Partida Rol por web

Era el primer dia de inicio del curso universitario y Tesa se acomodó en uno de los asientos en las gradas de su primera clase. No conocía a nadie pero a pesar de ello no se sintió incómoda, parecían estar pendientes del profesor, de tomar apuntes y escuchar que de fijarse en ella o entablar conversación. 

Antes de darse cuenta llegó el receso tras varias clases y pudo salir, como el resto para tomar algo. La cafetería estaba algo abarrotada así que hizo lo que muchas, cruzar a los jardines, vbuscar un banco o el césped mismo.

Ya se había formado algún que otro grupo que conversaban amistosamente, entre bromas, y como ella tambíen había estudiantes que guardaban cierta distancia ocuando su tiempo en la lectura o el celular.

- Oye, ¿tu también estas en clase del profesor Cole?. Soy Martina y este es mi primo Mike. Dos jóvenes se acercaron l pasar cerca de ella para presentarse. - Esta noche noche hacen la fiesta de apertura no se si lo has oido, es en casa de un estudiante en la playa misma. ¿Porqué no te vienes?. Las de primer curso estamos invitadas.

Ahora que lo mencionaban Tessa había visto el panfleto colgado en el tablón de anuncios de los pasillos. Al parecer las fiestas universitarias eran una constante, por cualquier excusa siempre había alguien sugiriendo una celebración, pero pocos eso si podian disponer y ofrecer una casa o lugar donde festejar. Al parecer Ronin Thompson era el estudiante que la organizaba, un hijo de papas adinarados con un estupendo chalet en una cala privada.

Estaba en la universidad y, aunque el día era bonito, me había puesto un sweater de cuello de tortuga con el que podía esconderme de miradas indiscretas. No que estuviera incómoda, no era muy buena socializando excepto si se trataba de hablar para ayudar a alguien que me necesitase.

Salí del aula sujetando mi cuaderno rayado de 50 hojas en que había hecho una carátula muy mona dibujada con rotulador azul. Mi mirada se paseó por el campus, la gente estaba charlando, conociéndose. Sudor frío perlaba mis palmas.

"Me voy a acercar a este grupo. No, están muy interesados en su plática. ¿Tal vez aquel otro? ¿Son de mi clase? Creo que sí... es mucha gente.   "

Un saludo directo me tomó por sorpresa. Giré y ahí estaba esta chica que me preguntaba si yo estaba en la clase del profesor Cole. Mis ojos hurgaron la primera hoja de mi cuaderno. "Allí puse el nombre...  " La muchacha estaba con un compañero, su primo, al que me presentó.

-Sí, es... Cole. Ese es su nombre.  

Me di cuenta de que no había dado el mío. " Torpeee...  " Estiré mi mano pero primero me sequé la palma contra mis vaqueros negros.

-Soy Tessa, me me encantaría aceptar. Soy nueva y no conozco a nadie en esta materia en particular. Gracias. Vi los panfletos por algún lado, pero... no conozco, conocía a nadie, y... bueno. Ahora lo hago, ¿no?  

Parecían agradables y no amaba la soledad, como podría creer un extraño. No, solo me costaba dar el primer paso. Una parte de mi cabeza me recordó que mi última fiesta había sido mi baile de graduación, y que había pasado "bastante agua debajo del puente desde aquel entonces", a pesar de eso, o por eso, me gustó la idea de salir. 

- Encantada Tessa, nosotras estamos igual, bueno, yo y mi primo quiero decir. Ven, siéntate con nosotros, seguro que pronto comenzamos a conocer al resto de la clase, aunque claro, como en no todas tenemos los mismos créditos habrá muchos alumnos que coincidamos, depende las materias. Tessa se dió cuenta que Martina era alguien que hablaba mucho, por los codos. Su primo en cambio se mostraba mas callado, escuchaba y intervenía poco, parecía mas callado. Pero ambos eran muy majos y simpáticos.

