Partida Rol por web

Día 13 de Octubre de 1220, la luna llena es visible claramente en el cielo nocturno.

Espera un momento-dijo hastiado el nuevo jefe de la guardia- voy a ver si se digan a recibirte...

Cerrando la puerta con un sonoro golpe William Fletcher, jefe de la guardia desde hacía tres meses entró a la garita

¿Qué sucede?-contestó uno de sus subordinados.

Un mendigo pidiendo audiencia con los magi, está envuelto en varias capas de ropajes, me da mala espina.

Cuando Fletcher llegó a la finca se encontró al mismo sujeto que en la entrada frente a la puerta hablando con una criada, preocupado por la situación colocó la mano sobre su espada y procedió a acercarse al sujeto.

¡I-Inmediatamente los llamaré! - respondió la criada en pánico, casi callendo de espaldas.

¡Date la vuelta y muéstrate! - gritó Fletcher tratando de intimidar al sujeto.

El individuo se giró lentamente y descubrió su cabeza, si bien la mayor parte de esta era al menos humana sus ojos parecían de un insecto.

Ya he soportado suficientes desprecios por esta noche, mi señora tiene un mensaje importante para los magos que hay en esta finca y exige prontitud en la entrega.

Fletcher se encontró aterrorizado ante tal visión más trató de desenvainar la espada-

¡Suficiente!- gritó la criatura y levantó el brazo, simultáneamente una ráfaga de viento empujó a Fletcher levantándole en el aire y haciéndole incapaz de moverse- No sé si es lealtad o estupidez pero recomiendo que la próxima vez pienses antes de atacar pues no tendré tanta paciencia-y dejando a Fletcher inmovilizado la criatura procedió a entrar en la finca.

La finca se despertó en medio de la noche, rápidamente todos los criados y habitantes despertaron y procedieron al salón donde el ser esperaba.

Tras tomar asiento el último de los magus la criatura procedió a entregar su mensaje.

Mi señora os ha permitido tomar los mejores frutos del bosque además de revelaros las reservas de poder de la zona y aconsejaros, ahora solicita vuestro apoyo.

Las criaturas del bosque estamos preocupadas ante la expansión de una aldea en el otro extremo, normalmente no nos preocuparía unos cuantos árboles talados, en el peor de los casos un susto o llegado a ciertos puntos unas cuantas desapariciones normalmente pararía el asunto, sin embargo esta aldea nos causa una sensación desagradable y el que se expanda hacia el bosque nos incomoda.

Mi señora solicita que tratéis el problema con prontitud, antes del próximo invierno.

Estaba sentado en el asiento que se le había asignado, escuchando las exigencias que les trasmitía el mensajero de la criatura a la que debían reciprocidad.

Resultaba difícil no temer aquellos ojos de insecto incluso aunque uno supiera que no eran infernales de forma alguna.

Dejó hablar a la criatura, con una mano sobre la otra, con los dedos entrecruzados, y sin mirarla directamente más de meros segundos. En cuanto terminó, se desperezó y levantó la cabeza con parsimonia, clavándole la mirada en aquellos antinaturales ojos.

—¿Y qué tipo de solución es la que desea vuestra señora?

Me limitaba a escuchar el pedido de la criatura. Es más, me sentaba para que no me dijeran nada sobre ausentarme de las audiencias, pero prefería no hablar en público. La verdad es que me daba algo de miedo el aspecto del "bicho", aunque estoy segura de que eso le resultaría despectivo, o quizás se lo tomaría bien, no creo que lo avergüe. Ahora me gustaría continuar con mi estudio de Corpus. Según sea el plan, quizás envíe a René en mi lugar.

Fue el primero de todos en despertarse cuando el mensajero llegó. No en vano Nimue tenía el mejor oído que hubiese conocido, superando con creces a cualquiera de los perros de la finca. Ya estaba vestido y preparado cuando los criados llegaron para informarle de las nuevas, por lo que tuvo tiempo de pensar antes de que los demás llegasen y ocupasen su asiento en la sala.

Lo que decía aquel ser despertó su curiosidad. ¿Que clase de poder podía incomodar a una criatura mágica? No Divina, desde luego. ¿Infernal? No había tenido oportunidad de toparse con seguidores de lo maligno, pero las historias de los libros eran bastante claras sobre lo nocivo de las auras infernales. ¿Pero un grupo numerosos de cultistas instalándose en un pueblo en expansión? Era una posibilidad remota, pero bien vala la pena investigarla.

Suspiro cuando Anselmo se decidió a intervenir. Estaba claro que a la señora no le importaba como lo solucionasen; eran asuntos mundanos a fin de cuentas, baladíes para sus intereses. Quizás no había terminado de despertarse correctamente, razonó. O simplemente no sabía como comportarse en presencia de una criatura mágica. En cualquier caso, no creía que debiese seguir hablando a la criatura.

