- Si, aquí La Forja.
Contesto al teléfono del camión. Estábamos descansando después de realizar algunas comparas y la falta de trabajo.
- ¿La reunión se ha cancelado?
Vaya, esa noticia no era normal. Boris, la mano derecha de Glec me estaba comentado que la reunión con Glec, que teníamos prevista para hoy, había sido cancelada.
- Claro, adiós.
Colgué el teléfono y pensé si no tenía nada que ver la cancelación con los cinco asesinatos que habían sucedido en pocos días en Luna. Pero no veía relación.
Frank llegaba con una caja con sus últimas adquisiciones. Blindajes ligeros, algunas armas y alguna sopresa adicional.
Subió al compartimento de carga del camión y dejó las cosas. Para entonces, Treshum estaba atendiendo una llamada.
-¿Teníamos hoy una reunión con Glec?-comentó Frank sin darse cuenta de que hablaba su compañero-¿A Santo de qué?
- Si. Seguramente para un trabajo. ¿Será por los asesinatos, Frank? Yo creo que si. Se está montando la gorda.
-¿Asesinatos?-respondió Frank-No sé de qué me hablas ¿A quién han asesinado? En cualquier caso, nos sigue faltando un miembro para el equipo. No voy a aceptar ningún trabajo que suponga poner nuestro pellejo en peligro si no conseguimos a alguien que nos cubra las espaldas. A propósito, he hecho algunas compras.
Frank saca de la caja un blindaje ligero completo y se lo entrega a Treshum.
- ¿Que pasa? ¿No te has enterado? Están asesinando a subordinados de Glec y también a miembros de las demás bandas de Luna. Este mes han matado ya a seis.
Cojo el blindaje y comienzo a colocármelo.
- Alguien tiene ganas de llamar la atención. parece que vamos a ver mucha sangre.
Suspiro.
- No te preocupes Frank. Por ahora estamos tranquilos. ¿Nos tomamos algo en el Spadonna?
-¿En serio?-contestó Frank sorprendido por las noticias-Pues no, no tenía ni idea.
Frank se pasó la mano por el pelo, preocupado.
-¿Y quieres que esté tranquilo? Tío, hemos estado trabajando para Glec más que para cualquier otra persona. Quien esté haciendo esto podría querer sacarnos de enmedio también. No T., para llamar la atención, te cargas un par de tipos y dejas un mensaje. Esta gente quiere cargarse el chiringuito de Glec. O al menos, reducir su poder. Podría tratarse de otros mafiosos locales. Quizá uno o varios, que se hayan unido para frenarla. No sé si es buena idea ir al Spadonna. Deberíamos cambiar de sitio una temporada.
- Es algo raro, ya que no sólo se han cargado a gente de Glec, sino de otros jefes mafiosos importantes y no tan importantes. No tocan peces gordos de las organizaciones pero si gente como nosotros, contables, cobradores, etc. Es extraño, he intentado estudiar el motivo o algún patrón para entender los asesinatos, pero no consigo entenderlos. Es como algo aleatorio.
Me quedo pensando. Y sin llegar a nada en claro niego con la cabeza.
- Puede que tengas razón en cambiar de sitio y no ir al Spadonna, pero allí es donde estaremos más seguros. Está lleno de gente como nosotros. Nadie se atrevería a entrar allí y liarse a tiros. Aunque... - Y recuerdo la última vez que destruimos el bar, gracias a un tipo extraño que apareció de la nada pidiendo entrar en la Hermandad y queriendo hablar con Frank. Llevaba un traje militar de... ¿Imperial? ¿Con el ejército de Imperial no se había ido Lyona a Marte? ¿Que está pasando? - Es verdad que allí los tiroteos son algo común. Jajaja. Pues tú dirás.
-Bueno, solo por esta vez voy a confiar en tu intuición-contestó Frank-Al Spadonna pues ¿Y de esa gente?...¿tienes algún dato? Lo mismo no sería mala idea investigar de qué va todo esto para que no nos coja de sorpresa.
- Poco a transferido a prensa de los asesinatos. Y las mafias guardan celosamente sus relaciones con ellos. Es más, ninguna ha reclamado ni a las víctimas ni la autoria de los asesinatos. En fin, quizás en el Spadonna nos enteremos de algo. ¿Vamos?
