Partida Rol por web

Parece que Scott se ha pirado.

Griggs pasa a tu lado a toda velocidad con la burra sin hacerte un gesto de despedida. Apenas te has entretenido un momento, mientras Malvado-Kraken y unos cuantos hermanos más te daban la enhorabuena por el resultado del "juicio". Parece que los presidentes ya han comunicado a sus hombres la decisión tomada, porque unos pocos te dirigen miradas algo hostiles mientras que otros te dan palmadas en la espalda. Quizás hayas provocado unos cuantos traslados. Quién sabe si Walla Walla, donde gobierna Locklear, el presidente Uktena que parece odiar a los Metis, se convertirá en la filial más grande de todo el club. Puede que acoja a todos los miembros de otras sedes descontentos, o tal vez algunos se traguen la Rabia y se queden con sus clanes. 

Estás algo descolocada en el espacio abierto del parking. Se han formado algunos grupitos, supones que porque los presidentes han informado a sus clubes lejos de oídos indiscretos de camareros y, de paso, de otros hermanos que pueden no estar de acuerdo con su visión personal. Pero la gente empieza a volver al bar.

Uno de los cúmulos más grandes parece ser el de tus antiguos hermanos de Sherwood. De hecho...¡si! Sally Morgan parece estar buscando tu mirada. Querrá que te unas a ellos, pero no quiere llamarte en voz alta, por lo visto.

Salimos de la sala de reuniones, pensando en que por fin un futuro juntos en libertad sería posible, pero este tendría que esperar un poco más aún. Tras recoger nuestras armas de aquel banco, acariciando la cabeza del oso con humor al haber cuidado tan bien de las gemelas, nos dirigimos nuevamente al bar.

Alli, nuestros hermanos bebían, jugaban y bravuconeaban; momento perfecto para invitarles a esas rondas y comenzar a celebrar la buena nueva. Pero fue entonces cuando Scott se dirigió a mi, haciéndome saber las intenciones de As-de-picas.

- Tranquilo, no me voy a ir a ninguna parte. – acepté con una pícara media sonrisa ante sus palabras, cogiendo los billetes, cuando me vi sorprendida por aquel intenso beso de despedida. – Y yo que creía que no podían saber mejor… - le susurré con dulzura, en una clara alusión a lo que suponía no tener que escondernos.

Le vi marchar mientras algunos de nuestros hermanos se arremolinaban a mi alrededor, recibiendo de estos felicitaciones respecto al resultado de aquel “juicio”, que más había resultado un trámite que tener que pasar para que el orden de las cosas pudiera continuar. Sonreí a Malvado-Kraken y Ley-de-la-calle entre otros, aceptando su enhorabuena; aunque también pude ver miradas de reproche en mi dirección.

No tuve oportunidad de pedir aquella ronda, y es que la banda comenzó a dirigirse al exterior, al parecer guiada por sus respectivos líderes. Una vez fuera, pude observar cómo se formaban grupitos en el parking, mientras veía a Griggs abandonar el parking a toda velocidad.

Eso son ganas de ir de caza y lo demás mariconadas, jaja.

Me encontraba algo descolocada allí, sin saber muy bien hacia dónde dirigirme, cuando escuché el teléfono. Lo saqué, pensando que se trataría de algo sin importancia, pero era un mensaje de Scott. Alcé las cejas con extrañeza al leerlo, encogiéndome de hombros antes de responder, y es que al parecer aquello de lo que nos había hablado Ojo-hueco se había adelantado.

No te preocupes, nos vemos más tarde. Sobre descontrolarme… No te prometo nada :p

Guardé el teléfono, volviendo a mirar a mi alrededor y sonriendo con ironía ante lo peculiar de la situación. Griggs se había largado dejándonos como representantes de los nómadas, y ahora Scott también se iba a ocuparse de aquel asunto tan importante, eso me convertía en algo así como el estandarte nómada del lugar.

Ja, para que luego digan que me van a hacer sombra.

Posé mis manos en mis caderas, dejando los brazos en jarra observando el panorama; algunos comenzaban ya a volver al bar, aunque lo que más llamó mi atención no fue eso. Entre algunos de los ojos que se posaban en mi, avisté los de Sally Morgan, inmersa en uno de los grupos más grandes, el de mis hermanos de Sherwood.

