Partida Rol por web

Al entrar en aquella cámara de celdas Desther alzó instintivamente la alabarda amenazado por un mal que no podía ver pero si sentir. Con voz firme susurró al resto del grupo:

- Percibo mal en estass celdas... estad alerta-

Tras la advertencia gracias a los dones de Pharasma que realizaba el inquisodor, este giró levemente el torso y miró a Lyria tendiendole un vial de una poción de curación que se desabrochó del cinto.

- A cada nuevo paso dentro de esta prisón maldita percibo que mayores desafios y combates aguardándonos... tal vez debas hacernos beber una de éstas si los que combatimos en la primera linea flaqueamos... -

El inquisidor y el pistolero otearon a un lado y a otro. Aunque el mal de Harrowstone era taimado, era muy difícil engañar a Desther, el joven herrero con sangre de inquisidores corriendo por sus venas, y a Jarik, el guardia y escolta del grupo. El pistolero llevaba toda la adusta y macabra travesía cerrando el grupo y poniendo su capacidad innata para detectar peligros, al servicio de sus hermanos.

Fue así como nuevamente, al igual que en otras ocasiones ya en el interior de la prisión embrujada, el dúo volvió a detectar que algo raro sucedía en dicha cámara. Unas gotas de sangre mancharon el rostro de Jarik y Desther, como si de goteras se tratara. Ambos miraron al techo y fue cuando descubrieron que de entre las rocas que conformaban la estructura de sala, fluía sangre a expuertas... Las paredes comenzaban a sangrar... ¡¡Terrible!!

Cuidado! Por toda la sala está rezumando sangre delas paredes!!

Mientras decía esto, y plantando a pimentera por delante de él, Hace un giro de 360 grados para ver si puede encontrar el causante de este insólito suceso...

Todo sus sentidos atentos al menor movimiento. No podía fallar esta vez, pues sus hermanos estaban extenuados y con grandes heridas.

Esto no me gusta nada! Retrocedamos esto parece ser otro de estos enbrujos que tanto daño nos están haciendo. Lyria... que hacemos?

El pistolero no tenía un blanco claro. Disparar a una pared? Parecía no tener sentido, y menos con la escasez de munición en la que se encontraba.Así que recurrió a su hermana que era la que más conocía de los menesteres del ocultismo.

Entonces una idea se abrió en su cabeza. se agacho y en un instante contactó con un vial de agua bendecida que le había proporcionado el buen enano. Miró a sus hermanos que aún estaban desconcertados y lanzó contra la parte de la pared más llena de sangre que había visto el agua... Solo esperaba no haber desperdiciado un recurso del grupo...

Jarik lanzó uno de los viales de agua bendita contra una de las paredes. A pesar de que actuó algo lento para sus cánones habituales, el pistolero reaccionó con la velocidad con la que una serpiente lanza su mordida. No sabía si funcionaría...

De repente, el agua comenzó a evaporarse mientras un humeante vapor blanco se generaba sobre la superficie cubierta por el bendito líquido. Jarik sonrió pues todavía cabía albergar algo de esperanza en aquel funesto lugar. La cámara comenzó a reaccionar contra el atentado ocasionado por el muchacho. Miraba a un lado y a otro, pero sólo parecía haberlo seguido hasta allí el siempre alerta inquisidor. Sus hermanos se hallaban sorprendidos viendo como las malditas paredes expelían humo.

Entonces fue cuando todos los temores de Jarik se hicieron realidad. La sangre comenzó a brotar a borbotones por todos los resquicios de las paredes. Ahora todos lo podían ver. Pero además, la sangre parecía poseer voluntad, pues todos los integrantes del grupo vieron como sus nombres comenzaban a inscribirse sobre las paredes como si un centenar de plumas invisibles fueran guiadas por una mano maléfica...

Erzsen Bathory. Las letras danzaron en la pared hasta formar su nombre en un sangriento grabado, el cual rezumaba y goteaba hasta parecer un conjunto de cirios rojos derretidos. O era Erodel Iomestri lo que leia en la pared? Ya no podía decirlo claramente. Su mente se encogió como un conejo asustado mientras unos dedos invisibles se retorcían en su interior palpando an lo más hondo de su alma, tanteando, rebuscando, revolviendolo todo, como un niño frenetico en busca de su juguete favorito perdido. Aquellos dedos de terror, frios como zarcillos de hielo vivo se enroscaban y lo atenazaban hasta dejarlo en un estado de pavor tal que apenas si podía respirar. Sentía como si alguien tironease de su alma para arrancarsela de cuajo, tirarla al suelo y pisotearla hasta dejarla muerta e inservible. Dos estallido cristalinos lo sacaron de su estupor, y una humareda envolvía a ratos las macabras escrituras rojas. "El agua bendita!!" gritó una parte de su ser que aun forcejeaba con aquellos dedos helados del miedo. "Lanzala idiota!!" le gritó con la voz ahora de su padre, ahora de su aya y por ultimo como la de su madre. Fue aquella ultima voz, tan extraña y desconocida para él la que le hizo reaacionar. Con la velocidad de una culebra giró su cuerpo para tener a mano la abertuta del macuto, metió la diestra en el y palpó el frasco. Su frio contacto le trajo algo de serenidad, y esa instante de paz fue suficiente. Sin pararse a apuntar ni nada parecido sacó la mano como un resorte de ballesta y lanzó el vial contra la pared que mostraba su nombre. El crash del cristal al fraccionarse en mil pedazos le sonó como musica celestial.

- Es inútil que intentes luchar contra mí- le decía una voz calmada y altamente convincente. A pesar de ello, la hechicera intentaba resistir las palabras que melosamente se hundían más y más en su ser, desnudándola, escudriñándola...

- Jamás podréis vencerme... Tus hermanos perecerán... Es mejor que huyáis... Nada podéis hacer frente a mí- las claras palabras se infiltraban en la mente de la muchacha de ojos dispares. Lyria estaba dispuesta a luchar, pero algo le preocupaba...

- Tú no eres como ellos. Lo veo con gran claridad. Tu hambre por la sabiduría, por el conocimiento... ¡¡Aaaaaah!! ¡¡Cuánto me recuerdas a mí mismo!!... Yo tengo todo lo que anhelas Lyria... El conocimiento, el saber, el poder...-  La voz la seguía instigando...