Partida Rol por web

-Todos actuamos por algún interés, sobretodo los más antiguos. Lo siento Bastian pero cuanto antes te des cuenta mejor. La eternidad acaba volviéndose demasiado aburrida sin algún objetivo concreto...- explica Odín a modo de justificación justo antes de adentrarse por un callejón lateral y maloliente. Algo normal si tenemos en cuenta que almacena los contenedores de basura rebosantes de los edificios colindantes... además probablemente sirva para que más de un transeúnte orine y otras necesidades desagradables.

-Sí, es probable que ellos acudan al mismo lugar e incluso sepan llegar a mi hermano de forma rápida pero... Yo tengo un nexo de unión que sólo los gemelos sentimos. Cuando estemos cerca lo sabré y de todas formas pronto llegarán más seguidores del Príncipe para darnos apoyo- te da unos golpecitos en la espalda y entonces retira la tapa de alcantarilla bajo vuestros pies para descender con cuidado por las escaleras de gato medio oxidadas.

En cuanto llegáis a "tierra" la suciedad y la inmundicia os alcanzan casi hasta la rodilla. Es desagradable, frío y más apestoso que el callejón por el que habíais accedido pero era de esperar.
El nosferatu no se lo piensa dos veces y tras desenfundar la extraña lanza que acostumbra a llevar con él empieza a avanzar todo lo rápido que le permiten las aguas fecales.

Si Odín saca el arma debería sacar la pistola, aunque de momento prefiero no sacarla. Podría tropezar y perderla. Así que avanzo de manera rápida tras Odín, no tan rápido cómo él pero son cosas de tener las patas mas cortas y seguramente menos fuerza.

- Así que Nyar es tu gemelo...ese dato no lo conocía...pero bueno...entiendo lo de la conexión entre dos vampiros...yo sentí algo parecido hace un tiempo...

 Llega la hora de la verdad...ahora tengo que ser valiente y no cagarla...

Me preparo para entrar en acción; dentro de poco tendremos que enfrentarnos a un primogénito nosferatu...por suerte cuento con uno en mi bando o mejor dicho el cuenta con un débil mekhet en el suyo. Debo ser más inteligente que mis rivales ya que no soy tan bueno luchando. La Ofuscación es una buena aliada y con ella y algo de astucia podré salir con vida...bueno con astucia y mucha suerte.

-Ah, sí, esa muchacha...- comenta vagamente dejando claro que no recuerda los detalles exactos aunque en realidad es normal porque nunca se los has dado, no es que Odín sea el tipo de vampiro con el que charlarías de cosas privadas en un bar precisamente.
-Probablemente pueda con él pero tú deberás encargarte de cualquier apoyo que pueda tener. No será fácil Bastian, esto no son unos simples ghouls- te mira un instante aunque es difícil distinguirle en ese túnel oscuro... pero sus amarillentos ojos relucen de vez en cuando a pesar de todo.

Después avanzáis en silencio, acompañados sólo por el sonido de las aguas fecales por las que tenéis que avanzar mientras te dejas guiar, siempre manteniéndote un paso por detrás de él.
Tras varios pasillos, el caudal empieza a descender y finalmente llegáis a un túnel seco, aunque de todos modos sucio, mohoso y húmedo.

Al final del mismo hay una compuerta metálica parecida a la de los búnquers que probablemente no sea fácil de abrir. Odín la señala con la cabeza indicándote que te prepares bien. No sabéis lo que aguardará al otro lado pero con esfuerzo empieza a girar la manivela haciéndola chirriar.

 Saco el arma y me preparo para disparar a todo ghoul o ser extraño que quiera atacarme. Compruebo que está cargada y me concentro, puede que no salga de esta con vida...¡ah! ahora que recuerdo ya estoy muerto así que no me preocuparé por eso.

- Estoy listo Odín... - digo secamente.

No es un momento para dudar y menos para acobardarse así que me preparo para lo que tenga que suceder. Pienso antes de que la puerta se abra de todo en Sarah; puede que no la vuelva a ver pero intentaré por todos los medios sobrevivir.

Bueno chico...ahora toca ser valiente y no cagarla de nuevo...así que dispara a todo lo que se mueva y destroza cabezas...aliméntate de los caídos...eso haría Baal...

Pienso en como actuaría Baal ya que es el más cabrón de todos los vampiros que conozco. Sonrío maliciosamente, puede que en el fondo esté negando que me parezco a él en algunas situaciones; él abandonó gran parte de su humanidad y yo seguramente lo haga tras esta noche. 

