Partida Rol por web

Burgi Ambulandi

♦ PRÓLOGO ♦

♦ POR LA TENEBREGOSA ♦

Cargando editor
18/11/2013, 20:32
Pelayo Rodríguez

Pelayo miró con cara de aprobación a los presentes, al parecer, habían llegado a un acuerdo de funcionamiento sin mayores contratiempos ni disgustos, pero había de tener en cuenta los temperamentos de los presentes para tratar con ellos.

El hombre de la máscara le intrigaba, pero bien cierto es que un misterioso hombre daba mucho juego para tal misión. Había de recabar mas información sobre todos ellos, pero eso, con el tiempo. Ahora lo importante era que todos ellos comiesen y descansasen, y que sus soldados llegasen a la posada, pues había de despachar órdenes entre ellos antes de retirarse a descansar. También echaba de menos a su grandullón peludo de 4 patas, el único del que podía decir que no desconfiaba para nada.

-Sea pues, damisela y caballero de la máscara, dispongan hoy de habitaciones privadas, pues permitírmelas puedo, más non estoy seguro de que en el futuro pueda ser de tal manera. Coman y descansen, pues su bien estar a la hora de partir mañana es de buena necesidad para mi et para la labor que tenemos por delante. Recuerden, una hora antes del amanecer, todo el mundo en pie.

Notas de juego

Yo esperaré a la llegada de los 3 soldados y del chucho. Luego les daré sus labores y me iré a descansar.

Cargando editor
19/11/2013, 12:22
El Cortalenguas

"Una hora antes del amanecer..." Apenas podría yo dormir, y quisiera que el que arriba se encuentra me diera el sueño durante unas horas, que no bien había salido de una angustiosa celda asquerosa para meterme en una pútrid posada a la espera de un infausto viaje...; al menos resarcía mi imaginación mientras imaginaba descosiéndole la cabeza al tal Josu como a cualquier otro fulano mal encaminado al más oscuro callejón...

Cargando editor
19/11/2013, 21:09
El Maligno

El Pelayo propuso y dispuso, y una vez llegado el "Urraca" con el perro de aquel, un fornido can llamado Becerrillo cuyo aspecto era tan inquietante como las babas que caían de su boca, el grupo volvió al interior de la taberna en busca de descanso. Allí ya no se encontraba don Mateo, cosa extraña pues no vieronle salir. Quizás se encontrara en alguna de las habitaciones o hubiera marchado por alguna puerta trasera de haberla en la posada. Quien sabía...

Lo cierto era que la mayoría no disfrutaban del mandato de aquel prestamista, quien con sus turbios negocios se había granjeado buenos dineros y reputación en Burgos, y mejores enemigos también. De lo que si disfrutaban era de sus dineros, pues ninguno se negó a al convite de generosa cena y buen descanso, algunos incluso pidieronle habitaciones individuales. Aquellas gentes de mal vivir aprovechaban cualquier oportunidad para sacar tajada, y eso, junto con sus "problemillas" personales les había unido a todos bajo el mismo techo de aquella lúgubre posada burgalesa...

... el descanso no fue pleno en aquella fría noche. Calados hasta los huesos y con la mente acosada por turbios pensamientos poco fue lo que descansaron. En mitad de la noche pasos y extrañas voces retumbaron en la posada, se trataba de los hombres que Pelayo había mandado a llamar. Al parecer ya estaban todos reunidos.

El gallo cantó. Ya era la hora... pronto las campanas tocarían prima. Con presteza se prepararon y marcharon hacia la puerta de San Martín al encuentro de don Mateo. Aún bajo la oscuridad, que buen amparo les brindaba, cruzaron la calle de Viejarrúa. En la puerta de San Martín les fue, sin pregunta alguna, franqueado el paso por un guardia. La mano de don Mateo habría dejado caer alguna moneda en la bolsa adecuada...

Cargando editor
19/11/2013, 21:09
Mateo de Vallejo

Allí estaba don Mateo, junto a tres carretas, esperando vuestra llegada.

- Llegáis en hora. Pláceme. - Dijo secamente. Al parecer esas tres carretas las lleva como favor a un comerciante llamado Antón, que vive en Anzo, quien le solicitó que las encargara en Burgos y acompañara hacia el valle. En ellas hay espacio para todos. Van cargadas de un vino de gran calidad, que hace las delicias de cualquier entendido.

