Partida Rol por web

El mediano estalla en una carcajada al oírte contestar
-jajajajajaja esa lengua! Jaja claro que debes decirmelo todo! Qué diferencia hace? Pues, a cuanto te venda, y que tipo de vida lleves de aqui hasta tu muerte! Imaginaras que no es igual ser "empleada" de un prostibulo en el distrito portuario de Azhkatla. Que ser la asistente de un archimago de Thay! Jajaja y en el segundo caso, me retiro de la actividad con mas tesoro que un dragon anciano! Ajajaja

"No tengo la menor intención de acabar de sirvienta de NADIE... " pensó Neeshka haciendo un auténtico esfuerzo por morderse la lengua "¡Ni del mismísimo Khelben Arunsun!"

Lo cierto es que en aquél instante habría pagado por ver al maldito mediano aplastado contra una pared tras recibir la patada de su vida.

—¿Y por qué pensábais que me habían puesto grilletes entonces?—obviamente era un apregunta retórica ya que sólo había que mirarla para darse cuenta de que, como toda elfa, era de constitución frágil y no es que pareciera capaz de dar los puñetazos de un bárbaro precisamente—entre otras cosas, los magos necesitan las manos para lanzar conjuros.

Levantó ligeramente la barbilla como si estuviera orgullosa de aquello, estaba claro que si no lo había hecho ya pese a tenerlas libres era por algo. Bien porque se encontraba demasiado débil... o bien porque se encontraba en una cueva a rebosar de trasgos y semiorcos armados en clara superioridad numérica, tratar de rebelarse sería algo increíblemente estúpido.

"Por Erevan Elisere... ¿está de broma?" pensó girando la vista en otra dirección. No confiaba en las palabras de Luminosio y no pensaba asociar el apellido Albargéntea a nada que tuviera que ver con la servidumbre, jamás "si piensa que voy a ayudar a que se haga asquerosamente rico diciéndole que ha capturado a alguien de sangre noble es que tiene más fé que muchos clérigos de ilmáter... "

Pese a que mantenía aquella aparente fortaleza, lo cierto es que necesitaba un descanso como fuese. No había podido hacerlo en días y aunque se le notase un poco en los ojos al carecer estos de brillo, no tenía la más mínima intención ni de admitirlo ni de bajar la guardia. No se fiaba en ninguno de aquellos rateros de piel verde, mucho menos en el jefe.

La risa del mediano desaparecio por completo.
-Bien. Segùn sé, necesitas de esto para hacer tu magia... Lo guardare. He dado instrucciones para que te traen bien, sin embargo, no abuses de tu suerte. Vuelvo en unos dìas. Espero verte mas hermosa, y menos filosa.
Luego de eso lo ves desaparecer por la puerta nuevamente... La camara queda en silencio, y tras un rato de consumirse casi por completo el aceite de la lampara... La penumbra y luego el sueño lo invaden todo.

"Pues te equivocas, estúpido jefecillo de tercera" pensó "necesito eso para memorizar los conjuros... no para usarlos"

Neeshka se mantuvo mirando en otra dirección, como si no quisiera darle crédito a aquél tipo... aunque cuando éste se fue, la elfa clavó la vista en la puerta con los ojos centelleando de ira. Odiaba a aquél tipo que le había quitado su... SU libro de conjuros.

"¿Mas hermosa y menos filosa? ¡Vete al maldito infierno!"

Indignada, se volvió a recostar sobre el montoncito de paja, alguna que otra brizna se le había cardado en el cabello o pegado a la túnica al hacerlo pero por lo menos aquello era mucho más cómodo que el cajón oscuro en el que la habían estado transportando.
Al rato, cuando ya reinaba el silencio (y por ende un resquicio de tranquilidad) terminó por emitir un suspiro apagado al convertirse en rescoldos humeantes y fríos las brasas ardientes de la rabia que sentía.

—.........

Aquella calma era aparente ya que para nada estaba tranquila... aun en la penumbra sus ojos de elfa le permitían ver, ver que era una prisionera encerrada entre cuatro paredes. Así que los cerró tratando de descansar aunque fuera un poco, daba por hecho de que iba a resultarle tremendamente difícil.

"Dioses... ¿qué he hecho para merecer esto?"

No menos de tres dìas pasaron desde que llegaste hasta que el cansancio y la fatiga muscular dejaron de molestarte.

Los trasgos trajeron en ese lapso una sabrosa (aunque sencilla ) comida, y nada para tu compañero de  cueva.

Agua cristalina para ti, y las sobras, para el nota. Asimismo, este parece cada vez màs silencioso, como si su voluntad fuera disminuyendo dìa a dìa.