Sonreí de medio lado al darme cuenta, comenzando a caminar hacia el grupo con paso firme.

- ¿Puedo unirme? Griggs y Scott se han dado el piro, hombres… - bromeé negando con la cabeza, conociendo la ferviente defensa que Sally hacía de la mujer, comenzando después a saludar a los hermanos presentes; con algunos de los cuales compartía muy buenos recuerdos.

Mientras te acercas reconoces a los viejos hermanos que te acogieron tras tu Primer Cambio. Cuando Scott estaba en la cárcel. Fueron tu familia durante años, y con ellos luchaste por primera vez en las guerras de Gaia. No están todos. Faltan rostros conocidos de amigos y compañeros. Es posible que algunos hayan caído o estén entre rejas, ¿quién sabe?

Lo primero que reconoces es el mostacho de Coote, el vicepresidente. Rey-de-los-ladrones le llaman en la Nación. Es un Fianna serio y solemne, que siempre respalda a Sally en los asuntos políticos y rara vez critica su forma de actuar. No es americano de nacimiento, sino que llegó a Nueva York cuando era niño y, por azares del destino, terminó en un pueblo de Oregón ayudando a dirigir una banda de moteros. Siempre ha tenido palabras amables para ti, aunque a veces es paternalista. 

La siguiente visión es la de una sonrisa y un barrigón. Doug Miller Abrazo-de-oso. Fue el Roehuesos que te admitió en la Tribu y que te enseñó las maneras de los hijos de Rata. Muchos en Sherwood decían que no es lo bastante duro para estar en los Wyld Ones. En efecto a veces es muy ingenuo, muy niño, pero ya ha demostrado siempre que lo ha necesitado que está dispuesto a pelear y a matar por la banda. Vuestra relación fue larga y bastante estrecha. Os hicisteis buenos amigos durante tu tiempo en la sede, aunque él sea algo solitario a veces. 

Los hermanos Walker son los siguientes. Los conoces menos que a Doug, pero también has bebido, reído y luchado junto a ellos. Noah Reclama-la-presa, el mayor, es uno de los mejores tiradores de la organización. Tal vez mejor que Scott con las gemelas, y siempre presume de sus armas-fetiche. Faith, pro otra parte, siempre te pareció un poco siniestra. Corazón-quemado, es su nombre Garou. Experta en interrogatorios y en terror psicológico, prefiere saborear el miedo de la cacería que la emoción del combate, como su hermano. Juntos forman un buen equipo. Los ejecutores de Morgan.

Hay un rostro que no conoces, no obstante. Una chica pelirroja, de aspecto joven y rasgos afilados. No parece que sus ojos pálidos estén muy acostumbrados a sonreír, pero está bebiendo cerveza con el resto. No lleva los colores de la banda, sino un parche en el que pone PROSPECT. Una novata. Aún así la han traído al gran acontecimiento, dejando en tierra a otros más veteranos.

La líder de Sherwood sonríe cuando te acercas y te da una palmada en la espalda, haciendo resonar el cuero de tu cazadora.

- La hija pródiga vuelve - sonríe -. Pilla una cerveza - te dice señalando a una nevera portátil que tienen a los pies, en el centro del círculo -. Es casera, de WyldWood, ¿te acuerdas de cómo sabe?

La cerveza artesana de Sherwood tiene bastante fama dentro de la banda. Entre otras cosas, porque es muy "natural y ecológica". Es lo que tiene usar de tapadera una tienda de medicina alternativa.

Antes de que nadie más pueda decir nada, Doug Abrazo-de-oso se acerca a ti con los brazos abiertos.

- La pequeña Zoey - dice, llamándote por el apodo cariñoso que jamás conseguiste quitarle -, ¿qué has estado haciendo?

Lo pregunta animado, sonriendo como un niño. Es como si hubieras estado de vacaciones en vez de pegando tiros, infiltrándote en campamentos neonazis o asistiendo a un juicio sobre una relación ilícita que podía haberte costado la vida. Así es él. Todo es un juego.