- Partamos pues. El camino es largo, non conviene demorarse. -

Cargando editor
19/11/2013, 21:28
El Maligno

¿Antón de Anzo?. Esperas que sea casualidad, aunque estás segura que no será así. Sólo oír el nombre de ese desgraciado te pone los pelos de punta. Tristes recuerdos vienen a tu mente, rostros apaleados de bellas mujeres. Quisieras borrar esas imágenes de tu mente pero no puedes... ¿Que relación mantendrá ese asqueroso con don Mateo?.

Cargando editor
19/11/2013, 21:32
El Maligno

Notas de juego

Te acompañan Hernando y Becerrillo. Los otros dos se han trasladado a la posada de Cesáreo. Han trasladado tu "oficina" hasta allí, haciéndose cargo de cuidar tus documentos y demás. Don Mateo ha enviado un médico para atender al herido.

Si tienes alguna sugerencia házmela saber.

Cargando editor
19/11/2013, 22:08
Pelayo Rodríguez
Sólo para el director

Notas de juego

Unos pequeños apuntes de lo que habré hecho por la noche simplemente.

Le habré dado comandas a los dos soldados de que oculten su profesión y no vistan como tales, que se queden en la posada hasta mi regreso y que el sano atienda al herido. Les dejaré unos 50 maravedíes mas su sueldo (que ya he pagado en la creación de pj) para que cumplan tal menester.

Al otro hombre de armas que viene conmigo le diré que se prepare para defenderme bien pues buena tarea tenemos por delante, que afile su espada de bien de comer al caballo y esas cosas.

Llevaré conmigo al criado también, para que porte una de mis escribanías, en las que irá metido 1 calamo, un par de botes de tinta y 15 pergaminos. A mayores de mi maleta de vaqueta en la que llevaré la ropa y calzado que no lleve puesto.

Yo llevaré el portacartas con el mapa que me dio mateo y una descripción al detalle del tal Josu (escrita, me habré dedicado a preguntarle un poco a mateo o preguntaré durante el camino para tenerla, lo que tu prefieras).

Llevaré a mayores del dinero que ya llevaba encima (del que has de decirme cuanto he de descontar por los gastos del día anterior: recuerda que la posada la pagó Mateo, yo solo le di un par de maravedíes al posadero para que dijera que había pagado yo si alguno de estos preguntaba), distribuido de la siguiente manera:

Un total de 100 maravedíes en el bolsillo. 20 distribuidos entre ambos calcetines (o como se llamase el equivalente de la época) y otro bolsillo con 100 maravedíes en el fondo del portacartas.

A mi hombre de armas, le habré dado 50.

Cargando editor
19/11/2013, 23:51
Diego "el Urraca"

El sueño aún se debatía una intensa lucha contra Diego por llevarle de vuelta a la cama, pero el agua fresca de una palangana, que llevóse consigo las legañas del mendigo, acabó inclinando la balanza hacia el lado del deber.

El frío del amanecer estremeció al Urraca al salir a la calle, quien, como en un acto reflejo, comenzó a frotarse los brazos. Disfrutó del camino que llevaba hacia la puerta de San Martín, a ritmo de paseo (pues no llevaban prisa alguna), viendo, con la poca luz del sol que a aquellas horas había, cómo el rocío del amanecer goteaba de algunas macetas que adornaban las ventanas de las casas de la ilustre Burgos et cómo algunos candelabros et antorchas de los que iluminaban la ciudad en la noche estaban ya apagados et humeantes. El camino fue silencioso,  poca conversación tuvieron.

-Buen día, don Mateo- saludó al corteasano cuando encontráronse con él-. Partiremos cuando vos plazca -contestó en cuanto advirtió que el omne tenía bastante bulla por partir.

Cargando editor
20/11/2013, 09:45
Belarda Olayes

Despuntó el día, et con don Mateo nus reunimos a la amanecida. Acicaleme yo, vistiendu de la guisa que andaba siempre, aunque algún pontigue que otru me eché por el rostro para alegrarme la caruncha, que la noche et los fríos habían siu inclementes. Asín, bien puesta, acudí con los otrus a la puerta de San Martín, et allí hablonos de nuevo el patrón, que prisa parescía llevar.

