Partida Rol por web

Un buen tiempo había transcurrido desde tu partida de Villa Cerrada. Amn te recibió con las manos abiertas y las bolsas de monedas flojas.

Sin embargo, hubo quien te dijo que conocía a Falfniir, por iguales circunstancias que tu. Asimismo, te dijo que lo vería antes del invierno en una ciudad cerealera al sur de la capital. Te invitó a acompañarle con la promesa de trabajo muy bien pago y muchas oportunidades de crecimiento. Aceptaste.

Hace ya un mes que resides en Púrskul. Tu compinche ha cumplido con parte de su palabra. En verdad hay oro en la ciudad! Y te ha permitido formar parte de la pandilla en la cual trabaja... Simples rateros a tus ojos. Algún robo interesante de tanto en tanto, algún cobro de seguridad una vez a las quinientas... Pero nada serio.

Esta tarde, Luminosio, el jefe de la banda te ha invitado a la taberna que suele frecuentar, en el extremo más al sudeste de la ciudad... Lindante con los laberínticos barrios bajos en que hasta ahora has morado.

Frente a ti, un edificio emplazado en una esquina, algo achaparrado pero bien cuidado te espera... En el exterior del mismo, haciendo guardia, reconoces a Randalf... Uno de los lambiscones de Luminosio.

72 patriota

85 Servil.

 Falfniir amaba el olor del licor barato y mal hecho, contrabandeado de forma violenta y poro eficiente, de su querido barrio bajo, por que olía muy parecido al dinero... Es que Luminosio no ve las oportunidades de negocios??

Caminaba entre la gente borracha, algunos cadáveres en los callejones, algunos bandidos robando algunos bolsillos torpes, alguno que otro vendiendo cosas que no puede vender en la plaza central, incluso aventureros como él comprándolas...

Cerca del límite de estos lares, que son mas divertidos por la noche, se emplazaba el edificio de la taberna*, que contrastaba un poco con los edificios a los que daban sus ventanas.

Al llegar a la entrada saluda a Randalf, Hey, hermano! ¿Como anda la vigilancia por la mañana? Seguro que bien, eh?? Falfniir estrecha la mano del fornido gnomo, mientras pone su cara de grandes amigos. Che, Limunosio me ha invitado unas copas hoy, me dejas pasar??

El mediano sonrìe abiertamente al saludo que le propinas, contento.

Por supuesto amigo! Adelante, pasa y disfruta del copete! Luminosio ha de tenerte algùn trabajo si te llama aquì. Anda, todo tuyo.

Responde servil y complaciente.

 Dicho esto, Falfniir entra en la taberna, y mira a su alrededor buscando a su jefe... ¿Que tendra Lumy para mi hoy? Espero que no sea lo mismo que me da siempre: meter las manos en mugrosos bolsillos... a pesar de que hoy era de esos dias en los que tu jefe solía darte algo interesante, lo sentía en el aire...

Falfniir saludó a su jefe con voz seria, para aparentar que no estaba frente a un criminal de poca monta que jamás va a ascender en el mundo del crimen... Buenos días, Jefe... ¿Que es tan especial como para llamarme a tomar con usted?

Si Liminosio no le daba lo que quería, lo iba a confrontar... algo típico como... "Hey, creo que el potencial de la banda da para mas, ya sabes, algunos encargos que involucren mas dinero"

El bienparecido joven, con los brazos cruzados tras de su cabeza sonrìe ante tu saludo y te invita a sentarte en su mesa.

Te guiña un ojo cuando le saludas y se pone de pie, con aire solemne.

Sì que ha ocurrido algo! HA SURGIDO LA POSIBILIDAD DE TRAER GRANDEZA A PÚRSKUL!!!

Cuando se le quita ese aire de fantatico religioso, vuelve a tomar asiento y pide al tabernero un jarrón de lo mismo que él está tomando.

Anda, toma asiento y un porròn de birra! Veràs, hay un comerciante, aquí cerca... Bueno, no tanto... El nota no ha pagado protecciòn, ya sabes... El asunto es sencillo... Quiero que lo aprietes, y, sobre el canon de esta dekhana le cobres un "plus" jeje, ese te  lo quedas eh? ¿Qué me dices? ¿Puedes con el currele o debo llamar a alguien más?

 Falfniir mira a su jefe y dice: Bien, creo que el encargo suena bastante interesante... y lucrativo.

Pero deseo preguntar algo, si es que se permite: ¿Que tal lejos queda de aquí? y, ¿¿de veras me dejas quedarme con el dinero de la cuota?? Falfniir acomodó todos sus sentidos, listo para detectar cualquier variación que indique la intención de su jefe.

