Partida Rol por web

Ubicada en la segunda cubierta esta sala es el punto de reunión favorito de todos los tripulantes de la estrella de combate. En su interior, media docena de mesas y unas cuantas sillas se disponen aleatoriamente ocupando la mayor parte del espacio. Pese a su aspecto austero es uno de los lugares donde se puede conocer de verdad a las personas en los pocos momentos que tienen para relajarse, descansar y ser ellos mismos. En una de sus extremos, un pequeño armario metálico contiene las botellas y jarras para beber. Son pocos los que tienen su propia jarra personalizada y existe una larga tradición de apuestas y desafíos contra los recipientes de los demás. Hasta el momento, la más cotizada es la que tiene Starbuck, una magnífica jarra de porcelana de aires germánicos. Los juegos de cartas son de los pocos vicios permitidos a bordo de la nave, lo que fomenta las apuestas y borracheras alrededor de las mesas. Si tienes tiempo libre y ganas de gastar créditos, este es tu lugar. En otro de los extremos se levanta una pequeña estantería de madera con algunos libros, juegos y diversos elementos de esparcimiento. De las paredes cuelgan diversas fotos de pilotos que han servido a bordo de la nave, de naves de combate y aviones, condecoraciones y otros objetos de recuerdo.

HORA DE LA FLOTA 20.00. CONDICION 0. 24 HORAS SIN CYLON

La cantina se encontraba atiborrada de pilotos y marines celebrando la pequeña victoria moral que había supuesto para vosotros el fin de la persecución. Cierto, la muerte de cercade tres mil personas lo había permitido, pero erais humanos, estabais vivos y no podíais dejar de celebrarlo. El humo del tabaco y el sonido de los vasos entrechocando entre sí lllenaban la atmósdera de la cantina y se derramaban fuera de ésta transmitiendo la alegría que os embargaba a todos a los pasillos adyacentes. En las mesas los naipes eran lanzados con fiereza, desafiando la suerte y la audacia de quien se animase a jugar. En el suelo, completamente ebrios e incapaces de llevar su borrachera hasta el catre, los menos resistentes a la bebida se reían entre dientes mirando la escena con sus ojos vidriosos. Hacía mucho tiempo que no disfrutabais de un descanso. Adama lo sabía y os había adjudicado varios días libres dentro de lo que la escasez de personal lo permitía. Y si algo sabíais hacer era aprovechar al máximo el poco tiempo del que disponíais, sin importar la constante amenaza que constituía lo que pudieran estar tramando los Cylon. ¿A quién le importaba cuando podía ahogar las penas, los remordimientos, las dudas en alcohol y juego?

Galen entró y se sentó pesadamente en una silla libre. Dejó el vaso de bebida no alcohólica sobre la mesa y sacó del bolsillo un pequeño cuaderno en el que tenía garabateadas algunas notas. Con una mirada se aseguró de que no había pasado por alto la presencia de nadie próximo a él en la cantina y se sumió en el estudio de sus apuntes mientras daba sorbos ocasionales a la bebida.

Starbuck arrojó sus cartas al centro de la mesa, con una sonrisa de oreja a oreja.

- De nuevo, adentro. Todo mío.

La teniente era uno de los tripulantes que más estoicamente había soportado lo sucedido. Algunos la habían mirado de reojo cuando de un salto se había bajado del Viper, por haber sido la primera que había disparado contra la Olimpic. Disparado, incluso antes que se diera la orden de ataque. Decidido por la vida de esas tres mil personas, antes que ninguno de los del mando diese la orden del exterminio. Y de hecho, Starbuck mantenía la cabeza en alto como lo había hecho desde ese momento hasta alcanzar la puerta, sin una duda en los ojos ni vestigio alguno de arrepentimiento. Se había avocado al alcohol y a las apuestas tal cual lo había hecho siempre, sin que se evidenciara en ella ningún cambio de actitud.

Era como si, para ella, no hubiera habido ningún espacio de duda.

Levantó los ojos al ver entrar a Galen, y le hizo una seña al ver que se sentaba más allá.

- ¡Eh, Jefe! Venga, echa una partida con nosotros. Deja las anotaciones para después. Porque sí, vamos de nuevo - termina Starbuck, con una media sonrisa mirando con intención al compañero que tiene al lado - ¿Alguien lo ha dudado?

Galen levanta la vista del cuaderno, asiente con una sonrisa y lo guarda en uno de los múltiples bolsillos que tiene su mono de trabajo.

- De acuerdo. - dice levantándose - ¿A como están las apuestas? -

Se sienta en el puesto que acaba de dejar un jugador al que Starbuck acaba de desplumar todo el sueldo del mes.

