Partida Rol por web

-monstruos, humanoides, trasgoides azulados- las palabras de los campesinos resuenan en la cabeza de Ribon que no puede evitar estremecerse y atragantarse con un pedazo de queso que justo estaba masticando.

Enderezandose rapidamente para no perder su porte, tosio para pasar el queso y aclarar su voz. Luego se paro en su asiento, pues con su altura la concurrencia mas alejada no podra verlo -Señores soy Ribon Fulken y estoy en deuda con su hospitalidad. No tengo miedo a ninguna clase de criatura por mas colmillos o garras que tenga, en mis viajes hasta este acogedor monasterio he acabado con cuanto vil engendro que se cruzo en mi camino en nombre de la justicia- por supuesto el mediano mentia, pero queria impresionar al barbaro y al semiorco -Mi afilada espada y mi habilidad con la ballesta estan a su disposicion, pero si ademas puedo ofrecerles mi humilde opinion sugeriria que los campesinos se refugiasen temporalmente en el monasterio hasta que nosotros acabemos con esa horrible amenaza. Nosotros marcharemos a sus tierras y esperaremos a esas infelices criaturas y les daremos una sopresa. Creo que no me equivoco al decir que mis compañeros no se negaran a derramar la sangre de esos condenados engrendos- dice mientras mira a Ilkar y le guiña un ojo. Ribon hablaba freneticamente y convencido de sus palabras, a pesar de tener poca y nada experiencia en el combate, el valiente aventurero que residia en su corazon comenzaba a aflorar a la luz

-Hum! Urgk irá. Puedes contar conmigo, abad. El mediano dice bien. Nosotros acabaremos con los trasgoides, y si además de esta buena comida hay alguna moneda para que alegre mi bolsa, será bien recibida.

El tipazo se palpa una bosa de cuero que lleva colgando del cinto y que a todas luces está casi vacía, si es que no lo está del todo.

(bajando los pies de la mesa)

-el mediano habla con mas valentia que su estatura, ademas...desde que llegue aqui no recibi una "bienvenida" a la que estoy acostumbrado; no hubo antorchas, ni gritos, ni mounstros...ya comenzaba a dudar de haber llegado al lugar correcto,; pero veros aqui...

(dirigiendose a los camesinos)

-Ilkar del clan Dunutrem a su servicio

(dirigiendose al resto de los presentes)

-Talvez sea la ultima vez que beba..(rie)
(alza la copa) por la buena caza!!!

(por ultimo se dirige al abad e inclina un poco la cabeza hacia abajo)
(con voz solemne)
-Lo mismo de todos los dichos...mi hacha a vuestro servicio y resguardo

Nos os preocupeis por mi semiorco se cuidarme sola ,el habito no hace al monje y tenido dos siglos para prepararme bien para este viaje ,no os preocupeis prometo cuidar de vos caundo lo necesiteis CONTESTO AL SEMIORCO

Derepente apareze un fraile y nos pregunta que tal todo Todo perfecto le agradezco su hospitalidad da gusto llegar a sitios asi y que te reciban tambiem ,no lo olvidare nunca

Llega un campesino y habla de unas extrañas criaturas y que necesitan ayuda Si puedo ayudaros con mi pequeña aportacón os ayudare gustosamente ,no me gusta ver como los fuertes abusan de los deviles y de la gente de bien

También podéis contar conmigo, venerable abad. En verdad nos habéis dado una acogida digna de reyes y vuestra generosidad merece ser recompensada en la medida de nuestras pobres posibilidades. Si a la vuelta consideráis apropiado que pueda pasar un par de horas en vuestra biblioteca me haréis el elfo más feliz del orbe.

El abad, asombrado ante la unánime respuesta de los aventureros, carraspea y dice: en verdad que no me esperaba semejante muestra de buena voluntad, pero por supuesto que es bienvenida. Como ya os he dicho, antaño ésta era una orden de monjes guerreros, pero ninguno de los que actualmente componemos la comunidad estamos entrenados en el uso de las armas, y aunque enviaremos un mensaje al puesto militar más próximo de la Orden para que nos manden una columna de socorro, tardará al menos una quincena en llegar.

El anciano reflexiona unos instantes, y luego continúa con bríos renovados: por supuesto que podemos facilitar vuestro trabajo en Braeme, de entrada proporcionándoos monturas para que podáis llegar rápido y descansados. Pero además... ¡seguidme!

Y tras decir esto, se levanta y os lleva por los pasillos hasta una sala cerrada por una enorme puerta de doble hoja. El abad saca una llave de su sayo y la introduce en la cerradura, que se abre con cierta dificultad. Está claro que hace años que no se usa. El abad hace señal a Urgk e Ilkar de que se acerquen.

Ayudadme con las puertas, por favor. Son demasiado pesadas para este frágil cuerpo.

El enorme Urgk se acerca a las puertas, y espera que el abad las abra con su llave, entonces empuja.

-Yo las abro, abad, no te preocupes. Aparta.

veo como el semiorco le ayuda al anciano a abrir las puertas pesadas ,yo le ayudaria con ganas pero por la fuerza no me destaco ,si no mas bien por la inteligencia. me pongo en pie para partir cuanto antes junto con lo mas probable que fueran mis futuros compañeros de aventuras.