La hora del almuerzo acabó y siguieron las clases, descubriendo que por fortuna compartían casi todas, salvo una optativa acerca de enfermedades tropicales y de origen animal en la que sentó sola, extrañando a la pareja de primos que había conocido.

La oratoria del profesor podía hacerse monótona a pesar de lo interesante del tema y de la muestra de nivel y conocimientos que poseía el hombre.

Tessa estaba ensimismada escuchando cuando tuvo la sensación de que la observaban. Se encontró con que era así, un chico sentado en la misma fila pero unos cuantos asientos a su derecha la mirada pero cuando sus ojos se cruzaban se hacia el despistado.

- Para el próximo martes espero que se hayan leido el libro "simbiosis" De B. Philips. Anunció el profesor al final de las clases.

Fuera, en la salida ajardinada se reunían los alumnos al salir y es donde se reencontró con Martina y Mike.

- Ey chicas, mirad ese de ahí es Victor, el que ha organizado la fiesta de hoy. Menudo coche que lleva. Dicen que sus padres son de los mas ricos de la ciudad. Comentó el chico haciendo que ambas mirasen hacia la zona del aparcamiento.

Tessa se dió cuenta de que el joven que estaba a punto de entrar en ese flamante deportivo negro, aquel a quien se refería Mike era el mismo que estaba en clase y la miraba.

- Rico y guapo, ¿que mas se puede pedir? Preguntó suspirando Martina antes de añadir. - Lástima que sea un tipo raro, no se suele juntar con los demás, ya que haya ofrecido su casaparala fiesta es bien raro. En fin. Dijo tomando su mochila.

- Tessa, nos vemos esta noche en la fiesta.!. Dijo al despedirse para al poco marcharse, cogiendo el bus en la parada cercana.

Me sentía feliz de haber conocido a esos chicos. Ya en clase, mis ojos pasaban del profesor, a mi cuaderno; y de nuevo al profesor. Estaba haciendo unos garabatos al lado de mis apuntes de la lección del día cuando capté el mirar de unos ojos muy bonitos. Él me miró pero en un segundo volvió su vista hacia otro lado.

“No me miró… ¿o sí? No, debe ser algo que pensé o creí ver…” pero entonces noté el mismo gesto. Miré de costado esta vez y anoté el libro que nos encomendaba el profesor.

Cita:

escribí con mi caligrafía de niña. Sí, hay gente que es acusada de tener letra de doctor, pues yo tenía esa cursiva que parecía de estudiante de primaria. Comencé a salir de la clase, buscando esos ojos intrigantes que me habían encontrado antes. Entonces, al salir, me encuentro con Victor.

“¿Es el primo de la chica no? Debo estar desconcentrada el día de hoy. Creo que debería haber desayunado mejor.” Veo el coche del que habla, era una preciosidad. Suponía que saldría mucho dinero, y entonces mencionan a alguien.

Lo busco con la mirada y ahí está.

“El extraño de ojos lindos, podría llamarlo así.”

-¿Mike? Es un bonito nombre. Oh, sí. Iré a la fiesta –le contesté a Martina. –Ahora voy a casa a prepararme. Toma mi número, por cualquier cosa.

Se lo escribí en un papel y se lo entregué.

-Oh, sí –me excusé –tengo esa manía de hacer algunas cosas a la antigua. Los dejo que debo alimentar a mi gata. ¡Nos vemos esta noche! –dije mientras comenzaba a caminar hacia mi bicicleta. Intenté que no me vieran, pues auto… eso estaba fuera de mi presupuesto.

Tessa intercambió el número de su celular con sus nuevos amigos y se alejó. Montó en su bicicleta y pedaleó poniendo rumbo a su casa.

Un agradable paseo gracias a que era un dia bueno, de radiante sol y brisa fresca propias de los primeros dias del otoño.

La zona donde vivía era un barrio modesto de casas bajas y pequeños bloques de pisos con su antiguedad. Lo mejor que había encontrado para poder pagar un alquiler reducido. 

Llegó frente al bloque de pisos donde vivía y entró la bibicleta al interior del portal donde la ató con el candado. Fuera sabía que no duraría demasiado, había mucha delincuencia en la calles y por la noche había que ir con pies de plomo.

