Partida Rol por web

-Al igual que el perro que ladra pero no sabe morder, agarras tu espada con ansia de matar. Pero no tienes ni el valor ni el rango para retarme extranjero. Pues si me coloco al lado del rey, es por mi astucia, no porque sepa acuchillar. ¡Eso lo hace cualquiera!.-

Con animo apaciguador, Aesher intervino.

-Se os ha llamado, porque nuestras tierras están siendo atacadas en toda su extensión. Sucesos extraños y violentos, asolan nuestras granjas mas alejadas.-

Los ojos del rey se enturviaron evocando.

-La sombra se ha avalanzado sobre nuestras tierras. Tempus nos pone a prueba una vez mas, ¡y nosotros!, tenemos que demostrar nuestra valia. Un viejo mal que ya moraba en estas islas antes de que los nuestros se asentaran hace 200 años. Un mal que los Ffolk conocen de antaño. ¡Malditos sean todos!.-

El viejo norteño, asintió en sus grises ropas.

-Khazgoroth...-

Los ojos del rey se clavaron en el viejo druida, con odio.

-¡Tu lo sabes!, Viejo cuervo negro. ¡Nos dejaste hace decadas!. ¡Y ahora, los demonios de esa extraña religión que profesas se ha vuelto contra nosotros.-

El valido del rey intentó explicarse ante los visitantes.

-Ha habido muertes, asesinatos y rapiña, en granjas fuera de nuestro alcance. Hemos formado partidas para acabar con ellos, pero no podemos dar con el enemigo. Hasta hace dos meses, que el mal golpeó en la capital. Aqui...- Dijo, señalando el gran edificio que había a su espalda. -Este es nuestro gran salón de la hidromiel, Heorot. Estabamos celebrando la inauguración del local cuando nos atacó una criatura gigante. No era nada que yo hubiera conocido antes. Era fuerte y poderosa.-

En silencio, taciturno, Taifold escucha las bravatas y las replicas de los norteños...

"Si dedicasen el mismo encono en acabar con el mal que les amenaza, que en las maneras cortesanas, haria ya tiempo que el sol brillaria sobre esta tierra"

"El joven Zenram es valiente e impulsivo, pero se ha dejado arrastrar a un terreno que no es el suyo, pues Unferth, aunque no es un rival para la espada del muchacho, es un ladino y astuto luchador en su arena particular... la adulacion y la politica"

Este ultimo pensamiento agria el gesto del enano, que entorna los ojos, clavando la vista en el viejo norteño...

-Nuestra armas no hacían mella en su piel. Son de buen acero. Pero estaba claro que esta criatura magica solo podía ser vencida mediante la magia. No poseemos tales armas. Por eso, pensamos que las gentes del continente, y el mismo Wolwyff y su temido filo, Tempano, podrían acabar con la criatura.-

 La menuda joven, atiende a la conversación, quedándose en un segundo plano, como mera aspectadora de los sucesos. Ese joven caballero parece ser demasiado confiado, creo que seguirá el camino de tantos jóvenes caballeros, atravesado por las garras de alguna bestia.

Adasdair contemplaba la escena como quien contempla un baile.

Ummmmmmmm menuda lucha de egos, seguro que todos necesitan hacerse los valientes... espero que realmente lo sean porque esa cosa parece de todo menos inofensiva.

El paladín esta que explota, si embargo se encuentra en una tierra extraña y nada menos que ante su gobernante, su intento de batirse en singular duelo ha fallado y no tiene mas que asentir ante las palabras del rey, aun cuando una pequeña mancha permea en su corazón, el odio al tal Unfeth por la afrenta recibida es la primer mancha que marca el alma del veterano aventurero... Pues ordenad su majestad...

-Habeis venido por la gloria de matar a la bestia. Y tendreis vuestra oportunidad. Si conseguimos atraer a la bestia hasta este Hall, podreis atacarle con vuestras huestes.-

-Las últimas veces la criatura ha aparecido durante las celebraciones en este Hall. Quizá, una vez mas, podamos celebrar la muerte de la bestia, aun antes de haberla matado.- Se giró a las gentes que no formaban parte del grupo de Wolwyff. -No estais atados a ningún juramento con los hombres del lobo. Podeis decidir si quedaros, o marchar. No os obligaremos a nada.-

Taifold comprende que se refieren a el y a la joven Evea y sda un paso al frente. Con voz profunda se dirige a la concurrencia...

"Noble Rey Hrothgar. Wolwyff el Lobo Negro. Caballeros y Damas. Soy Taifold Thunderhammer, hijo de Gheor Thunderhammer, del clan Axebuilder... Esta tierra se ve amenazada por un Mal que supera toda medida hasta ahora. Desconozco que habeis hecho para invocarlo o para llamar su atencion. Mas no soy quien para juzgaros. Solo se que si esa criatura no es derrotada, puede que ataque a mi pueblo. Solo se que si esa criatura no es destruida, hombre, mujeres y niños seran masacrados. No seria un enano si no estuviese dispuesto a evitar a mi pueblo y al vuestro semejante congoja."

Con un rapido gesto desfunda su martillo de guerra y lo sostiene con firmeza.

"Si Moradin asi lo quiere, mi escudo y mi martillo estan a vuestro servicio, pues estoy en deuda con vuestro pueblo, al no dejar que muriese en el barro. Noble es la empresa y grande la Gloria que esta nos depara... a menos, claro, que vuestro fiel consejero Unferth, se sienta ofendido oh, Hrothgar, de que un enano salve su pellejo"

Lanza una mirada torva al consejero y sopesa distraidamente el martillo que tiene entre las manos.

"Ruego a Wolwiff que no considere mi ofrecimiento como un insulto, pues semejante criatura, proporcionara Fama y Gloria mas que suficientes a todos aquellos con el valor y el coraje necesario como para afrontar las consecuencias"

Una vez termina de hablar, aguarda en silencio la respuesta del Lobo.

 La joven contempla como pronuncia las palabras el noble enano, asientiendo a ellas. Se nota que la nobleza no va en concordancia con el tamaño. La muchacha se cruza de brazos a la espera de las palabras del señor de la ciudad y de su consejero, con el rostro sereno pero con cierto atisvo de divertimiento.

¿Una fiesta y seguida de gloria por derrotar a un monstruo legendario?...ummmmmmmm si, desde luego al fin he encontrado lo que buscaba.

Adasdair esta impaciente por empezar, se balancea de un pie a otro.

-Nuestros pueblos se han encontrado con anterioridad, maese Thunderhammer. Y no siempre de manera pacifica. Pues ninguno de nosotros ha desoido nunca el cuerno de la batalla. Sois bienvenido, maese enano, y el resto también. Mientras el hijo de Hyglak no se oponga.-

El guerrero del norte tragó con dificultad, apoyado en el brazo del druida. Pareció recurrir a todas sus fuerzas para hablar.

-El camino ha sido largo, y tanto la playa como el mar se han cobrado buenas vidas norteñas. Toda ayuda será bien recivida.-

-Sin duda es una buena decisión.-

El rey se alzó cargado de energía, pero le venció el peso de la edad y trastavilló un poco.

-¡Asi se entonces!. ¿Lo habeis oido?. ¡El de los diez lobos va ha acabar con la bestia!. Abrid Heorot, sacad los barriles, y las piezas de caza.-