La puerta cede finalmente tras tu confirmación y dentro se extiende una amplia pero húmeda estancia circular llena de archivadores y varios papeles y carpetas sobre un amplísimo escritorio de aspecto antiguo tras el cual se encuentra una silla bastante simplona en la que permanece sentado Nyar. En las paredes cercanas hay un total de tres puertas más como la que acabáis de atravesar pero todas permanecen sentadas.

-Por fin empieza la reunión familiar... empezaba a aburrirme- dice de manera despreocupada Nyar mientras se levanta, momento en el que Odín zarandea su lanza provocando que su mango se estire y se aproxima unos pasos. No demasiados, dado que a ambos no os coge por sorpresa el hecho de que una de las puertas laterales se abra y otro vástago la atraviese. Aún así estaríais en igualdad de condiciones y por tanto tenéis ciertas posibilidades... dependiendo de tu adversario.

Estás más que dispuesto a hacer lo que sea necesario esa noche, o al menos eso crees cuando entras en esa especie de refugio subterráneo para ratas. Si os dais prisa tendréis más posibilidades dado que hay menos posibilidades de que lleguen refuerzos para Nyar entre los cuáles se encuentran tus propios ex-compañeros de cuadrilla. Pero algo te coge fuera de lugar, de nuevo.

El vástago que sale de la puerta lateral es ni más ni menos que Milford, le reconoces al instante ya que los vampiros no cambiáis con el tiempo pero es que además él ni siquiera ha renovado su atuendo... ni su arma, una extraña colt anaconda modificada por él mismo que permite un calibre y potencia de fuego aumentados.

Apunta hacia ti de forma directa, al fin y al cabo como tú estabas haciendo al entrar, pero al reconocerte arruga el ceño y baja el arma.
-¿Bastian? Creía que te habría podido enseñar a distinguir entre las malas y buenas opciones- dice a modo de reprimenda, con lo cuál Odín emite una especie de risotada que cesa enseguida para abalanzarse hacia el propio Milford ahora que ha bajado la guardia por un segundo.

 Milford está del lado de Nyar...pero si debía estar en Buffalo...Chicago no es su ciudad...es hora de solucionar un par de cuestiones...

Apunto con la pistola a Odín y disparo dos veces en su espalda, no busco herirlo realmente sólo que cese el ataque sobre mi mentor. Si hace falta descargo todo el cargador contra él mientras digo en voz alta y clara:

- Odín...si  tocas un pelo de Milford conocerás mi ira...y no bromeo...si lo tocas tendrás que matarme a mí también...

 Mi gesto cambia ya que realmente eso no me lo esperaba. Milford se portó muy bien conmigo y le debo la vida. Si tengo que matar a Odín para devolverle el favor lo haré o moriré definitivamente. Me preparo para atacar o repeler los ataques de Odín si se vuelve contra mí, va a ser un rival muy duro pero bueno ya dije que empezaba a parecerme a Baal. 

Mi gesto es frío y muestro mis colmillos, no los escondo ya. Ahora tocará matar a un vampiro y puede que sea Odín ya que Milford está con Nyar. Si tengo que traicionar a Odín para salvar a Milford lo haré, luego ya me las arreglaré para salir de esta. Pero Milford saldrá con vida de esta alcantarilla y creo que Odín no saldrá de esta y seguramente yo tampoco.

La lanza centellea y se clava en el estómago del desprevenido Milford con letalidad. Si se tratara de otra arma le habría causado daños sin ir más allá pero estás convencido de que esa lanza de la que Odín nunca se despega no es precisamente lo que se considera normal. Consigue que Milford se quede aturdido por el golpe y caiga al suelo de rodillas una vez extraída. Aún así sigue consciente, apoyado con las manos en el suelo, pero es evidente que le costará unos segundos más de la cuenta recuperarse y poder ayudarte.

-Vaya. Porque será que no me sorprende- espeta seca y fríamente Odín cuando una de tus balas se incrusta en su extraña armadura sin ser capaz de ir más allá. Te mira emitiendo una especie de chasquido de lengua y sin más hace girar su arma por encima de tu cabeza antes de dirigirla hacia ti.

Así pues, y a pesar de todo, ni Toxic ni Baal deciden tomar represalias directas contra ti así que te alejas de su posición con precaución.
Una vez has atravesado toda la manzana empiezas a relajarte un poco pero tampoco demasiado, sabes que la situación en la ciudad puede estar siendo caótica y quién sabe cuando pueds toparte con Odín o con el propio Comisario. Será mejor andarse con mucho ojo.

Sacas el móvil y marcas el número de Milford. Nunca fue un gran amigo de la tecnología y de hecho aprendió a usar el móvil gracias a ti así que no te sorprende demasiado que no te lo coja pero al menos suena lo cuál indica que si tienes suerte puede que te devuelva la llamada o que pueda responderte dentro de un rato...

