Partida Rol por web

Un bocinazo os arranca del sueño quizá de forma demasiado violenta, y por un momento os preguntáis si todo va bien... porque todavía nos sois capaces de acertar a adivinar dónde estáis. Sin embargo sólo os valen unos pocos segundos para daros cuenta de que os encontráis en un camarote del barco que os llevaba a Boken no Shima, la isla de la aventura según decían. La verdad es que teníais que haber llegado el día anterior, pero por un error de cálculo que no merece siquiera mención habéis tenido que coger un barco de aprovisionamiento que zarpaba el día siguiente hacia allí.
Al mirar la hora veis que es tan pronto que mosquea... Son las 5:30 de la madrugada del Domingo, y por lo que parece habéis llegado a tierra.
Ambos estáis en el mismo compartimento, y aunque por suerte había una litera en la que ambos estabais durmiendo, aquel lugar estaba siendo usado como almacén, porque lo único que había allí de más eran cajas y cajas amontonadas además de vuestras maletas y pertenencias. Incluso el pequeño baño estaba repleto de cajones de suministros, pues si habíais tenido la necesidad de ir durante el viaje visteis que teníais casi que contorsionaros para hacer vuestras necesidades. 

Alguien golpea la puerta de vuestro camarote y una voz tosca de un hombretón aparentente mayor os anuncia que podéis desembarcar y que os están esperando para llevaros a la academia. Además de eso, la verdad es que hay bastante ajetreo y movimiento por los pasillos del barco, parece que están descargando las cosas.

Tras coger vuestras cosas y salir del barco, cosa que ha sido la verdad un poco tedioso por tanto marinero yendo de un lado a otro, os encontráis con la isla frente a vuestras narices. Estáis en un pequeño puerto que no tiene más que un amarradero, un almacén y un edificio de gestión. Nada más salir notáis una brisa ligeramente fresca, ya todavía no ha amanecido y además todavía está algo oscuro... Aunque allá en el horizonte el marino cielo está empezando a clarearse.

Está desembarcando más tripulación de la que vosotros creíais, la mayoría son personas adultas con unas constituciones muy atléticas, en general con grandes mochilas de excursionista y equipo de aventura. Allí abajo, en la arena rubia de la playa, hay algunos camiones de carga de estilo militar además de un par de Jeeps. Hay algunos hombres y mujeres con pantalones de camuflaje y camisa negra de tirantes ayudando a cargar las cosas, y están armados con rifles y machetes. El que más os llama la atención quizá es uno que está apoyado contra uno de los Jeeps, mirando una cámara de fotos profesional y al parecer esperando.
 

Luego del ajetreo para salir de la embarcación, Shirasu realiza un prominente estirón a la vez que suelta un gran bostezo sobre el muelle todavía apestado de estibadores. A diferencia de sus hermanos, Shirasu era intrépido por naturaleza. Todas esas incomodidades del barco no causaban molestia alguna al joven, quien habría podido dormir durante todo el día en aquella litera.

-Así que esta es Boken no Shima.. Ohh..- Dijo en voz relativamente alta Shirasu mientras intentaba distinguir la rica estampa natural que yacía frente a él entre aquella tenue iluminación alborear.

-Conque isla de la aventura.- Empezaba a imaginar todas las aventuras que le esperaban en la famosa isla.

-Oee ojisan. ¿Cuándo nos entregan nuestro machete y nuestro rifle de asalto como a los demás aventureros?- Preguntó algo excitado el joven al tipo que observaba todo desde aquel jeep. Podría ser que ese sea el encargado o algo por el estilo pensó.

Si la escuela era como el barco en el que habían viajado, iba a ser una experiencia muy desagradable, pensó Kensuke, cuando salió por fin del transporte que los había llevado hasta allí. Decir que el viaje había sido incómodo era poco, y entre que no estaba acostumbrado a navegar y eso, el pelirrojo lo había pasado francamente mal. Agradeció enormemente poner los pies al fin en tierra firme, y al igual que su compañero, se quedó mirando el oscuro paisaje que tenían ante ellos

-La verdad es que parece una isla de las postales de viajes...- Dijo Kensuke. No había salido demasiado de su ciudad natal, y encontrarse en una isla totalmente nueva era a la vez estimulante y sobrecogedor. Se acercó también hacia el hombre de las gafas, y observó a todas aquellas personas con rifles y machetes, podía ser un instituto atípico, pero ahora mismo lo que le parecía era un campamento militar.