-¡Vamos!-dijo Frank lacónicamente-.
Una vez en el Spadonna y con una botella de vino servida, miro a Frank.
- Mira. Todo el mundo va armado. Es lógico. Tienen miedo del asesino que anda suelto. Están todos a la que saltan. Es como si estuvieran esperando que se monte una gorda en cualquier momento.
Bebo de mi copa sin dejar de mirar a todos los presentes. Se respira un aire tenso y no hay el mismo ruido de siempre en el bar. Todos con sus armas a mano y rodeados de los de confianza.
Me acerco a Frank y Threshum.
- ¿Te has enterado, Frank? Ofrecen una recompensa. Quinientos. ¿Tenéis alguna pista?
El Spadonna ya no parecía el lugar de siempre. En el que fuera su segundo hogar se observaba tanta tensión que no había forma de trelajarse un poco.
-¿Quinientos por quién?-dijo Franken contestación a Nin´ku-Por esa cantidad, nadie importante, supongo.
- ¿Cuanto?
Sonrío ante la respuesta de Frank, y lo miro.
- Vaya, no está mal. Es poco, pero no está mal. ¿Que te parece si nos ganamos esa recompensa?
Cojo mi baso de vino y le pego un sorbo mientras miro a NIn'Ku.
- No tengo ninguna pista. Aunque no debería de ser difícil reconocer a un forastero. Porque nadie en su sano juicio en Luna, se metería con todas las mafias a la vez.
-No, amigo. No me voy a jugar el cuello por 500. No hasta que tengamos a alguien que nos cubra las espaldas-dijo Frank-Tenemos dinero para una temporada. Y no nos conviene llamar la atención, dadas las circunstancias. Lo más sensato sería mantener un perfil bajo hasta que pase todo esto.
Miro a Frank.
- Eso es cierto Frank, no tenemos porque jugarnos la vida en eso. ¿Pero no te parece extraño que aún no se haya encontrado el culpable? Pienso que alguien le está ayudando desde dentro de la mafias. En fin, me parece curioso ver a todo el mundo con los nervios a flor de piel. Pero se preocupan demasiado. Estamos en territorio neutral. Nadie se atrevería a desenfundar aquí.
Sigo la charla de los dos mientras seco un vaso con un trapo limpio.
- Yo no me meto en estas cosas. Pero espero que le pillen pronto.
Me siento en la silla al lado de Threshum con la espalda sobre la barra y los brazos en ella. Con una sonrisa en la cara saludo.
- ¡Hora, Frank!
No voy vestida con mi traje normal de monja. Esta vez llevo el pelo suelto, gafas de sol, pantalón corto baquero y blusa de marca ajustada.
- Bebiendo como siempre. ¿Que tal va todo? Vaya. Si estás con tu Romeo. Hola, guapo. - Saludo a Threshum. - Pasa de este viejo y vente conmigo de juerga.
-Todo es cierto Treshum, pero mientras el equipo siga cojo, no me meteré en algo así-dijo Frank-Además...
Nin´niku tomó parte en la conversación. Frank le devolvió una sonrisa.
-Yo también, amigo. Yo también. Pero necesitamos...
Ade llegó como si la hubieran invocado por arte de magia. Le costó reconocerla al principio sin toda esa parafernalia de monja, pero su voz característica y su forma de hablar la delataban. Si ya con el hábito la monja conseguía captar su atención, verla vestida de aquella forma le resultaba de lo más estimulante. Intentó disimular.
-¿Qué hay Ade?¿Nosotros? Bebiendo como nunca y con la mierda hasta el cuello, para variar. Sigo buscando gente para el equipo, pero parece que no hay nadie que de la talla. O es La Forja la que no da la talla para conseguir a la persona adecuada...según se vea ¿y tú?¿Qué se te ha perdido por aquí?¿Estás en una misión de caridad?¿O es que has reconsiderado mi oferta?
- No hemos venido aquí a ligar. Además, ¿a quién llamas viejo? Ten cuidado que te puede matar.
Digo sonriendo.