Partida Rol por web

Has visto esa luz roja?, parecía la de un raider cylon.

Brice corre rápidamente hacia un comunicador para hablar con el puente de mando.

Aquí Spartan desde la sala de observación, me acaba de parecer ver un raider cylon, solicito comprobación o permiso para salir rápidamente en viper para confirmarlo.

Sacas tu propio pad de datos que siempre llevas contigo y lo conectas al de la cylon. En unos segundos has roto el código de entrada y navegas por su interior. El pequeño computador está vacío exceptuando lo que parecen ser una serie de coordenadas indicando la posición de agentes cylons en la flota y un pequeño programa para enviarles mensajes. Observas desalentado que parecen haber al menos media docena más de agentes. También te percatas de que uno en concreto está marcado como 0.00 o sea que se encuentra en la propia Galáctica. Shelly no podría ser, así que ¿quién demonios sería?

-¿Un Raider? ¿Dónde? -Boomer observa la panorámica espacial mientras tú llamas al CIC. Te contesta la propia Dualla.

-¿Está seguro, Spartan? El DRADIS está vacío. De todas formas tiene luz verde para investigar. Starbuck ya se encuentra fuera en misión de evacuación. Le asignaré el grupo Alfa como Líder Alfa. Informe enseguida de cualquier novedad.

Te despides de Boomer y sin perder más tiempo corres hacia el hangar. Si era de verdad un raider ¿cómo es que no salía en el radar? ¿Sería algún tipo de nueva nave con camuflaje?

Lo que tenía en sus manos era una joya o una bomba, los dos opuestos que le podrían traer tanto la gloria como su total destrucción. Solo debía saber cómo utilizarlo. por desgracia, no sería fácil.

Si callaba, si hacía como que nada de eso existía no arreglaría nada su situación. Puede que al principio salvara su preciado culo, pero seguiría siendo el esclavo de una cylon que no le respetaba y que le pediría cosas que le llevarían al arresto o la muerte. Para colmo, si se enteraba que había urgado en sus cosas quizá ni siquiera le salvara el no haber hablado.

La alternativa podía ser tan buena como mala. Las repercusiones podrían ser catastróficas. Si la delataba, si la vendía, su vida correría peligro y su prestigio igual. Ella hablaría de cosas que le convertirían en un traidor a ojos de la humanidad. Sin contar con que debería inventarse una excusa con muchos posibles fallos sobre cómo obtuvo esa información.

Pero, ¿y si la suerte estaba con él? Delatar a una espía, darle esa información a los militares. Si encontraba una buena excusa sobre cómo ha llegado esa información a sus manos y desacreditaba al modelo 6 igual no solo saldría de ésta, si no que lo haría como un héroe... nadie dudaría jamás de su palabra. Y su culo estaría más a salvo de lo que lo estaba ahora, pues rendirle las cuentas a un cylon no era su idea de un futuro prometedor.

Por supuesto, las dudas le atacaron, casi le faltó la respiración, pues a pesar de que podría salirle bien con su pesimismo habitual sería difícil de creer que todo saldría a su gusto. Lo único que podía hacer era actuar rápido, no tenía tiempo para pensar o se echaría atrás. más aún si su "amiga" imaginaria le expresaba sus dudas de forma tan veraz como ardiente.

Con el panel de datos en sus manos salió de aquel lugar corriendo esperando no dar tiempo a que Shelly fuera para allá, buscando algún soldado que pululara por Galáctica. Solo podía confiar en el puesto de mando, en Adama. No creía que fuera posible que quien dirigiera la humanidad a su salvación fuera un espía... o todo habría acabado mucho antes.

Desde hace unos días te encuentras muy rara. Bueno, a decir verdad, te pasa desde el ataque a las colonias. Momentos en los que parece que no sabes muy bien qué estabas haciendo o hacia dónde te dirigías. Como unos momentos de amnesia localizados. El más grave te ocurrió ayer mismo. De pronto estabas en tu barracón y en el siguiente te encontrabas en un pasillo de Galáctica sin saber muy bien cómo habías llegado hasta allí.

Entonces escuchaste los rumores. Alguien había asesinado al marine de guardia del arsenal dejando el camino abierto para que robaran unos explosivos. Después llegó la noticia del atentado a la nave minera y la movilización de la flota por si habían más bombas. La propia Colonial One había sido evacuada y se encontraba en las coordenadas de emergencia porque habían encontrado otro explosivo ahí dentro.