- ¿Que pasa preciosa?.¿Como fue tu primer dia de clase? La voz chulesca de Lucio, el hijo de la casera sonó en lo alto de las escaleras a medida que se acercaba a Tessa.

Era un hombre cercano a la treintena, de raices latinas, italianas por lo que había podido averiguar que siempre la saludaba y aunque con cierta broma no paraba de insinuarse. A pesar de ser bastante pesado se le veía una buena persona.

- Ya sabes, si te lo piensas mejor me tienes en el segundo primera, debajo mismito de tu apartamento. Te llevaría este viernes al mejor sitio a cenar del barrio preciosa. ¡Ah! y meditalo, que mi agenda esta bastante llena. Le guiñó un ojo antes de seguir y salir a la calle.

Tessa giró la llave de la puerta y entró al fin a lo que podía llamar casa. Un apartamento de dos habitaciones, un baño grande con bañera y un comedor cuadrado con cocina que tenía salida al balcón. De esos con escaleras de incedios ya que el bloque no disponía de ascensor.

Llegué hasta mi edificio mientras la brisa me acariciaba el rostro. Tomé una inhalación profunda y sentí como mi cuerpo se llenaba de vida, de ganas. Una vez estuve dentro me encontré con mi vecino. Era un hombre un poco muy efusivo, pero poseía ese aire de calidez de una buena persona. Eso sí, era un poco galante… en un sentido poco galante pero tenía sus intenciones claras. Y una de ellas era yo, o eso creía.

-Gracias, Lucio –le respondí con una sonrisa –tuve una clase interesante y me has hecho acordar de que debo comprar un libro.

También me recordó, con sus palabras directas, que vivía justo debajo de mí por si me sentía necesitada de algo. –Me alegra que tengas tantos compromisos, es… es bueno tener la cabeza ocupada. Nos vemos.

Entré en mi apartamento con una sonrisa dibujada en mis labios porque mi vecino siempre me hacía reír (y no en el sentido de burlarme de él) y Nube vino a frotarse contra mis piernas.

-Hola preciosa!! Sí ahora te doy algo de comer. ¿Me has extrañado? Yo a ti también. ¿Quién no extrañaría esa mirada eh?

La tomé en brazos y la llevé a la cocina. Abrí el gabinete de arriba y saqué la comida para gatos que a ella le gustaba. La coloqué en su plato, el que limpié antes, y luego le puse algo de leche. Poca porque sino le caía mal. Verifiqué que su agua estuviera llena y limpia y luego me senté, mientras ponía a hacer té para mí.

-Creo que he hecho amigos -le dije a mi gata -un chico y una chica. Son primos y... además -continué mientras ella comía y me escuchaba atentamente -vi a un chico con ojos CASI casi tan bonitos como los tuyos.

Tessa comió y reposó un poco, apenas una hora hasta tener que salir de nuevo pues debía ir a cursar las prácticas en el hospital de Chatham.

Era tambien su primer dia, así que iba algo perdida y nerviosa. Entró por la zona de urgencias y esperó que la atendieran.

- ¿Eres del grupo de estudiantes?. Llega la primera, vaya todo recto, hacia traumatología. El Doctor Nolan esta a su cargo.

La recepcionista, una mujer de color cuarentona no fue demasiado agradable y se quitó pronto de encima a Tessa.

- ¿Si?. Preguntó sin alzar la vista del cuadro médico que revisaba el doctor a los pies de la cabecera de una de las camas de un paciente.

- Vaya, ¿debes de ser Teresa o Sylvia?. Hoy la universidad me envíaba dos y solo te veo a ti

El hombre se giró y cruzó sus brazos regalando una sonrisa agradable.

Una voz sonó de repente y Tessa, antes de responder sintió como la empujaban a un lado. 