-¡Pero como nos van a dar rifles de buenas a primeras! Nos tendrán que instruir antes, aunque...- La improbable idea de empuñar un arma a las primeras de cambio era bastante sugerente, pero se obligó a quitársela de la cabeza -¡Yo soy Kensuke! ¡Mucho gusto!- Se presentó ante el hombre de la gorra, haciendo una enérgica reverencia -¿Vas a ser nuestro guía?

El tipo al que os dirigís tuerce la muñeca para mirar la hora en su reloj y después se vuelve a vosotros, dejando la cámara colgando de su cuello para estirarse con cierta pereza.
-Os va a hacer falta algo más que un machete y un rifle de asalto para sobrevivir en ésta isla, muchachos. -dice con una sonrisa. Después de eso se acerca a vosotros y toma vuestras maletas para meterlas en su Jeep-. 

-Bueno, bueno. Erais sólo dos, ¿no? Sí, creo que sí. Bueno, creo que vais a llegar a tiempo para uniros a la excursión que ha organizado la señorita Amane, la directora. Y espero que os arméis de valor, porque ella no sabe que vuestro tutor y Director Brett Weaver os ha matriculado, y eso significa que se va a mosquear bastante... -parece resultarle divertida esa idea.
-Yo soy Tomitake. Hiroshi Tomitake, y soy el responsable de la seguridad fuera del recinto académico, también es un placer. -os saca el pulgar y os guiña un ojo, parece bastante agradable-. Os he traído un bento para que desayunéis, que lo vais a necesitar. 

Agarra su rifle, el cual dejó sobre el capó del Jeep y lo deja sobre el asiento del copiloto.

-Cuando estéis listos me lo decís y nos ponemos en camino, que hay una media horita de viaje. Si os habéis mareado en el barco ya os podéis preparar ahora... -se ríe y se mete en el coche. Al parecer vosotros vais detrás... Porque delante ahora mismo no hay espacio.

-Arghh- Respondió con cara de circunstancias el joven cuando por fin entendió que no recibiría ni rifle, ni machete. Aunque tal expresión cambió en el mismo momento en que un bento salió a relucir.

-¡¡Woo!! Gracias. Esto... Hiroshi-san.- Shirasu tomó el bento y en menos de un segundo ya tenía la mitad del contenido en la boca. Pero ello no evitaría que intentase seguir hablando.

-¿CuepeMos gRaser mAmnE jLiz?- Continuaba su particular conversación y tragaba a la vez como si de ello dependiera su vida. Definitivamente el viaje en barco había abierto el apetito del joven.

Pues si ni con esas armas estaba garantizada la supervivencia, no quería ni imaginarse que peligros y pruebas les aguardaban. Cogió el bento que le ofrecía Hiroshi y se subió a la parte de atrás del coche, mirando divertido a Shirasu -¡No se te endiente nada! ¡Mastica y traga!- Aunque Takeshi no pudo seguir si quiera sus propios consejos, llevaba bastante tiempo sin comer, y engulló el desayuno con la misma ansia que Shirasu.

-Espero que todos los transportes no sean igual de incómodos...- Primero un barco, ahora un jeep...¿Que sería lo siguiente? ¿Un elefante?. Tan ocupado había estado comiendo, que no había reparado en lo que le había dicho el guía. La excursión parecía interesante, seguramente el resto de sus compañeros ya estuvieran allí y que llegasen ellos dos de la noche a la mañana iba a ser cuanto menos, inesperado -Bueno, esperemos que nos deje unirnos a la excursión, que si ya vamos con retraso...- Aunque lo que verdaderamente quería Kensuke era pillar una buena cama y echarse hasta tarde, parecía que iba a tener que esperar más para descansar -¿A que hora es la excursión? ¿Y a donde es?- Preguntó curioso al conductor, mientras se agarraba al asiento, presintiendo que sería un viaje movidito.