- Estamus a su disposición, don Mateo. - díjele con una sonrisa, et senteme en el carro, presta a la partida.

Cargando editor
20/11/2013, 09:45
Belarda Olayes
Sólo para el director

La sola mención de aquel nombre, Antón de Anzo, fazíame venir agrios recuerdos, et profunda rabia. Por la culpa de aqueste salvaje había teníu yo que huir de Burgos, maldita fuere su estampa. Tampoco olvidaba yo las palizas que el mu asqueroso les daba a mis pobres chicas, la puta que lu parió. Mas non quedaría en perdía toda aquesta, que la próxima vez que ese et yo nus cruzásemos, iba a ver el desgraciau a quién andaba intentando esburciar.

Cargando editor
20/11/2013, 18:42
El Cortalenguas

La noche había sido tremenda, agónica, fría y austera para mí. Pero bien temíame yo que ni ardiendo en una purificadora hoguera, ese mio buen espinazo congelado no acabaría calentándose, ¡ni mis manos! ¡ni mi rostro! El hedor de la "libertad" en que me hallaba ahora mismo (puesto que no era plena algarabía, sino impuesta condena sin barrotes) no era tan fuerte como el sonido de los gritos que había tenido que porferir en la noche, puesto que aparte de que andaba resfriado, aún mis dolores internos, que los tenía bien ocultos, me martirizaban como un clavo horadándome el blanco de los ojos...

Por la mañana salí casi a la par que los ahora míos compañeros, y de aquello tuve que mentalizarme, y pese a que jamás pensaría que fueran sus presencias en ayudas del encargo, así habría de aguantarme, y creí que la ciudad, embrujada y prostituida de la mano de ese maldito Mateo "el Usurero", reíase ahora de mí. Al salir de la taberna no reconocía yo los amaneceres cantando en risas y contando en monedas sobre algún tejado, echado sobre mi capa y desprovisto ya de la máscara,  mirando tumbado la inmensidad del cielo y los pies del allí habita, habiendo sucumbido al placer de matar o violar antes de limpiar las arcas de buena piel de mis pobres desgraciados...

Ahora la ciudad dormía aún, aun con el gallo. Ahora la ciudad dormía plácida, tranquila, sabiendo que "El Negro" ya no operaba con la misma actividad... ¡qué digo! Creyendo y rumoreándose, tal vez, que "El Cortalenguas" había dejado de hacer fechorías, pues llevaba tiempo sin intervenir por mi injusto entierro. Y las mismas velas y antorchas en que se fijaba el Urraca muy de mañana se apagan justo cuando yo las miraba, haciéndolo sin desgana, pues una nueva noche había pasado sin tener que lamentar la pérdida de un ser querido por asalto o "deslengüamiento" previo...

Nada más llegar al puente, pude notar la impaciencia de Mateo. No creo que fuera hombre de buen dormir (bueno, quizá sólo con sus mancebas y en tiempos de pocas preocupaciones, no como ahora), y su parquedad en palabras bien denotaba que quería prisa y no pausa, andanza y no regocijo, un bandido menos (Josu) en su querida Burgos o alrededores.

La capucha me protegía, los primeros rayos del sol me quemaban la... ¡máscara!, y más que parecer entonces una sombra infame y destructora (¡Oh, anhelados tiempos de placer!) me viera entonces yo como puestos en los otros ojos allí presentes como una figura deforme y sin aliento, sin ojos, sin boca, sin alma... y sin nada que decir).

Ni tan siquiera saludé al prestamista, bueno, ni a nadie. Sólo miraba al cielo mientras me apretaba los guantes puestos en mis manos y contemplaba los primeros mirlos aleteando en las alturas.

Y me alegré por ellos.

Ellos lo eran.

Yo no.

