Partida Rol por web

Con un mismo objetivo en común, el grupo avanzo en conjunto hasta las cercanías al poblado de Logerswold, aunque claramente tenían intensiones de separarse a fin de abarcar más terreno.
Apenas aproximarse al poblado, el grupo opto por dividirse, Ereckand y Sondra tomarían la delantera mientras los demás se adentrarían en la villa un tiempo después.
A su paso, cada uno de los grupos divisó a lo lejos un par de torres de vigilancia algo rusticas y probablemente recién construidas. Por su ubicación estratégica, era claro que estas habían sido posicionadas para alertar de forma temprana al poblado de algún ataque de los bandidos.
A la par el poblado se encontraba cercado por una ligera barricada improvisada, que en el fondo, no detendría a los bandidos, pero sin duda los retrasaría el tiempo suficiente como para llenarlos de flechas.
La villa misma era pequeña y poco llamativa, aunque bajo las actuales circunstancias, había mucha gente en las calles y se gestaba mucha actividad. Esto sin duda se debía a los forasteros que habían estado llegando ante el llamado del Bann, así como a las decenas de pobladores del valle que se vieron obligados a refugiarse en la villa de Logerswold ante los ataques a sus hogares.

Sus acompañantes no eran del tipo gran hablador precisamente, pero se alegraba de contar con ellos, sin ser una imagen intimidatoria su potencial estaba más que demostrado. A medida que se adentraban en la ciudad, sus ojos buscaban alguna persona cuya imagen descartara ser un claro forastero o reclutado para la defensa de la pequeña villa. En cuanto antes encontraran a los cazadores, antes cazarían a los bandidos.

Dejando al resto del grupo atrás Erackand y yo nos internamos en el poblado. La actividad en el poblado era frenética con gente yendo de un sitio a otro. Mientras avanzo por las calles observo a la gente con la que me voy cruzando, tratando de encontrar a la persona adecuada.

-Erackand tu permanece atento a posibles peligros, mientras yo trataré de encontrar la información que buscamos. Supongo que estarás de acuerdo, no pareces demasiado diplomático- Digo sin apartar los ojos de la gente que pasaba a mi alrededor.

El enano decidió dejar las tonterías atrás. Trabajo era trabajo y el suyo ahora era ser guardaespaldas así que aguzó la vista lo mejor que pudo. Miraba con desconfianza a todos y cada uno de los que se le acercaban y por ello daba la clara imagen de un enano típico.

Claro moza. No te preocupes. Algo de diplomacia tengo, pero es con hacha.

El enano reflexionó un poco. Lo cierto es que su triste historia y su origen le perseguían y había dejado atrás las diplomacias y los vericuetos y puñales que ocultaban las palabras para, como mercenario, enfrentar lides más honestas. Por lo menos cuando te atacaban un puñal era un puñal.

Bueno, algo tuve de ello en el pasado, pero no quieres escuchar las tonterías de un barbudo niña. Mis días de palabras están muertos y enterrados.

-Erakand esa es una historia que sin duda me gustaría oír. Cuando todo esto haya acabado y nos encontremos en la seguridad de la fortaleza esteré encantada de oírla, si quieres.- Dirijo a Erekand una mirada de complicidad y le sonrío. Estaba sorprendida e intrigada, no me imaginaba al enano haciendo otra cosas que no fuera golpear y matar.

De acuerdo. Algún día te la contaré... espero que no vomites. Y el enano se calló, por lo visto no era fácil conseguir confidencias sobre su pasado.

Camino junto a mi equipo, ahora que nos hemos dividido en subgrupos para comenzar a buscar información acerca de los bandidos en este pueblo miserable. Mi rostro es divertido pues esbozo una sonrisa de contento general petrificada mientras mis ojos muestran el hastío de quien no desea hacer lo que le ordenaron. Aun así, sonrío a todos quienes me miran en un intento de ocultar mi verdadero desprecio por la situación.

Mientras camino junto con Cassandra y Magányos, pienso en como será esto:

"Bueno, por lo menos la linda de Cass está nosotros, lo que la pone en el papel del negociador. Así puedo hablar solo cuando lo desee. Si solo estuviese con mi otro compañero, tendría que hablar yo para que no reinase el silencio sepulcral. Aun así no me pone nada feliz tener que ser el encuestador de este basural."

Sonrío nuevamente, ya por automatismo, a la primera persona que veo y a la siguiente, y la siguiente, y así sucesivamente hasta que decido darle prisa al mal paso:

 - "Entonces, hermosa mujer. ¿Por donde comenzamos? Está más que claro que eres la que posee los mejores atributos para la negociación. Yo con solo ver tu belleza ya te confesaría mis más oscuros secretos, por lo que estoy seguro de que no habrá quién se resista a tu interrogatorio."

Mantengo mi paso para encontrar rápido el destino de nuestra búsqueda y así poder salir lo más veloz que pueda de esta incomoda e inútil misión de reunir información.

