El dia habia sido realemente agotador. El traslado en coche el avion, la recepcion, la cena...y toda aquella ostentacion, el conde, sin duda era un hombre sencillo, con mucho dinero pero muy accesible, de caracter y estilo directo, pero la condesa, era algo mas sofisticada y regia, muy estricta a las normas y a la etiqueta, de hecho la casa, estaba decorada por ambas manos y se notaba mucho. El estilo del Conde era mucho mas simple en formas y objetos, no tanto asi la condesa que gustaba de estilos mas recargados. Todo esto, junto con la ansiedad propia por las excursiones, hizo que los habitantes de la casa, casi sin excepcion, se fueran a dormir a primera hora. La noche transcurrio muy tranquila no habia ruidos de fondo, ni nada por el estilo. La comodidad de vuestras camas, hizo que vuestro sueño fuera profundo y reparador, alrrededor de las 8.00h Alice fue entrando en todas y cada una de las habitaciones y os fue despertando anunciandoos que el desayuno estaba listo.
La mañana habia despunda limpia y los rayos de sol rojizos hacian juegos preciosos con el azul claro del cielo, una leve brisa entró por vuestra ventana inundandola de olor a rosas, flor de naranjo y lavanda.
Desperte cuando Alice llamo a la puerta. Al principio pensaba que estaba en mi cuchitril y que me abria despertado el casero, pero cuando un agradable olor a rosas invadio mi habitacion, me acorde de donde estaba.
Me desperece, y baje al comedor a desayunar.
Chloe bostezando y algo perezosa se levantó también. Se aseó y se dio el lujo de mirar por la ventana y oler el agradable aroma que entraba por ésta. Con ya más energía también bajó a desayunar.
Buenos días, señor Herbert. Saludó ya a alguien que había bajado. Por suerte tenía buena memoria para los nombres.
Después de revisar el material y verificar que todo era correcto, me acosté. Al oír como la doncella me despertaba, me aseé y bajé a ver donde se servía el desayuno, intuía que iba a ser una jornada larga. Me encontré con una señorita que había visto en la cena con la cual no había entablado conversación aún y el escritor. Dije un parco, buenos días.
Alice entró en la habitacion y me llamó, el desayuno esta preparado me dijo, asi que haciendome un poco el remolon di dos o tres vueltas mas en aquella mullida cama y luego me levante reconfortado.
Buenos dias excursionistas.....parece que nos ha salido un buen dia....hacia mucho que no dormia asi de bien.
Valla... hacía mucho tiempo que no descanzaba de esta forma. ¿Será acaso por lo cansador del viaje o por la comodidad de la cama en la que dormí?... O tal vez en mi cama ya no descanzo como debería.
Alfred se ve levantó, sentia su cuerpo renovado. El olor a una variedad de flores le daba un toque campestre a la habitación. Procedió a asearse y bajo a desayunar.
Buenos días a todos!, espero que hallan dormido bien... lo que es yo... soy un hombre nuevo.
Perdon, por el retraso....aunque por lo que veo aun falta gente. Vaya, parece que eso tiene buena pinta. Eddie comenzó a comer croisants y cafe con avidez.
Rose Baja por la escalera con una pamela de paja, gafas de sol oscuras, unas chanclas que dejan al descubierto sus uñas de los pies prefectamente cuidadas y pintadas de un llamativo color rosa y una toalla,
Hola, parece que hace un dia fabuloso para la playita....
Jonas se despereza en la cama al escuchar la voz de Alice, un poco desorientado en un principio hasta que empieza a recordar donde está. Con un largo suspiro se incorpora de la cama y se dirige al baño, después de una ducha reparadora y un buen afeitado se considera capacitado para afrontar el nuevo día. Finalmente baja las escaleras para encontrarse con el resto de huéspedes para desayunar.
- Buenos días todos.
¿Alguno de ustedes han visto a los anfitriones?. ¿No se le habrán pegado las sábanas?.
Busco a la doncella para para preguntarle por sus jefes.
Oh, el señor conde hace una hora que desayuno, es un hombre de costumbres muy recias. Esta en su despacho, con el señor Boscombe y el serñorito Jhonny. La señora condesa tiene algo de insomnio ultimamente, voy a volver a avisarla, si me disculpan....
Dormilona.....ya estan todos abajo.
Tras ser despertado por Alice, me aseo y me visto de forma adecuada para ir a la playa y voy a desayunar.
Buenos días a todos- saludo a los presentes
Jonas se sirve una taza de café solo y tras un sorbo arque las cejas en señal de aprobación.
- Joder, hasta el café esta impresionante.
...Cuánto me pesan los párpados. Necesito desayunar. Me duele un poco la cabeza. Me debió sentar mal mezclar el vino con el brandy...
Aparezco fugaz como una estrella, seria, con el ceño fruncido y la mirada perdida. Pensando en otra cosa...
...el compromiso de tener que subir hasta la cima cuando me apetece dormir un rato más. Hoy no tengo ganas de visitas y aquí está toda esta gente. Ayer hubiera tenido que desentenderme un poco más para dar una lección a mi marido. Debería encargarse él de atender a estos. A fin de cuentas es él quien organizó este fin de semana. ¿Quién me manda a mí salir de excursión con resaca?
Alice me sirve el café. Desayuno sin saludar. Me irrita ver restos de pan dentro del recipiente de mermelada de arándanos.
¿Quién habrá sido el cerdo?
-Alice, cambia esto, por Dios -ordeno.
Observación: la condesa se levantó de mal humor.
Cuando acabo de desayunar, me levanto y me dispongo a organizar el material. Si me disculpan voy a preparar el material de la excursión a la sima.
Hago una indicación al señor Pembertone para que siga al bombero y verifique que todo el material esté en orden. Termino de comer sin prisas pese a demorarnos quince minutos de la hora prevista para las salidas.
Cuando he digerido mi copioso desayuno, me siento mejor. Parece que mis mejillas han recobrado el color. Me levanté pálida como un muerto.
- Buenos días a todos, damas y caballeros -me levanto de la silla sonriente y pletórica como una actriz de cine-. Mi grupo que se reúna conmigo en el jardín del ala Oeste. Cuando estemos todos podemos ir marchando.
Chloe que ya había terminado, se levantó pidiendo permiso y deseando que aproveche a los que aún seguía, y se dirigió hacia donde la condesa les había indicado.
McLaren termino su café, pero se quedo un rato en la mesa esperando alguna instrucción, en realidad no sabia bien que hacer. Minutos despues aparece la Señora de Capranegra con un humor extraño. Alfred prefirió nisiquiera dirigirle la palabra, la presencia de aquella señora parecía intimidarle por alguna razón.
Luego de que la señora diera el punto de reunión del grupo, Alfred pudo empezar a cobrar confianza. Pidió permiso para levantarse de la mesa y se dirigió tranquilamente al jardín al punto de reunión.