Cargando editor
20/11/2013, 20:09
Pelayo Rodríguez

Despertó Pelayo de mala gana, pues entre espera y dar comandas a sus hombres, poco tiempo dispuso para dormir. Bajó antes que ninguno, o intento hacerlo. Pagó al posadero por unas cuantas viandas para el viaje, al menos para un par de días, para todos y requirió que fuesen preparadas de inmediato y correctamente empaquetadas, para que su criado pudiese recogerlas antes de partir. Hecho esto salió a la puerta de la posada, donde junto a su fiel Becerillo esperó a los demás, aprovechando para jugar y entrenar al gran Alano, que nunca estaba demás que aquella mascota recordase para que estaba allí.

Tan pronto se hallaron allí reunidos todos los presentes, marcharon al encuentro de don Mateo, que estaba mas serio que el día anterior, pues con pocas palabras los despachó.

Algunos de sus compañeros fueron efusivos en el saludo, más Pelayo quiso ser precavido y no incordiar, que bien sabía Pelayo que los Mateos de la vida no gustaban de palabrería cuando algo les urgía.

-Partamos.

Fue lo único que dijo al mandamás, mientras subía a uno de los carros, junto con su hombre de armas y su can, dejando al criado, de momento, en tierra, pues tenía que cargar al carro sus escasas pertenencias y repartir raciones para todos, antes de poder sentarse en el carro, que para algo era requerido su servicio.

Notas de juego

Pues eso, mientras subimos a los carros, mi criado os dará a cada uno raciones de viaje para dos días.

Cargando editor
20/11/2013, 20:54
El Maligno

Con los primeros rayos del sol partieron hacia el Valle de Mena. El viaje era largo y fatigoso. Aquellas carretas destinadas al transporte de mercancía no eran todo lo cómodas que hubieran deseado quienes en ellas viajaban. Sólo la de don Mateo gozaba de ciertos lujos al estar la "caja" donde iban los viajeros pendiente de bandas anchas de cuero, para amortiguar los golpes producidos por los baches. Dentro, la madera estaba forrada de cojines, y había una pequeña trampilla donde aliviar la vejiga. En este cómodo carruaje viajaba junto con Pelayo y un hombre rudo, de aspecto intimidante que parecía ser el protector de don Mateo.

En otra de las carretas iban Belarda y Diego, quienes parecían haber hecho buenas migas durante el viaje. Con ellos también viajaba el sirviente de Pelayo, quien pocas palabras intercambiaba con el resto. Tancredo, solitario y callado, marchaba junto a "foceras", su asno de carga. En la última carreta, aislado en sus pensamientos iba el enmascarado. Al parecer le gustaba la soledad, cosa que era un alivio para el resto, pues evitaban siempre que les era posible estar cerca de tan infame personaje. Dos jinetes, soldados de don Mateo iban al frente de la caravana, y cerrando ésta iba Hernando, el hombre de confianza de Pelayo junto con Becerrillo.

Tres días llevaban ya de viaje, y otros tres quedaban aun. Cada noche paraban en una posada donde no se privaban de nada, ya fuera de un buen plato, un buen caldo o de una buena posadera de pechos generosos, que el dinero facilita todos los deseos y el noble, como hombre de mundo no buscaba disculpas por gustar de dormir acompañado. En aquellas noches de posada, don Mateo se mostraba cercano y afable, intercambiando vivencias con los personajes e invitando tanto a ellos, como al resto de los posaderos a probar el exquisito vino que llevaba camino a Mena. Maniobra inteligente era aquella para dar futura salida a esa mercancía, pues los posaderos quedaban maravillados con la exquisitez de aquel vino.

Notas de juego

Podéis hablar libremente con don Mateo, incluso en privado si queréis. Siempre hay algún momento en el que pillarlo sólo.

La presencia de "El cortalenguas" es bastante inquietante, más en esas alejadas posadas donde la gente rara vez ha visto cosas tan "extrañas" como un encapuchado con máscara de cuero. Por ello don Mateo le recomienda evitar dejarse ver en las posadas "invitándole" a aislarse cada noche en una estancia privada que corre de su cuenta. La presencia de éste y las habladurías que suscita no son recomendables para sus futuros negocios con el vino que transporta.

Quienes quieran saber de la calidad del vino al que don Mateo os ha invitado haced una tirada oculta de Degustar.

Hago parada a mitad de viaje. Aprovechad ahora si queréis hacer cualquier cosa entre posada y posada o durante el camino. La próxima parada probablemente será el Valle de Mena.