-Si sois tan amable, cualquier cosa que sepáis sobre el lugar será de ayuda en nuestra empresa. Tu señora no debe preocuparse, nos haremos cargo de ello. Cuando volváis, hacedla llegar también nuestro reiterado agradecimiento por las dádivas y la tolerancia que nos ha mostrado.

Como a menudo, me mantenía despierto aún cuando la criatura llegó, pero tardé en terminar mis estudios antes de acudir a la sala de reuniones, llegando poco después de Alaric.

Durante la conversación, me mantengo en silencio con las manos cruzadas frente a mi mientras escucho todo lo que dice mirando directamente a los ojos insectoides de la criatura pese a que puedan generar cierta inquietud en cualquiera.

Voy pensando en diversas ideas sobre cómo podemos encargarnos del problema y se me van ocurriendo algunas ideas, pero creo que necesitaríamos algo de tiempo.

Me cuesta despertarme, la edad no perdona a estas alturas, pero desde luego cuando acudo a la sala donde está esa extraña criatura, no puedo evitar santiguarme un par de veces sintiéndome inquieto ante una situación así.

Por mi mente surge la idea de aclarar a esa monstruosidad que no vamos a actuar en contra de seres humanos, pero lo cierto es que si la presencia de ese pueblo puede inquietar a una criatura así, quizás estén relacionados con alguna práctica lejana a la palabra de Nuestro Señor.

También decido que no es ni el lugar ni la ocasión para que yo hable en nombre de la alianza, a fin de cuentas los magi son los que se encargan de estos tipos de asuntos y yo debo servirles como mejor pueda y como me pidan.
 

Hador permaneció en su asiento durante el inicio de aquella reunión, mientras aquella desagradable criatura les transmitía el mensaje. Estaban todos allí, y eso le parecía innecesario, no necesitaban que todos se enterasen de aquella tarea que habrían de realizar. No obstante, no era el quien se hacia cargo de la política en aquel lugar.

La tarea parecía sencilla, al parecer era simplemente deshacernos de una aldea, que molestaba a las criaturas del bosque, aunque eso ultimo tampoco quedaba claro. Lo que si era claro para Noah era que el trabajo podría ser muy fácil se se hacia de forma practica, o al menos practica a su modo de ver. Algo de disturbios climatologicos constantes obligaban a cualquiera a tener que marcharse. De hecho se preguntaba por que aquel ser no les dio simplemente un susto, lo cual a su parecer habría sido suficiente en muchas ocasiones, aunque también podía generar imprevistos.

La pregunta de Anselmo fue muy oportuna y a él también le había pasado por la mente, ¿que era exactamente aquello que deseaba su señora? Pero había otras cosas que a Noah le preocupan, -hay otros detalles que quisiera saber- exclamó a viva voz.

-Has dicho que la aldea les causa una sensación desagradable. ¿A quienes te refieres exactamente?, y si pudieras darnos detalles acerca de dicha sensación desagradable, con ejemplos incluso, seguramente podremos hacer las cosas mas rápido con mejores resultados-.

Mi señora desea que se detenga la expansión de esa aldea pues está alterando las energías del bosque, su efecto nos desconcierta y desorienta-contestó la criatura, quedando desconcertada al recordar la experiencia.

La sensación… no es negativa o por lo menos no demasiado, es como estar volando y ser forzado a caminar por la tierra, es diferente a la sensación de ahogarse de las ciudades, algo que prefieres no hacer pero no te causa demasiado problema.

A pesar de ello normalmente no intervendríamos sin embargo su expansión es preocupante, además los habitantes con los que nos hemos encontrado en el bosque llevan ese halo, esa sensación, con ellos. Si bien su aspecto es humano parecen ser más de lo que se ve a simple vista.

Mi señora parece saber más de los hechos más ha decidido no comentarnos sus reflexiones y nos ha ordenado alejarnos de los pobladores e informar y solicitar asistencia.

Mi tarea es guiaros hasta la linde del bosque donde se han instalado esos seres e informar a mi señora cuando el problema sea resuelto, los medios que toméis para ello me son indiferentes, sin embargo no tomaré acción en ellos, solo me limitare a acompañaros durante el camino, mi señora ha sido clara en que no desea intervenir directamente en el asunto.

Me gustaría que con prontitud preparaseis la expedición, estaré esperando a las afueras una semana.

Bueno, quizá las cosas no serían tan faciles como el había pensado, por suerte había pensado en preguntar por aquello, que las sorpresas no le agradaban. -Me parece bien, si es su deseo, haremos nosotros el trabajo. No obstante, creo que sería oportuno hablar con tu señora antes de empezar, de lo contrario tardariamos mas en resolver el problema-.