Al principio nuevamente habíamos esperado la aparición de sus enemigos pasado el primer ciclo, seguimos esperando su aparición cuando paso el segundo y el tercero, incluso tras el cuarto ciclo, luego comenzamos a reducir los pilotos en alerta y aumentaron los descansos, sin aun creérselo mis hombres habían disfrutado de un día sin combates, si quiera yo podía dar crédito y aunque aun me mantuve despierto durante varias horas, finalmente también acepté que habíamos logrado una tregua, pero a qué precio.

Lo primero fue una larga ducha, la disfruté prácticamente solo, pues la mayoría ya habían disfrutado de aquel placer o dormitaban en sus camas y no por los pasillos cercanos al hangar, aun notaba la tensión y el peso de lo que habíamos hecho en el último salto no se había posado sobre mi como una losa, el momento llegó cuando me prometía unas horas de sueño. Mi mente, aun cansada y estresada rememoró el momento de la explosión de la Olimpic Carrier con claridad, nunca sabrían a ciencia cierta si aun había supervivientes a bordo, únicamente podía aferrarse a la idea de que su sacrificio les había dado nuevamente esperanzas. Y fue esa luz la que consiguió sosegarme y contra lo que pensaba caí rendido y dormido en mi camarote.

Afeitado, aseado y con el traje limpio avancé por los pasillos, los rostros habían cambiado, sufrido una transformación, se veían aseados, habían recuperado cierta coloración y aunque las ojeras aun eran visibles, ya parecían haberse reducido. Tras realizar mis tareas como Cag me decidí finalmente por ir al salón de recreo, sin duda estaría repleto de gente y sería una buena distracción para que mi mente no me jugara malas pasadas.

La cantina estaba llena, más aun de lo que había imaginado, las mesas todas ocupadas ya fuera por gentes jugando al triad, los cubits iban de un lado a otro según a quien le sonriera la suerte y aunque carecieran de valor sabía que en algunos casos estos realmente significaban cosas con un mayor valor, como cigarros y objetos difíciles de encontrar.

Recibiendo saludos, felicitaciones y palmadas avancé entre la multitud, las risas se elevaban por encima de las voces narrando las últimas anécdotas, no había lugar para las suspicacias o las dudas, me alegró comprobar que el tema principal no versara sobre los cyclon infiltrados o sobre la Olimpic, aquellos temas parecían olvidados, al menos mientras durase la euforia.

En una mesa pude divisar a Kara y Tyrol, no me extraño ver a la primera jugando, más me sorprendió ver a Jefe en la misma mesa apostando, nunca se me habría ocurrido verle allí y menos apostando contra Starbuck. Haciéndome sitio finalmente logré llegar hasta ellos y me puse a la espalda de ella sonriendo levemente.

- Jefe no creo que sea buena idea jugar contra Starbuck, juega a las cartas igual que pilota.- Nadie ponía en duda que Kara era de las mejores, sino la mejor, piloto a bordo y que era igual de agresiva jugando que pilotando.

La especialista Cally entró con paso alegre en la Cantina y se detuvo un momento en el umbral para observar al resto de sus compañeros. Cuando su mirada se posó sobre Jefe sonrió y se aproximó hacia la mesa de juego en la que unos cuantos pilotos se jugaban unos cubits -¡Por fin os encuentro fuera de las cabinas!- dijo mientras se sentaba a la mesa y añadía un par de monedas para unirse a la partida. Cally parecía haber recuperado el buen humor que solía acompañarla y las oscuras bolsas que rodeaban sus ojos se habían atenuado gracias al descanso. Con un gesto de su mano libre desajustó su mono naranja y se acercó uno de los vasos con Ambrosía que uno de los pilotos acababa de servir -Parece que les dimos duro Apolo ¿Que crees que les habrá detenido?- su voz tenía un tono distendido pero estaba claro que aquello era algo que, como a todos los demás, la había tenido preocupada en las últimas horas.

Aunque no esperaba una pregunta tan directa, tampoco me cogió desprevenido, todos nos preguntábamos lo mismo, porqué ahora, porqué nos habían dejado en este mismo instante, acaso la perdida de la Olimpic, la dura decisión que había tomado apretando el gatillo había provocado su salvación. Traté de sonreír y contestar aunque no sabía bien como sin meterme en problemas.

- No sé porqué, son máquinas quizás el alcance de sus comunicaciones no llegaba más lejos.