Cargando editor
20/11/2013, 21:20
El Maligno

Notas de juego

Hazme un favor. Me he perdido bastante con el tema del dinero que has gastado y como has repartido el resto. Ya sabes, últimamente he estado bastante descentrado con lo que me ha venido encima... Gestiona tu los gastos, y si hay algún coste que no te he especificado lo dejo bajo tu criterio que hay confianza ;)

Actualizalo en tu ficha y especifica en ella el reparto que has hecho del dinero entre tus hombres.

Te lo agradecería mucho, pues todavía sigo un poco liado, aunque ya no tanto. A partir de aquí ya gestionaré yo este tipo de cosas... Gracias.

Cargando editor
20/11/2013, 23:30
Belarda Olayes

Complacíanme los pequeños lujos que dábanos aqueste de los dineros, don Mateu. Que non eran nada en comparación con los que me daba mi don Juan, pero qué le iba yo a fazer, que andaba desterrada en aquestos caminos de mala muerte que salían de Burgos, et al menus con esto sobrevivíame, et tenía para pasar los ratos. Probé de buenos vinos et fize compañías con los que dejáronse, pero bien cuideme de guardar cama en solitario, que la verga más de uno la tenía más suelta que la mano, et esto, entre tantu embaucador et ladronzuelo, non era poco dezir.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Posteo en previsión de no poder hacerlo mañana (no es seguro que no vaya a poder, pero el día se presenta complicado).

Cargando editor
20/11/2013, 23:32
Belarda Olayes
Sólo para el director

Fízeme en aquellos días un hueco en uno de los carros, et seguí en conversar con el Urraca aqueste, que era el único que, aunque pordiosero, non parecía un malnacido. Mas en aquestas lanzaba también alguna que otra mirada al criado del escriba, que donde sueña uno, sueñan dos, et este tenía pintas de no haber tocado una mujer sin pagarla en mucho tiempo. Et ya se sabe que una mirada bonita...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Quiero usar seducción para atraer la atención del criado de Pelayo (a base de miraditas, ya sabes, sutilmente).

Cargando editor
21/11/2013, 00:15
Diego "el Urraca"

El viaje fue mucho más agradable de lo que el Urraca pensara en un primer momento. Gozó de buena compaña, charla et vista con la Belarda en el carro. La presencia de aquel tipo callado le coartaba a la hora de cortejar a la dama, mas aprovechó el mendigo cada noche en las tabernas para intentar sonrojar a la mujer con sus palabras, entre los, para él, lujos que Mateo les estaba permitiendo. Facía tiempo que Diego no degustaba vinos tan exquisitos, si es que alguna vez hubiérelos catado, et mucho más desde que comiese tanto et de tan buena calidad.

Y así llegó el tercer día de viaje et nuevamente rubricaron en una agradable posada. El Valle de Mena cada vez estaba más cerca et el mendigo decidió que buena hora era ya para comenzar su labor. Acercóse al tabernero para pedir un vinacho (que bien se encargaría don Mateo de pagar) et intentó tirarle un poco de la lengua, que bien es sabido que los regentes de las posadas de los caminos más rumores saben que el diablo.

-Fadrique es mi nombre -dijo, una vez el posadero sirvióle la bebida-. Tenéis un buen negocio aquí. Buen vino et un lugar bello, ¿Qué más pudiere yo pedir? Soy omne de gustos sencillos, ¿sabe? El vino añejo, las tetas grandes, las posadas bonitas et las camas cómodas -una sonrisa adornó el rostro del Urraca mientras sorbía de su copa- ¿Et sabe qué más? Muchas gentes heme cruzado en mi camino hacia aquí, et todos ellos recomendádome han que rubrique en el Valle del Mena, más temome que nada conozco sobre la región. Como observará por mi acento, vengo del sur, de la Sierra Morena, et visito por vez primera estas tierras tan lejanas de el mío hogar. ¿Qué puede contarme sobre aqueste lugar? -su acento era fingido, pero esforzábase al máximo por calcar el habla de aquellas gentes sureñas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me temo que el paladar de un mendigo no está como para catar vinos, por lo que dejaré esa labor a gentes más dadas a esos lujos.

