Partida Rol por web

En el mio entonces-dijo sin miramientos-si necesitas algo potente puedes cogerlo del maletero-lo abrió para mostrarle los mismos juguetes que se habían utilizado en la operación "Merlín" y aprovechó para comprobar que las M16 estaban cargadas, preparó una de modo que si la necesitaban abriera el porta-skis y la tomara por la culata. una vez terminada la inspección cerro el maletero y miro a donde una vez estuvieron los dos pegando tiros a unas latas.

-También e pensado en ello...y e llegado a la conclusión de que si seguimos a este ritmo, al final acabaremos en el Magestic disparando latas a 2 km.

Sebastian arrancó el coche y se puso el cinturón antes de contestar

-Tendrá que ser en ese bar de carretera tan "cuco" de ayer, si no no nos va a cundir la noche. 

Parecía que Resse no había tenido suficiente con el revolcón con Mortecina en el Sucubus Club la noche anterior, o puede que los disgustos de la cervecería y la entrevista con Neally le hubieran “quemado” la sangre literalmente. La Interestatal 90 tenía poco tráfico a esa hora de la tarde, y como siempre los dos vástagos parecían ir siempre contra corriente, todo el mundo salía de la gran metrópolis dirigiéndose a sus casas para dormir después de un duro día de trabajo. Pero la gasolinera estaba siempre abierta con el gran cartel de “TEXACO” encendido, dispuesta para recibir a los hambrientos y cansados conductores.

En uno de los laterales de la gasolinera hay un amplio aparcamiento, lleno de coches y camiones, cerca de la cafetería de grandes cristaleras, sofás empotrados de skai rojo y camareras de uniformes a rayas rojas, blancas y amarillas repartiendo café con grandes jarras. Era un buen lugar de caza, aunque puede que para Sebastián no fuera tan bueno. Pero seguro que el poli disfrutaba de la caricia de una de las camareras o el abrazo de un camionero.

El poli charloteo animadamente con una de las camareras: El frío que hacía últimamente, lo tranquilo que era el turno de noche. -Yo prefiero conducir de noche- comenta. -No ves paisaje, pero hay algo misterioso en la oscuridad a los lados. Sobre todo cuando la carretera atraviesa un bosque. ¿Conoces el sureste de Indiana?... Si, soy de alli...- Le dío el palique necesario para tomarse un café bien caliente -Voy a fumar. ¿Os dejan salir a echar un pitillo en alguna puerta?

Dicho y hecho, salió del bar y rodeó el edificio. Aunque no la espero bajo la puerta de la cocina, podría haber cámaras, la espero en una zona oscura. como mirando la nieve acumulada en el paisaje. La luz roja del cigarro era su reclamo y el humo una forma de disimular la ausencia de vaho en su aliento, y ya de paso la carencia de dicho aliento. Reese estaba muerto, pero podía prolongar su existencia sorbiendo un poco de vida de involuntarios donantes. Solo podría haberle delatado el café regurgitado en una esquina. Por supuesto le dio el morreo y roce que ella quería, pero solo para que no se sorprendiera cuando le bajo la bufanda para besarle en el cuello, beso que pronto se convirtió en mordisco.

Sebastian observó con una sonrisa el proceder de Resse desde la comodidad de su mercedes, con el asiento reclinado observó toda la escena, hasta que las luces de un coche le cegaron, miró hacia el coche y vió bajar a 4 preciosidades. debían de ir al Magestic Star..., le echó las largas al cuarteto, pero una de ellas inexplicablemente se ofendió, el resto fue hacía el

-¿donde estabaís que no os e visto?-Dijo con su habitual zalamería-Dejadme adivinar...el cielo-esperó a que le contestaran la chuminada de turno y hablaran un poco ellas y de ellas.-Si vais al M.S decidle a la Recepcionista que vais de parte del Señor Lacroix y Miller os darán una de las habitaciones de lujo "la nuestra" normalmente os invitaríamos a nuestras super fiestas..pero esta noche tenemos que viajar a Chicago por asuntos de negocios-Seguiría un poco la conversación hasta comprobar a las dos que les gustarán los polis cachas y rubios-Chicas...podéis ir a buscar al señor Miller esta detrás del café tomandose un cigarro, es guapo, policia, rubio, cachas....y dicen que besa muy bien id a buscarlo mientras vuestra amiga me hace compañia.-una vez aislado la metería en el mercedes le ofrecería "nieve" y le mordería, después le implantaría la orden de "buscarle, cada vez que fuese a Gary".

Reese pudo disfrutar en menos de una hora de cuatro tipos de sangre:

La de la camarera, cuyo aroma mezclaba el sudor de estar trabajando con el olor del café y la repostería industrial recalentada.