Mientras hablaba yo mismo negué con la cabeza y mi sonrisa se hizo más amplia ni yo mismo me creía aquello, pero no me sentía con fuerzas de admitir que la destrucción de la Olimpic Carrier veinticuatro horas antes había tenido algo que ver.

- ¿Quién sabe con esas malditas tostadoras?, lo que es seguro es que les hemos sorprendido de alguna forma.- Si es qué era posible sorprender a una máquina.

- Las apuestas están exactamente como te imaginas. ¿Cómo pueden estarlo? - Starbuck sonríe de costado, en aquella insana mezcla de sonrisa arrogante, picardía, temeridad y placer indescriptible por el juego - Siéntete cómodo, aunque a como van las cosas, quizás no estés mucho tiempo aquí - le guiña un ojo, y se da vuelta hacia el hombre que mezcla las cartas con rapidez - Venga, vamos. Que ya no estemos jodidos por los Cylon no quiere decir que podamos perder el tiempo.

La aparición de Apolo no hace que Starbuck cambie su postura, como no cambia su gesto la pésima mano que le toca cuando las cartas se reparten. Mientras Apolo contesta a la recién llegada, a la cual le entregan sus cartas correspondientes, Kara levanta los ojos y hace un paneo de todos sus interlocutores. No hay expresión diferente a la que trae cuando se sucede la conversación entre Cally y él. Sin dilación, con la mano izquierda toma un puñado de sus monedas y las echa al centro de la mesa. Arquea las cejas, y señala el montículo central, como si retara a sus acompañantes a agrandarlo.

Luego baja sus cartas hacia la mesa, y toma un largo trago de su vaso a medio vaciar.

- Les hemos partido el trasero, Apolo. Aunque sea por ahora, lo hemos hecho. Les hemos detenido, sí, sin duda - contesta, mirando a Cally con gesto totalmente decidido y sin duda - Esperemos que el "por ahora" sea por el tiempo suficiente para llegar hacia donde están y terminar con ellos de una vez por todas - Starbuck toma una de sus cartas y la da vuelta apoyándola en la superficie, acercándola con un dedo hacia el centro donde todos pudieran verla bien. Era una de las más altas del juego, un éxito asegurado - Y si no lo es, ya saben bien de qué estamos hechos. Y se lo volveremos a mostrar todas las veces que quieran volver a verlo.

Sus últimas palabras han tomado un cariz lleno de fuerza. Kara guarda silencio por un momento. Luego, mira a Galen y sonríe.

- ¿Estás dentro esta ronda, Jefe?

- Si les hemos dado duro.

Mi sonrisa fue franca mientras repetía aquellas palabras, no tan convencido de que su destino fuera volver a enfrentarse a ellos, sino el regreso a aquel mundo de leyenda de donde igualmente se habían visto obligados a exiliarse.

De todas formas no era momento para ponerse pensativo o melancólico, aunque se hubieran librado de las naves Cyclon, quedaba mucho trabajo por delante y ahora que podía descansar y relajarse pensaba hacerlo, o al menos intentarlo. Tras mirar la mesa negué con la cabeza, el juego no era lo mio pero ¿qué podía perder?, unos cubits que carecían de valor, no era demasiado.

- Hacedme un sitio y repartidme a mi también.

Lance los cubits necesarios para cubrir la primera apuesta y entrar en la ronda y tras tomar una silla vacía ocupé el hueco que Starbuck había hecho.

Cita:

- ¿Se refiere a que juega a lo loco y deja la baraja destrozada? - comenta jefe lanzándole una pulla a Kara, algo poco habitual en él.

La pregunta de Cally y la respuesta de Apolo sumen a Jefe en alguna oscura reflexión, ignorando el juego y la conversación que se está desarrollando sobre la mesa. Apenas mira las cartas cuando las recoge y las mueve en su mano de forma aleatoria, sin ver realmente los símbolos que están inscritas en ellas.

Cita:

La pregunta de Starbuck le saca de su ensimismamiento. Mira rápidamente las cartas y trata de hacer un cálculo de sus posibilidades. La mano no es especialmente buena.

- ¡Demonios, me he perdido todos los movimientos hasta ahora! -

Un tanto nervioso por haber sido pillado fuera de juego decide no arriesgarse y tira la mano sobre la mesa.

- No voy. -

El recuerdo de lo vivido en el espacio me había acosado en las últimas horas, impidiéndome dormir como era debido. Aún así, finalmente había logrado descansar algo y cuando entré en la sala de recreo mi rostro se veía fresco y despejado, aunque no sonriente. Acusando el golpe de la algarabía que había dentro, me detuve durante unos segundos en el dintel de la puerta abierta mientras mis ojos recorrían la sala en busca de Jefe. Apenas habíamos tenido tiempo de hablar últimamente y necesitaba pasar un rato a solas con él. Al observar que estaba sentado a la mesa abrí los ojos ampliamente y me dirigí hacia allí sonriendo levemente.