- Yo, soy yo, Sylvia. Encantada. Seré su sombra Doctor, sepa que soy de las mas ventajosas de mi clase. Su sonrisa parecía forzada, como falsa y cuando el doctor se giró con un - Síganme por favor.-Sylvía le dedicó una mirada dura a Tessa.

- Escucha monina, no pienso que me estropees la oportunidad de mejorar nota así que sabes que, tu hazte a un lado y que no se te note demasiado. Entonces nos llevaremos bien...

Me había quedado dormida de pronto. Eso pasa cuando una no tiene tiempo de nada, y... como suele suceder por consiguiente, todo lo que tenía que hacer era en cámara rápida. Miré el reloj del móvil y...

-Aaaaaaahhhh!!! -me levanté a los apurones, tropezando con todo. "Eran solo diez minutos, ¿cómo se convirtieron en quince por arte de magia?"

-¡¡La hora!! Adiós Nube, ¡vuelvo tarde! –le dije mientras corría hacia la puerta cambiándome con el uniforme en una mano y los zapatos en otro. Al salir ya estaba vestida y tomé el bus que era más rápido que la bici. En realidad llegué bastante bien, estaba habituada a estar siempre con el tiempo justo, así que no fue tan malo.

-Sí soy la nue nueva. ¿Traumatología? Nolan sí, doctor Nolan.

La mujer siguió en sus asuntos y comencé a correr hacia dicha sección. Recordé que esto era un hospital y caminé, pero con paso presuroso. Me perdí de nuevo hasta que llegué al lugar, el doctor me miró con una sonrisa que hizo que mi estómago volviera a su lugar.

-Tessa… soy soy… Tessa Leggings, buen día. Tarde, ¡buenas tardes!

“¿Acabo de gritarle al doctor?”

-tarde…cof

Entonces vi a la otra chica, Sylvia. “Le podrían poner ojos de víbora pero no le diré eso…” De entrada clavó su mirada en mí y me dio a entender que no me pusiera en su camino, pero lo hizo cuando el doctor se volvió.

“Arpía…”

-_Sí –contesté bajito. “Un día me van a oír enojada y verán que… que…” Me puse a caminar tras la chica mirando alrededor con cara de ciervo asustado. No iba a discutir con la otra chica. "No vine por las notas, solo quiero ayudar a la gente. Eso es todo. No importa si nadie se da cuenta si yo lo sé, si yo sé que lo hago bien."

Tessa terminó sus tareas en el hospital, para ser su primer dia habían sido pequeñas curas y limpieza de heridas leves, así como de la habitación de enfermos internos.

Llegó a su casa y se extrañó de no toparse del vecino pesado  y hostigador, aunque de buen corazón. Le dolian los pies y se dió un baño tras ponerle la comida a su querida gatita. 

Cenó poco y en mitad de la comida escuchó el timbre abajo que le decía que iba tarde para la fiesta.

Mike y Martina habían venido a recogerla en el coche prestado de los padres del chico y alegres se contaron como había ido sus tardes hasta llegar a la fiesta.

- Vaya zona esta, cada una de las casas que hay aquí debe valer una fortuna. Comentó Mike mientras conducía, pues habían tenido que salir fuera de la ciudad, a las afueras, donde estaba la costa.

- Debe ser aquí, el número 27. Puso el freno de mano y estacionó.

Ambos primos se habían puesto guapos, aunque no de veintiún botones. Lo justo parar arreglarse y no desentonar al salir una noche de baile y copas, al menos para lo que podía permitirse un estudiante de familia modesta.

La fiesta era junto a la piscina, Tessa reconoció algunas caras de la facultad, y alguna no muy querida, como era Sylvia, del hospital.

Algunos se habían animado con el bañador a meterse en el agua donde bailaban al son de la música dance comercial que sonaba en esos momentos por el hilo musical del jardín.

- Tessa, vamos por algo de beber. No te vayas muy lejos, algo bien frio te traeré, aunque aun no se que jaja. ¡Hasta ahora!.

Dijo la chica mas animada perdiendose entre la marea humana.