El par de Legionarios habían caminado por el poblado ya por un largo rato, habían visto a varios hombres del Bann y a varios mercenarios, por lo que hasta ahora habían llegado a entender, muchos de ellos solo se habían ofrecido para ayudar en la defensa de la región y no tenían intenciones de arriesgar sus vidas en el bosque.
Actualmente Erackand esperaba paciente a Sondra quien charlaba amenamente con un anciano llamado Horis, quien parecía estarle hablando sobre un tal Trewin, la capilla y otras cosas que no parecían ser nada interesantes.

El grupo deambulo largo tiempo por las silenciosas calles del pueblo, los pobladores se movían de un lado a otro y parecía haber mucho que hacer, sin embargo casi nadie hablaba y todos parecían algo cabizbajos y sumidos en sus pensamientos.
Cassandra había estado hablando con mercenarios a fin de conseguir información, sin embargo la mayoría de estos no pudieron ayudarlos en nada. Al parecer, la mayoría de los mercenarios en el pueblo solo estaban allí para servir como espadas en la defensa del lugar y no para dar caza a los bandidos.
Actualmente el grupo se detuvo en su búsqueda al toparse con aquellos 3 mercenarios con quienes se encontraran en el campamento del Bann momentos atrás, estos parecían no haberlos visto y se encontraban comprando gran cantidad de víveres.

Es un poco trabajo de guardaespaldas. Vigilar a cualquiera que pase cerca con aire malhumorado. El enano desconfía de todo el mundo vamos.

Megányos iba siguinedo al grupo en silencio, como ya habrán visto sus compañeros no es un hombre de muchas palabras, hasta que vio a los 3 mercenarios que antes les pedían un favor comprando gran cantidad de víveres ¿Que estarán haciendo comprando tantos víveres? Fijó la vista en el grupo e intento ver algo más.

Con una mirada salvaje contestó al compañero tras recibir el cumplido con una sonrisa. Lo tendré en cuenta cuando necesite... algo... de ti. Si no se reflejara cierta inocencia en su voz aquella respuesta hubiera sido peligrosa. Su busqueda no parecía dar demasiadaos frutos, peor fue la casualidad del encuentro. Su mano se elevó para detener a sus acompañantes y se fue apartando hacia la pared con normalidad, buscando algún cruce que ofreciera cobertura mientras observaba al grupo.

-Ha sido usted muy amable y siento tener que hacerle perder un poco más de su tiempo, pero si me pudiera indicar donde se encuentra la casa de ese tal Trewin-. Dije mostrando mi lado más cortes y educado. Mi intención era dirigirnos a la casa de Trewin, ya que si el hombre estaba al cargo de toda la industria seria posible que entre sus  trabajadores hubiera alguien que conociera ese maldito bosque y nos ayudara a completar esta misión.
Mientras esperaba la respuesta del hombre mire a Erackand tratando de trasmitirle tranquilidad. No quería que el enano se impacientara ante tanta charla.

El anciano respondió con soltura a la pregunta de Sondra, indicándole la ubicación de “zona industrial de la villa lo mas claramente posible que le fue. Esta, era muy fácil de ubicar pues la villa era realmente pequeña y al poco tiempo uno se iba familiarizando con las señales que se le daban.
Tras seguir las indicaciones, la pareja de legionarios llego hasta lo que parecía ser, el edificio más alto de Logerswold y que según indicara Horis, era el lugar donde se centraba toda la industria del pueblo y donde podrían encontrar a Trewin. Este, era una casa de madera de tres pisos con un cercado en el patio y con unas puertas lo suficientemente anchas para admitir a los grandes carros que transportaban madera hasta allí.
Por la apariencia del lugar, el grupo supuso que el edificio era el centro del comercio de local dados los rumores que habían escuchado en el camino ..., o por lo menos lo sería si alguien allí seguía trabajando.
Pero a medida que se acercaron, el grupo pudo ver el amplio patio a través de las puertas abiertas. Donde esperarían ver madera apilada y muchos trabajadores, se encontraban ahora varias tiendas de campaña, animales, y tal vez tantas como una docena de familias de refugiados acampando; los cuales parecían matar el tiempo cocinando algunas pocas comidas sobre el fuego y jugando algunos juegos.

Aquellos 3 hombres simplemente parecían estar haciéndose de víveres, preguntaban cosas a la gente que los legionarios no podían escuchar, pero que intuían, era lo mismo que ellos hicieran momentos atrás, recabar información.
Sus armas parecían recién trabajadas y llevaban las suficientes como para combatir por largo rato si las fuerzas les permitían hacerlo. Tras esperar un rato, el grupo noto que estos mercenarios se alejaban del lugar caminando por las calles de la villa con una clara dirección, el bosque de Brescilia.
Por su parte Casandra parecía intrigada por algo mas, algo a sus espaldas llamaba claramente su atención.