperamos, nos iremos en cinco minutos- les dije... sabía que no era mucho, pero me preocupaba que el que había escapado volviese con amigos -Erackand, aprovecha para descansar, seguramente te necesitemos más tarde, Magányos  y yo vigilaremos que no se acerque nadie- añadí, viendo que a pesar de no quejarse, el orgulloso enano había sido alcanzado más de una vez, y dicho esto, desenfundé mi arco y me puse a vigilar que no se acercase nadie.

Sus ojos ta estaban buscando su caballo para emprender la persecución cuando Gareth ordenaba organizar el grupo. No obstante era arriesgado y las posibilidades de encontrarlo eran reducidas, pero la información que poseía era muy valiosa. Conocería su potencial, eso perjudicaba el factor sorpresa y otro ataque sería más contundente, por otro lado el miedo de sus ojos podría contagiarse y la intimidación jugaría un papel importante. Frenó sus pasos a su corcel observando los ensangrentados cuerpos que había provocado ella misma. Está bien, espero que Waldric reciba el mensaje que se merece, como es debido. Comentó con orgullo mientras ayudaba a Sondra a revisar los cuerpos. Obvio preocuparse por sus heridas pues el hechizo de Ciara había conseguido cerrar cualquier brote de sangre, sintiéndo tan solo las magulladuras por los golpes contra su armadura.

La lluvia había disminuido de forma cuantiosa, y si aun caía mucho agua sobre ellos, era solo por el peso del agua que se había almacenado sobre las copas de los árboles. Sin embargo la noche aun era larga, esto sumado a las heridas, el cansancio y el frío harían mella sobre los legionarios y podrían llegar a ser un enemigo aun mas peligroso que los que recién habían enfrentado.
El campamento maderero ya no debería estar lejos, probablemente a una o dos horas de camino sobre el sendero. Allí el grupo esperaba encontrar un refugio para descansar y con suerte un fuego donde calentarse.
Por lo pronto, ante el fin de la tormenta que había estado cayendo sobre ellos, el bosque empezaba a cobrar vida. Los sonidos de los animales, el viento sobre las hojas y todos esos ruidos inexplicables que asolaban en la oscuridad se hacían cada vez mas presentes.

Una vez mi poder mágico ha sanado las heridas más graves del elfo, vuelvo a poner vendas sobre las heridas que quedan. Esta vez logro sujetarlas y las aprieto con fuerza para que no se suelten:

"Espero que con esto baste."

Luego voy donde el enano y lavo sus heridas mientras las seco con una gasa para cortar la hemorragía, atandola luego con una venda. Luego voy donde Gareth y le hablo mientras ato las vendas:

 - "Tranquilo jefe, con esto se sentirá mejor."

Luego me acerco a Cassandra y comienzo a sanar sus heridas lavando y suturando un poco lo que la magia no había unido mientras le sonrío y le hablo:

 - "Sería una lástima dejar un cuerpo tan bello con tantas heridas."

Una vez he terminado, miro al resto con una expresión interrogando si alguién más necesita ayuda, mientras bebo agua para tomarme un respiro.

Tras todo el trabajo de Amon sobre mi cuerpo me siento mucho mejor, totalmente curado.

Gareth, debemos salir cuanto antes, el campamento maderero no debe estar muy lejos- le digo a nuestro líder -si alguien necesita ayuda sólo tiene que decírmelo.

Ciara acaricia el cabello de su caballo, luego se sube a él y se prepara para salir - Lo que daría por una buena cama en estos momementos - Partamos ya por favor, necesitamos descansar - Ciara encara a su caballo en dirección para continuar viaje.