Una mezcla de emoción y nerviosismos se agolpaba en mi estómago a medida que me acercaba a mis hermanos y antiguos compañeros de Sherwood. Sonreí al ver el poblado mostacho de Coote, a pesar del serio rostro que este llevaba siempre; examinando en seguida aquellas bolsas de sus ojos y las arrugas de la frente, mientras recordaba su paternal actitud hacia mí en algunas ocasiones. ¿Qué pensaría de todo este asunto?

En seguida vi al bueno de Doug, conteniéndome para no acelerar el paso, y es que estaba deseando que me diera uno de esos abrazos que hacían honor a su nombre. Puede que no fuera todo lo valorado que se merecía dentro de la banda, pero para mí era uno de los mejores tíos que había conocido. No sólo me acogió de la mejor de las maneras entre los roehuesos, con todo lo que yo ya traía a mis espaldas, sino que me enseñó muchísimas cosas; y sobretodo, se convirtió en un buen amigo.

No tardé en ver a los hermanos Walker, dirigiéndoles una sonrisa que se detuvo en Noah más que en Faith, y es que esta siempre me había dado algo de respeto por su actitud; aunque la tía tenía los huevos muy buen puestos, y sólo por eso ya daban ganas de tenerla cerca, ya fuera en algún trabajo o tomándote unas birras. A medida que avanzaba me preguntaba cuanto tardaría Reclama-la-presa en enseñarme su última adquisición.

Al alcanzar al grupo, mientras Sally Morgan me sonreía y daba una palmada en mi espalda, me fijé en la chica pelirroja que no llevaba los colores de la banda. El parche que llevaba dejaba claro que era una prospect, pero aun así la habían llevado a Bitter End. ¿Quién era esa chica?

- Me acuerdo, me acuerdo… Algo así es inolvidable. - reí ligeramente ante las palabras de Sally, viendo como entonces Doug se dirigía hacia mí. - ¿Zoey, Doug? ¿En serio? – reí, avanzando a su encuentro y dándole un fuerte abrazo. – De acá para allá, ya sabes, la vida nómada. – respondí a su pregunta al separarnos, agachándome junto a aquella nevera para coger una de esas birras caseras.

La abrí y eché un buen trago, mirando a Sally a continuación.

- ¡Joder, si hasta sabe mejor! ¿Cómo coño lo hacéis? – reí, antes de dirigir una mirada general al resto. - ¿Y vosotros qué? ¿Qué os contáis? - pregunté con una media sonrisa, antes de echar otro trago.

- Ya, ya, la vida nómada - sonríe -. Te has fugado con un bandolero, he oído, ¿eh? A ver cuando lo traes a cenar al club y lo presentas en sociedad, que tiene que pasar el examen - finge ponerse muy serio -. A mi Zowie no la ronda cualquiera.

Te muestra el índice como lo haría un padre o un hermano mayor. Es cierto que Scott es más "duro" que Doug, pero, ¿dirías que cae en la categoría de bandolero? No es particularmente violento ni propenso a romper la ley, ni se mete en problemas por que si. Va a su aire y sólo se defiende, no ataca, ¿no? Pero bueno, ¿qué sabes realmente de Scott aparte de lo vivido junto a él y de lo que te ha contado?

- Calla, Doug - corta Sally con una sonrisa -. Lo primero es lo primero.

Hace un gesto para que la novata se adelante. Ella te mira a los ojos, fijamente, sin apartar los suyos. No muestra en absoluto sumisión. ¿No tiene miedo? Todo el mundo está asustado cuando cambia y le ponen la chupa de novato, pero ella sólo está...tranquila, observando como lo haría un lobo de verdad.

- Zoe, esta es Jillian Scarlet, Ángel-callejero, Cliath Ragabash de los Fianna. Jill, ella es Zoe Sheridan Lengua-de-plata, una de mis mejores obras.

Te saca la lengua.

- Hola.

No dice más. Sólo pega otro trago a su lata de cerveza y se te queda mirando. No se suele abrazar a los novatos, pero lo suyo habría sido daros la mano, ¿no?