Cargando editor
21/11/2013, 14:10
El Cortalenguas

Solitario en el viaje y solitario en cada posada. Sin duda alguna que aquello era un lujo según la posición en que me encontraba y una "tranquilidad para todos", pensado de cierta forma. Sin duda que el noble Mateo bien que ponía cuidados y detalles y no se dejaba nada en el tintero, y poco a poco veíamos todos que tales molestias quizás no eran para obtener a un simple bandido de una pieza (o tal vez si, y es que ese bandido fuera realmente un tipo mas ruin que un servidor).

Tampoco yo era un hombre de piedra..., bueno, para empezar, ¡Era un hombre! ¡Si! ¿Qué creían todos vos? ¿Que acaso la máscara me eximía de poder disfrutar de las ajenas compañías con las que nos encontrábamos en cada lugar? (perdonen la mala ironía). Ciertamente el Apego me abandonó mucho tiempo, y mi cama acabó calentándose por la lujuriosa Sinrazón, pero es cierto que poco a poco (podría decirse así) me iba "acostumbrando"  a los otros tipos, sobre todo a ese que decíase Urraca, la mujer y el Tancredo y el otro que más que notario que pareciera, no se mostraba sino cabecilla de todos los otros demás...

Et volviendo al asunto, que no me disgustaba estar en presencia de ninguno de ellos, pero tan sólo eso, estar. Cuando los posaderos venían hacia mi, no sin recelo y casi obligadamente, les sugería que me subieran a la habitación única que don Mateo había pagado "contante y sonantemente" la ración de cena que sirvieran, que no gustaba yo comer en presencia de nadie. Esto lo veían mis compañeros, pero nadie habíame preguntado por ello. Con lo que costaba una habitación individual, los posaderos no hacían ascos a aquellos servicios (pues tampoco nada fatigoso les suponía).

En estas que sentado estaba yo, sintiendo el rídiculo en mi interior (puesto que era observado por muchos cuando en realidad yo debería estar acechándoles sin ser vistos...) y viendo cómo el Urraca pretendía ser amable. En realidad me divertía aquello un poco. Sin embargo, sin pensarlo demasiado, esperé a ver a don Mateo un poco libre para hablar con él, y en uno de los momentos me levanté y me dirigí a su lado, mientras mi capa me cubría aún mi cabeza.

Cargando editor
21/11/2013, 14:32
El Cortalenguas

OoOoOoOo En breves subiré al aposento a descansar -le dije sobreavisándole-; mas quisiera convenir en algo, y es que nos diera más información sobre ese tal Josu. De momento sabemos su nombre, nada más. Y no es que necesitara yo saber qué come cada día, puesto que he visto a gente por primera vez y última antes de robarles o sacarles la lengua. ¿Acaso está buscado por alguien? ¿A quien ha agraviado? ¡Dígame!, pues necesitaría afilar mi hacha "un poco más o un poco menos" según sus palabras... oOoOoOoO

Esperé a que tragara el "bochinche" de vino y hablara.

Cargando editor
21/11/2013, 20:17
Mateo de Vallejo

- Bien facéis en gastar interés et cuidado con aqueste Josu. - Contestó el cortesano. Buen trago dió al pellejo de vino antes de convidároslo.

- Bandido peligroso es. Nadie se ha visto que maneje con más destreza bracamante et cuchillo. - La expresión de don Mateo era maliciosa, parecía como si quisiera tocar tu orgullo hablándote de aquel. - Condenadamente rápido et inteligente es, pues ha desplumado a diestro et siniestro a quien ha topádose en su camino. Non hemos conseguido nada, et mucho esfuerzo et dinero se ha gastado en el intento. Non conocemos su guarida et tampoco cuantos forman su banda. -

El noble hizo una breve pausa antes de continuar. - Fablad con Pelayo si gustáis de saber del aspecto del Josu. Poco más puedo contarvos. Muchos son los que ha agraviado; comerciantes, nobles, párrocos... aqueste bandido no tiene límites. -

Una última cosa añadió antes de despedirse; - Afilad bien la vuestra hacha don enmascarado, pues aqueste no es un tonto fácil de "deslenguar". -