-Oh, cierto.- Pensó, percatándose entonces de que su intento de comunicación estaba siendo saboteado por la comida que tanto disfrutaba. Hizo el esfuerzo por tragar de golpe la gran porción de alimento que llenaba su boca. Levantó su mirada dejando descubierto su cuello, y mostrando así como poco a poco toda esa comida recorría su garganta hasta finalmente llegar a su destino. -¡Glupp!-

Luego dio un gran suspiro e intentó hacerse entender nuevamente.

-Oee ojisan.- Se acercó de forma sospechosa a Hiroshi y rodeó con un brazo los hombros del sujeto.

-Estoy seguro de que un tipo como usted conoce bien lo que le gusta a una dama como la directora. Será que puede ayudarnos para que ella no se enoje con nosotros.- Observó al hombre con pícara mirada para hablar nuevamente, pero esta vez aumentando la velocidad de sus palabras hasta casi quedarse sin aire. -Vamos, ¿que puede gustarle a la directora?... ¿Le gustan las flores? ¿Los animales? ¿Las joyas? ¿Los barcos? ¿La poesía?...(4 minutos después)¿Las películas de marcianos? ¡¡¿¿El Hula Hula??!!- ---respira---  ---respira--- Se detuvo entonces para tomar aire nuevamente. -Debe ayudarnos por favor, no quiero ser el más odiado el primer día de clases.- Abrazó con fuerza los hombros del sujeto mostrando verdadera preocupación por el tema. Y es que, a pesar de que Shirasu era un chico despreocupado y distraído, lo de empezar con el pie izquierdo era algo que no salía de su cabeza tan fácilmente. Después de todo, creía que era una posibilidad que la entrega de su machete y rifle dependieran de la primera impresión que pudiese tener la directora de él; más importante aún, el uso de la piscina para sus practicas.

-No hay nada como un paseo por la selva a las 5 de la mañana en Jeep. -dice, como si bromease ante el comentario de Sensuke de que espera que todos los transportes no sean igual de incómodos-. La verdad es que me voy a comportar un poco porque acabáis de comer, porque si no... -se ríe. Después de eso mira de nuevo la hora y bufa un poco de forma divertida-. No puedo deciros dónde vais a ir... Pero ahora que me fijo vamos con 10 minutos de retraso. Tenéis que estar allí a la media, y hay media hora de camino. Creo que voy a omitir lo de comportarme en éste viaje...

El hombre parece animado y divertido mientras habla con vosotros. Está apunto de entrar en el vehículo cuando Shirasu le pasa la mano por el hombro. La verdad es que se queda un poco desconcertado, porque no se esperaba tal confianza por un muchacho que acaba de llegar ahí, pero no se lo toma con desprecio. De hecho se vuelve a reír cuando pregunta por la directora.

-No quiero que tengáis una idea equivocada de la señorita Amane. Es una buena mujer, dedicada plenamente a su trabajo y muy profesional. Eso sí, es muy competitiva y muy orgullosa, por lo que intentad no ofenderla de ninguna manera... -os advierte. Se ajusta la gorra un poco, pensando en ello-. Supongo que sabréis la historia de ésta academia, ¿no es así? El por qué de las casas divididas por sexo y las competiciones que se hacen. -le hace un gesto a Shirasu para que suba al coche junto a Sensuke, y él se monta finalmente, poniendo en marcha el vehículo. Una vez todos montados se pone en marcha, saliendo de la arena de la playa para meterse de lleno en plena selva, por lugares en lo que no parece haber camino o sendero y os preocupa realmente comeros un árbol o acabar atascados entre la espesura y las rocas. El hombre se desenvuelve bastante bien al volante, pero la verdad es que es un camino muy agitado e incómodo... Tenéis que agarraros muy bien para no ir de un lado a otro-. Ahora que recuerdo, ayer montaron un espectáculo los muchachos de tercero. Los de último curso. Compitieron y fue retransmitido en directo para que todos los vieran en la academia. Fue una carrera en mitad de la selva, tenían que encontrar una bandera antes que el otro. Fue muy emocionante. Pero al final ganó el muchacho, aunque casi se mata... Supongo que ya veréis la grabación en otro momento.

