Partida Rol por web

Martín asistía impávido a la perorata de Cachivaches, planteándose que la grabación del agente bebiendo whiskey tras el tiroteo iba a ser realmente espectacular. Sí, te van a poner al frente, al frente de la cola del paro, imbécil. Negó con un breve gesto como para deshacerse de esa línea de pensamientos mientras se apiadaba interiormente de Gutiérrez y entonces…

En una situación de tensión prefería asegurar a sus agentes y a todos los civiles presentes que no dar imaginación a su lugar. Además... seguro que ya lo sabían. Una casualidad tan casualidante no encajaba.

i procedemos de ese modo, creo que debería prepararse otro en este vagón para hacer guardia con María mientras se hacen los registros. Por lo que pueda pasar.

-Sí, claro -asintió- Procedan.

Había asumido que así es como se harían los registros. Venía de raigambre militar y de la Guardia Civil así que su idea de registro mínima serían dos tipos cacheando y otros dos con los subfusiles después de llamarle "caballero" y pedirle la documentación.

-¡Salud!

La hostia que se llevó en la mano Jordi cuando fue a levantar el vaso, mandándolo a la mierda, fue mayúscula. Aquel niñato anarquista se lo habían metido como plantón los romanos o algunos niñatos así, no podía existir otra explicación para lo que estaba pasando. Si Mayo hubiera tenido alguna idea de esto, y del posible reventón que le metería a esto nada más empezar...

-AGENTE Fábregas. O suelta el alcohol y empieza a hacer su trabajo o juro por el pantocrátor que le meto el juicio sumarísimo yo mismo -dijo, fulminándolo con la mirada- Queda. Claro.

La agradable, e increíblemente innecesaria, situación, fue interrumpida por una sacudida enorme conforme alguien había apretado el sistema de parada de emergencia. Aquello era lo que habían buscado parar... bueno, aquello en concreto no, pero estaba entre las cosas.
 

—Me ha parecido ver guardia armada en el otro vagón. Pueden ser de ayuda. Voy a buscarlos.

Ese era el mensaje que Mario había escrito a Antonio antes de dirigirse al vagón donde podría estar la ayuda. De repente el tren se detuvo y trató de agarrarse a la primera sujeción que tuvo a mano.

—¡Maldita sea! —exclamó mientras miraba hacia el vagón donde debían de estar los tiradores; con toda seguridad habían sido ellos.

El tren frena y se desata el caos. Jordi no puede aguantar el equilibro y sus pies se despegan literalmente del suelo...en su camino se lleva por delante a Antonio que tampoco ha podido mantenerse de pie. Ambos caen al suelo y reciben un fuerte golpe.

Dolores cae también al suelo sin poder evitarlo, al igual que la forense que se cae al suelo del vagón. Daniel logra mantenerse de pie apoyándose un momento en un asiento. Martín logra mantener también el tipo aunque tiene que apoyarse en la pared del vagón.

Mario es el que mejor aguanta el tipo de toda la Brigada, compensa el frenazo y logra mantenerse de pie y en movimiento sin apenas notar el gran frenazo.

Se escuchan gritos en todo el tren, las luces aún están apagadas y el pánico empieza a cundir en la gente. Lloros y gritos de miedo...

Pero parece que esto no acaba más que empezar...

El brusco movimiento del tren no le da tiempo a nada, de repente se ve empujado sobre Antonio, su equilibrio completamente ido y todo el Whisky regado sobre el suelo, sobre él y sobre su compañero, mientras ambos caen aparatosamente sobre el suelo sólido del tren. Le toma unos instantes procesar la información, entender que ya no estaba de pie, y luego sentir la punzada de dolor proveniente de su brazo que le indica que ha sido una muy mala caída. Su móvil cae varios metros más allá, apagando la luz y dejándolo de nuevo en la oscuridad, sintiendo la masa que debía ser el cuerpo de Gutiérrez.