¿Y si hubieras sido tú? Al igual que muchos otros oficiales, poseías credenciales para entrar en el arsenal. Sin embargo, habían forzado electrónicamente la cerradura. Eso quería decir que había un agente cylon operando dentro de la nave. Se decía que ahora tenían aspecto humano. Que cualquiera podría ser uno. Pero no. Lo que pensabas era absurdo. No podía ser.

Habías intentado hablar con Lynch. Ese piloto tan simpático. Pero no te habían salido las palabras. Seguías cumpliendo con tu deber pero ¿y si la siguiente pérdida de consciencia te ocurría mientras pilotabas?

Desde ya no transitaba por uno de mis mejores momentos, en mi mente un intenso vacío comenzaba adueñarse de mis acciones. Despertaba siendo consciente de que haría algo específico y terminaba en una situación o lugar totalmente diferente a lo planeado, en donde algo malo estaba por suceder o directamente surge delante de mis ojos como si en verdad hubiera sido la autora de semejante acto. 

No había padecido enfermedad o trauma alguno que me lleve por esos senderos, era la poseedora de aquellas tarjetas de acceso pero no me cerraba la falta de prolijidad en los sucesos o el nivel de cinismo adyacente. ¿Tenía un problema de doble personalidad? O quizás necesitaba un descanso lo suficientemente extenso para ser un poco más consciente de lo que hago o terminaré totalmente disociada en mi interior. 

Los rumores se alborotaban en los pasillos, el tema de las bombas, la evacuación la colonial One, cerraduras forzadas y la posible versión de que había un cylon infiltrado sembraba dudas en mi, que no tenían una respuesta de momento. Lo he conversado con Lynch, adoraba ese piloto por su simpatía pero no sabía como tratar el tema en profundidad y al fin de cuentas se lo adjudiqué al estrés de mi trabajo. 

Estaba preocupada realmente, pero no sabía con quien hablarlo. Hasta que caigo en la cuenta que solo una persona podía comprenderme y era Galen... Mi novio...

Caminando por los pasillos denotando una apariencia bastante paranoide, lo busco con la mirada hasta llegar al sector en donde usualmente trabaja.  

Bueno,  genial.  Espero que los fanáticos de Galáctica no me matem mucho. ^^

Entonces hablaré con el pj, no puedo editar el post. Cambio a Galen por Lynch así narro con él. :D

No puedes encontrar a Lynch por ninguna parte. En la cantina te dicen que ha salido con los Vipers de patrulla a interceptar a un raider cylon. En ese instante te llaman por los altavoces de la nave. Te quieren en el Hangar de inmediato.

Una vez allí te informan de que tu Raptor debe salir a inspeccionar los restos derribados del Raider para ver si se puede sacar algo en claro. Te alegra volver a los mandos de tu nave y poder despejarte la mente. Tu compañero de equipo, Crashdown, está sustituyendo a Helo, al que tuviste que abandonar en Caprica por dejar su asiento a Baltar.

Despegas de Galactica y te acercas al sector de la batalla donde Starbuck, Apolo y Spartan (Lynch) están desplegados.

Siguiendo las órdenes de Adama, coges a cuatro marines y vas en busca de la supuesta cylon. No la encuentras en el laboratorio dispuesto para Baltar, así que te encaminas hacia sus habitaciones a paso rápido. Al llegar allí, abres la puerta sin más miramientos y encuentras a la rubia científica registrando su camarote de arriba a abajo. Todos los cajones están abiertos y su contenido regado por el suelo. Hasta el colchón ha sido desplazado de sitio. Pero lo que quiera que ande buscando, parece que no lo ha encontrado. Al verte irrumpir así, se gira sorprendida hacia ti.

-¡Coronel! Que susto me ha dado -al ver a los marines detrás de Tigh su sonrisa se desvanece poco a poco- ¿Pasa algo?

Tal como el coronel suponía, la mujer se encuentra en el camarote de Baltar buscando el aparato electrónico con toda la información. Afortunadamente él y su grupo de soldados la sorprenden in fraganti pero asumiendo que ella es un Cylon entonces debería el XO ser precavido. Su viejo amigo habría muerto a manos de Leoben de no ser por la radiación de la nebulosa de Ragnar, entonces de ser verdad, aquella mujer podría vencerlos a mano limpia antes que pudiésemos reaccionar. – La nave de la Resurrección se encuentra fuera de alcance. Si le disparamos morirá permanentemente. ¡Tiene tres segundos para rendirse o abriremos fuego! – Tigh y los marines le apuntan con sus armas. El viejo militar espera que reaccione como se espera. Con sorpresa ante el descubrimiento que los humanos conocemos esa información.