A medida que van registrando los cuerpos, conseguían una buena cantidad de material con la que negociar con los trabajadores del campamento o con los habitantes del pueblo directamente. Las iba repartiendo a medida que las despojaba de sus cuerpos, no obstante tenían que lamentar su fracaso, no portaban ninguna información valiosa. Entre tanto, el adulador Amon volvía a prestar sus cuidados sobre el elfo, ocasión que aprovechó para dar gracias. No tenías que haberte molestado... pero gracias, te debo una. Quedaron muchas cosas por decir, pero no era buen momento para ello, el grupo debía concentrarse en su tarea. Se acercó al líder con decisión y le comentó con seriedad. Están limpios, nada más que nos sirva, comentó señalando el botín que había repartido en las alforjas de los corceles, será mejor que nos movamos.

Nada de valor encontramos entre los cadáveres. Solo algunas monedas. -Yo tampoco he encontrado nada interesante. Añadí a las palabras de Cassandra. -Toma. Lance a Gareth la pequeña bolsita que tenia en mi mano y que guardaba lo poco que tenían los infelices que habían muerto por nuestra mano.

Antes de montar en mi caballo me acerque al bandido que tenia clavados mis dos proyectiles, le di la vuelta y los examine. Uno estaba destrozado, se había clavado profundamente en su carne y por el impacto había quedado inútil, sin embargo el otro apenas había perforado la piel y parecía estar en mejor estado. De un tirón lo retire del cuerpo, queria verificar si estaba en buenas condiciones.

Mientras revisaba el proyectil de camino a mi caballo, el grupo debatía sobre cual debía ser nuestro siguiente movimiento y creí necesario dar mi opinión. -Como bien a dicho Vargad el campamento maderero no debe de quedar ya muy lejos, deberíamos de forzar la marcha para llegar allí cuanto antes.

Erackand refunfuñó entre dientes mientras Amon le curaba. Alguna estupidez sobre vendas estúpidas y nenazas. Pero se dejó hacer y al final agradeció al curandero su labor con un asentimiento.

Trata a los otros, no te preocupes tanto de mí. Le dijo.

Luego, mientras el resto se preparaba para partir y se recogía el botín el enano vigilaba ceñudo. No iban a ser atacados ahora, no cabía duda, pero aún así el enano no bajaba la guardia. Luego cuando todos estuvieron preparados se dispuso a seguir camino.

Por lo que parecía, la zona estaba despejada, pero era consciente que dado que era de noche, sería fácil para alguien esconderse y evitar que lo viésemos, por lo que no baje la guardia, y seguí atento, mientras Amon trataba las heridas de mis compañeros, he incluso las mías, a pesar de que apenas había recibido unos pocos rasguños.

Es una suerte que esté con nosotros- pensé agradecido. Cassandra y Sondra habían terminado de examinar los cuerpos, y aunque habían encontrado cosas útiles, no había nada que nos diese una pista sobre los bandidos.

Buen trabajo- les dije a todo -Cojamos todo lo que podamos aprovechar y carguémoslo en los caballos, es posible que luego nos sea útil, pero ahora hay que darse prisa, ya lo organizaremos cuando lleguemos al campamente- les dije, mientras cogía unas cuantas flechas para sumarlas a las de mi carjal y ayudaba a cargar el resto de cosas lo más rápido posible.

Además, si hay leñadores en el campamento, puede que aprecien est,o teniendo en cuenta como está la situación- me dije.

Bueno, si ya está todo, pongámonos en marcha- les dije mientras me subía a mi corcel de nuevo, una vez terminamos de cargar las cosas -Todos estamos cansado, pero cuanto antes lleguemos al campamento, antes descansaremos, así que va, un último esfuerzo- les pedí, consciente de su cansancio, especialmente en el caso de los magos -Misma formación que antes, Erackand en la retaguardia, Sondra y Cassandra cubrid los flancos, Ciara, Vargad y Amon, vosotros al centro, intentad recuperar fuerzas, Magányos y yo abriremos la marcha- les indiqué -Todo el mundo con las armas a mano, que no nos pillen de nuevo por sorpresa- añadí, mientras preparaba mi arco listo para disparar al primer bandido que se acercase