-¿5 minutos de retraso? Espero que todos los días no se empiece tan temprano- Dijo Kensuke, que no le gustaba nada madrugar, prefería tirarse en la cama hasta tarde remoloneando. En cuanto se pusieron en marcha, el chico se agarró al asiento con todas sus fuerzas, para evitar salir despedido fuera del vehículo y acabar en medio de la selva.

-Bueno, bueno, pero nosotros respondemos ante el director, ¿no? Que para eso es nuestro tutor...- Negó con la cabeza cuando Hiroshi les preguntó por la historia de la academia, algo había oído, pero no se acordaba demasiado bien, ni le había prestado mucha atención -Ah, ¿y en ese tipo de competiciones participaremos nosotros? Jah, será pan comido, ¿verdad Shirasu?- Le preguntó a su compañero, estaba bastante seguro de que en capacidades atléticas no tendrían demasiados problemas en ganar a las chicas, y conseguir los ansiados premios. Ahora lo que le preocupaba era llegar a tiempo para la excursión, aunque si llegaban tarde, no sería culpa suya, al fin y al cabo, ellos no conducían -Tengo ganas de ver a nuestros compañeros, ¿cómo serán? espero que nos llevemos bien, ¡Hay que hacer equipo!

Shirasu mantuvo su cabeza abajo mientras escuchaba las explicaciones de Hiroshi. De perfil se podía apreciar que sonreía, pero no hacia nada aparte de eso hasta que, sin previo aviso, levantó su mirada con gran ímpetu. -¡GUOOOOOO!- Exclamó Shirasu notablemente excitado. -Conque así están las cosas. ¿Eh? ... ¡No pienso perder!- Volteó a mirar a su compañero para asentir a su pregunta anterior. En su expresión hay una gran sonrisa, y pareciera que hubiera fuego en sus ojos.

Entonces volteó su mirada hacia el frente para luego colocar su mano derecha sobre su hombro izquierdo y hacer un movimiento para acomodarlo, resultando en un sonoro ---crack--- -Este lugar se pone cada vez más interesante, ¿no, Kensuke?- Y aunque Shirasu actuaba como si se estuviera enterando de todo esto, seguramente ya le habían informado al joven de todos estos detalles antes de partir, pero como casi siempre no había prestado mucha atención a ello.

-Claro que vais a participar en las competiciones, por eso os han matriculado. -os mira por el retrovisor como si no diese crédito a lo que estáis diciendo-. Tenéis calificaciones por encima de la media, y los directores buscan alumnos que sean capaces de competir en niveles altos. Aquí os van a meter mucha caña, que lo sepáis...
Ríe divertido ante eso.
El viaje se hace más largo de lo que vosotros creíais... Y llega un momento en el que os duele el culo de tanto movimiento y ajetreo. Estáis en mitad de la selva... y se os viene a la cabeza que seguramente ahí haya más de una criatura peligrosa, depredadora o venenosa que podría meteros en un apuro. Quizá ahora veis más sentido que Tomitake y la mayoría de la gente que habéis visto en la playa lleven el rifle y el machete consigo encima.
-Mira, ya llevamos medio camino. No vamos a tardar en llegar.

-Bueno, no se si interesante, o aterrador, pero más divertido seguro que si- Respondió Kensuke a Shirasu, por lo menos los ánimos estaban altos, y si seguían así y el resto de sus compañeros tenían la misma actitud, apostaría por ellos con los ojos cerrados.

Soltó un suspiro de alivio al escuchar al conductor, si ese era el tipo de pruebas y exámenes que harían en el instituto, podía estar tranquilo. Todo lo contrario si tuviera que estudiar, en ese caso, ya le habrían empezado a temblar las piernas al pequeño pelirrojo -Bueno, bueno, pero supongo que también tendremos tiempo de descansar y disfrutar de la isla, ¿no?- Preguntó, ya tenía ganas de darse un chapuzón en esas paradisiacas aguas, o en dormir a pierna suelta hasta tarde, para recuperar las horas de sueño perdidas durante el accidentado viaje.