Si es un agente Cylon sin dudas cooperara tal como lo hizo Doral. Si no es un Cylon no habrá entendido nada pero igual cooperara ya que su vida corre peligro. – Uno…dos…- el coronel comienza la cuenta…

La mujer al ver las armas apuntándole levanta las manos con sorpresa.

-Pero Coronel ¿Que está pasando? ¿Qué he hecho?

Uno de los marines la rodea y le lleva las manos a la espalda para colocarle unas esposas metálicas.

-¿A dónde me lleva? ¿De qué se me acusa?

Sea como fuese el plan del coronel había funcionado dándole la oportunidad de apresar a la mujer sin mayores dificultades. La sorpresa en su rostro es innegable pero ahora deberían comprobar si realmente era un agente cylon u otra cosa. - Usted esta bajo arresto por denuncias de robo. Vendrá con nosotros para responder algunas preguntas que seguramente demostraran su inocencia así que le recomiendo que cierre guarde silencio. Venga, vamos. - Nadie podría sospechar de una mujer de semejante porte a lo cual Saul cree que el doctor Baltar es un desviado o algo mas rarito. Cuando la mujer se encuentre en una celda el coronel ira por algo para beber en la cantina si puede.

Al día siguiente, te cambias de uniforme y te das una buena ducha antes de acudir a las celdas donde se mantiene prisionera a la joven científica. Ella y Doral estaban en estancias separadas para evitar que pudieran conversar entre ellos. Dos marines te acompañan a donde se encuentra la tal Shelly. Al verte, la mujer se sienta en un extremo del catre mientras te observa con temor.

-Coronel. Quiero saber por qué se me ha dejado encerrada toda la noche ¿Y qué es eso de que me acusan de robo? ¿Qué es lo que he robado? -pregunta con un deje de altivez.

El cambio de ropa y la ducha no ayuda en nada con la jaqueca por la resaca pero una taza de café ayudo un poco. Ahora el coronel Tigh debía ser muy astuto en sus palabras para lograr su objetivo. Desenmascarar a la mujer acusada de espionaje, que si todo era cierto según Baltar entonces el científico posicionaría su imagen ante los militares.

-Shelley Godfrey. Se le acusa de sabotear el trabajo del doctor Baltar y de trabajar para el enemigo como un agente infiltrado. Un compañero de usted la identifico a cambio de perdonar su vida. Le recuerdo que si muere aquí jamás volverá a revivir en otro cuerpo. ¿Está usted preparada para hablar o afrontara el riesgo de morir para siempre? – Saul  como la vez anterior extrae su arma y la amartilla mientras amenaza a la joven con gesto altivo. Él necesita preparar el ambiente para que ella caiga en la trampa. – También somos consientes de lo que usted ha hecho en el laboratorio. Si coopera podrá sobrevivir.  -  Luego el coronel aguarda paciente la respuesta de la mujer. Hay otras formas para obligarla a confesar pero no son nada agradables.

-¿Sabotear yo el trabajo del doctor Baltar? -pregunta sorprendida la mujer-. Coronel, le han estado tomando el pelo ¡El único traidor que hay en esta nave es el propio Baltar! ¿Cómo cree que el enemigo tuvo acceso a los códigos de defensa? ¡Fue un programa creado por él mismo! ¡Él nos vendió!

El cauce por fortuna se dirigía en dirección al cántaro indicado y el premio era por partida doble. ¿Las acusaciones de la espía confesada eran verdades ocultas del científico Gaius Baltar? ¿O solo son palabras sin fundamento libradas a su suerte? En cualquier caso el coronel podía sacar una buena atajada del interrogatorio. – Según las palabras del Baltar eso no es cierto, porque si fuera verdad él no estaría huyendo. Si nos hubiese vendido Gaius Baltar a los cylons entonces disfrutaría de una mejor posición que la actual en un austero cuarto en desuso de una desmantelada Battlestar. ¿No le parece? Creo que usted ha sido engañada con un doble propósito. Ser el chivo expiatorio de Baltar. – Tigh le siguió la corriente solo para ver adonde llegaba en todo esto. Tal vez había comenzado a desenredar la punta de un gran ovillo, con muchos secretos que podrían cambiar el curso de la flota. Luego la mujer de hojalata tendría su merecido. Dolor y sufrimiento.