La de una pobre trabajadora que volvía de chicago y que se detuvo allí porque se le había encendido un piloto en el panel del coche. -No dejes que los del taller te chupen la sangre- le había dicho mientras levantaba el capó de su coche. Tras un rápido vistazo, apretó el manguito que se había aflojado. Efectivamente le habían cobrado lo que hubieran querido. Y, efectivamente, no fueron los del taller los que le chuparon la sangre. Esa fue la que más disfruto pues le gustaba compensar a sus víctimas con algún servicio. Debía trabajar en alguna oficina, tenía el regusto de quien come todos los días en el puesto de comida rápida de enfrente de las oficinas y a café de máquina. Reese odiaba el cafe de maquina en vida, pero parecía que le iba a seguir en la muerte ¿Tanto costaba comprar una cafetera italiana y hacer café de verdad?

Por último estaban dos tipas que salieron de la nada y poco menos que lo llevaron a rastras a los baños. Una nueva muestra generosidad del ventrue. No tuvo problemas en darles lo que querían. Y él también tomo lo que quería. Aunque no les mordió en el cuello, barnizado de maquillaje, sino en el muslo a una y en la zona de la clavícula a otra.

En poco más de una hora estaba pletórico, rebosante de vida robada. Listo para enfrentarse a cualquier adversidad.   

-Las montas a lo grande, ya sea en el majestic o en una gasolinera de carretera- Comento al subirse en el mercedes cuando la que Sebastian se había quedado para si se había marchado. La de noches que había perdido solo para encontrar un sorbo…

La estación de servicio había cumplido su misión a la perfección, había surtido a los dos vampiros de provisiones para unas cuantas noches. Entonces el flamante mercedes se puso nuevamente en marcha dirección a Chicago.

Tanto Sebastián como Resse estaban demasiado distraídos hablando de las “caza” de esa noche como para darse cuenta que una motos les seguían. El motero habían comenzado la persecución del mercedes a la altura de uno de los cruces de la autopista de las dunas, pero se había mantenido a una distancia prudencial, esperando.

Cuando el coche tomo el desvió de la universidad y Sebastián tuvo que dejar de pisar el acelerador, la moto decidió actuar. Acelerando por el arcén se puso en paralelo con el coche, y con un rápido movimiento el motorista saco del interior de su chupa de cuero una escopeta recorta. Resse vio al motorista y su extraño movimiento por el retrovisor y pudo agacharse a tiempo para evitar el disparo. Los perdigones impactaron contra la chapa y  rompieron el cristal del acompañante. Las esquirlas del cristal inundaron el coche y Sebastian, que no había visto al motorista, pego un volantazo asustado por el ruido del disparo.

Resse, justo antes de agacharte ves como un segundo motorista, está tratando de rebasar el choche por el lado de Sebastian.

Reese no lo pensó ni un segundo. Mientras se agachaba para esquivar el disparo del motorista que tenía a su lado, la sangre robada de la pobre camarera se disolvió en su cuerpo, su fuerza vital envolvió sus músculos y articulaciones haciéndole más duro y rápido. Saco su arma. Aquello no era como cuando Vimerius, no sintio ningun remordimiento. Quizá algo de lastima por ellos, por verse impelidos a luchar en una batalla de la que seguramente no sacarían nada. Pero eso no le frenó ni le hizo temblar el pulso a la hora de apretar el gatillo, él solo se estaba defendiendo. El que más pena le daba era al que cogieran ¿con vida?  porque les iba a cantar la traviata por la dominación de su amigo ventrue o al viejo modo brujah.

-Quizá no debí abandonar el pueblo...

Todavía acelerado por el subidón de la coca sebastian pego un volantazo al oir el sonido del disparo, distraido por los daños del coche no pudo evitar perder la concentración si es que aún la tenía, por su mente trastocada pasaban todo tipo de pensamientos inconexos pero que formaban parte de la misma frase "matar...hijoputa...empalar...tortura...mi coche

Con la experiencia que dan los años Resse desenfunda su pistola y efectúa un disparo contra el motorista. Entre los tumbos del coche, la sorpresa y el movimiento del objetivo, es un milagro que la bala del poli de contra el hombro del motorista. Pero este no parece imutarse y acelera mas su moto.

Sebastian sorprendido por el disparo da un brusco bolantazo y el coche se descontrola dando tumbos hasta que el quitamiedos de la carretera frena al mercedes que impacta de lado raspando toda la pintura del lateral por el lado del conductor. Es entonces cuando veis a un segundo motorista que estaba tratando de alcanzar al coche para disparar por la ventanilla del conductor, pero ante la impresionante maniobra de  Sebastián ha tenido que abortar su misión de disparo para esquivar el coche.

El coche se detiene después del golpe contra el quitamiedos, y los dos motoristas continúan adelante por la carretera haciendo rugir el motor de sus motos.