Una sola vez en esos dìas prendieron una antorcha, y los dos semiorcos y el trasgo blindado entraron varias veces... Discutieron sobre "la trampa", rieron sobre las presas de las que habìan dado cuenta, uno de los semiorcos hizo unas marcas en una tableta de arcilla burda, y luego se retiraron...

Ahora, segùn tus càlculos es de noche... Del tercer día...

Los gritos de las criaturas al otro lado de la puerta suenan a "alarma"... pero, entre la gritera, las corridas y la distancia se te hace dificil escuchar...

La criatura que hace estallar la paz del campamento no es otra cosa que un trasgo. En su gutural idioma escuchas como su voz narra lo referente a una masacre... Por su parte, uno de los semiorcos (ya has escuchado su voz en varias oportunidades) le contesta furioso.

El trasgo cuenta que una patrulla de las que "llevan las moscas a la tela-de-araña" resulto sorprendia por presas demasiado poderosas, y demasiado numerosas.

Dice que un tal Tik Teth intentò llevarlos a la trampa cuando sus compañeros murieron, y que èl mismo vio como casi al llegar, el nota fue ultimado...

Le escuchas informar desesperado que un enorme humano aniquilo a casi todos... A Munita (asì escuchaste que le decìan al trasgo blindado), y a su hermano... Dice respecto del semiorco...

Al escuchar la aciaga noticia, el semiorco se pone todo ira, escuchas al trasgo forcejear con la voz entrecortada... Estimas, lo ha tomado del cuello y lo tiene en el aire...

Sin embargo, lo deja caer en seco al piso, y es desde allì que este termina su informe `sdstsm ,iu vrtvs frñ trgihop...

Puede que físicamente Neeshka hubiera recuperado la fuerza, pero a medida que pasaban los días, su altivo orgullo Solar se iba viendo cada vez más humillado encerrado en aquella jaula como si fuese un animal salvaje... cosa que la deprimía cada vez más aunque también la volvía más irascible.

Cuando escuchó aquellos farfullidos de fuera, pegó una de aquellas delicadas orejas puntiaguas a la puerta de la celda y escuchó atentamente.

"¿Una... emboscada?"

Si alguien estaba atacando a aquellos mosntruos indeseables, rogaba a los dioses porque encontrara el refugio. Por otra parte, lo normal sería que anque fuese un "enorme humano", cualquier cosa le pareciera mejor que aquello pero la joven elfa no derrochaba optimismo precisamente, no al menos después de semejante cadena de desgracias.

"Pues... vaya... Con la suerte que tengo, capaces son de ser más traficantes de esclavos" suspiró de forma sacrcástica, obviamente no lo pensaba en serio pero tampoco quería hacerse ilusiones, nada le había salido bien hasta ahora, ¿por qué pensar lo contrario? se  volvió a retirar hacia atrás recostándose un poco sobre un montón de paja "al menos prefiero humanos que pieles verdes... "

Durante un buen rato tus captores continuaron movilizandose, como preparados para recibir un ataque... Sin embargo, ese ataque nunca llegò.

A la mañana siguiente, te despertaron las quejas de tu compañero de cautiverio.

Parece que montaron una pachanga los malnacidos Su humor era a todas luces, funesto...

Casi como si los ubiera llamado con sus quejas, dos trasgos entraron por la puerta acompañados por uno de los semiorcos, y, colocando agua de unos odres que a sus lomos traìan en baldes, repitieron lo que tu captor original hiciera contigo... Es decir, lo bañaron a fuerza de baldazos mientras este de debatia impotente...

MALDITOS!

Grito al recibir el agua fresca en su maltrecho cuerpo...

El semiorco le pone un lazo al cuello y de un tiron lo saca fuera de la celda

Mercader pagar rescate niño de papi

Dice burlón... Al tiempo que le pone ahora sù una capucha de cuero sobre la cabeza y lo lleva de un tiròn fuera de tu vista...

A Neeshka le costaba encontrar tranquilidad en aquél sitio, aquella jaula oprimía su espíritu... pero cuando escuchó los quejidos del prisionero de al lado no pudo menos que levantarse y acercarse a la puerta.

—¡Thonok!

Empuñó los barrotes tratando de ver algo de lo que estaba ocurriendo y cuando se percató de que se llevaban al humano su mirada se ensombreció. Tal vez fuera una "suerte" par aél que hubierna pagado su rescate... o tal ve zno, pero al menos ería más libre que allí, era un guerrero y podría plantearse el volver a casa.