No contesta típico de él, tendré que alimentarme antes. Estoy herido y he gastado demasiada sangre en la lucha. Busco un objetivo para poder alimentarme sin problemas, si no puede ser un humano tocará alimentarse de un gato o de ratas aunque preferiría no tener que hacer eso.

Compruebo mi aspecto, no es que esté muy bien ahora. El calzado está húmedo y huelo bastante mal. No lo voy a tener fácil para acercarme a una chica o un chico y ligar con ellos. Tendré que buscar un vagabundo, es más rápido y con la ofuscación podré acercarme sin ser visto.

Debería robar algo de ropa en una tienda, no puedo andar hecho un adefesio y luego buscar una habitación donde dormir. Tengo la tarjeta de crédito y unos billetes sueltos me llegará para poder pagarme una confortable habitación pero antes tengo que cambiarme de ropa y alimentarme y no me queda mucho tiempo.

Cada cinco minutos intento llamar a Milford para ver si me contesta de una vez.

Consigues ropa limpia con facilidad en uno de los badulaques abierto 24h de la ciudad aunque evidentemente no son prendas que te pondrías voluntariamente si pudieras elegir pero por desgracia no es el caso así que te conformas pues al fin y al cabo lo importante es que no llamas excesivamente la atención con ellas y el olor se ha diluido bastante.

En cuanto a la víctima tampoco resulta excesivamente difícil dar con un par de vagabundos durmiendo bajo cartones sobre los bancos de un parque cercano. No suponen un gran alimento y mucho menos sabroso pero consiguen aliviar parte de su sed y resultan objetivos fáciles, algo prioritario cuando se dispone de poco tiempo.

Tras incontables llamadas, al fin el teléfono de Milford es descolgado y tras unos segundos de tensa expectación distingues su voz al otro lado, lo cuál confirma que todavía está de una pieza.
-¿Quién es? Más vale que tengas un buen motivo...- la combinación de tecnología y una situación tensa está claro que no le sienta bien a tu tutor, ¿pero quién podría culparle por ello?

- Milford soy yo...tengo una cosa que te pertenece y muchas preguntas...¿podemos vernos?... - le pregunto rápidamente ya que no hay tiempo que perder.

Miro el reloj y veo que no queda mucho tiempo para el amanecer, tengo que buscar un lugar donde pasar el día. Hay hoteles por la ciudad y con la tarjeta de crédito no debería de tener problemas pero no puedo usarla. Mejor será que saque dinero de un cajero y pague en metálico porque no se si los verdes que llevo en la cartera serán suficientes para pagarla y que no molesten durante todo el día.

Espero en silencio que conteste ya que quiero saber si tiene un sitio donde pueda quedarme a pasar el día, al fin y al cabo con él estaré más seguro.

-Bastian...- el tono de Milford suena un poco sorprendido pero sobretodo aliviado. Aún así no te responde de inmediato y el silencio que prolonga durante unos segundos te pone más nervioso mientras revisas la hora sin cesar y piensas a toda máquina en tus posibilidades más rápidas.

-Está bien, confiaré en ti de nuevo- declara dejando claro que llega a tener alguna que otra duda después de lo sucedido en el refugio de Nyar pero aún así no son suficientes para convencerle de dejarte a un lado. Lo cierto es que nunca lo ha hecho.
-Te esperaré en la esquina de Georgetown con la 5a. Si no vienes hoy me temo que no podré darte otra oportunidad, mañana tendremos que seguir moviéndonos- deja claras las condiciones y tú sabes que quedando en esa dirección llegarás rozando el amanecer, algo peligroso si el sitio al que quiere guiarte está lejos o si sencillamente quiere engañarte. Deberás decidir si vale la pena el riesgo o no.

- Ok...nos vemos allí...

Tras contestarle cuelgo y empiezo a correr al máximo. No hay problema ya que los vampiros no se cansan así que puedo intentar arañar unos minutos al crono y llegar con algo de margen, si no a las alcantarillas a buscar un hueco donde pasar la noche. Es la única salida que tengo.

Sobre lo de no confiar en mí, bueno tiene razón pero el cabrón no me contestó cuando le llamé para preguntarle. Esa es la putada que me llevó a fiarme de Odín. Tampoco es que tuviera muchas más opciones.

Llegas hasta el lugar del encuentro a todo correr pero aún así tienes el tiempo bastante ajustado y empiezas a notar los síntomas del sopor que te avisan de que ya deberías estar en algún refugio seguro.
El sol todavía no ha salido lo suficiente como para resultar dañino pero las señales son claras, te estás exponiendo a bastante riesgo.