Con un empujón de los enormes hombros del semiorco, las puertas se abren, dando paso a una gran sala de armas, herencia sin duda del pasado militar del monasterio. Allí pueden verse armeros con fila tras fila de lanzas, picas, alabardas, espadas de todo tipo, arcos y ballestas. Al otro lado, maniquíes soportan armaduras de diverso tipo, la mayoría cotas de malla y alguna de placas y mallas. Todas las armaduras llevan sobrevestas con una rosa negra grabada sobre el hombro derecho.

El abad enciende varias lámparas de aceite que cuelgan de las paredes, con lo que la iluminación permite hacerse una buena idea del contenido de la sala.

Veamos, dice el abad, dirigiéndose a Urgk. Sir Francis de Mere era de tu raza, por lo que su armadura debería irte bien, dice señalando a una espléndida coraza que, pese a los años, brilla como nueva.

Después, mirando a Ribon y a su ballesta, rebusca entre unos carcajes y saca tres virotes de ballesta que brillan en la semioscuridad.

Se los entrega al mediano diciendo: úsalos con sabiduría, porque son mágicos y te ayudarán a marcar la diferencia en algún combate desesperado.

Hhhhmmm, ¿dónde estaba aquella cota de malla? ¡Ah, aquí está. Se constuyó para un príncipe niño que murió de las fiebres sin poderla estrenar. Seguro que a tí te hará más servicio. Y se la da.

Urgk sonríe y se le iluminan los ojos. Se da un golpe en el pecho, con el puño cerrado, en señal de fiereza. Los demás se encogen sólo de verlo.

-¡Hum! ¡Será un Honor! No te arrepentirás, seré digna de ella.

Se acerca a la coraza, la descuelga de su maniquí, y sustituye su cota de escamas por ella. El semiorco asiente complacido.

-Urgk está cómodo con la coraza, es ligera y bella. Gracias.

Para vos, dice dirigiéndose a Ilkar, será más sencillo porque cotas de malla para tamaño humano hay unas cuantas.

Y le tiende una parecida a la Urgk, pero naturalmente más pequeña.

Veamos qué se puede hallar para un enano, dice dirigiéndose a Oskar.

Una cota de bandas de bellísimo diseño, y de fabricación obviamente enana destaca en un rincón. Fue un regalo de los enanos de las montañas, tras la batalla de Windermere en que una columna de socorro de la Orden levantó el asedio de una horda orca, que fue completamente aniquilada, dice el abad. ¿Qué más justo que un clérigo de Moradin la luzca en combate?

El abad se vuelve a los dos mágicos y les dice. Aunque la vocación de esta casa era marcial, no nos era ajeno el Arte que practicáis. Esto os ayudará en vuestra misión, y probablemente en vuestras futuras aventuras.

Y les entrega dos estuches de rollos de pergamino.

Y para todos, esto curará vuestra heridas. Usadlo con inteligencia, dice entregando a cada uno 3 frascos de poción.

Tomando los virotes con una reverencia y guardandolos en un lugar reservado de su cinturon, el mediano se prueba la armadura...¡Calzaba como un guante! mirose al espejo y se sintio capaz de vencer a todas las legiones del mal por si solo -Lo lamento por el joven fallecido, prometo honrar esta armadura en su memoria- dice Ribon al Abad, a pesar de su escasa altura se sentia cada vez mas grande, habia llegado la hora de dejar de hacer trabajos sucios por dinero y escapar de la ley, ahora seria un aventurero de renombre

-¡Estoy listo amigos!-

gracias por vuestro regalo ,seguro que nos sera muy util en nuestras futuras hazañas recojo los pergaminos con un gesto de gratituz ,y me siento en una mesa para copiarlos ami libro nunca se sabe cuando me volveran aser utiles

Cojo uno de los dos estuches al azar dejando el otro para Ireth y digo:
- Venerable abad, realmente está siendo espléndido con sus atenciones. Sólo espero que nuestra ayuda pueda recompensaros por vuestra generosidad.
Después, dirigiéndome a Ireth, y en una voz más baja, digo:
- Si os parece bien, consultaremos juntos estos pergaminos a la primera ocasión. ¿De acuerdo?

claro sera un placer ,eres el unico del grupo que entiende magia creo y ademas noto que te apasiona tanto como yo,tengo ganas de ponerlos en practica auque al principio igual no me salen a la primera,auque pase la escuela de magia todavia soy una iniciada en artes arkanas y aun me falta mucho camino de andar para llegar para dominar la magia bien. asinto con una sonrisa conforme a lo que me dice Sulthalas

Descansad bien esta noche, dice el abad una vez acabado el reparto de material. Mañana pondré monturas a vuestra disposición y podréis salir hacia Braeme. Es esencial que lleguéis con tiempo para organizar la defensa.

-Está bien, si. Descansaremos, y mañana saldremos temprano.

Urgk se dirige hacia las puertas de nuevo, para cerrarlas cuando todos hayan salido.