Sebastian le dio al botón de "Engine" y una sonrisa se le dibujo en los labios "idiotas...este es un coche Alemán, hecho de Acero Alemán". apretó el acelerador con la idea de atropellar a los motoristas si le daban opción y de escapar de la cobertura de sus armas. de una mirada observó su coche tras la embestida con el quitamiedos, la pintura estaba echa un desastre pero nada de abolladuras.

-Resse deja la pistola y usa la M16 del porta-skis ¡tienes permiso para terminar de destrozarme el coche pero revienta a esos cabrones!

una idea se le reflejó de repente

-Dale en las ruedas y esto sera el tiro al pato.

Pero este no parece imutarse y acelera mas su moto.

No habían mandado ghouls si no vampiros, menudo respeto por la mascarada de los cojones. Encima luego la culpa de llamar la atención de las autoridades seria de ellos. Supone que esto tendrá implicaciones a largo plazo que no puede ni imaginar. Pero ya se ocupara Sebastian de las cosas de palacio, ahora hay preocupaciones más inmediatas… Como por ejemplo volarle la cabeza a esos cabrones, y al que les hubiese ordenado atacarles.

Sebastian grita como un loco mientras pisa el acelerador, el coche cabecea en el asfalto pero finalmente consigue salir hacia delante, evitando caer por el terraplén.

Resse alcanza el rifle, pero mientras tanto los dos motoristas siguen acelerando las motos para finalizar con un trompo, y dejar los focos de las motos apuntando hacia el choche. Uno de los disparos de Resse impacta cuando la moto ya está parada el impacta cuando el motorista está realizando el trompo, esto hace que la moto pierda tracción y salga disparada dejado al conductor tirado en el suelo.  

Con movimientos igual de rápidos que Resse el motorista que sigue en pie saca una metralleta y dispara en fuego automático una ráfaga contra el mercedes, las balas van dirigidas a las ruedas y al motor del coche. Se escuchan dos explosiones procedentes de los neumáticos del automóvil, y un humo blanco comienza a salir del capo del coche.  El otro motorista simplemente ha desaparecido rodando por el suelo junto a su moto.

Sebastian trataba de controlar el coche, y tratar de arrollar a ese capullo, momentaneamente quedo sorprendido por la velocidad la cual había cogido el arma Resse. miró al frente y se fijo un objetivo...el cabrón que había reventado su coche.

Disparos, explosiones, humo… Tenían que salir de aquí… y no podían salir con ese imbécil abriendo fuego sobre ellos a ráfaga. Ellos estaban en un coche, reventado pero coche. Daba mucha más cobertura que una moto.

Mucha inmortalidad y mucha mierda, pero un rifle es un rifle. Y el que tiene entre las manos Reese no es uno cualquiera. Es un diseño con décadas de historia y perfeccionamiento. Un calibre 5,56mm capaz de disparar también a ráfagas, aunque al poli le parecen un despilfarro, mejor hacer las cosas bien…

Empuja la vitae a reforzarle y con toda la calma y frialdad del mundo aprieta el gatillo tres veces: dispara contra el motorista cabrón, dispara contra el motorista cabrón y después…

El motor del mercedes rugía con cada acelerón que daba Sebastián. Las casi dos toneladas de acero alemán acelerador contra los apenas cuatrocientos quilos de la moto, estaban en clara superioridad. Pero algo fallo. Sebastián acciono un poco el volante rara corregir el rumbo del coche y dar de lleno al motorista, pero este pequeño giro se transformó en un brusco cambio de dirección. El coche comenzó a descontrolarse, Sebastián piso el freno, pero las ruedas estaban pinchadas, y con las ruedas pinchadas, no funcionaban los múltiples extras del coche, ni el ABS, ni el control de frenada, etc. con las rueda pinchadas el mercedes se transformaba en un cubo de acero precipitándose a 80 kilómetros por hora contra el quitamiedos.

Mientras Resse continuaba disparando, sin inmutarse volvió a accionar el gatillo del rifle M16, el primer tiro fallo, el segundo dio de lleno en el motorista; seguía siendo increíble ver como el poli conseguía acertar a pesar de que el coche seguía en movimiento.  Pero lo más impresiónate fue ver a Resse girarse para acertar a un tercer motorista que venía por detrás. El disparo dio contra es tercer motorista que no pudo controlar la moto con una sola mano, con la otra mano había conseguido lanzar un objeto dentro del coche.

Ves que el objeto que ha tirado el motorista dentro del coche es una granada de mano.

dispara contra el motorista cabrón y después…

Despues una neurona grita ¡Granada! provocando que Reese se lance hacia donde ha visto el objeto metalico caer. Tiene que agarrarla y tirarla fuera del mercedes de Sebastian antes de que explote.