Para tu desgracia te das cuenta enseguida de que Milford no está ahí, o quizá es que sencillamente no ha llegado, así que decides esperar un par de minutos con impaciencia mientras miras todas las calles.
Los primeros y más madrugadores trabajadores de las oficinas empiezan a transitar las aceras con cara de sueño pero aún así la ciudad permanece bastante silenciosa, al menos si la comparamos con el bullicio de dentro de un par de horas.

Cuando ya estás a punto de retirarte por la peligrosidad que podría conllevar quedarte ahí por más tiempo, distingues a tu "maestro" saliendo de un callejón lateral y haciéndote gestos para que te dirijas allí.
Al llegar te deja pasar por una pequeña puerta que resulta ser una salida de emergencia, la cual conduce a un pequeño habitáculo de pocos metros cuadrados, un par de habitaciones y un baño. Todo tiene aspecto de abandono y el olor a humedad y cerrado así lo demuestran aunque también es normal si se tiene en cuenta que no hay ni una ventana.

Las dos habitaciones se encuentran casi vacías y lo único que las amuebla es una cama doble y una mesa con un par de sillas con aspecto de romperse en cualquier momento.
-Me temo que no es el tipo de sitio que te gusta... Pero estaremos seguros esta noche, mañana podremos hablar de qué hacer- te da unos golpecitos en el hombro y finalmente te sonríe, señalando con disimulo el cuarto contiguo.

Si te asomas ves a Nyar sentado en una oscura esquina. Sigue entero y despierto pero parece muy inmerso en sus propias preocupaciones o cavilaciones como para prestaros atención.

Antes de dormir le entrego la pistola a Milford. Al fin y al cabo le pertenece a él, la pena es que no conservo la mía. Tendré que conseguir una la noche siguiente.

- Tranquilo Milford...he dormido en sitio peores...y lo sabes...las primeras noches fueron muy duras para mí...

Luego lo miro y le sonrío, siempre se portó bien conmigo y me duele no haber estado a la altura. Realmente es la única persona aparte de Sarah en la que se puede confiar...aún así he metido bastante la pata y voy tener que ayudarles mucho.

- Ok, mañana hablamos y a ver qué puedo hacer para compensar esto...

Dicho esto me siento en el suelo apoyado contra una de las paredes. El sopor me invade y en breve me pondré a dormir.

Milford acepta su propia arma con una sonrisa afable, como la que pondría un padre a un hijo que ha metido la pata. Estás convencido de que ni siquiera pensaba pedírtela, es el tipo de persona que quiere que las cosas salgan de uno mismo a pesar de que resulte un tanto difícil.

31 DE OCTUBRE DE 2008
Noche de Halloween, 19:11

Al despertarte tardas unos segundos en ubicarte al no estar en tu habitación habitual pero enseguida eres consciente del apestoso cuarto en el que te encuentras y lo que te rodea.
Nyar sigue en el mismo rincón donde le viste anoche. Parece taciturno, aunque resulta difícil distinguirlo con una fisionomía tan extraña, y desde luego no parece muy dispuesto a hablar por el momento.

Milford enseguida se acerca hasta ti, siempre ha sido uno de esos vástagos un tanto "madrugadores". Te tiende un vaso de plástico un poco sucio pero con vitae fresca, quién sabe si de animal o persona, el caso es que no puede evitar seguir cuidándote. Como en los viejos tiempos.

-¿Por qué decidiste ponerte de parte de Odín?, ¿te engañó?- pregunta con interés, empezando la ronda de dudas que teníais pendientes mientras toma asiento en una de las desvencijadas sillas cercanas.

Tras levantarme veo a Milford que me tiende un vaso lleno de sangre para animar el espíritu. Me hace una pregunta y le contesto sinceramente:

- Nos engañó a todos...nos pintó a Nyar como una bestia salvaje...y yo me fié de él...

En ese momento le cuento todo lo que sucedió, sin omitir detalle alguno. Le cuento todo lo que recuerdo, el ataque al refugio, el secuestro de Gabrielle, la reunión con los Cartianos. Recuerdo la encerrona y añado:

- Lo planeó todo desde el principio...nos hizo creer lo que el quería y luego nos traicionó...allí me dejó entre la espada y la pared...el cabrón sabía que no teníamos más salida...

Miro a Milford y le digo sinceramente con lágrimas de sangre recorriendo mi mejilla:

- Escogí mal Milford...me equivoqué y casi lo empeoro todo...

Agacho la cabeza porque me siento mal, la verdad he metido la pata más que de costumbre.