Me encontraba echando un trago a la cerveza cuando Doug respondió a mis palabras, haciendo que ésta casi se me atragantara. Su broma sobre el examen que tendría que pasar Scott no me extrañó, aunque me ponía algo tensa pensar en un momento así; pero lo que más me llamó la atención fue la forma de referirse al theurge.

- ¿Scott un bandolero? Me parece que te estás columpiando, Doug. – comencé a responderle, justo después de que Sally le cortara. – O te la han metido doblada. – reí. – El bandolero es el que tienes aquí al lado. – dije a modo de broma, guiñándole un ojo a Noah.

Al adelantarse la novata, esta mi miró de forma sorprendentemente calmada. Parecía muy tranquila para todo lo que habría tenido que vivir en poco tiempo. Le sonreí mientras Morgan nos presentaba, haciendo lo mismo con esta al escuchar como se refería a mi y vi como me sacaba la lengua.

- Un placer, Jillian. ¿Puedo llamarte Jill? – pregunté a la chica tras su escueto saludo, que se limitó a una palabra.

Joder, ni un apretón de manos ni nada, si no fuera por esa imperturbable mirada diría que son los nervios, pero…

- ¿Y qué tal te tratan? Yo también fui una novata en Sherwood, si quieres algún consejo, no dudes en pedírmelo. – añadí, mirando a la chica con una sonrisa, tratando de romper un hielo que no estaba segura de que la prospect deseara romper.

- Llámame como quieras - dice con indiferencia, y a tu ofrecimiento, generoso teniendo en cuenta cómo suele ser el trato de la banda a los novatos, sólo responde con un encogimiento de hombros. 

No parece que necesite consejo, o, al menos, no cree necesitarlo.

Reclama-la-presa sí que te sonríe. De una forma menos inquietante a la de Griggs, pero similar en cierto sentido. Es como un gesto que comparten todos los cazadores, una especie de peligro que transmiten en su felicidad, porque recuerdan al resto que también sonríen cuando matan a un objetivo.

- ¿Qué hay Zoe? Parece que has crecido - ¿o al menos has ganado confianza en tí misma? -. Dice Sally que vas a subir de Rango.

La novata aceptó que la llamara como creyese oportuno, con una indiferencia que no sabía dilucidar si se debía al puesto que ahora mismo ocupaba la chica, o a que realmente aquello no le importaba en absoluto. Me inclinaba más por lo segundo, pero quién sabía; aunque la forma de encogerse de hombros ante mi ofrecimiento no ayudaba a pensar lo contrario.

Espero que aceptes la ayuda de otros, chica, o lo vas a pasar mal.

Noah en cambio sí se mostró más amable, mostrando aquella sonrisa de cazador que me evocaba tiempos pasados.

- De lujo, Walker, ya me ves. – dije con una pequeña risa, mientras abría ligeramente los brazos. Sí, seguramente he crecido, en más de un sentido. - ¿Subir de Rango? – miré a Sally sorprendida, antes de volver a mirar a Reclama-la-presa con meda sonrisa. – Pues ya sabe más que yo. Pero sí, era mi idea, creo que ha llegado el momento. – dije con gran seguridad, antes de dar otro trago a la birra mientras le dedicaba un pensamiento a Scott.

Tiene que probar una de estas cuando vuelva. Espero que todo vaya bien.

- Me lo ha pedido Griggs - dice Sally como si fuera algo muy extraño -. Y no me ha parecido mal. Esperaremos a la noche, a que vuelva Scott. Entonces retarás a algún Galliard.

Te mira con genuino orgullo mientras pega otro buen trago a su cerveza.

- En el club se ha puesto de moda jugar a las historias para esos duelos, ya sabes: "soy un dragón que vuela entre las nubes" y el otro dice algo así como "soy un vendaval que derriba al dragón" y así sucesivamente hasta que a alguien no se le ocurre qué decir. Igual no es eso lo que te toca hacer, pero es bastante probable. Sobre todo en una reunión como esta. A los hermanos les gusta.