-Hola...¿quién gana?-pregunté intentando sonar animada mientras me detenía de pie junto a Tyrol y posando una mano sobre su hombro se lo estrechaba. Por encima de todo éramos militares, y aunque todo el mundo lo sabía, nuestra relación en realidad no estaba permitida. Aquel gesto podía pasar por un simple gesto entre camaradas.

La llegada de Boomer me hizo levantar la vista de las cartas, sonriendo y mientras hacía un gesto con el rostros, la saludé.

- ¿Qué tal el descanso Boomer?

En la nave muchos sabíamos que entre la teniente y jefe había algo, más o menos serio y aunque no podía certificarlo ni ellos mostrar abiertamente su relación, era fácil intuir por los gesto que no era únicamente camaradería, sino algo más. Aquellos pensamientos me hicieron sonreír, ahora que la humanidad se reducía a los supervivientes que navegaban junto a ellos en el resto de naves cada relación debía ser protegida y no censurada. De todas formas mientras ellos no se decidieran era mejor dejarles a su paso.

- ¿Quién crees que gana?, Starbuck hace que jugar a esto sea igual de interesante que una conversación con el doctor.

Mientras hablaba hice una mueca dirigida a Kara que mostraba su sonrisa irónica y burlona.

Cally asintió levemente ante el comentario de Apolo. Estaba claro que el capitán no era de aquellos que apretaban el gatillo sin pensarlo previamente y, la leve sonrisa, esbozada tras un pequeño esfuerzo, denotaba que el acontecimiento con la Olimpic claramente le había afectado -Si, probablemente nos hayan perdido el rastro, quien sabe- dijo mientras cogía sus cartas de la mesa y ponía un par de cubits como apuesta inicial.

La mesa se fue llenando poco a poco con las conversaciones de todos aquellos que se sentaban alrededor de ella y de los que seguían la partida de cerca. Hacía ya tiempo que Starbuck no se levantaba de una mesa de juego sin beneficio y aquello daba lugar a apuestas acerca de si esa sería la última partida con aquellas características o de si por el contrario seguiría desplumando a la mitad de la flota galáctica.

Y con aquella ya eran cuatro las manos que Galen perdía. En las tres primeras había sido bastante cauto con las apuestas, pero en la última, llevado por una inexperiencia optimista, se había arriesgado más de lo debido con unas caras que él consideraba buenas. Por supuesto Starbuck lo había desplumado en un duelo de apuestas.

- Yo desde luego no. Me he quedado seco. - comentó levantándose de la mesa aliviado por tener una excusa para iniciar los movimientos que le concederían unos momentos a solas con Boomer.

- Por cierto teniente Valerii, necesito comentar con usted unos datos sobre su última misión. No he querido importunarle hasta ahora porque soy consciente del duro esfuerzo al que se ha visto sometida en los últimos días, pero creo que los encontrará súmamente interesantes. -

Tras soltar lo que entre ellos dos se consideraba una proposición para una cita romántica, Jefe se queda esperando la respuesta con actitud profesional.

Kara miró de reojo a Jefe poniéndose de pie. Luego, miró a Boomer. Una leve sonrisa burlona apareció en sus labios.

- Mejor así, Jefe. Ya no tienes nada para apostar y no queremos hacernos con tu ropa. Y ya sabes, jugando a lo loco, quién lo dice. Quizás hasta nos dabas un espectáculo.

Un guiño precedió la carcajada. Kara no interrumpió más: había dado su pie. La relación que tenían ellos era prohibida, pero no era ella quien estaba de acuerdo en desaprobarla. No era ella quien iba a reprimirlos. Ambos eran fuertes profesionales y les había visto en su labor, les había visto tragar sus sentimientos y seguir como si no los tuvieran. El sistema era muy ciego y muy poco atento como para creer que algo entre ellos podría distraerlos de su labor, o generar conflictos, o impedirles trabajar juntos. Lo había sido antes, cuando había tantas posibilidades, y lo era ahora. Pero ahora, que quedaban tan pocos de ellos, seguramente sería momento de que abolieran esa clase de tonterías y dejaran a los sentimientos desplegarse con total impunidad.

