Partida Rol por web

Eso, lo que ha dicho el mozo. Apostilló el enano tan pancho mientras tenía el hacha bien apoyada sobre el hombro. No tenemos ganas de follones, solo queremos algo de ayuda.

Asintió con firmeza a las palabras de Amon y Erackand. Exacto, necesitamos que su mejor cazador nos guíe por el bosque para encontrar y acabar con esos bandidos. Su puño férreo se alzó para golpear la palma de su otra mano al tiempo que concluía la frase, posteriormente su tono recuperó la sensualidad. No es necesario que os convenza de los beneficios, para empezar se libraría de los refugiados. Enunció procurando realzar la visión de negocio que Trewin poseyera.

-Mi mejor cazador?-, clamo sobrependido al tiempo que se aproximaba hasta sus vicitantes-una cosa es que los ayude con sus dudas u alguna otra cosa y otra muy distinta que arriesga la vida de mi mejor cazador en una causa que no me da garantías. Si lo que buscan es que les de tropas de entre mis trabajadores, será mejor que se marchen y no me hagan perder el tiempo- Respondió de forma contundente y un tanto presuntota el señor Trewin.

Levanto mi mano derecha, mostrándole la palma al hombre en señal de que se detenga al momento que comienzo a hablar:

 - "No me malentienda. Lo que mi compañera indica no es necesario. No necesitamos tropas, nosotros más que suficientes para asesinar a un ejército de bandidos." - Digo mientras una sonrisa maliciosa, intimidante, se deja ver en mi rostro, para luego continuar - "Lo que necesitamos es información. Queremos saber donde encontrarlos para acabarlos. Quizás si nos señala en un mapa. Con datos precisos, ubicados espacialmente, nos bastará para llevar a cabo nuestro objetivo. ¿Está bien eso?"

Le pregunto, pues he bajado considerablemente la apuesta, ya que se mostró completamente negativo a entregar a uno de sus hombres. La información es menos costosa por lo que espero que esta vez no haya problemas.

Aguardo a que Amon termine de hablar y sin dejar responder a Trewin comienzo a hablar.

- Mi señor esta claro que toda la zona se a visto afectada por los actos de los bandidos y seguro que a vos mismo le ha afectado de alguna manera. A nosotros se nos ha encomendado la misión de acabar con ellos, pero no conocemos esos bosques y por eso necesitamos su ayuda, la que usted crea que puede prestarnos. Si cumplimos nuestra misión todos ganaremos, yo creo que librase de esos miserables bien merece hacer un esfuerzo.
Aunque trato de esconderlo bajo una actitud amable hay bastante ansiedad en mis palabras. Quiero acabar aquí cuanto antes para reunirnos con el resto del grupo y poder cumplir nuestro objetivo.

Trewin miró fijamente a los allí presentes antes de volver a hablar –Son 5 solamente?, por mas que el enano sea un fiero guerrero dudo que sean suficientes para vencer a esos bandidos, a menos que sean inteligentes, corten la cabeza y mataran a la serpiente, eso siempre funciona- Clamo mientras les daba la espalda y regresaba al interior de su salón. –Síganme, hay algo que quiero mostrarles- les dijo al tiempo que les señalaba con la mano que eran invitados a ingresar. En el centro de aquel cuarto había una amplia mesa donde Trewin tenía una amplia cantidad de papeles dispersos, la mayoría con números y números que poco entendibles eran para los ahora mercenarios. Pero justo donde se había parado Trewin se encontraba un amplio mapa, este describía lo que parecían ser las fronteras del bosque de Brescilia con el poblado de Longerswold.
-Aquí, algo adentrado en el bosque esta el campamento maderero, los últimos ataques han tenido lugar allí y han impedido que los recursos puedan llegar a mis aposentos. Ese será un buen lugar para empezar, desde allí seguro encontraran algo.- Pueden llevarse el mapa.

- Con nosotros sera suficiente, no se preocupe sabemos defendernos. Le conteste a Trewin sin hacer mención al resto del grupo. No veía la necesidad de especificar.

Allí en sus aposentos enfrente del mapa que nos acercaba un paso más a nuestro objetivo no podía evitar sonreír. Me gire hacia Trewin, le di un fuerte achuchón y un beso en la mejilla, para después de haberlo hecho pedirle disculpas por mi atrevimiento.

- Gracias por su ayuda.

Me quede observando el mapa, lista para guardarlo en un lugar seguro (en un bolsillo interior cerca del pecho) en cuanto estuviera segura que mi compañeros  estaban listos para partir.

El mozo sabe de lo que habla. Escúchale.

A pesar de las ligeras palabras del enano su mirada no dejaba de dirigirse a las armas de quienes tenía delante y de evaluar sus capacidades de combate. Algo debía haber pasado que le había llenado de desconfianza.

Menos cobas y más obras. Como dicen en los caminos de los muertos, comer y matar todo es empezar y hace rato que no como.

Y tan pancho se quedó sujetando el hacha.

Erackand miraba el mapa detenidamente intentando memorizarlo o reconocer alguna de las zonas por las que habían pasado.

Su voz se apagó con el apoyo de sus compañeros para negociar con el peculiar patrón. Aunque el resultado no era por el que se habian dirigido hasta allí, al menos tenían un punto a tener en cuenta para empezar. Asintió para acompañar el agradecimiento de los mercenarios, en pos de retirarse esbozando una sonrisa de satisfacción que dedicó a aquella envejecida figura.