- ¡Nada que la pequeña Zoe no pueda hacer! - sentencia Doug dándote una palmada en la espalda -. ¿Y si le haces un par de pasos de baile a quien te desafíe? - sugiere, como broma... ¿o no? -. Seguro que le desconcentras y ganas antes.

Otra vez estuve a punto de que se me atragantara la birra, pero en esta ocasión por escuchar que Griggs le había pedido a Sally que pusiera en marcha lo de mi ascenso de rango.

Joder, ¿No le era suficiente con sugerírmelo? ¿Tan poca confianza tiene en mí? Aunque si nos ha encargado ese trabajito tiene que tenerla… Seguramente quiera atar todo lo máximo posible. 

- ¿Por algo en especial? – pregunté a la líder de Sherwood. – Lo de esperar a la noche, quiero decir. ¿Tienen que estar todos los jefazos? – añadí, no sabiendo exactamente cómo se llevaban a cabo ese tipo de desafíos.

Respondí con una sonrisa a la mirada de Sally, que me miraba como una orgullosa madre mientras echaba otro trago. Tras este me explicó el tipo de duelos que se llevaban a cabo últimamente entre los galliard del club.

Duelo de historias, eso suena genial.

A decir verdad estaba algo desentrenada en ese tipo de improvisación, aunque no había dejado de escribir en este tiempo. Sonreí ante los ánimos de Doug, y cuando tras darme aquella palmada en la espalda propuso aquella pequeña estrategia de distracción, me eché a reír.

- No sé si lo dices en serio, pero eso no sería demasiado legal, ¿No? – volví a reír. – Aunque… - retomé la palabra, pensativa. – Imagino que sería distinto si acompañara la historia con algunos movimientos. A fin de cuentas, soy una Danzante Lunar… - sonreí de medio lado, antes de echar otro trago.

- He pensado que a lo mejor querrías que estuviera tu chico - Sally se encoge de hombros -. Además, eso nos daría tiempo a prepararnos

Mira al resto del club.

- Esto es lo que vamos a hacer: Lachlan, tú irás a buscar algunos Galliard más experimentados que sepan hacer trucos de sombras y esas cosas - el vicepresidente asiente -. Noah, Faith, a vosotros os toca averiguar qué humor tiene hoy el personal, si prefieren un concurso de canciones, uno de cuentos o qué, ¿vale? - los hermanos sonríen, parecen confiados. Desde luego, no es una misión muy peligrosa -, Jill, tú vendrás conmigo mientras yo lo arreglo todo con los presidentes.

Finalmente te mira.

- Zoe, tú y Doug explorad y elegid a quién desafiarás. ¿Te parece bien?

Está dando las órdenes como si esto fuera un asalto al tren. Como si esto fuera una misión. Se está tomando en serio tu ascenso, como algo personal.

Sonreí cuando Sally me respondió, asintiendo en seguida ante su afirmación. Quería que estuviera Scott, claro que quería, pero ni se me había pasado por la cabeza que ese pudiera ser el motivo de la líder de Sherwood para esperar. Ahora éramos una pareja también frente a nuestros hermanos, y esa era una nueva situación a la que aún tenía que acostumbrarme.

Pero aquello no fue lo más chocante del asunto, y es que Sally hizo referencia a “prepararnos”, lo que provocó que frunciera ligeramente el ceño, confundida. No tardó en comenzar a dar órdenes al resto de presentes, quienes aceptaban de buena gana los distintos cometidos, todos encaminados a mi ascenso.

Finalmente Atropello-y-fuga me miró, preguntándome si me parecía bien que Doug y yo nos ocupáramos de buscar a quién desafiar.

- Claro, me parece genial. – respondí, aún algo sorprendida al ver cómo estaba tratando todo aquel tema. – Vamos, Doug, vayamos al bar a ver que se cuece por ahí… - le dije a mi amigo y hermano, dándole una palmada en la espalda.

Dediqué una sonrisa a Sally y el resto del grupo y me giré junto a Abrazo-de-oso, dispuesta a entrar de nuevo.

- ¿Conoces a Malvado-Kraken y Ley-de-la-calle? Parecen buenos tíos, a lo mejor nos pueden echar un cable. – le comenté mientras caminábamos rumbo al bar.