La pila de cubits a su lado no disminuía su ansiedad. Starbuck jugaba las manos como si fueran las últimas. Apolo tenía toda la razón: pilotear y jugar, para ella, eran lo mismo. Era una situación de azar en la cual se veía forzada a tomar el timón, y remontar casi a ojos cerrados, sólo guiándose por su experiencia e instinto. Tenía que pensar rápido, afiladamente. Elegir a dónde y cuándo disparar. Mirar a los ojos de sus enemigos y decidir la jugada siguiente. Pelear agresivamente, perseverar. Sí, definitivamente era igual para ella.

- Pero no creo que a Boomer le agrade la idea de tener que esperar a que vuelvas a vestirte - lanzó, con la misma voz que siempre, haciendo así que las tremendas implicaciones de su frase se vieran reducidas a una mínima, incluso sarcástica, broma casual entre colegas ebrios - ¿Alguno de ustedes quiere probar suerte? - Starbuck sonreía cuando arrojó dos cartas, boca arriba, al centro de la mesa - Suban eso. Aprovechen mientras pueden relajarse, que esto recién empieza.

Kara podría estar jugando toda la vida. No parecía tener ninguna intención de hacer otra cosa, al menos, hasta caer al suelo.

Aquella relación que era un secreto a voces era para mi un rayo de esperanza en aquella tempestad que había arrasado con el mundo tal y como lo conocían, seguramente lo era para muchos más y nadie sería capaz de oponerse a ello, al menos ninguno de sus pilotos y amigos.

Mi sonrisa se ensanchó al escuchar las bromas de Starbuck y sus palabras, no dudaba por un momento que mientras no se cayera de la silla no se movería de aquella mesa.

- Mejor que no apuestes las ropas, sin duda el espectáculo no sería agradable. - Lancé las cartas sobre la mesa, nuevamente había perdido, pero no tenía importancia, edra algo con lo que ya contaba antes de sentarme, aunque tampoco pensaba jugar mucho más. - No puedes dejarnos ganar al menos una para alegrarnos. No me obligue a ordenárselo teniente Kara.- El ambiente que reinaba en el salón de recreo era agradable, casi de normalidad, al menos toda la que podía tener estando en la situación en que estaban. - Si sigues vaciando los bolsillos de todos los pilotos ninguno va a querer volver a volar contigo.

Jefe, ruborizado hasta el extremo por los aguijonazos de Starbuck, intentó capear el temporal de pullas con una respuesta neutral:

- No creo que deba apostar mi mono de trabajo teniente. Si no me tendría que presentar en la cubierta de trabajo en ropa interior, y eso iría en contra del procedimiento y en contra de cualquier norma de seguridad. -

Según estaba terminando la frase, Jefe se estaba dando cuenta que no había hecho otra cosa que darle a Starbuck pie a otra chanza.

- Bien Galen, sigue arreglándolo. -

Entre desconcertada y divertida, Sharon observa cómo la conversación se centra en la ropa de Galen.

¿Es que no tienen otra cosa en qué pensar que en su ropa interior? ¿Quién sabe? Quizá Starbuck va de dura y al final va a ser que tiene segundas intenciones... Su ceño se frunció por un instante, evaluando las implicaciones de tener una nueva competidora.

Bueno, si queréis un poco de intimidad os dejo, no quiero ver cómo Starbuck se hace con toda un ropero de trajes de repuesto. Jefe Tyrol, voy a ir a la sala de reuniones, para revisar el informe de los nuevos Raiders. Cuando piense que ya se ha divertido bastante viendo cómo Kara le despluma, para no variar, puede reunirse conmigo allí.

Hasta luego a todos. Hizo una pequeña pausa. Adama. Saludó a éste último con una inclinación de la cabeza. Aunque en la sala de recreo no había rangos, Boomer era militar desde que era una chiquilla, y algunas costumbres, como respetar siempre a sus superiores, nunca se perdían.

Tenía todavía una copia de los datos de la incursión en la que había aparecido ese nuevo Raider, estaban grabados los movimientos de los otras naves escoltándolo, protegiéndolo y dándole hueco al final. Había algo en esos movimientos que le llamaba la atención, algo le pitaba en su oído y no sabía qué era.

Mientras pensaba en aquello oyó de fondo hablar a Galen y los pensamientos se le fueron al cielo. Quería sentir su cercanía. Con la tensión de los ciclos el cuerpo reacciona concentrándose en lo importante y prescindiendo del resto. Pero ahora "el resto" es lo que más le importaba. No había Cylons fuera que pusieran en peligro la nave. Ahora todas las emociones contenidas estaban empezando a desbordarse, y Boomer no sabía qué tal iba a soportar aquello.