Desconcertado Trewin por la reacción de Sondra no supo que responder en un principio. Si bien aquella mujer aguerrida tenia una corpulencia intimidante, también era claro en toda su vida no vería una mujer tan bien acomodada.
Fueron realmente las palabras del enano las que lo sacaron de su estupor volviéndolo a la realidad, y así con su anterior frialdad se limito a descartar los agradecimientos. –No hace falta que me agradezcan, si se deshacen de esos bandidos todos nos veremos beneficiados e incluso nosotros seremos quienes les agradezcamos. Ahora si no les molesta y no tienen nada mas de que hablar, me gustaría continuar con mis asuntos.- Concluyó Trewin sin poder separar su vista del cuerpo de aquella mujer que lo tocara antes, sorprendido y algo ruborizado por sus acciones Trewin giró su cuerpo rápidamente hacia su mesa y se concentró en sus papales tratando de que aquella imagen abandonara su mente junto con la partida de aquellos aventureros.

Sonrío y agradezco al hombre con una suave inclinación de cabeza al momento de hablar:

 - "Esto es justo lo que necesitamos. Estamos muy agradecidos y tenga por seguro de que esos sucios bandidos conocerán su final cuando se los llevemos. Nos vemos."

Acto seguido doy media vuelta y salgo de la habitación, donde espero que el resto de mis compañeros se reúnan para así buscar quienes fueron a hablar con el anterior Bann. Con esta información, podremos encontrar alguna pista que nos lleve directamente a todos esos bandidos.

Con el mapa ya en mi poder me encamino hacia la puerta de la habitación y hago un gesto con la mano al resto de mis compañeros (indicandoles la puerta) mientras digo. - Chicos aun nos queda mucho por hacer. Debemos darnos prisa. Nos deben estar esperando.
Antes de salir y siendo consciente de las miradas de Trewin me giro y le guiño un ojo a la vez que le lanzo un beso. Inmediatamente después salgo por la puerta y me detengo junto a Amon a esperar a los demás.
No podía esperar. Quería llegar a la taberna y que Gareth volviera a asumir el mando del grupo. En un principio había sido divertido y aunque no nos habiamos encontrado con dificultades estar al mando resultaba agotador.

Vamos pues El enano estaba impaciente, parecía que le había pinchado una pulga. Se me oxida el hacha.

Con el objetivo satisfactoriamente cumplido, el grupo de aventureros procedió a dejar a un claramente sobresaltado Trewin es sus oficinas, solo con su inmensidad de papeles. El sirviente quien los escoltara al entrar los llevo también hasta la puerta por la que ingresaran en un principio a la nada modesta casa del señor de la industria de Longerswold.
Afuera el panorama era el mismo, una gran diversidad de refugiados acampaba en los alrededores continuando con rutina diaria tal como si todo fuera por completo normal, probablemente aquellas familias llevaban ya mucho tiempo allí.

- Aquí hemos acabado. Deberíamos de ir a la taberna y mostrar al resto el mapa para empezar cuanto antes.El otro grupo de mercenarios ya nos lleva demasiada ventaja. Digo con los brazos en jarra aguardo a la opinión de mis compañeros, antes de comenzar a caminar.

De vuelta al exterior, se aseguró que todo cumpliera la normalidad que habían encontrado al principio, contestando a Sondra mientras se sucedían sus primeros pasos. Por mi como si embisten contra su guarida en un ataque suicida, nos vendrá bien su distracción si sabemos dónde y cómo dirigirnos a ella, lo malo va a ser alcanzarles, eso nos traerá problemas. Apenas habían comenzado el día y en sus gestos se recogía cierto agotamiento, mas propio de la apatía que del cansancio.

Después de salir de la casa, contesto los comentarios al grupo:

 - "Yo estoy de acuerdo con Sondra, pues creo que es momento de coordinarnos con el resto del grupo. Es hora de volver a trabajar como grupo y enterarnos de paso de lo que ellos averiguaron del anterior Bann. Me mata la curiosidad de saber."

Me dispongo a dirigirnos a la taberna para reunirnos con el resto del equipo.

Vamos allá. Veamos qué han averiguado los otros. Creo que vamos retrasados y deberíamos darnos prisa. No queremos quedarnos sin el premio.

Dejando atrás a Trewin con sus papeles y a los refugiados que invadían sus terrenos, el grupo de aventureros se apresuró a internarse de nuevo en la parte central del pequeño pueblo. No les tomó demasiado tiempo dar con la taberna pactada tras atravesar las calles repletas de gente en aquellas horas.
En su recorrido habían escuchado rumores de un posible ataque de los bandidos; los rumores eran inciertos, había desde lo que decían que habían divisado humo al suroeste de la aldea, los que aseguraban que un gran grupo de bandidos estaba asolando los alrededores de la ciudad y que todos corrían peligro, hasta los que aseguraban que el Bann Trumphall había abatido al Gore jefe de los bandidos en una singular batalla.
Lo cierto es que nada parecía tener coherencia, aunque el asunto era un tanto preocupante, sin duda algo debería haber ocurrido en los alrededores de Longerswold. Y la precaución se hacia mas creciente debido a que tras llegar a la taberna, no había rastro alguno de sus compañeros.
Lo mas probable es que no hubieran llegado aun y que tendrían que esperar, sin embargo la espera podría ser tortuosa.

La taberna era algo grande, tanto como para dar cabida a unas tres docenas de clientes a la vez, sin embargo el lugar estaba ahora repleto de gente debido a las circunstancias que rodeaban al valle en aquellos días. Carpinteros, cazadores, campesinos, mercenarios y un sin fin mas de gente bebían, gritaban y jugaban en aquel lugar. Si sus cuentas no les fallaban debían haber ahora cerca de unas 60 personas; el lugar estaba tan apretado que para poder llegar a la barra tendrían que abrirse paso a empujones.