Pero ella no era fuerte y le habían quitado su libro de hechizos. Lo peor de todo... era que si le llegaba el turno, no sería su padre quien pagara, sería cualquier don nadie con ganas de tener una exótica esclava elfa, y para como, Solar.

Doñrmvop rñgs""" gruñe uno de los trasgos cuando desaparece Trolibald entre forcejeos y sin poder responderte siquiera un adios...

Los minutos se transforman nuevamente en horas... Que parecen una eternidad a causa del opresivo silencio.

Tras un largo rato, el mismo trasgo que te ordenara guardes silencio vuelve a entrar, y esta vez deja una antorcha en la pared y por debajo de la puerta te pasa como en otras oportunidades un plato de guisante...

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Pasado lo que bien podrìa haber sido un puñado de minutos, o de horas... El trasgo vuelve a ver si necesitas algo.

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Dice el trasgo para luego darte la espalda, listo para retirarse nuevamente como otras tantas veces...

"Ya lo creo que te entiendo, especie de sapo parlante de pantano" Neeshka le dió un puntapie a la puerta "¡Y no soy TU elfita!"

Emitió un gruñido exasperado caminando de un lado a otro de la celda como si fuese un animalillo enfadado de verse encerrado entre cuatro paredes. Cuanto más tiempo pasaba allí, más se resentía su moral.

"¡Oh, Corelon!" se dejó caer de rodillas finalmente y suspiró "¿Qué he hecho para merecer esto?"

Se derrumbó de costado sobre el montoncito de paja y cerró los ojos con fuerza apretando los puños. Alguna que otra brizna se le había enredado por el pelo al hacer aquello pero ya le daba exactamente lo mismo. ¿Qué sentido tenía lucir bien allí encerrada? quería salir, quería volver a ver los árboles, el sol, quería volver a pisar tierra, hierba, un camino bajo sus pies... Aquella jaula la hería sin hacerle sangre y no la soportaba.

Apretaba los dientes hasta el punto de rechinar pero no pudo evitar que se le escapase algún sollozo ahogado de impotencia, ni que dos lagrimitas de pura rabia le resbalasen por las mejillas. Estaba sola, completamente sola, y nadie iba a ayudarla dentro de aquella cueva alejada de la mano de los dioses.

Luego de la partida del trasgo escuchaste mucho revuelo, tanto, que sin  ver nada supiste que estaban bajo ataque.

Los trasgos chillaban y gritaban VORTTRM ÑS ÎYS ÎRTYSSS pero tanto más se incrementaron los gritos cuando evidentemente fue invadida la madriguera... Gritos que instantes después desaparecieron...

Escuchaste voces hablar en común, de un hombre y una mujer... Y luego el hombre gritar algo que esta vez sí lograste comprender a pesar de la distancia que los separaba "Esto está despejado, tenemos a un trasgo como prisionero y espero que colabore con nosotros... Durbara, ¿podrías luego entrar y ayudarnos a abrir nuevamente la entrada? Creo que puedes entrar por este hueco ... ¿Cómo te encuentras, amiga mía?"...

Pero lo más importante... Sientes muy cercana un áura familiar... Quizá...

Neeshka había llegado al agotamiento de rabiar allí encerrada, exhausta de pensar una solución a aquel infierno que no parecía llegar por ninguna parte ni que fuese a hacerlo nunca. La elfa permanecía recostada de lado sobre un montón de paja, mirando sin ver la pared como si sus pensamientos se encontrasen en otra parte.

El escándalo que estalló fuera la hizo parpadear, pero ni si quiera se levantó, sólo miró de reojo la puerta. A fin de cuentas, aquellos mastodontes semiorcos de piel verde y aquellas condenadas ratas trasgas... de piel verde también, se pasaban el día vociferando y armando jaleo como bestias de la ciénaga. No obstante, el sentir algo distinto y cercano le provocó una punzada similar a la que sentiría si alguien le hubiese lanzaod un cubito de hielo a la nuca, la hizo soltar un respingo.

"¿Minsk... ?"

Neeshka se incorporó un poco sin levantarse, apoyada sobre un codo escuchando con atención, ahora se habían acallado los gritos y se escuchaban dos voces que venían de fuera. Cualquiera habría gritado pidiendo ayuda, pero en experiencia propia ella no asociaba el Común a "buena gente", los humanos no la habían tratado mejor que los semiorcos.

Aún así, contuvo la respiración, espectante, si su familiar estaba cerca y llegaba hasta allí, significaría entonces que tras tanto infierno le había llegado una brizna de suerte. Minsk nunca se acercaría a un lugar o a unas personas desconocidas a menos que no hubies epeligro.