-¡Bien! ¡Daré mi mayor esfuerzo!- Miraba hacia el horizonte Shirasu. Toda la conversación no hacia más que seguir levantando los ánimos del joven.

A pesar de su ensimismamiento, Shirasu logró escuchar la última pregunta de Kensuke, lo que hizo surgir algunas curiosidades en el joven. Este, apresurado por conseguir respuesta, llevó la mitad de su cuerpo hasta las puestos delanteros del vehículo, para mirar a Hiroshi mientras preguntaba.

-Eso, eso. ¿La piscina queda muy lejos de los dormitorios?-

Se rió al escuchar la pregunta de Shirasu -¿Pero para que quieres ir a la piscina?- Dijo entre gruñidos de malestar, al tener que estar agarrándose continuamente al asiento para no salir despedido -Estamos en medio de una isla paradisiaca y quieres bañarte en la piscina en vez de irte a la playa...- Negó con la cabeza, como no aprobando su actitud -Seguro que podemos hacer surf, o tomar el sol, o construir un castillo en la arena enorme,o enterrar a alguna de las chicas, o o...- Las posibilidades eran infinitas, y Kensuke ya se estaba emocionando solo de imaginárselo. Una pena que tuvieran que atender antes a sus deberes como estudiantes, ya tenía unas ganas enormes de disponer de tiempo libre.

-No, no, no quiero.- Negaba con la cabeza el chico, a la vez que su rostro mostraba una expresión de desagrado.

-El mar está lleno de medusas y todo tipo de bichos.- Continuó negando a gran velocidad con su cabeza el joven.

-Pero en la piscina.- Hizo una pequeña pausa para nuevamente recuperar aquel semblante lleno de confianza que mostró minutos antes. -Allí no hay que preocuparse por ninguna de esas cosas. Eres solo tú y el agua que te rodea.- Extendió la palma abierta de su mano hacia el frente. -Además, tengo que continuar con mi entrenamiento.- Dijo con decisión al cerrar su puño.

-La verdad es que a mi lo que no me gustan son las algas, como me roce una...- Puso cara de asco, esperaba que el agua del mar estuviera lo suficientemente clara para verlas venir y evitarlas. De lo contrario sus baños serían en un constante estado de alerta -A mi me da más asco bañarme en un río, que a saber que te encuentras en el fondo...

-¿Y que entrenamiento es ese? ¿Acaso te dedicas a nadar?- Preguntó Kensuke a su compañero, se acababa de dar cuenta de que a pesar de haber compartido un agotar viaje, tampoco es que supiera mucho de el -En ese caso igual si es mejor la piscina, pero vamos...¡Mi entrenamiento será en la playa!, con colchoneta, sombrero, y una bebida bien fresquita.

Aquella llama en sus ojos retornó a Shirasu al responder la pregunta de su compañero.

-Entreno para ir a las olimpiadas.- Su llameante mirada se perdía a la distancia. -Y traer todas las medallas de oro a Japón.-

El joven no tuvo reparo en contar sus sueños ante estos dos recién conocidos. De hecho parecía orgulloso.

Sacó entonces un paquete con goma de mascar de uno de sus bolsillos y ofreció a ambos sujetos en el vehículo, estirando nuevamente la mitad de su cuerpo hasta la parte delantera del vehículo para ofrecer a Hiroshi.

-¿Quieren? Es de triple menta.- Dijo sonriente.

-Oh vaya, ¿a las olimpiadas?- Si que aspiraba alto Shirasu, pensó Kensuke, y es que ir a las olimpiadas debía ser lo más grande para un atleta -Seguro que con esfuerzo lo consigues, ¡ya lo verás!- Le levantó el pulgar de la mano derecha en gesto de ánimo.

Extendió la mano para coger uno de los chicles, le vendría bien mascar algo para evitar dormirse. De todas, con el viaje tan movidito, dudaba que eso pasase. Si se iban de excursión seguro que no sería un simple paseo por el campo, y tendrían que realizar alguna actividad al aire libre, pensó Kensuke -¿Falta mucho? Me parece que voy a tener que ir al baño antes de salir a la excursión...- Preguntó al conductor, empezaba a sentir una imperiosa necesidad, y estaba seguro de que no aguantaría todo el día.