Tessa se movió entre el gentió un poco incómoda al encontrarse sola, a la espera que regresaran, Y en su espera reconoció a alguien; el chico que la mirara en clase, quien de hecho era el anfitrión de la fiesta.

Estaba apartado del bullicio y en su mano una cerveza, observando desde la terraza las bonitas vistas de la playa en esa cala anexa al precioso chalet.

No fue un día realmente agitado en el hospital y se me pasó rápido. Cuando llegué a casa me pregunté dónde andaría mi vecino, el Casanova, pero suponía que estaba bien así que me di una ducha y me preparé para la fiesta. Mientras me cambiaba, le hablaba a Nube que me miraba atentamente.

-¿Este vestido? –le pregunté y ella se lamió una pata así que supuse que no era interesante. Saqué otro (de los realmente bonitos, o sea caros, tenía solo tres) este era mi segunda opción y me gustó cuando me vi en el espejo.

-Mmm… sí, ¿qué te parece, Nube? –un maullido corto indicó que le gustaba, “estoy algo loca por hablar con los animales, aunque… los entiendo más que a las personas.” Le di de comer, agua y muchos mimos antes de partir. Fue Mike el que me abrió la portezuela del coche cuando salí pero habían venido los dos y era un hermoso auto. Yo ya había terminado de comer, y guardar las cosas, así que cuando volviese no tendría trabajo extra.

-Gracias –dije y me senté junto a la chica. No charlé mucho en el viaje, me costaba sacar conversación. Al llegar a la fiesta noté la hermosa casa y piscina.

“No traje un bañador, aunque… mejor ni lo intento. Me pondría más roja que la sangre.” Pero igualmente me puse un poco colorada cuando noté al joven de ojos intrigantes en el lugar. Los primos se fueron a tomar algo y dije:

-Estaré bien…- “Oh, Dios mío, no sé qué hacen juntándose conmigo. Más habla una estatua. Tengo que… superar esta cosa social. Es tan fácil cuando estoy cuidando a alguien, incluso puedo charlar de todo, o contarle historias. Todo porque se reponga, pero… si es así, en medio de…”

Mis ojos fueron a Silvya y eso me volvió un poco pálida.

“Alejándose de la arpía, alejándose de la arpía. Eso, eso, caminemos por aquí…” Vi al anfitrión, el chico guapo, mirando todo desde la terraza con un vaso de cerveza en una de sus manos.

_{-Soy Tessa Leggings… un gusto… -}susurraba a mí misma intentando tener el valor de presentarme a alguien. Me quedé cerca de la piscina mirando el agua.

“En otra vida me hubiera gustado haber sido un delfín… son tan sociables. ¡Oh, vaya, ahora hablo sola de otras vidas…! Bien… primer paso, saludar a alguien. ¡A cualquiera!”

Me giré y dije

-Hola!

Y no sabía si iba a haber alguien atrás pero vamos, que una empezaba por decir hola.

“¿no?”

Tessa se giró con decisión y de forma rápida, convencida que entablaría conversación con alguien interesante, un chico, quizás con el de ojos llamativos que había visto.

- ¡Ouch!. Tessa había chocado contra alguien al girarse de aquella manera con tan mala suerte que le había derramado la bebida que llevaba encima de la ropa. Entonces se dio cuenta que se trataba de...¡Sylvia!.

- ¡Mira lo que has hecho!..¡Lo hiciste a posta!. Sylvía vió su vestido manchado y su mirada furibunda buscó con odio a Tessa.

- ¡Esta me la vas a pagar estúpida!. Le dió un empujón a Tessa antes de que se pudiera disculpar haciendo que esta se apartara un paso hacía atrás y casi como un imán la gente cercana se acercó formando un círculo alrededor de la piscina, ahí donde estaban.

- ¡Eh, pelea de chicas, mirad!. ¿Se van a pegar!. Gritó uno de los curiosos que formaban el círculo.

Me di vuelta para charlar y la serpiente de Babilonia se me puso delante. –Ohhhh!!! –exclamé mientras vi cómo parte de su ropa se manchaba con un trago que tenía en sus manos. La había empujado sin querer, al voltearme abruptamente. Ella me miró con ojos asesinos y mi persona entera se deshizo en ganas de llorar y salir corriendo.