Interesante. ¿Sentirían ellos las mismas sensaciones al llegar a la aldea o solo era cosa de las criaturas mágicas? Este iba a ser un reto interesante, algo digno de ser anotado en los libros de la Orden, no le cabía duda.

-Si es que no está demasiado ocupada. -añadió con delicadeza, aunque estaba de acuerdo con la petición de Noah.

Miró a Nimue. Estaba deseando saber que opinaría ella de todo este asunto, quizás tuviera alguna idea de lo que podía estar causando esas molestias sobrenaturales. De momento permanecía acostada a sus pies, con la cabeza alta y las orejas bien extendidas, aunque no hacía ningún ademán de querer intervenir en la conversación.

Intentaré concertar una cita mas no prometo nada-contestó la criatura

Ha pasado una semana desde aquella noche, la alianza ha estado ocupada organizado la expedición, debido a que atravesareis el bosque los carruajes solo han sido preparados para dejaros a la entrada de este.

El hombre mariposa llegó por la mañana, según él su señora está muy ocupada sin embargo os recibirá a la vuelta si aún deseáis hablar con ella, una respuesta bastante poco satisfactoria.

Bien, tomad lo que necesiteis y cuando estéis listos marcharemos mas os recomiendo no llevar mucha carga, los bosques son lentos de recorrer para los humanos.

Tras decir estas palabras el hombre mariposa trepó un arbol y su figura se difuminó cambiando poco a poco y adoptando su forma salvaje.

Noah se preparó para su viaje a pesar de que Hagen sumamente molesto se negaba a tener que quedarse. Había preparado ya todas sus cosas, o al menos las que necesitaría por lo que avanzando junto a los demás, inició el viaje.

Cuando llegó el momento de partir, supe que mi lugar no estaba cruzando un bosque a pie durante días, posiblemene algo así podría hacerme reunirme con El Señor antes de lo esperado, de modo que tras dar mis bendiciones al grpo, decidí que fueran otros los que resolviesen el problema.

No esperaba tener que hacer una salida tan pronto, pero desde luego cuando algo así nos exige buscar soluciones, no podemos thacer mucho más que aceptar y actuar.

La noche antes del viaje estuve pensando en lo que podríamos encontrarnos, así que decidí pertrecharme lo mejor que pude y, ataviado con ropas de viaje, una capa con capcucha y otros pertrechos, acudí a la misiva.

— No me gustan los bosques — comento cuando empezamos a andar adentrándonos en la espesura.
 

Ulrich me avisó como siempre, de esa forma tan desagradable que tiene de aparecer como si viviera en las sombras, de que habíamos de partir. Me despedí de mis agradables compañeras nocturnas y comencé a prepararme para ayudar a los magi en aquella empresa. Gracia me hacía bien poca, pues sabía de primera mano que aquella gente tenía esos ademanes de los que esconden horribles secretos, y de esa gente conocía quizás demasiada. Pero les debía bastantes cosas, y no estaba en posición de negarse.

Al final me decido por ir yo misma, es una buena oportunidad para ver el bosque también y quizás un punto de vista femenino no venga mal, eso si me tienen en cuenta. Espero que no sea nada peligroso...

La noticia de que los magos se iban a embarcar en un viaje, seguramente aderezado de peligros, la alegró enormemente. Rodolfo permanecería allí, de modo que podía seguir ganándose su confianza. Además sería útil ver quien tomaba el mando en ausencia de los magos. No, aquel no era un viaje para ella, por lo menos no todavía.

Alaric iba a la cabeza del grupo, entusiasmado. En verdad no había pasado tanto tiempo desde su gran viaje, pero al ponerse en camino se dio cuenta cuanto anhelaba aquella sensación. Un brisa en el rostro, el crujir de la tierra bajo sus pies y el peso del petate a sus espaldas era todo cuanto necesitaba para sentirse feliz. Apenas sentía preocupación por lo que se encontrarían al llegar; a fin de cuentas era parte del viaje, la incertidumbre de que era lo que se escondía tras el próximo recodo del camino.

Miró a los grogs que lo acompañaban. Esta sin duda sería una buena ocasión para conocerlos mejor. Sabía sus nombres y ocupaciones, pero muy poco de todo lo demás. Aquello lo incomodaba, pero sabía que era inevitable; solo habían pasado unos pocos meses desde que se fundó la Alianza, lazos profundos no se forjaban así como así. Primero tendría que ganarse su confianza, pero era un tarea que asumía con sumo agrado.

Disminuyo un poco el ritmo para quedar a la altura de Ulrich, que iba un poco más atrás.

-¿Existe alguna razón para ello, sodalis?