¿Un gnomo ladrón confiando de su gnomo jefe ladrón? Eso ni aunqe los dioses lo pidan!

El joven que segùn te han comentado los miembros de la pandilla, se ha hecho con el poder a costa de engaños, promesas y manipulaciòn, se rìe ante tu pregunta

Pues claro que no! jajaja has entendido todo mal colega! jaja digo que puedes cobrarle un plus, y ESO quedàrtelo jajaja

Pero entre tanta chàchara, te das cuenta que el nota quiere en realidad ponerte a prueba... No es tanto por tu capacidad, sino... como que dudara de algo... De tu lealtad quizá...

 Pues, no dudes en que el trabajo será hecho! respondió Falfniir, por tu fiel servidor! Falfniir deseó demostrarle a su jefe con lo que decía que no era un gnomo para dudar, al menos no por ahora.

Nunca iba a serle completamente fiel a nadie, pero era conveniente tener buenas migas con el jefe, para que sera mas fácil pisotearlo más adelante. Ese gnomo no era un buen ladrón, mostrando sus intenciones, sin ambición, sin chispa... por eso Falfniir lo sobrepasaría.

Bien jefe, solo deme las indicaciones, y con gusto parto para la misión.

 ejem...

El jefazo te indica analíticamente cuál es tu misión. Realizar un apriete como te mencionara al tendero cuyo local se emplaza en igual posición que la panadería y molino harinero "Frescopan", al sur de la avenida de los graneros, pero una manzana más al este.

Reconocerías al comerciante por su extrema gordura. Su producto, raciones de viajero...

Nueve manzanas al oeste y una al norte para llegar a un granero pequeño a cuya sombra "El caminante bien comido" se encontraría atendiendo...

El canon semanal, cinco fandares. O como se dice en la juerga, cinco "tintas rojas".

 Falfniir saluda a su jefe y se retira de la taberna. EL camino al granero del "gordo" sería un poco largo, pero dormía bien en su memoria, junto a recuerdos de asesinatos y otros graves pecados.

A la puerta de la taberna, casi parado en medio de la calle, respira profundo y medita sobre el curso a tomas de sus acciones. Mira si su daga está en su cinturón, la espada en su fonda, las cosas de su mochila... Luego, sus pies descalzos emprenden la marcha hacia el granero.

De camino a destino, una leve intuición te produce un cosquilleo en la nuca...Como si... Como si alguien te estuviera siguiendo*

 Falniir comienza a caminar por la larga calle que conduciría al Granero, sintiendo a la perfección la primitiva sensación de que alguien lo seguía, pero haciéndose en completo idiota, hasta tarareando alguna cancioncilla incocente.

En la 6º o 7º manzana del trayecto, dobla  hacia el norte, desviándose del camino, para poder observar desde el pórtico de algún edificio algún posible perseguidor, que se atreviera a doblar la esquina...

 Tu estratagema resulta estéril para encontrar un posible perseguidor, salvo que nadie te estuviera siguiendo.

Así, al no aparecerse nadie por la esquina, cabe seguir hasta destino.

Llegas sin problemas al local.

 Al doblar la última esquina, Falfniir había retomado su camino luego de no ver ningún seguidor, el gnomo mira el edificio del local donde se vendían las raciones de viajero.

Tratando de no llamar mucho la atención, entes de entrar, desenvainó su espada corta y puso su peor cara de matón...

Abrió la puerta de un portazo, sin antes mirar adentro y dijo mientras se acercaba al mostrador: Buenos días, comerciante, parece que su cuota de protección del local lleva unos meses de retraso, así que me vengo a realizar un cobro permanente...

Un joven algo desgarbado es lo ùnico que allì encuentras... El mismo observa con curiosidad tu amenaza y...

Pues, el gordo manda, y a los ùltimos dos que vinieron por eso no los volvì a ver hombre... Està en el tugurio de ahi indica con el mentòn Que trabajar trabajo yo... Gordo infelìz. Y ya que estás, si le consigues sacar una moneda, hazle que pague mis jornales, que ya me veo las costillas por su buen trato...

El muchacho sigue con lo suyo, empaquetando raciones.

 Y como se que no me estas mintiendo, sabandija??

Falfniir hizo la pregunta con fuerza, para intentar remediar su falla en el intento de intimidar al vendedor. Mientras preguntaba, apunto con su espada a la cara del comerciante, en un movimiento tan veloz, que los lentos ojos de los humanos podrían notarlo con dificultad...

Eh??, que tal si el gordo intenta esconderse, y mandarme con sus matones a la taberna??

Pobre de ti si es así...