-No… perdón…!!

Empecé a decir cuando se me vino encima. “Qué tonta!! ¡Tessa, has arruinado todo!” La gente comenzó a hacer un círculo a nuestro alrededor y no supe cómo salir de ello con gracia. Solo temblaba y me protegía con mis manos hacia adelante, palmas extendidas.

-Solo quería sa… saludar… discu… disculpa. Pue pue puedo pagar la la lavandería…

“No puedo ser tan tonta. No tendría que haber venido aquí, no debería haberlo intentado. No sirvo para las fiestas… no sirvo. Cielo santo, tengo que irme…”

-No voy a golpear a nadie -le respondí a los que ya gritaban de entusiasmo. Mis ojos se llenaron de lágrimas y sabía que estaba a punto de romper en llanto y me odiaba por ello.

Tessa sintió como el latido de su corazón se incrementaba, se aceleraba por momentos mientras su cabeza enloquecía ante el cúmulo de sensaciones. El temor, el miedo, la rábia por una situación que no había buscado...

- Tu no, pero yo si que pienso hincharte los morros de dos tortazos monina!. La amenazó una crecida Sylvia, envalentonada por el público y la muestra de temor de Tessa. Se notaba que disfrutaba con ser el centro de atenci´n, sobretodo si resultaba bien parada.

Levantó la mano, tomó carrera y...¡ Yiahhh!. Tessa la esquivó de forma muy hábil cual acto reflejo, y en la acción la empujó, a lo que se sumó la carrera que llevaba y Sylvía terminó cayendo al interior de la piscina. ¡¡CHOFFFF!!

Los estudiantes comenzaron a reir y murmurar señalando a la chica que gritaba y voceaba en el agua momento que Tessa aprovechó para escapar de esa sensación que la agobiaba.

Salió de ese chalet sin esperar por Martina o Mike y sin pensar en ello se alejó, caminando por la oscura calle de ese lgar que no conocía.

Para colmo su celular se había quedado tarado, sin cobertura y maldijo su suerte pensando cuanto tardaría caminando hasta casa.

Entonces sintió un coche acercarse en la solitaria caretera, iba despacio, cada vez mas hasta que paró a su lado.

Un chico algo mas mayor que ella la saludó desde el interior, al bajar la ventanilla.

- ¿Tienes algún problema?. ¿Necesitas que te lleven?

No había manera de entrar en razón. Ella me dijo, enfurecida, que me iba a dar unos tortazos y yo me moví sin pensarlo, solo lo hice. Sentí el aire pasar a mi lado, seguramente producto de Sylvia pasando su puño cerrado cerca de mí. No lo supe hasta que el ruido de un Splash me hizo ver que había caído en la piscina. Los chicos de alrededor se rieron pero yo no.

Salí corriendo, empujándolos, sin mirar atrás.

“He arruinado todo. Ahora… ella es mi compañera de prácticas y si me quería golpear antes, pues ahora simplemente no escaparé de su ira. ¿Qué hice? Todo por querer socializar… por desear ser alguien que no soy.”

Seguí caminando y bajando el ritmo de mis pasos hasta que me di cuenta de que me había alejado demasiado. Abrí mi móvil y no tenía cobertura. Me giré y reconocí algo que me hizo hundir el corazón.

-Estoy perdida… no… no sé por dónde ir a casa de nuevo. No tengo auto…

De pronto un vehículo apareció y las luces de sus faros cortaron la noche. Un hombre me miró intrigado. No era mucho mayor que yo, y parecía cortés.

“En las películas de terror siempre termina mal esta historia…”

Me dije.

-Yo… estoy buscando…

“No te subas a ese auto, Tess. No importa que parece un buen hombre, no lo conoces…” era mi madre hablando en mi cabeza.

-Quiero encontrar la estación de metro o bus más cercana, si si me dice la dirección estaré muy agradecida.