-Me cago en todos los muertos de este tío- dice mientras rueda para acercarse a la pared, se acomoda para sentarse allí con la espalda pegada al muro y luego lanza una exclamación de dolor, sosteniendo su brazo izquierdo son su mano derecha, temiendo habérselo podido fracturar al venirse al suelo. -Jodido gilipollas de mierda... mira que parar el maldito tren y encima hacerme perder el whisky...- empieza a mascullar, maldiciendo con bastante ahínco, como si aquello le sirviese de analgésico para el dolor.

Se queda allí unos momentos, tratando de que sus ojos vuelvan a acostumbrarse a la oscuridad total. Mira hacia ambos lados y trata de reconocer algún rostro que no sea el de su auto denominado superior. -Eh Pozo. Este es el mejor maldito momento para salir del puto tren. Es ahora o esperar a que el tío venga aquí- ladra con fuerza, aún más irritable por el dolor. -Joder. Ahora sí que necesito un trago- dice en voz baja.

Martín está afianzado contra la pared y evita perder de vista la puerta del vagón.

—¿Estáis todos bien?

Pase lo que pase en el otro vagón, el tiempo sigue transcurriendo.

Antonio cayó en blando y sobre seguro. Cayó en blando y sobre seguro porque su caída había sido amortiguada con una hostia contra la pared que le hizo ver las estrellas por unos instantes. Ahora estaba manchado de whisky repugnante y de agente no menos repugnante por todo el cuerpo, neutralizando su Varón Dandy Coliseo y en general bastantes de sus ganas de vivir en aquel momento: la espalda le recordaba que tenía ya una edad cuando se levantó.

—¿Estáis todos bien?

-Todo bien -dijo, levantándose para volver junto a la puerta y cubrir- El plan no cambia, caballeros.

Sólo porque el criminal más que probablemente hubiera escapado o estuviera parapetado no quería decir que la idea anterior no se aplicase. Bueno, querría decir exactamente eso si no se hubiera tomado la decisión sabiendo que el criminal estaba en el vagón: era un gran riesgo, pero, igual que lo era el de cualquier cuerpo de seguridad del estado en la línea del deber. En España estaban los españoles primero, especialmente víctimas del terrorismo.

-Fábregas, necesitamos que compruebe existencia de sistema de luces de emergencia en el vagón.

No esperaba el frenazo y termino por inercia yendo hacia delante y golpeandome en la frente. 
Reprimo el gemido de dolor y me llevo la mano a la frente, tengo un pcoo de sangre

Levanto la mano para que se tranquilicen y asiento. 
Martin, te cubro le susurro mientras sujeto el arma con fuerza aunque la mirada la esta costando

Mario no contestó a la pregunta. El silencio era una baza que no quería perder. 

Una vez estabilizado aligeró el paso en busca de aquellos guardias que había visto momentos antes. No quería perder de vista el cambio de trenes por si alguno de los tiradores quería usarlo para salir así que retrocedió unos pasos manteniendo la vista en el vagón oscuro.

Llegas a ver al oficial de la Policía Armada, por el emblema del chaquetón ves que es un miembro de las Compañías de Reserva General y cuando te acercas a su asiento ves que está inconsciente, está vivo pero lo han noqueado. No tienes luz suficiente para saber si ha sido un golpe o le han hecho una llave del sueño (estrangulamiento).

La funda de su arma está vacía. Intuyes que es una Llama M-82, por la cartuchera que palmas en su cintura. De ahí salió el arma así que el que provocó el disparo no vino armado, lo que te hace pensar...¿Por qué alguien dispararía en un tren lleno de policías?

Una preocupación te asoma la cabeza...si llevaba un arma puede que acabara de salier del trabajo, ¿y si llevaba algún arma más en la bolsa?

Escucháis un fuerte golpe, seguido de un quejido corto y luego el indudable sonido de un cuerpo chocar contra el suelo. No escucháis nada más, pero os teméis que sea Daniel el que acaba de ser noqueado ya que no ha enviado a nadie hacia vuestro vagón...eso es una mala señal.

-Claro que existen, imbécil- dice con cara de pocos amigos, mientras frunce el ceño y trata de pararse. -¿Usted es gilipollas, Gutierrez? ¿O le han dado el cargo en una rifa? El cableado pasa por arriba, lo hemos averiguado hace bastante, mientras usted aparentemente se contemplaba la micropolla que tiene, pensando en lo grande que es...- dice mientras termina de ponerse de pie junto a la pared. -... ahora, si pudiese dejar de ladrar sus putas órdenes inservibles- estaba más que molesto, apretó los dientes y caminó hacia donde estaba su portátil. -... me pregunto a quién se la habrá chupado para llegar a donde está, inepto- dice mientras toma su equipo.

Poco tiempo para reflexionar sobre lo que pensaba hacer a continuación. Se gira mientras dedica una sonrisa amarga al que se hace llamar superior. -Si ese ruido ha sido la cabezota de Castro golpeando el suelo, su idea de "seguir con el plan"- dice ridiculizando las palabras -es una soberana tontería. ¡Evacuad a esta gente del puto tren! ¿O la va a dejar también como ficha del secuestrador?... hay que ser un tipo especial de imbécil para no saber cuándo está exponiendo la vida de sus compañeros y de inocentes- dice mientras silba a los que están adelante.

Hace una señal con las manos, mientras el mismo se agazapa del otro lado de la barra, abriendo el pc y empezando a teclear con la mano buena. -Habrá que ver los tontos del culo que ponen ahora con buen salario...- seguía diciendo tratando de concentrarse.

Jordi te voy a meter los putos calcetines sudados que tienes para que dejes de mirarte la punta de la polla cada vez que hables. 
Empujo a Martin para que siga adelante y yo busco una puerta para salir fuera y empezar la evacuacion. 

Mis vacaciones, deberia haberme ido de vacaciones

Ignorando a Jordi, a sabiendas de que nada que se pueda decir o hacer valdrá de mucho con él, Martin se dispone a dirigirse a la puerta cuando recibe el empujón de María. La mira un instante y asiente:
—No podemos entrar si no se reactivan las luces. El tirador se movía con absoluta naturalidad. Lleva algo que le permite ver con normalidad, y aunque podamos abatirlo, sembrará el caos y habrá heridos, en el mejor de los casos. La cuestión es reactivar la luz. Mientras veré si puedo localizar a Castro, que no tuvo demasiado tiempo para moverse y estábamos viendo en la pantalla a qué altura estaba. Si nadie ha hecho nada raro no debería ser difícil localizarlo.
No obstante se acerca hasta la puerta, cubriéndose con las paredes de los laterales. Desde allí, acuclillado con la pistola agarrada baja para que no se vea, echa un vistazo sin asomarse apenas y deslizando el ángulo cada vez un poco más a ver si localiza a Castro. A pesar de la escasa luz, espera que la chaquetita del operario sea reconocible desde esa distancia.

Asiento Yo saldre fuera para ir ayudando en la evacuacion. Ten cuidado sonrio levemente mientras me acerco a la puerta mas cercana para abrirla y salir fuera. 

Cuantas menos vidas sean destruidas, mejor...

En la pantalla sólo veis oscuridad, no veis nada más. Es posible que Castro haya quedado fuera de combate y el tirador esté todavía activo y armado que es lo más importante. 

Martín logra visualizar a Castro gracias a la chaqueta, no sabe todavía si vivo o muerto...

Notáis un murmullo que comienza en el medio del vagón donde está el tirador, empieza a aumentar la intensidad de ellos y los sollozos empiezan a crecer. No sabéis el motivo pero algo los está alarmado...o actuáis ahora o puede haber más víctimas...

Te concentras en ver a Castro y logras divisar algo o te da la impresión de que es humo.

Martín se aleja un poco de la puerta y susurra a sus compañeros:

—Hay humo, o alguna clase de vapor en el vagón. Si tenéis alguna idea de cómo proceder, que sea para hacerlo inminentemente; es probable que la espera tenga el mismo resultado que entrar como Clint Eastwood.